La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
from luciamarquez9 More from this publisher
14.03.2022 Views

En casa los «pequeños detalles» son incluso más importantes. Decir simplemente «por favor» o «gracias», escuchar con atención a alguien, limpiar lo que se ensucia, compartir el control remoto o sorprender a alguien con flores o con algún otro detalle de afecto supone enormes ingresos en las cuentas de confianza de la familia. De pequeño, recuerdo a mi madre y a mi padre haciendo su paseo diario de media hora en una motocross de la marca Honda por el vecindario para poder tener un momento de intimidad en el que hablar. Recuerdo cómo los miembros de la familia se paraban y me saludaban con cariño y ternura cuando entraba por la puerta principal. Recuerdo las veces en que mi madre o mi padre nos decían a todos que colaboráramos mucho para sorprender al otro limpiando la cocina, el garaje o el patio antes de que volviera a casa, y lo divertido que era ver la sorpresa y el reconocimiento en su cara. Hoy día, en nuestra casa, veo que los ojos de nuestra hija de tres años se iluminan cuando su hermano de trece se la lleva a dar un paseo en el coche de juguete por el patio, o cómo se le iluminaban cuando su hermano de nueve años estaba en casa y se vestía como un príncipe para acompañar a la «princesa» en un té en el suelo. ¡Sé de primera mano lo importantes que pueden ser esos «pequeños detalles»! El resultado final de la am abilidad es que te ganas a la gente. Anita Roddick, fundadora y consejera delegada de The Body Shop Sin embargo, también sé que, según parece, las pequeñas muestras de indiferencia pueden suponer las extracciones más grandes que, en último término, ponen en cero esas cuentas de confianza. Tal como observa una publicación sobre malos tratos:

El comienzo de los malos tratos tanto a la esposa como a los hijos se puede encontrar en cosas aparentemente insignificantes, como denigrar las habilidades y la competencia del otro, criticándolo constantemente, insultándolo o diciéndole cosas feas, rehuyendo la comunicación, manipulando, provocando sentimientos de culpa, haciendo promesas y rompiéndolas repetidamente, intimidando, amenazando físicamente, haciendo acusaciones infundadas o destruyendo pertenencias. En una cultura generalizada de televisión, música, libros y películas que a menudo reflejan, se ríen e incluso aplauden las actitudes irrespetuosas y las conductas ligeramente insultantes, es fácil volverse insensible a los efectos que tienen en las relaciones que más nos importan. No debemos olvidar nunca que (para bien o para mal) los «pequeños» detalles son grandes en el hogar. Mientras que demostrar respeto puede que algunos lo consideren una conducta «blandengue», yo sostengo que sin duda tiene una relación directa con la confianza y, por tanto, con el balance final. Reconsidere parte de los estudios que he explicado en este libro. ¿Por qué sólo 29% de los empleados cree que la dirección se preocupa por que desarrollen sus aptitudes?6 ¿Por qué sólo 42% cree que la dirección se preocupa por ellos?7En demasiados casos, aunque la dirección tal vez lo mencione, ésta básicamente no se comporta de modo que muestre respeto y, por consiguiente, los empleados no confían en ella. A l final, lo que crea confianza es el respeto m anifiesto del líder p o r sus seguidores.

En casa los «pequeños <strong>de</strong>talles» son incluso más importantes. Decir<br />

simplemente «por favor» o «gracias», escuchar con atención a alguien,<br />

limpiar lo que se ensucia, compartir el control remoto o sorpren<strong>de</strong>r a alguien<br />

con flores o con algún otro <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> afecto supone enormes ingresos<br />

en <strong>la</strong>s cuentas <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia.<br />

De pequeño, recuerdo a mi madre y a mi padre haciendo su paseo<br />

diario <strong>de</strong> media hora en una motocross <strong>de</strong> <strong>la</strong> marca Honda por el vecindario<br />

para po<strong>de</strong>r tener un momento <strong>de</strong> intimidad en el que hab<strong>la</strong>r.<br />

Recuerdo cómo los miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia se paraban y me saludaban<br />

con cariño y ternura cuando entraba por <strong>la</strong> puerta principal. Recuerdo<br />

<strong>la</strong>s veces en que mi madre o mi padre nos <strong>de</strong>cían a todos que co<strong>la</strong>boráramos<br />

mucho para sorpren<strong>de</strong>r al otro limpiando <strong>la</strong> cocina, el garaje o el<br />

patio antes <strong>de</strong> que volviera a casa, y lo divertido que era ver <strong>la</strong> sorpresa<br />

y el reconocimiento en su cara. Hoy día, en nuestra casa, veo que los<br />

ojos <strong>de</strong> nuestra hija <strong>de</strong> tres años se iluminan cuando su hermano <strong>de</strong> trece<br />

se <strong>la</strong> lleva a dar un paseo en el coche <strong>de</strong> juguete por el patio, o cómo<br />

se le iluminaban cuando su hermano <strong>de</strong> nueve años estaba en casa y se<br />

vestía como un príncipe para acompañar a <strong>la</strong> «princesa» en un té en el<br />

suelo.<br />

¡Sé <strong>de</strong> primera mano lo importantes que pue<strong>de</strong>n ser esos «pequeños<br />

<strong>de</strong>talles»!<br />

El resultado final <strong>de</strong> <strong>la</strong> am abilidad es que te ganas a <strong>la</strong> gente.<br />

Anita Roddick, fundadora y<br />

consejera <strong>de</strong>legada <strong>de</strong> The Body Shop<br />

Sin embargo, también sé que, según parece, <strong>la</strong>s pequeñas muestras<br />

<strong>de</strong> indiferencia pue<strong>de</strong>n suponer <strong>la</strong>s extracciones más gran<strong>de</strong>s que, en último<br />

término, ponen en cero esas cuentas <strong>de</strong> confianza. Tal como observa<br />

una publicación sobre malos tratos:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!