La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
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14.03.2022 Views

empresa. No fue grave, pero la política de la empresa es que la persona que tiene un accidente con uno de sus vehículos (aunque sea en un estacionamiento o un golpe contra un árbol) tiene que dar parte a la policía en el momento. Matt no conocía esta política, así que cuando su jefe le dijo: «Tu empleado no ha dado parte a la policía, así que tendrás que amonestarlo», Matt respondió: «Él no conocía esta política porque yo tampoco la conocía». Matt escribió la amonestación sobre su empleado... y otra sobre sí mismo. Después de entregar los informes, cuando su jefe le dijo que no pensaba aceptarlo, Matt añadió: «Mi responsabilidad es asegurarme de que mi empleado conozca la política». El comportamiento de Matt es un excelente ejemplo de lo que significa mantenerse responsable hasta las últimas consecuencias. Demuestra uno de los puntos que señala Jim Collins con su metáfora de la ventana y el espejo.5Era una situación en la que había que dejar de mirar por la ventana —no mirar a los demás para culpabilizarlos y acusarlos— y mirarse en el espejo, centrarse en la propia responsabilidad de la situación. Esta conducta se basa en los principios de la responsabilidad máxima, la responsabilidad, la obligación y la propiedad. Lo contrario de esta conducta es no aceptar la responsabilidad, no admitir las cosas, y decir «no es culpa mía». Su falsificación consiste en señalar y responsabilizar a los demás para decir «es culpa suya». Para entender cómo influye esta conducta en la confianza, veamos los siguientes ejemplos. En los últimos minutos de un importante partido, el quarterback Steve Young, del San Francisco 49ers, lanzó la pelota donde se suponía que tenía que estar el receptor, pero no estaba allí. La pelota fue interceptada y los 49ers perdieron el partido. Más tarde, un periodista informó a Young de que parecía que su receptor había hecho la ruta equivocada y le preguntó si era cierto. En realidad, el receptor había corrido por la ruta equivocada, y para Young debió de ser muy tentador dar la razón al entrevistador y evitar que le culpasen injustamente de la interceptación. Recuerdo, sin embargo, que Young respondió: «Yo lancé una interceptación. Fue responsabilidad mía. Yo soy el quar-

terback del equipo, y me quedé corto». Como resultado, los seguidores y los comentaristas culparon a Young, pero los entrenadores y otros jugadores (que sabían que la interceptación era culpa del receptor) respondieron al comportamiento de Young con un aumento de su lealtad y confianza. Un buen líder se atribuye más culpa de la que le corresponde y cede gran parte del mérito. A rnold G lasnow Otro gran ejemplo es el de Scott Waddle, antiguo comandante del USS Greeneville (un submarino nuclear de 6.900 toneladas que colisionó con un pesquero japonés junto a las costas de Hawai, y que provocó nueve muertos). Durante la investigación, se llegó a la conclusión de que había demasiadas personas al mando y de que los oficiales subalternos y los miembros de la tripulación habían cometido demasiados errores al no informar adecuadamente a Waddle. Sin embargo, el comandante asumió (con un gran costo personal) la responsabilidad total como jefe de la tripulación. Haciendo caso omiso de su asesor legal, Waddle se defendió a sí mismo en los interrogatorios. Estas fueron sus palabras: Durante toda mi carrera, incluyendo el día 9 de febrero de 2001, he cumplido mi deber lo mejor que he podido... Si he cometido errores, han sido honestos y bienintencionados. Siento mucho este accidente. Es una tragedia para los familiares de los fallecidos, para la tripulación del USS Greeneville y sus familias, para toda la flota, para mí y para mi propia familia. Entiendo que al hablar ahora podría perder mi derecho a defenderme en un tribunal militar [...]. Este tribunal y las familias tienen que escucharme a pesar del perjuicio legal que supone para mí... y porque es lo

empresa. No fue grave, pero <strong>la</strong> política <strong>de</strong> <strong>la</strong> empresa es que <strong>la</strong> persona<br />

que tiene un acci<strong>de</strong>nte con uno <strong>de</strong> sus vehículos (aunque sea en un estacionamiento<br />

o un golpe contra un árbol) tiene que dar parte a <strong>la</strong> policía<br />

en el momento. Matt no conocía esta política, así que cuando su jefe<br />

le dijo: «Tu empleado no ha dado parte a <strong>la</strong> policía, así que tendrás que<br />

amonestarlo», Matt respondió: «Él no conocía esta política porque yo<br />

tampoco <strong>la</strong> conocía». Matt escribió <strong>la</strong> amonestación sobre su empleado...<br />

y otra sobre sí mismo. Después <strong>de</strong> entregar los informes, cuando<br />

su jefe le dijo que no pensaba aceptarlo, Matt añadió: «Mi responsabilidad<br />

es asegurarme <strong>de</strong> que mi empleado conozca <strong>la</strong> política».<br />

El comportamiento <strong>de</strong> Matt es un excelente ejemplo <strong>de</strong> lo que significa<br />

mantenerse responsable hasta <strong>la</strong>s últimas consecuencias. Demuestra<br />

uno <strong>de</strong> los puntos que seña<strong>la</strong> Jim Collins con su metáfora <strong>de</strong> <strong>la</strong> ventana<br />

y el espejo.5Era una situación en <strong>la</strong> que había que <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar<br />

por <strong>la</strong> ventana —no mirar a los <strong>de</strong>más para culpabilizarlos y acusarlos—<br />

y mirarse en el espejo, centrarse en <strong>la</strong> propia responsabilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> situación.<br />

Esta conducta se basa en los principios <strong>de</strong> <strong>la</strong> responsabilidad máxima,<br />

<strong>la</strong> responsabilidad, <strong>la</strong> obligación y <strong>la</strong> propiedad. Lo contrario <strong>de</strong> esta<br />

conducta es no aceptar <strong>la</strong> responsabilidad, no admitir <strong>la</strong>s cosas, y <strong>de</strong>cir<br />

«no es culpa mía». Su falsificación consiste en seña<strong>la</strong>r y responsabilizar<br />

a los <strong>de</strong>más para <strong>de</strong>cir «es culpa suya».<br />

Para enten<strong>de</strong>r cómo influye esta conducta en <strong>la</strong> confianza, veamos<br />

los siguientes ejemplos.<br />

En los últimos minutos <strong>de</strong> un importante partido, el quarterback<br />

Steve Young, <strong>de</strong>l San Francisco 49ers, <strong>la</strong>nzó <strong>la</strong> pelota don<strong>de</strong> se suponía<br />

que tenía que estar el receptor, pero no estaba allí. <strong>La</strong> pelota fue interceptada<br />

y los 49ers perdieron el partido. Más tar<strong>de</strong>, un periodista informó<br />

a Young <strong>de</strong> que parecía que su receptor había hecho <strong>la</strong> ruta<br />

equivocada y le preguntó si era cierto. En realidad, el receptor había<br />

corrido por <strong>la</strong> ruta equivocada, y para Young <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> ser muy tentador<br />

dar <strong>la</strong> razón al entrevistador y evitar que le culpasen injustamente<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> interceptación. Recuerdo, sin embargo, que Young respondió:<br />

«Yo <strong>la</strong>ncé una interceptación. Fue responsabilidad mía. Yo soy el quar-

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