La Velocidad de la Confianza (2)

luciamarquez9
from luciamarquez9 More from this publisher
14.03.2022 Views

cliente, calidad, integridad, trabajo en equipo, respeto por las personas, buena ciudadanía, voluntad de ganar, responsabilidad personal y otros valores más. Para ser íntegro —o estar integrado—, es necesario contar con una esencia, algo a lo que mantenerse fiel. Es imposible trabajar desde dentro hacia fuera si uno ni tan siquiera sabe lo que tiene dentro. Es preciso, por lo tanto, contar con un centro; es preciso tener valores identificados; es preciso saber qué representa uno y es preciso representarlo, para que los demás también lo sepan. Creer en algo y no vivirlo es deshonesto. Mahatma G andhi Jon Huntsman, presidente de Huntsman Chemical, es un magnífico ejemplo de integridad, tanto a la hora de establecer compromisos como de cumplirlos.9 Como relata en su libro Winners Never Cheat, tras unas largas negociaciones Huntsman accedió a vender 40% de una división de su empresa a Great Lakes Chemical. Un sencillo apretón de manos con Emerson Kampen, presidente y director general de Great Lakes, selló la transacción de 54 millones delares. Sin embargo, Great Lakes alargó mucho la elaboración del acuerdo escrito. En los seis meses y medio que necesitaron para plasmar el acuerdo en papel, el precio de las materias primas se había reducido de forma drástica, los beneficios de Huntsman se habían triplicado y había logrado los mayores márgenes de toda la historia. El 40% de la división había pasado de valer 54 millones a 250 millones. Con un acuerdo todavía sin firmar, Kampen llamó a Huntsman y le dijo que, aunque no creía que debiera pagar toda la diferencia del valor, pensaba que era justo pagar la mitad, por lo que se ofreció para cubrir la diferencia. Pero Huntsman dijo que no; se habían dado la mano, habían acordado 54 millones y el precio no iba a cambiarse. Kampen dijo: «¡Pero no es justo para ti!».

Huntsman replicó: «Tú negocias por tu empresa, Emerson, déjame que negocie yo por la mía». Kampen quedó tan impresionado con esta exhibición de integridad que, aunque él y Huntsman nunca habían mantenido una relación personal estrecha, dejó dispuesto todo para que Huntsman fuera una de las personas que hablaran el día de su funeral. Obviamente, Jon Huntsman representaba algo. Como comentó al escribir sobre su experiencia: «Aunque podría haber obligado a Great Lakes a pagar 200 millones más por ese 40% de participación en mi empresa, no tuve que luchar con mi conciencia ni mirar por encima del hombro. La palabra que había dado fue mi garantía». Jon Huntsman sabía lo que era importante para él. Tenía claros sus valores. No tenía necesidad de luchar cuando las circunstancias ponían en tela de juicio esos valores. Y, claramente, representar esos valores inspiraba confianza. valores. No es difícil tom ar decisiones cuando sabes cuáles son tus Roy Disney, exvicepresidente de Walt Disney Company Una excelente manera de identificar los valores que uno quiere representar es someterse a algún tipo de clarificación de propósitos y valores. Nada me ha resultado más valioso que la definición de una misión o credo, ya sea personal, familiar o empresarial. Expresar lo que uno representa —y vivir con arreglo a ello— generará enormes dividendos al ayudarle a convertirse en una persona creíble y digna de confianza. Quién eres, cuáles son tus valores, qué representas... Son tu ancla, tu norte. No vas a encontrarlo en ningún libro; lo encontrarás en el alma.

cliente, calidad, integridad, trabajo en equipo, respeto por <strong>la</strong>s personas,<br />

buena ciudadanía, voluntad <strong>de</strong> ganar, responsabilidad personal y otros valores<br />

más.<br />

Para ser íntegro —o estar integrado—, es necesario contar con una<br />

esencia, algo a lo que mantenerse fiel. Es imposible trabajar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro<br />

hacia fuera si uno ni tan siquiera sabe lo que tiene <strong>de</strong>ntro. Es preciso,<br />

por lo tanto, contar con un centro; es preciso tener valores i<strong>de</strong>ntificados;<br />

es preciso saber qué representa uno y es preciso representarlo,<br />

para que los <strong>de</strong>más también lo sepan.<br />

Creer en algo y no vivirlo es <strong>de</strong>shonesto.<br />

Mahatma G andhi<br />

Jon Huntsman, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Huntsman Chemical, es un magnífico<br />

ejemplo <strong>de</strong> integridad, tanto a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> establecer compromisos como<br />

<strong>de</strong> cumplirlos.9 Como re<strong>la</strong>ta en su libro Winners Never Cheat, tras unas<br />

<strong>la</strong>rgas negociaciones Huntsman accedió a ven<strong>de</strong>r 40% <strong>de</strong> una división<br />

<strong>de</strong> su empresa a Great <strong>La</strong>kes Chemical. Un sencillo apretón <strong>de</strong> manos<br />

con Emerson Kampen, presi<strong>de</strong>nte y director general <strong>de</strong> Great <strong>La</strong>kes, selló<br />

<strong>la</strong> transacción <strong>de</strong> 54 millones <strong>de</strong> dó<strong>la</strong>res.<br />

Sin embargo, Great <strong>La</strong>kes a<strong>la</strong>rgó mucho <strong>la</strong> e<strong>la</strong>boración <strong>de</strong>l acuerdo<br />

escrito. En los seis meses y medio que necesitaron para p<strong>la</strong>smar el<br />

acuerdo en papel, el precio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s materias primas se había reducido<br />

<strong>de</strong> forma drástica, los beneficios <strong>de</strong> Huntsman se habían triplicado y<br />

había logrado los mayores márgenes <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> historia. El 40% <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

división había pasado <strong>de</strong> valer 54 millones a 250 millones.<br />

Con un acuerdo todavía sin firmar, Kampen l<strong>la</strong>mó a Huntsman y le<br />

dijo que, aunque no creía que <strong>de</strong>biera pagar toda <strong>la</strong> diferencia <strong>de</strong>l valor,<br />

pensaba que era justo pagar <strong>la</strong> mitad, por lo que se ofreció para cubrir<br />

<strong>la</strong> diferencia. Pero Huntsman dijo que no; se habían dado <strong>la</strong> mano, habían<br />

acordado 54 millones y el precio no iba a cambiarse.<br />

Kampen dijo: «¡Pero no es justo para ti!».

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!