La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
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14.03.2022 Views

Hay quien dice que no se puede cambiar de conducta. Pero se tienen pruebas claras que indican que la gente puede cambiar de conducta y que en efecto lo hace (a veces de forma espectacular), y al hacerlo a menudo se dan resultados asombrosos. Es el caso de Anuar el-Sadat, que cambió su conducta antiisraelí de forma tan espectacular que reunió a Egipto e Israel, dos antiguos enemigos, en la mesa de negociación para que trabajaran por la paz. O bien Nelson Mandela, antiguo líder del brazo armado del CNA, que acabó al frente de su nación mediante una transición drástica con un espíritu casi sin parangón de no violencia, perdón y reconciliación. También hay una gran cantidad de padres que se convierten en personas de «transición» al negarse a transmitir a sus hijos la mala conducta de sus propios padres, transformando una herencia de abusos en un legado de amor. Por ejemplo los que superan con éxito los programas de rehabilitación por alcoholismo o abuso de drogas. Piense en su vida. ¿No ha habido momentos en que conscientemente ha optado por cambiar de conducta... y lo ha conseguido? En general, la diferencia entre aquellos que cambian de conducta y los que no lo hacen radica en un sentido imperativo del propósito. Cuando el propósito es obtener resultados de manera que aporten confianza, de pronto las conductas que aportan esa confianza ya no son sólo «compromisos» agradables: se convierten en poderosos recursos que hacen posible que uno goce de relaciones satisfactorias y enriquecedoras, una mayor colaboración y logros compartidos, además de sencillamente más diversión. Desde hace algunos años se ha puesto mucho énfasis en la importancia de los «cambios de paradigma»: cambios en el modo que uno ve o piensa en cosas que originan modificaciones importantes de conducta. Espero que este libro ayude a originar cambios de paradigma válidos en su vida en lo que a confianza se refiere. Pero también espero que lo ayude a originar «cambios de conducta» importantes: cambios en lo que se refiere a hacer eso que finalmen-

te cambie su manera de ver y pensar. Me encanta la anécdota que atribuyen al pastor George Crane sobre una mujer que fue a su despacho un día tan enfadada con su marido que no sólo quería divorciarse de él, sino hacerle daño.5El doctor Crane le dijo: «Vaya a casa y haga como si quisiera a su marido. Dígale cuánto significa él para usted. Elógiele hasta el último detalle de su personalidad. Sea tan amable, considerada y generosa como sea posible. No ahorre esfuerzos para complacerlo, para tenerlo contento. Hágale creer que lo quiere. Una vez que lo haya convencido de su amor imperecedero y de que usted no puede vivir sin él, deje caer el bombazo. Dígale que quiere el divorcio. Eso le hará daño de verdad». La mujer pensó que era una idea estupenda y se puso manos a la obra para convencer totalmente al marido de que lo amaba profunda y sinceramente de forma incondicional. Cada día hacía todo lo que se le ocurría para hacérselo creer. Pero al cabo de algunos meses se quedó helada al darse cuenta de que realmente lo amaba. Se había comportado de forma que había recuperado su amor. La lección de esta anécdota es la siguiente: si usted no es una persona comprensiva ahora (pero desea serlo), entonces adelante y compórtese de modo comprensivo. Si no es una persona honesta ahora (pero desea serlo), entonces adelante y compórtese de modo honesto. Haga lo que hacen las personas comprensivas y honestas. Puede que lleve tiempo, pero a medida que haga estas cosas, se convertirá en la clase de persona que quiere ser. A b r ir c u e n t a s d e c o n f ia n z a Mientras se esfuerza por comportarse para crear confianza, un modo útil de visualizar y cuantificar sus esfuerzos es pensar en función de «cuentas de confianza». Son similares a las «Cuentas bancadas emocionales» que mi padre presentó en Los 7 hábitos de la gente altamente eficiente. Al comportarse creando confianza, genera ingresos. Al comportarse destruyendo confianza, produce extracciones. El «balance» en la cuenta refleja la cantidad de confianza en la relación en un momento dado.

te cambie su manera <strong>de</strong> ver y pensar. Me encanta <strong>la</strong> anécdota que atribuyen<br />

al pastor George Crane sobre una mujer que fue a su <strong>de</strong>spacho<br />

un día tan enfadada con su marido que no sólo quería divorciarse <strong>de</strong> él,<br />

sino hacerle daño.5El doctor Crane le dijo: «Vaya a casa y haga como si<br />

quisiera a su marido. Dígale cuánto significa él para usted. Elógiele hasta<br />

el último <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> su personalidad. Sea tan amable, consi<strong>de</strong>rada y<br />

generosa como sea posible. No ahorre esfuerzos para comp<strong>la</strong>cerlo, para<br />

tenerlo contento. Hágale creer que lo quiere. Una vez que lo haya convencido<br />

<strong>de</strong> su amor imperece<strong>de</strong>ro y <strong>de</strong> que usted no pue<strong>de</strong> vivir sin él,<br />

<strong>de</strong>je caer el bombazo. Dígale que quiere el divorcio. Eso le hará daño <strong>de</strong><br />

verdad». <strong>La</strong> mujer pensó que era una i<strong>de</strong>a estupenda y se puso manos a<br />

<strong>la</strong> obra para convencer totalmente al marido <strong>de</strong> que lo amaba profunda<br />

y sinceramente <strong>de</strong> forma incondicional. Cada día hacía todo lo que se le<br />

ocurría para hacérselo creer. Pero al cabo <strong>de</strong> algunos meses se quedó<br />

he<strong>la</strong>da al darse cuenta <strong>de</strong> que realmente lo amaba. Se había comportado<br />

<strong>de</strong> forma que había recuperado su amor.<br />

<strong>La</strong> lección <strong>de</strong> esta anécdota es <strong>la</strong> siguiente: si usted no es una persona<br />

comprensiva ahora (pero <strong>de</strong>sea serlo), entonces a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte y compórtese<br />

<strong>de</strong> modo comprensivo. Si no es una persona honesta ahora (pero<br />

<strong>de</strong>sea serlo), entonces a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte y compórtese <strong>de</strong> modo honesto. Haga lo<br />

que hacen <strong>la</strong>s personas comprensivas y honestas. Pue<strong>de</strong> que lleve tiempo,<br />

pero a medida que haga estas cosas, se convertirá en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> persona<br />

que quiere ser.<br />

A b r ir c u e n t a s d e c o n f ia n z a<br />

Mientras se esfuerza por comportarse para crear confianza, un modo<br />

útil <strong>de</strong> visualizar y cuantificar sus esfuerzos es pensar en función <strong>de</strong> «cuentas<br />

<strong>de</strong> confianza». Son simi<strong>la</strong>res a <strong>la</strong>s «Cuentas bancadas emocionales» que<br />

mi padre presentó en Los 7 hábitos <strong>de</strong> <strong>la</strong> gente altamente eficiente. Al comportarse<br />

creando confianza, genera ingresos. Al comportarse <strong>de</strong>struyendo<br />

confianza, produce extracciones. El «ba<strong>la</strong>nce» en <strong>la</strong> cuenta refleja <strong>la</strong> cantidad<br />

<strong>de</strong> confianza en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción en un momento dado.

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