El método Lean Startup
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Para demostrarlo, echemos un vistazo al desarrollo del modelo de minicaravana Sienna de Toyota para el año<br />
2004. En Toyota, al director responsable del diseño y desarrollo de un nuevo modelo se le llama ingeniero jefe.<br />
Es un directivo multifuncional que supervisa todo el proceso, desde la conceptualización hasta la producción. <strong>El</strong><br />
Sienna de 2004 fue asignado a Yuji Yokoya, que tenía muy poca experiencia en Norteamérica, el principal<br />
mercado del Sienna. Para descubrir cómo mejorar la minicaravana, propuso una estrategia audaz: un viaje por<br />
carretera por los cincuenta Estados de Estados Unidos, las trece provincias y territorios de Canadá y todo<br />
México. En total hizo más de 85.000 kilómetros. En pueblos pequeños y en grandes ciudades, Yokoya alquilaba<br />
el modelo actual de Sienna, para conducir todavía más y hablar y observar a los consumidores reales. A partir<br />
de estas observaciones de primera mano, Yokoya era capaz de empezar a probar sus asunciones básicas sobre<br />
qué es lo que los consumidores norteamericanos esperaban de una minicaravana.<br />
Es habitual pensar que vender a los consumidores es más fácil que vender a las empresas, puesto que los<br />
consumidores no tienen la complejidad que entrañan los múltiples departamentos y la gran cantidad de gente<br />
diferente con diversos roles en el proceso de compra. Yokoya descubrió que eso no era verdad en el caso de<br />
sus consumidores: «Los padres y los abuelos son los propietarios de la minicaravana. Pero son los niños<br />
quienes la gobiernan. Son los niños quienes ocupan los dos tercios de la parte trasera del vehículo. Y los niños<br />
son los más críticos, y los que más aprecian su entorno. Si aprendí algo en mis viajes, fue que el nuevo Sienna<br />
necesitaría las súplicas de los niños».[7] Identificar estas asunciones contribuyó a dirigir el desarrollo del coche.<br />
Por ejemplo, Yokoya dedicó una cantidad inusual del presupuesto de desarrollo del Sienna a elementos de<br />
confort del interior, cruciales para un viaje familiar por carretera (este tipo de viajes son mucho más habituales<br />
en Estados Unidos que en Japón).<br />
Los resultados fueron impresionantes; la cuota de mercado del Sienna aumentó de forma espectacular. Las<br />
ventas del modelo de 2004 fueron un 60 % mayores que las del modelo de 2003. Por supuesto, un producto<br />
como el Sienna es el clásico ejemplo de innovación sostenible, del tipo en que Toyota, una de las empresas<br />
consolidadas mejor gestionadas del mundo, sobresale. Los emprendedores se enfrentan a un conjunto de retos<br />
porque operan con mayor incertidumbre. Mientras que una empresa que trabaja con la innovación sostenible<br />
sabe quiénes son y dónde están sus clientes para usar el genchi gembutsu para descubrir qué es lo que quieren,<br />
el primer contacto de una startup con sus primeros clientes potenciales revela qué asunciones han de ser<br />
probadas con más urgencia.<br />
Salir del edificio<br />
Los números nos cuentan una historia convincente, pero siempre recuerdo a los emprendedores que los<br />
números también son personas. No importa cuántos intermediarios haya entre una empresa y sus<br />
consumidores; al final, los consumidores son individuos que respiran, piensan y compran. Su comportamiento<br />
es medible y alterable. Incluso cuando uno vende a grandes instituciones, como en el caso del modelo de<br />
negocio a negocio, ayuda recordar que estos negocios están hechos de personas. Todos los modelos de ventas<br />
con éxito dependen de desglosar la visión monolítica de las organizaciones en la disparatada gente que las<br />
compone.<br />
Tal como Steve Blank ha estado enseñando a los emprendedores durante años, los hechos que necesitamos<br />
deducir sobre los consumidores, mercados, suministradores y canales sólo se producen «fuera del edificio». Las<br />
startups necesitan un contacto extensivo con los consumidores potenciales para entenderles y, por lo tanto, es<br />
necesario levantarse de la silla e ir a conocerles.