La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
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14.03.2022 Views

credibilidad. Mayoritariamente, tanto las ONG como los políticos poseen sólidas capacidades. Ambos cuentan con acreditados historiales de resultados. Hasta cierto punto, la credibilidad puede ser un problema más grave para los políticos (los oponentes políticos o los medios de comunicación pueden intentar atribuir problemas a cuestiones de integridad). Sostengo que, con mucho, el gran diferenciador entre nuestra percepción de las ONG y de los políticos es una cuestión de intenciones, ya sean las intenciones reales o las intenciones supuestas o atribuidas de quienes están implicados. ¿Cuáles son sus motivaciones o prioridades? ¿Les preocupa de verdad lo que sea más beneficioso para todos los implicados? ¿O están interesados, principalmente, en el poder político, la política de partido, su propio ego o lo que pueden conseguir para sí mismos? Con las ONG, las motivaciones suelen ser, por lo general, honorables y claras; la prioridad es añadir valor a un objetivo o misión beneficioso específico. Sin embargo, con los políticos suele considerarse que las intenciones son hacer lo más beneficioso para el político o para el partido, pero no necesariamente para el conjunto. Las consecuencias para la confianza de las cuestiones relacionadas con la integridad son espectaculares. Hace algún tiempo, un intérprete de la CNN se equivocó al traducir una palabra en un discurso pronunciado por el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad.3En lugar de desarrollar «tecnología nuclear», se dijo que el presidente Ahmadinejad había hablado de desarrollar «armas nucleares». En el ambiente político ya de por sí muy tenso que rodea a los intereses nucleares iraníes, la CNN fue expulsada de Irán inmediatamente. Hussein Shariatmadari, redactor jefe del periódico Kayhan, dijo: «La distorsión se hizo deliberadamente con el propósito de impedir las consecuencias de los comentarios del presidente en la opinión pública». Observe el inmediato núcleo de atención en las motivaciones o intenciones y sus posibles causas... y el resultado. Tras una disculpa pública, permitieron que la CNN regresara a Irán. Pero en este caso —y en montones de interacciones más que se producen todos los días, si tenemos los ojos abiertos para verlas— se hace patente con toda su violencia las espectaculares consecuencias de las cuestiones relacionadas con las intenciones.

Recuperando la metáfora del «testigo pericial», uno de los principales esfuerzos de la parte contraria sería desacreditar al testigo sirviéndose de las intenciones: ¿por qué está testificando esa persona? ¿Qué va a conseguir con ello? ¿Hay un conflicto de intereses? ¿Le paga la empresa a favor de la que está declarando? Si la parte contraria puede atribuir alguna causa a las intenciones sospechosas, el testimonio del testigo quedará en entredicho. La atención que se presta a las intenciones se convierte en una cuestión mucho más importante incluso —de hecho, es una cuestión fundamental— para la persona que está siendo juzgada. «¿Qué motivaciones podría tener esa persona para cometer ese delito?» En la mayor parte de los juicios, las intenciones o los motivos constituyen un importante factor determinante. Como ilustra la metáfora del árbol, el tronco representa las intenciones: parcialmente ocultas bajo tierra y parcialmente visibles en la superficie. Aunque nuestras motivaciones y prioridades se hallen en lo más profundo de nuestros corazones y mentes, se hacen visibles para los demás a través de las conductas y cuando las compartimos con otras personas. Como cada uno de los núcleos restantes, las intenciones resultan vitales para la confianza. Una persona con integridad, capacidad y resultados —pero unas intenciones mediocres— sería alguien honesto, con capacidades y capaz de obtener resultados, pero con motivaciones sospechosas. Tal vez desee ganar, incluso a costa de otros. Y los demás lo perciben y, en consecuencia, sienten que no pueden extender la confianza por completo. Por otra parte, una persona con buenas intenciones sin los otros tres núcleos (integridad, capacidades y resultados) sería una persona generosa, pero deshonesta o cobarde, que no ha desarrollado talentos y destrezas, y no cuenta con una trayectoria de resultados. Una vez más, los cuatro núcleos resultan fundamentales. Como nos preparamos para explorar el tema de las intenciones, tal vez desee plantearse a sí mismo preguntas como las siguientes: • • ¿Con qué frecuencia rebajo (o «gravo con un impuesto») lo que uno dice porque sospecho de las intenciones de esa persona?

Recuperando <strong>la</strong> metáfora <strong>de</strong>l «testigo pericial», uno <strong>de</strong> los principales<br />

esfuerzos <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte contraria sería <strong>de</strong>sacreditar al testigo sirviéndose<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s intenciones: ¿por qué está testificando esa persona? ¿Qué va a<br />

conseguir con ello? ¿Hay un conflicto <strong>de</strong> intereses? ¿Le paga <strong>la</strong> empresa<br />

a favor <strong>de</strong> <strong>la</strong> que está <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rando? Si <strong>la</strong> parte contraria pue<strong>de</strong> atribuir<br />

alguna causa a <strong>la</strong>s intenciones sospechosas, el testimonio <strong>de</strong>l testigo quedará<br />

en entredicho.<br />

<strong>La</strong> atención que se presta a <strong>la</strong>s intenciones se convierte en una cuestión<br />

mucho más importante incluso —<strong>de</strong> hecho, es una cuestión fundamental—<br />

para <strong>la</strong> persona que está siendo juzgada. «¿Qué motivaciones<br />

podría tener esa persona para cometer ese <strong>de</strong>lito?» En <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><br />

los juicios, <strong>la</strong>s intenciones o los motivos constituyen un importante factor<br />

<strong>de</strong>terminante.<br />

Como ilustra <strong>la</strong> metáfora <strong>de</strong>l árbol, el tronco representa <strong>la</strong>s intenciones:<br />

parcialmente ocultas bajo tierra y parcialmente visibles en <strong>la</strong> superficie.<br />

Aunque nuestras motivaciones y priorida<strong>de</strong>s se hallen en lo más profundo<br />

<strong>de</strong> nuestros corazones y mentes, se hacen visibles para los <strong>de</strong>más a<br />

través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s conductas y cuando <strong>la</strong>s compartimos con otras personas.<br />

Como cada uno <strong>de</strong> los núcleos restantes, <strong>la</strong>s intenciones resultan vitales<br />

para <strong>la</strong> confianza. Una persona con integridad, capacidad y resultados<br />

—pero unas intenciones mediocres— sería alguien honesto,<br />

con capacida<strong>de</strong>s y capaz <strong>de</strong> obtener resultados, pero con motivaciones<br />

sospechosas. Tal vez <strong>de</strong>see ganar, incluso a costa <strong>de</strong> otros. Y los <strong>de</strong>más<br />

lo perciben y, en consecuencia, sienten que no pue<strong>de</strong>n exten<strong>de</strong>r <strong>la</strong> confianza<br />

por completo. Por otra parte, una persona con buenas intenciones<br />

sin los otros tres núcleos (integridad, capacida<strong>de</strong>s y resultados) sería<br />

una persona generosa, pero <strong>de</strong>shonesta o cobar<strong>de</strong>, que no ha <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do<br />

talentos y <strong>de</strong>strezas, y no cuenta con una trayectoria <strong>de</strong> resultados.<br />

Una vez más, los cuatro núcleos resultan fundamentales.<br />

Como nos preparamos para explorar el tema <strong>de</strong> <strong>la</strong>s intenciones, tal<br />

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• ¿Con qué frecuencia rebajo (o «gravo con un impuesto») lo que<br />

uno dice porque sospecho <strong>de</strong> <strong>la</strong>s intenciones <strong>de</strong> esa persona?

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