La Velocidad de la Confianza (2)
lógica teniendo en cuenta su sentido del humor), empezó a correr detrás del coche. De pronto, el vehículo aceleró y ella se quedó sola en medio del arcén de la autopista. Como era invierno y no llevaba el abrigo ni los zapatos puestos, Sandra pensó que no era el mejor momento para gastar bromas y que a Stephen le iba a caer una buena cuando regresara. Pero diez minutos después de estar sola en la autopista congelándose, finalmente llegó a la conclusión de que Stephen debía haber creído que había entrado en el coche y estaba dormida en el asiento trasero. Según dice, Stephen no oyó que Sandra le pidiera bajar el coche y, cuando oyó el ruido de la puerta trasera, supuso que estaba dentro. Sabiendo lo cansada que estaba, pensó que se había dormido al momento entre las mantas y almohadas tan calentitas. Como a Sandra le gustaba hacer un montón de paradas para descansar y tomar algo, Stephen pensó que si no hacía nada de ruido, ella dormiría durante todo el trayecto y podría tardar menos en llegar a casa. Por suerte, un hombre que iba en otro coche vio a Stephen marcharse con el coche dejando a Sandra en la carretera y a ella persiguiéndolo. Haciendo lo que consideraba su deber cívico, el hombre llamó a la policía y les informó que acababa de ver a un hombre abandonando a una mujer en el arcén. Enseguida, una patrulla se acercó a Sandra y le preguntó qué había ocurrido: —Mi esposo me ha dejado aquí, pero no creo que se haya dado cuenta —contestó. El policía, sospechando que se trataba de un posible caso de violencia doméstica, le preguntó: —¿Se han peleado, señora? ¿Por qué se ha ido y la ha dejado aquí? —Estoy segura de que cree que estoy dormida en el asiento de atrás. —¿Que cree que está dormida en el asiento de atrás? ¿No cree que es un poco raro que no se haya dado cuenta de que no está? —No, estoy segura de que cree que estoy dormida como un tronco. —¿Cómo se llama? —Sandra Covey.
Tras una larga pausa: —¿Tiene alguna relación con Stephen Covey, el escritor? ¡Me dio una clase una vez! — ¡Él es quien me ha dejado aquí! Mientras Sandra y el policía continuaban hablando, ella recordó que Stephen llevaba un teléfono móvil, por lo que decidieron llamarle. —Señor Covey, habla la policía. Es preciso que se detenga en el arcén de inmediato y necesito saber su ubicación exacta. Desconcertado por no saber cómo había conseguido la policía su número de móvil y preguntándose si el motivo de la llamada era el exceso de velocidad, dijo: «De acuerdo, señor. Creo que estoy en algún lugar cercano a Idaho Falls, pero no lo sé exactamente porque he estado un rato dormido. Mi mujer ha estado conduciendo hasta hace unos diez o quince minutos. Le preguntaré dónde estamos». Entonces, gritó dirigiéndose al asiento trasero: — ¡Sandra, Sandra! ¡Despierta! Hay un policía al teléfono que quiere saber dónde estamos exactamente. — ¡Señor Covey, señor Covey! —gritó el policía por teléfono—. ¡Su esposa no está ahí! —Está dormida en el asiento de atrás —replicó Stephen impaciente—. Espere, voy a pararme y la despertaré. De manera que Stephen se detuvo y se volvió hacia el asiento trasero. Entonces, empezó a revolver frenéticamente las mantas y almohadas. ¡Sandra no estaba! — ¡Mi mujer ha desaparecido! —exclamó. — ¡Está aquí en el coche, conmigo! —replicó el policía. —¿Con usted? Bueno, ¿y cómo ha llegado hasta ahí? —La dejó en el arcén hace un rato. —¿Cómo dice? —preguntó incrédulo—. ¿Quiere decir que no llegó a entrar? ¡Oh, vaya, no lo puedo creer! ¡Me estaba preguntando por qué estaba tan callada! Bueno, finalmente, el policía encontró a Stephen y todos se rieron mucho al reconstruir lo que había sucedido. Stephen dijo: —Mis hijos no lo van a creer.
- Page 62 and 63: C u a r t a o n d a : c o n f ia n
- Page 64 and 65: Consideremos la experiencia de «To
- Page 66 and 67: en mí. Me devuelve a la época en
- Page 68 and 69: las cosas puede generar un cambio e
- Page 70 and 71: PRIMERA ONDA: CONFIANZA EN SÍ MISM
- Page 72 and 73: LOS CUATRO NÚCLEOS DE LA CREDIBILI
- Page 74 and 75: LOS CUATRO NÚCLEOS DE LA CREDIBILI
- Page 76 and 77: LOS CUATRO NÚCLEOS DE LA CREDIBILI
- Page 78 and 79: (pruebas de aptitud realizadas en e
- Page 80 and 81: Recuerde lo siguiente: podernos hac
- Page 82 and 83: Puntuación total de la primera par
- Page 84 and 85: Puntuación total de la tercera par
- Page 86 and 87: Observemos ahora las puntaciones qu
- Page 88 and 89: tos, actitudes, destrezas, conocimi
- Page 90 and 91: Abordar de esta manera los cuatro n
- Page 92 and 93: pacidades y añadir valor a sus org
- Page 94 and 95: espetos. Su reputación es de sobra
- Page 96 and 97: incluso, comportarse con brutalidad
- Page 98 and 99: que deberían hacer algo, lo hacen.
