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Solo Dios puede efectivamente «maldecir». Es una revelación de su justicia en apoyo a su derecho a la

obediencia absoluta. Los seres humanos pueden hacer suyas las «maldiciones» de Dios encomendándoles

sus agravios y confiando en sus juicios justos (cf. Sal 109.26–31).

La Septuaginta traduce ˒arar con epikatarasthai, sus compuestos y derivados; por esta vía llega al

Nuevo Testamento. «Maldición» en el Antiguo Testamento se resume en la siguiente declaración:

«Maldito el varón que no obedeciere las palabras de este pacto» (Jer 11.3). El Nuevo Testamento

responde: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está

escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)» (Gl 3.13).

B. Nombre

˒alah ( 423 , ), «maldición; juramento». Hay cognados de este vocablo en fenicio y arábigo. Los

36 casos veterotestamentarios del nombre se encuentran en todos los períodos de la literatura bíblica.

A diferencia de ˒arar («maldecir o anatemizar») y qalal («maldecir abusando o empequeñeciendo»),

˒alah se refiere fundamentalmente a «la ejecución del juramento requerido para validar un pacto o

acuerdo». Como nombre, ˒alah se refiere propiamente al «juramento»: «Entonces, cuando hayas llegado

a mi familia, quedarás libre de mi juramento; y aunque no te la den, también quedarás libre de mi

juramento» (Gn 24.41 RVA: primer caso). El «juramento» consistía de una «maldición» sobre la cabeza del

que quebrantara el acuerdo. Este mismo sentido aparece en Lv 5.1 con referencia a una «maldición»

general contra cualquiera que testificara falsamente en un caso jurídico.

Por tanto, ˒alah denota una «maldición» que sirve para dar validez a un compromiso o nombramiento

y que puede servir de conclusión a cualquier acuerdo o pacto. Por otro lado, el vocablo expresa una

«maldición» en contra de otro, se conozca o no su identidad.

אלָה

MALVADO, IMPÍO

A. Nombres

rasha˓ ( 7563 , ), «malvado; impío; culpable». Rasha˓ se encuentra solamente en hebreo y

arameo tardío. El vocablo aparece unas 260 veces como nombre o adjetivo, particularmente en la

literatura poética veterotestamentaria. Son contados los casos en el Pentateuco y en los libros históricos.

Es más frecuente en los libros proféticos.

El significado estricto de rasha˓ se relaciona con el concepto de «maldad» o de «ser culpable». Es un

término jurídico. La persona que ha pecado contra la ley es culpable: «Los que abandonan la ley alaban a

los impíos [«malvados» NVI], pero los que guardan la ley contenderán con ellos» (Pr 28.4 RVA). En

ocasiones cuando la justicia no prevaleció en la historia de Israel, los «culpables» se exoneraban:

«Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra» (Pr 29.2; cf. 2 Cr 6.23).

Rasha˓ también denota la categoría de personas que habiendo cometido males, aún viven en pecado

y están resueltos a seguir pecando. Este es el sentido general del término. El primer salmo exhorta a los

piadosos a no imitar las acciones y la conducta de las personas impías y malvadas. El impío no procura a

Dios (Sal 10.4); le desafía (Sal 10.13). El «malo» ama una vida entregada a la violencia (Sal 11.5), oprime

a los justos (Sal 17.9), no paga sus deudas (Sal 37.21) y tiende lazos para atrapar a los justos (Sal

119.110). El Sal 37 ofrece una descripción dramática de las acciones de los «impíos» así como del juicio

de Dios sobre ellos. Frente a la terrible fuerza de los «malvados», los justos claman por su liberación y

exigen el juicio divino sobre los «impíos». El tema de juicio se plantea desde Sal 1.6: «Porque Jehová

רָשָע

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