La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
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14.03.2022 Views

jimos la «ratio entre deuda y valor neto inmovilizado» de 223 a 1 hasta menos de 2 a 1. No sólo se generó un elevado crecimiento, sino también unos importantes beneficios. Una de las cosas más interesantes de esta experiencia fue ver las consecuencias de esos resultados en la relación con los banqueros. Mientras nos veían marcar un hito tras otro durante esos dos años y medio (produciendo, cuadrando las cuentas, aumentando los márgenes y aumentando el efectivo, como nos habíamos comprometido a hacer), veíamos crecer su confianza en nosotros. Nos empezaron a considerar un riesgo admisible. Aumentaron notablemente nuestra línea de crédito; una vez, y otra, y otra más. Nos quisieron dar más negocio. ¿Qué les empujó a querer extender la confianza? ¡Los resultados! ¡L O S RESULTADOS IM PO R TA N ! ¡Los resultados son importantes! Son importantes para su credibilidad. Son importantes para establecer confianza con otras personas y mantenerla. En palabras de Jack Welch, obtener resultados es como tener «vales de rendimiento» sobre la mesa. Te confieren influencia y te catalogan como productor, como alguien que rinde. Sin los resultados, sencillamente, no tienes el mismo tipo de influencia. Si recuperamos una vez más la metáfora del árbol, los resultados son los frutos, el producto y objetivo final tangible y mensurable de las raíces, el tronco y las ramas. Contar con los otros tres núcleos sin los resultados se asemejaría a tener un árbol estéril. No genera credibilidad, por muy sólidos que sean los otros tres núcleos; y no inspira confianza, porque el árbol no produce lo que se pretende que produzca. Volvamos a la idea de infundir la credibilidad de un testimonio pericial delante de un tribunal. Un testigo puede ser considerado una persona honesta, sin intenciones ocultas y con gran cantidad de referencias. Pero si no tiene una buena trayectoria —un historial sólido de resultados—, su credibilidad quedará en tela de juicio y disminuirá notablemente el peso de su testimonio.

En definitiva: sin resultados, no se tiene credibilidad. Es como el viejo dicho «mucho ruido y pocas nueces». Las personas no confían en ti porque no logras que salgan adelante las cosas. Y no hay ningún sitio para esconderse: o produces o no produces. A lo mejor tienes excusas; incluso, buenas razones para ello. Pero, a fin de cuentas, los resultados no están, ni tampoco está la credibilidad, ni la confianza. Es así de sencillo; es así de duro. Por otra parte, si se obtienen resultados pero no se respetan los otros tres núcleos —pongamos, por ejemplo, que consigue las dirás de una manera que atenta contra la credibilidad u ocasiona una «pérdida» para otras personas—, la producción no resultará sostenible, ni tampoco serán buenos los frutos; sabrán mal, olerán mal. Aunque tengan buen aspecto en el exterior, estarán podridos por dentro y no generarán credibilidad y confianza a largo plazo. Sencillamente, es imposible lograr una producción sostenible de frutos óptimos si los resultados se amputan de las raíces del carácter. Esto supone un enorme problema para las organizaciones de hoy en día. ¿Qué se hace con alguien que obtiene resultados, pero utilizando métodos que atentan contra los valores de la empresa? El planteamiento de General Electric, que ilustra la dinámica entre «obtener resultados» y «vivir respetando los valores», reconoce cuatro posibilidades. Afirman que resulta bastante fácil saber qué hacer con la primera categoría de personas, las que obtienen resultados y viven respetando los valores. Se deben conservar y ascender. Asimismo, resulta bastante fácil saber qué hacer con la segunda categoría de personas, las que ni obtienen resultados ni respetan los valores. Se les debe abrir la puerta para que se marchen. Las otras dos categorías, sin embargo, resultan más complicadas de gestionar. Con frecuencia, a quienes respetan los valores, pero logran unos resultados deficientes, se les puede formar, asesorar o trasladar para que desempeñen otra función. Si no mejoran, tal vez sea necesario dejarles marchar. Los más difíciles de tratar son quienes logran unos elevados resultados pero no respetan los valores. Consiguen el objetivo que todo el mundo persigue, pero lo hacen sirviéndose de métodos que de-

jimos <strong>la</strong> «ratio entre <strong>de</strong>uda y valor neto inmovilizado» <strong>de</strong> 223 a 1 hasta<br />

menos <strong>de</strong> 2 a 1. No sólo se generó un elevado crecimiento, sino también<br />

unos importantes beneficios.<br />

Una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas más interesantes <strong>de</strong> esta experiencia fue ver <strong>la</strong>s consecuencias<br />

<strong>de</strong> esos resultados en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción con los banqueros. Mientras<br />

nos veían marcar un hito tras otro durante esos dos años y medio (produciendo,<br />

cuadrando <strong>la</strong>s cuentas, aumentando los márgenes y aumentando<br />

el efectivo, como nos habíamos comprometido a hacer), veíamos<br />

crecer su confianza en nosotros. Nos empezaron a consi<strong>de</strong>rar un riesgo<br />

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y otra, y otra más. Nos quisieron dar más negocio.<br />

¿Qué les empujó a querer exten<strong>de</strong>r <strong>la</strong> confianza? ¡Los resultados!<br />

¡L O S RESULTADOS IM PO R TA N !<br />

¡Los resultados son importantes! Son importantes para su credibilidad.<br />

Son importantes para establecer confianza con otras personas y<br />

mantener<strong>la</strong>. En pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> Jack Welch, obtener resultados es como tener<br />

«vales <strong>de</strong> rendimiento» sobre <strong>la</strong> mesa. Te confieren influencia y te<br />

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Si recuperamos una vez más <strong>la</strong> metáfora <strong>de</strong>l árbol, los resultados son<br />

los frutos, el producto y objetivo final tangible y mensurable <strong>de</strong> <strong>la</strong>s raíces,<br />

el tronco y <strong>la</strong>s ramas. Contar con los otros tres núcleos sin los resultados<br />

se asemejaría a tener un árbol estéril. No genera credibilidad,<br />

por muy sólidos que sean los otros tres núcleos; y no inspira confianza,<br />

porque el árbol no produce lo que se preten<strong>de</strong> que produzca.<br />

Volvamos a <strong>la</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> infundir <strong>la</strong> credibilidad <strong>de</strong> un testimonio pericial<br />

<strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> un tribunal. Un testigo pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado una<br />

persona honesta, sin intenciones ocultas y con gran cantidad <strong>de</strong> referencias.<br />

Pero si no tiene una buena trayectoria —un historial sólido <strong>de</strong><br />

resultados—, su credibilidad quedará en te<strong>la</strong> <strong>de</strong> juicio y disminuirá notablemente<br />

el peso <strong>de</strong> su testimonio.

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