- Page 100 and 101: Ser humilde no implica ser débil,
- Page 102 and 103: propia credibilidad y, en última i
- Page 104 and 105: Cuanta más experiencia tengo, tant
- Page 106 and 107: cliente, calidad, integridad, traba
- Page 108 and 109: 5. Muéstrese abierto Es posible qu
- Page 110 and 111: La avaricia destruye la riqueza; en
- Page 114 and 115: El policía replicó: —Eso no es
- Page 116 and 117: credibilidad. Mayoritariamente, tan
- Page 118 and 119: • ¿Qué tipo de impuestos paga m
- Page 120 and 121: quier cosa que diga o haga requerir
- Page 122 and 123: mentó la satisfacción de los clie
- Page 124 and 125: ¿Qué clase de consecuencias está
- Page 126 and 127: posibilidades: «Tal vez llegue tar
- Page 128 and 129: • En una interacción con el cón
- Page 130 and 131: cara buscar modelos de conducta, le
- Page 132 and 133: Según el antiguo economista de la
- Page 134 and 135: centros de alfabetización, program
- Page 136 and 137: NÚCLEO 3: CAPACIDADES ¿Es usted v
- Page 138 and 139: ien parado en la nueva situación.
- Page 140 and 141: Talentos Actitudes Conocimientos Ha
- Page 142 and 143: han concedido, la credibilidad que
- Page 144 and 145: de la credibilidad y constituye un
- Page 146 and 147: padre: «El conjunto de conocimient
- Page 148 and 149: Al comentar su experiencia, Hanks s
- Page 150 and 151: a n te un tiem po, se le c o n sid
- Page 152 and 153: cincuenta años, lo veían como una
- Page 154 and 155: al béisbol, pasó de ser «el mejo
- Page 156 and 157: Nunca olvidaré su sencilla y sonor
- Page 158 and 159: • ¿Qué habilidades y entendimie
- Page 160 and 161: jimos la «ratio entre deuda y valo
lógica teniendo en cuenta su sentido <strong>de</strong>l humor), empezó a correr <strong>de</strong>trás<br />
<strong>de</strong>l coche. De pronto, el vehículo aceleró y el<strong>la</strong> se quedó so<strong>la</strong> en medio <strong>de</strong>l<br />
arcén <strong>de</strong> <strong>la</strong> autopista.<br />
Como era invierno y no llevaba el abrigo ni los zapatos puestos, Sandra<br />
pensó que no era el mejor momento para gastar bromas y que a Stephen<br />
le iba a caer una buena cuando regresara. Pero diez minutos <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> estar so<strong>la</strong> en <strong>la</strong> autopista congelándose, finalmente llegó a <strong>la</strong><br />
conclusión <strong>de</strong> que Stephen <strong>de</strong>bía haber creído que había entrado en el<br />
coche y estaba dormida en el asiento trasero.<br />
Según dice, Stephen no oyó que Sandra le pidiera bajar el coche y,<br />
cuando oyó el ruido <strong>de</strong> <strong>la</strong> puerta trasera, supuso que estaba <strong>de</strong>ntro. Sabiendo<br />
lo cansada que estaba, pensó que se había dormido al momento<br />
entre <strong>la</strong>s mantas y almohadas tan calentitas. Como a Sandra le gustaba<br />
hacer un montón <strong>de</strong> paradas para <strong>de</strong>scansar y tomar algo, Stephen pensó<br />
que si no hacía nada <strong>de</strong> ruido, el<strong>la</strong> dormiría durante todo el trayecto<br />
y podría tardar menos en llegar a casa.<br />
Por suerte, un hombre que iba en otro coche vio a Stephen marcharse<br />
con el coche <strong>de</strong>jando a Sandra en <strong>la</strong> carretera y a el<strong>la</strong> persiguiéndolo.<br />
Haciendo lo que consi<strong>de</strong>raba su <strong>de</strong>ber cívico, el hombre l<strong>la</strong>mó a<br />
<strong>la</strong> policía y les informó que acababa <strong>de</strong> ver a un hombre abandonando<br />
a una mujer en el arcén.<br />
Enseguida, una patrul<strong>la</strong> se acercó a Sandra y le preguntó qué había<br />
ocurrido:<br />
—Mi esposo me ha <strong>de</strong>jado aquí, pero no creo que se haya dado<br />
cuenta —contestó.<br />
El policía, sospechando que se trataba <strong>de</strong> un posible caso <strong>de</strong> violencia<br />
doméstica, le preguntó:<br />
—¿Se han peleado, señora? ¿Por qué se ha ido y <strong>la</strong> ha <strong>de</strong>jado aquí?<br />
—Estoy segura <strong>de</strong> que cree que estoy dormida en el asiento <strong>de</strong> atrás.<br />
—¿Que cree que está dormida en el asiento <strong>de</strong> atrás? ¿No cree que<br />
es un poco raro que no se haya dado cuenta <strong>de</strong> que no está?<br />
—No, estoy segura <strong>de</strong> que cree que estoy dormida como un tronco.<br />
—¿Cómo se l<strong>la</strong>ma?<br />
—Sandra Covey.