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Como seres humanos, practicamos jesed con los varios componentes de la sociedad hacia familia y

parientes, así como con amistades, huéspedes, patrones y sirvientes. A menudo se requiere jesed hacia

los humildes y necesitados. La Biblia distingue el término jesed para resumir y caracterizar la vida de

santidad interior y en respuesta al pacto. Por eso, Os 6.6 declara que Dios desea «misericordia [«amor

constante»] y no sacrificios», es decir, lo que Él quiere son vidas de fidelidad y no solo culto. En términos

parecidos, Miq 6.8 destaca jesed en el resumen que el profeta hace de la ética bíblica: «Él te ha

declarado lo que es bueno … solamente hacer justicia, y amar misericordia».

Sin embargo, por detrás de estos casos del hombre como sujeto de jesed se encuentran todas las

ocasiones cuando se habla del jesed de Dios. Es una de sus características más destacadas. Dios ofrece

«misericordia» y «amor constante» a su pueblo tan necesitado de redención del pecado y liberación de sus

enemigos y sus tribulaciones. Una frase recurrente que describe la naturaleza de Dios es «abundante

[grande] en jesed» (Éx 34.6; Neh 9.17; Sal 103.8; Jon 4.2). La totalidad de la historia de la relación de

Dios con Israel en el pacto puede resumirse en términos de jesed. Este es el único dato permanente en

todo el flujo de la historia del pacto. Aun la creación es el resultado del jesed divino (Sal 136.5–9). Su

amor dura hasta «mil generaciones» (Dt 7.9; cf. Dt 5.10 y Éx 20.6) o «para siempre» (véase

particularmente los refranes de algunos salmos, como Sal 136).

Hay palabras usadas en paralelismo sinónimo con jesed que lo ayudan a explicar. El vocablo que con

más frecuencia se asocia con jesed es ˒emet («fidelidad; confiabilidad»): «Que tu misericordia y tu

verdad me guarden siempre» (Sal 40.11). Otro término, ˒emûnah, que tiene un significado similar, es

también común: «Se ha acordado de su misericordia [jesed] y de su fidelidad [˒emûnah] para con la

casa de Israel» (Sal 98.3 RVA). Este énfasis es sobre todo significativo cuando Dios es el sujeto porque el

jesed divino es más constante que el del hombre. La investigación etimológica sugiere que el significado

primitivo de jesed puede haber sido «fuerza» o «constancia». Si es así, esto explicaría un uso enigmático

de jesed en Is 40.6: «Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo».

La asociación de jesed con «pacto» evita que se confunda con una simple providencia o amor por

toda criatura; se aplica en primer término al amor especial y compromiso (pacto) de Dios hacia su pueblo

escogido. El «pacto» también enfatiza la reciprocidad de esta relación; sin embargo, puesto que a la larga

el jesed de Dios va más allá del pacto, no se deja de lado, aun cuando el interlocutor humano le sea infiel

y tenga que disciplinarlo (Is 54.8; 10). Puesto que su triunfo y cumplimiento final son escatológicos,

jesed puede expresar la meta y fin de la historia de la salvación (Sal 85.7, 10; 130.7; Miq 7.20).

El nombre propio Jasadƒas (1 Cr 3.20 BJ) está relacionado con jesed. El nombre del hijo de

Zorobabel quiere decir «Yahveh es fiel/misericordioso», un resumen apropiado del mensaje profético.

B. Adjetivo

jasîd ( 2623 , ), «piadoso; devoto; fiel; santo». El adjetivo jasid, derivado de jesed, se usa a

menudo para describir a un israelita fiel. El jesed divino ofrece el patrón, modelo y fuerza que debe

orientar la vida del jasid. Encontramos una mención del hombre «santo» en Sal 12.1 (RVA): «Salva, oh

Jehová, porque se han acabado los piadosos. Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre».

Por lo general un pronombre posesivo se prefija al vocablo para señalar la relación especial que Él guarda

con los que le tienen como patrón de sus vidas: «Amad a Jehová, todos vosotros sus santos. A los fieles

guarda Jehová, pero retribuye en abundancia al que actúa con soberbia» (Sal 31.23 RVA).

Siguiendo la terminología griega (hosios) y latina (sanctus), la RV a menudo traduce el término

como «santos». Esto se debe entender en el contexto de la santificación que es de gracia y no una cualidad

innata ni una conducta moralista.

חָסִיד

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