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Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre

Judá» (Zac 12.7; cf. Sal 83.6).

Hoy, al igual que en el pasado, las tiendas de los beduinos se hacen de una tela negra muy fuerte tejida

con pelos de cabra. Tienen varias formas. Las mujeres las arman extendiendo la tela sobre palos y

amarrándola con cuerdas de pelo de cabra o de cáñamo. Se usan mazos de madera para clavar las estacas

en el suelo (Jue 4.21). A veces la estructura se divide en secciones para acomodar a diferentes familias o

separar los animales de las personas (2 Cr 14.15). La «tienda» al fondo se mantiene cerrada y los pliegues

del frente, en la unión de las dos telas, sirven de entrada (Gn 18.1). La «tienda» y todo su mobiliario se

transporta a lomo de una sola bestia. La gente más pudiente tapiza el suelo con alfombras de diversos

materiales. Un jeque podría tener varias «tiendas» para sí mismo, para sus mujeres, su familia más

allegada y para los animales (Gn 31.33).

Antes de que se construyera el «tabernáculo», Moisés armó una «tienda» afuera del campamento (Éx

33.7). Allí se encontraba con Dios. Esta «tienda» fuera del campamento se mantuvo como una institución

viable por muy poco tiempo, una vez construido el tabernáculo y hasta la partida del Sinaí (Nm 11.16ss;

12.4ss). Finalmente el arca del pacto se trasladó al tabernáculo (Éx 40.21) donde el Señor se reunía con

Moisés y hablaba a Israel (Éx 29.42). Esta tienda se denominó tabernáculo de reunión puesto que contenía

el arca del pacto y las tablas del testimonio (Nm 9.15). En su calidad de tienda de reunión, fue allí donde

Dios se reunía con su pueblo a través de Moisés (o el sumo sacerdote) y les revelaba su voluntad (1 S

2.22).

TIERRA

˒adamah ( 127 , ), «suelo; tierra». Este nombre también se encuentra en arábigo. Los casos en

hebreo son alrededor de 224, abarcando todos los períodos de la Biblia hebraica.

Para comenzar, este nombre se refiere a «tierra» cultivable (quizás de color rojizo). Tiene agua y

plantas: «Sino que subía de la tierra un vapor el cual regaba toda la faz de la tierra» (Gn 2.6). Este mismo

significado se encuentra en la primera cita que contiene el término (Gn 1.25): «Todo animal que se

arrastra sobre la tierra». El vocablo se contrasta con «erial, yermo» (suelo improductivo); es el término

genérico que indica la superficie del planeta «tierra» y que, juntos o por separado, significa «suelo,

tierra». El cuerpo del primer hombre, Adán, se formó solo de ˒adamah (cf. Gn 2.9): «Entonces Jehová

Dios formó al hombre del polvo de la tierra [˒adamah]» (Gn 2.7).

˒Adamah puede usarse específicamente para describir una «tierra» que un grupo particular de

personas cultiva o que recibe para culivarla: «Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu

pueblo Israel y la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres: una tierra que fluye leche y

miel» (Dt 26.15). Una variante adicional de este matiz tiene que ver con el propio suelo: «Te ruego, pues,

¿de esta tierra no se dará a tu siervo la carga de un par de mulas [para erigir un altar al Señor]?» (2 R

5.17).

En Éx 3.5 ˒adamah se usa más en el sentido del «suelo» que pisamos, sin tener en cuenta su

productividad: «Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú estás tierra santa es».

El matiz «propiedad» o «posesión» se destaca con más claridad en pasajes como Zac 2.12: «Jehovah

poseerá a Judá como su heredad en la tierra santa» (RVA; cf. Sal 49.11). Aunque ˒adamah nunca tiene

una referencia política, a veces se usa con el significado de «propiedad» o «patria» (cf. Is 14.2; 19.17; y

en particular Ez 7.2). Otro ejemplo es Is 15.9 (RVA): «Pero yo aún traeré sobre Dibón otras cosas: leones

contra los fugitivos de Moab, y contra los sobrevivientes de la tierra».

En todo el Antiguo Testamento existe una relación entre ˒adam («hombre») y ˒adamah («tierra»).

Tienen una afinidad etimológica puesto que ambos parecen derivarse del verbo ˒adom («ser rojo»).

אֲדָמָה

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