La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
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14.03.2022 Views

e las responsabilidades u otras cuestiones familiares. Siguiendo con nuestra experiencia con McKinlee, una amiga mía me dijo que cuando sus hijos eran pequeños, clarificó las expectativas en casa colocando una lista dentro de la puerta de cada armario y del mueble del cuarto de baño. En esas listas definía específicamente a qué se refería cuando pedía a uno de los niños que «limpiase» el cuarto de baño. Después, enseñó a sus hijos a realizar las tareas y les traslala responsabilidad de los criterios de la lista. Así, no quedó ninguna duda sobre lo que se esperaba de ellos. Mi amiga me explicó que con esa solución no se eliminaron todos los problemas, pero sí se ahorró mucho tiempo y energías, aumentó la calidad del trabajo y favoreció un entorno de seguridad y confianza. ES UNA CALLE DE DOBLE SENTIDO Según un reciente estudio realizado por AMA/HRI,3la razón número uno del comportamiento poco ético en la empresa se basa en las expectativas no realistas. A la gente se le entrega expectativas, se le impone fechas límite y se le dice lo que tiene que hacer para una fecha concreta y a un determinado costo. La presión por entregar los resultados en la fecha va ganando en intensidad, así que se opta por simplificar las cosas. Los empleados empiezan a hacer cosas poco éticas para responder a la expectativa. Recuerde que clarificar expectativas de manera eficaz es siempre una calle de doble sentido. La gente necesita tener la oportunidad de retroceder, de ayudar a satisfacer una expectativa realista, y de hacerlo desde los dos puntos de vista. En una ocasión, en el Covey Leadership Center, los representantes de una empresa se acercaron a mí con una propuesta para formar una asociación estratégica en torno a una determinada idea. Estudiamos seriamente las posibilidades, pero llegamos a la conclusión de que no era buena idea para ninguna de las partes. Uno de los representantes de la empresa se dirigió a mí de nuevo y

me dijo, con tono un tanto enérgico: «Estoy realmente decepcionado con usted. Ni siquiera pone en práctica lo que su padre enseña». Me dedesconcertado. En un esfuerzo por no mostrarme contrariado, le contesté: «Lo siento. Explíqueme eso». «Su padre enseña el beneficio mutuo, el ganar/ganar. Nosotros hemos venido aquí con el objetivo de hacer un trato beneficioso para ambas partes, pero usted no ha mostrado ninguna voluntad de llegar a un acuerdo». Un tanto aliviado, repliqué: «Mire, estoy totalmente de acuerdo con el ganar/ganar. El problema es que lo que usted propone no es un ganar/ganar, sino un ganar/perder. Para nosotros no sería beneficioso este trato, y convertirlo en un beneficio para nosotros supondría que ustedes perdieran. Eso no es lo que enseña mi padre. Él enseña “ganar/ganar o no hay trato”: si no es beneficioso para ambas partes, no lo hacemos. Y así han salido las cosas en este caso». Aquella persona había omitido a su conveniencia la parte del «no hay trato». Pero usted no puede hacer eso; de lo contrario, se verá prisionero de negociaciones que sólo pueden terminar en perder/perder. Cuando aquel empresario entendió lo que estaba diciendo —una vez clarificadas las expectativas (ganar/ganar o no hay trato)—, cambió su punto de vista. H a g a q u e o c u r r a A lo largo de los años he aprendido varias cosas importantes sobre la clarificación de las expectativas. En primer lugar, he aprendido a cuantificarlo todo: ¿qué resultado? ¿Quién lo logra? ¿Cuándo? ¿A qué precio? ¿Cómo lo mediremos? ¿Cómo sabremos si lo hemos conseguido? ¿Cuándo y a quién atribuiremos la responsabilidad (tanto en estándares de comparación como en balances finales)? Como he dicho en el capítulo sobre los resultados, en general es más eficaz centrarse en los resultados y no tanto en las actividades, aunque con los niños en ocasiones hay que ser un poco más es-

e <strong>la</strong>s responsabilida<strong>de</strong>s u otras cuestiones familiares. Siguiendo con<br />

nuestra experiencia con McKinlee, una amiga mía me dijo que cuando<br />

sus hijos eran pequeños, c<strong>la</strong>rificó <strong>la</strong>s expectativas en casa colocando<br />

una lista <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> cada armario y <strong>de</strong>l mueble <strong>de</strong>l cuarto<br />

<strong>de</strong> baño. En esas listas <strong>de</strong>finía específicamente a qué se refería cuando<br />

pedía a uno <strong>de</strong> los niños que «limpiase» el cuarto <strong>de</strong> baño. Después,<br />

enseñó a sus hijos a realizar <strong>la</strong>s tareas y les tras<strong>la</strong>dó <strong>la</strong> responsabilidad<br />

<strong>de</strong> los criterios <strong>de</strong> <strong>la</strong> lista. Así, no quedó ninguna duda sobre lo que se<br />

esperaba <strong>de</strong> ellos. Mi amiga me explicó que con esa solución no se eliminaron<br />

todos los problemas, pero sí se ahorró mucho tiempo y energías,<br />

aumentó <strong>la</strong> calidad <strong>de</strong>l trabajo y favoreció un entorno <strong>de</strong> seguridad<br />

y confianza.<br />

ES UNA CALLE DE DOBLE SENTIDO<br />

Según un reciente estudio realizado por AMA/HRI,3<strong>la</strong> razón número<br />

uno <strong>de</strong>l comportamiento poco ético en <strong>la</strong> empresa se basa en <strong>la</strong>s<br />

expectativas no realistas. A <strong>la</strong> gente se le entrega expectativas, se le impone<br />

fechas límite y se le dice lo que tiene que hacer para una fecha concreta<br />

y a un <strong>de</strong>terminado costo. <strong>La</strong> presión por entregar los resultados<br />

en <strong>la</strong> fecha va ganando en intensidad, así que se opta por simplificar <strong>la</strong>s<br />

cosas. Los empleados empiezan a hacer cosas poco éticas para respon<strong>de</strong>r<br />

a <strong>la</strong> expectativa.<br />

Recuer<strong>de</strong> que c<strong>la</strong>rificar expectativas <strong>de</strong> manera eficaz es siempre<br />

una calle <strong>de</strong> doble sentido. <strong>La</strong> gente necesita tener <strong>la</strong> oportunidad <strong>de</strong> retroce<strong>de</strong>r,<br />

<strong>de</strong> ayudar a satisfacer una expectativa realista, y <strong>de</strong> hacerlo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los dos puntos <strong>de</strong> vista.<br />

En una ocasión, en el Covey Lea<strong>de</strong>rship Center, los representantes<br />

<strong>de</strong> una empresa se acercaron a mí con una propuesta para formar una<br />

asociación estratégica en torno a una <strong>de</strong>terminada i<strong>de</strong>a. Estudiamos seriamente<br />

<strong>la</strong>s posibilida<strong>de</strong>s, pero llegamos a <strong>la</strong> conclusión <strong>de</strong> que no era<br />

buena i<strong>de</strong>a para ninguna <strong>de</strong> <strong>la</strong>s partes.<br />

Uno <strong>de</strong> los representantes <strong>de</strong> <strong>la</strong> empresa se dirigió a mí <strong>de</strong> nuevo y

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