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Qorban puede traducirse como «aquello que se lleva cerca de Dios o del altar». No debe sorprender,

entonces, que este vocablo se use como un término general para todos los sacrificios, fuesen animales o

vegetales. La primera mención de «sacrificio» en Levítico es sobre el qorban como «holocausto»:

«Cuando alguno de vosotros presente una ofrenda a Jehová, esta será del ganado vacuno u ovino. Si su

ofrenda es holocausto» (Lv 1.2–3 RVA; cf. 1.10; 3.2, 6; 4.23). La primera mención de qorban como

«ofrenda de grano» es en Lv 2.1 (RVA): «Cuando alguien presente como ofrenda a Jehová una ofrenda

vegetal, esta será de harina fina».

Probablemente la mejor concentración de ejemplos de qorban se encuentra en Nm 7. En un solo

capítulo, el término se usa unas 28 veces con referencia a toda clase de sacrificios de animales y granos,

pero con atención especial hacia la vajilla diversa de plata y oro que ofrecieron al santuario. Por ejemplo,

la ofrenda de Eliab fue «un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, y un jarro de plata de setenta

siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para ofrenda; una cuchara

de oro de diez siclos, llena de incienso; un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto»

(Nm 7.25–27).

Los dos casos en que se usa el término en Ezequiel se refieren a «ofrenda» en sentido general. En Ez

20.28 el vocablo señala las «ofrendas provocativas» (LBA) a otros dioses de Israel en su apostasía. En Ez

40.43, qorban tiene que ver con las acostumbradas ofrendas en el templo.

qurban ( 7133 , ), «ofrenda de leña». Qurban está estrechamente relacionada con qarban.

Se encuentra en Neh 10.34; 13.31, donde se refiere a la «ofrenda de leña» suministrada para quemar los

sacrificios en el segundo templo. Se sorteaba entre el pueblo, los sacerdotes y los levitas con el fin de

determinar quiénes ofrecerían la «ofrenda de leña» o combustible en las fechas señaladas durante el año.

˓olah ( 5930 , ), «sacrificio entero, holocausto». Este vocablo tiene cognados en arameo tardío y

bíblico. Aparece unas 280 veces durante todos los períodos del hebreo de la Biblia y como tal es la

especie de sacrificio más citado en el Antiguo Testamento. Se denominaba «sacrificio entero» (1 S 7.9)

porque se quemaba totalmente, menos la sangre.

En la primera vez que aparece, ˓olah identifica un tipo de «ofrenda» presentada a Dios: «Y edificó

Noé un altar a Jehová y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar»

(Gn 8.20). El segundo matiz aparece en Lv 1.4, donde se refiere al propio sacrificio: «Y pondrá su mano

sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya».

Esta especie de «ofrenda» podía consistir de un toro (Lv 1.3–5), una oveja, una cabra (Lv 1.10) o un

ave (Lv 1.14), sin mácula. El ofrendante colocaba su mano sobre la víctima sacrificial, transfiriéndole así

simbólicamente su pecado y culpa. Después de degollarlo (en el costado norte del altar), el sacerdote

tomaba la sangre y la presentaba al Señor antes de rociarlo alrededor del altar. Si se traía al sacerdote

solamente un ave, este le quitaba la cabeza y dejaba que su sangre se derramara a un lado del altar (Lv

1.15). Este sacrificio efectuaba una expiación del pecado antes de la presentación formal de la «ofrenda» a

Dios. Seguidamente, la «ofrenda» se partía. Excepto los pedazos que no podían limpiarse, las porciones se

purificaban y se colocaban en orden sobre el altar (Lv 1.6–9, 12–13). Entonces, todo el sacrificio se

consumía con el fuego y su esencia se elevaba hacia Dios como un olor agradable (apaciguador). La piel

del animal correspondía al sacerdote (Lv 7.8).

El vocablo ˓olah aparece en las listas de prescripciones y descripciones administrativas del Antiguo

Testamento con referencia a la ofrenda más frecuente. Cada día requería, mañana y tarde, la presentación

de un cordero, el «holocausto [entero] continuo» (Éx 29.38–42). Todos los meses se consagraba un

«holocausto» de dos becerros, un carnero y siete corderos (Nm 28.11–14). El mismo sacrificio debía

presentarse durante cada día de la Pascua y Panes sin Levadura (Nm 28.19–24), así como en la Fiesta de

las Semanas (Nm 28.26–29). Otras fiestas también requerían holocaustos. Y los diversos ritos de

purificación exigían «ofrendas quemadas» (holocaustos) y de propiciación.

קֻרְבָן

עולָה

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