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INCREMENTO DE MIOPÍA EN NIÑOS DURANTE EL CONFINAMIENTO EN LA ARGENTINA

Las chicas y los chicos miopes ven mal de lejos el rostro de la gente, un automóvil al querer cruzar la calle y el pizarrón en el colegio. Para ver bien de lejos tienen que usar anteojos que corrijan su miopía. Hoy se puede evitar el desarrollo de la patología y también intentar detener su progreso, ya que conocemos los mecanismos por los cuales se produce.

Las chicas y los chicos miopes ven mal de lejos el rostro de la gente, un automóvil al
querer cruzar la calle y el pizarrón en el colegio. Para ver bien de lejos tienen que usar
anteojos que corrijan su miopía. Hoy se puede evitar el desarrollo de la patología y
también intentar detener su progreso, ya que conocemos los mecanismos por los cuales
se produce.

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<strong>INCREM<strong>EN</strong>TO</strong> <strong>DE</strong> <strong>MIOPÍA</strong> <strong>EN</strong> <strong>NIÑOS</strong> <strong>DURANTE</strong> <strong>EL</strong><br />

CONFINAMI<strong>EN</strong>TO <strong>EN</strong> <strong>LA</strong> ARG<strong>EN</strong>TINA<br />

Las chicas y los chicos miopes ven mal de lejos el rostro de la gente, un automóvil al<br />

querer cruzar la calle y el pizarrón en el colegio. Para ver bien de lejos tienen que usar<br />

anteojos que corrijan su miopía. Hoy se puede evitar el desarrollo de la patología y<br />

también intentar detener su progreso, ya que conocemos los mecanismos por los cuales<br />

se produce.<br />

La miopía es hoy una de las principales causas de discapacidad visual prevenible y de ceguera en todo<br />

el mundo, y su prevalencia está aumentando en muchos países. Por ejemplo, en Singapur hace solo 40<br />

años no llegaba al 30% de la población en jóvenes; actualmente, en cambio, cerca del 85% son miopes.<br />

Lo mismo ha ocurrido en Taiwán, Corea, Hong Kong, Guangzhou y Pekín. Mientras tanto en los Estados<br />

Unidos y Europa la miopía ha aumentado en los jóvenes a cifras del 50%. En tanto, hoy en la Argentina<br />

y en Latinoamérica en general tenemos cifras, todavía, por debajo del 10-20% en los jóvenes.<br />

Sabemos a ciencia cierta, desde hace ya varios años, que estar al aire libre y expuestos a la luz natural<br />

algunas horas por día retrasa la aparición de la miopía en los niños, y recientemente se ha demostrado<br />

que también logra retardar su progresión. Por ejemplo, en Guangzhou, una ciudad del sur de la República<br />

Popular China, grupos de niños de varias escuelas fueron retirados de las aulas durante los recreos


(pues por lo común tienden a quedarse estudiando) para mantenerlos al aire libre por 40 minutos más<br />

que lo corriente, y entonces la incidencia de nuevos casos disminuyó también en forma notable. A su<br />

vez, en Taiwán, el Ministerio de Educación impuso dos horas al aire libre por día en las escuelas a nivel<br />

nacional y, como consecuencia, la prevalencia de miopía disminuyó en los últimos diez años, según el<br />

screening anual nacional que se realiza. Luego, en Taiwán, al medir con brazaletes electrónicos la<br />

exposición al aire libre de niños miopes a lo largo de los años se vio que, a más exposición, menor era la<br />

progresión de la patología.<br />

En muchas partes del mundo la pandemia de COVID-19 ha provocado cierres de escuelas, así como<br />

restricciones en actividades fuera del hogar familiar. Esto ha producido condiciones que pueden promover<br />

la aparición y la progresión de la miopía, dado que los chicos no han tenido la posibilidad de estar al<br />

aire libre en esos períodos. Consecuentemente, el objetivo de nuestro estudio fue analizar la progresión<br />

de la miopía durante la COVID-19 en ocasión del confinamiento de los niños en sus hogares, en la<br />

República Argentina. En 16 consultorios a lo largo del país se recolectaron datos de más de 100 niños<br />

de los cuales se conocía la progresión de su miopía en 2019, que fue comparada con la que exhibieron<br />

en 2020. Encontramos que la progresión aumentó en un 30-40% durante el período de confinamiento,<br />

en comparación con el año anterior en que ellos habían pasado mayor tiempo al aire libre.<br />

Los resultados indican, entonces, que los períodos prolongados de confinamiento efectivamente aumentan<br />

la progresión de la miopía en niños miopes, lo que puede resultar en una miopía más grave de<br />

adultos. En consecuencia, estos resultados sugieren que al diseñar restricciones de confinamiento en el<br />

hogar que impactan en los niños, es importante incorporar un mínimo de dos horas por día de aire libre<br />

en veredas, balcones, plazas u otros espacios al aire libre, tal como se hizo tempranamente con la<br />

autorización de práctica de caminatas y salidas deportivas al aire libre para evitar el sedentarismo en los<br />

adultos. Claramente, esta exposición al aire libre puede no solo prevenir la progresión de la miopía sino<br />

que hasta puede evitar su aparición. Además, tiene efectos muy importantes para la salud física y<br />

mental: son ejemplos típicos la activación de la vitamina D en la piel y la disminución de la depresión<br />

emocional. Así el Ministerio de Salud debiera impartir recomendaciones para el control de la COVID-19<br />

que tengan en cuenta los enormes beneficios que tiene estar al aire libre para la salud de los niños.<br />

CÓMO PREV<strong>EN</strong>IR <strong>LA</strong> <strong>MIOPÍA</strong> O <strong>DE</strong>T<strong>EN</strong>ER SU AVANCE<br />

Los niños de edad escolar muchas veces desarrollan miopía. Se les nota porque se quejan de no ver el<br />

pizarrón en la escuela. Durante el siglo XX se creyó que la miopía era de causa genética y básicamente<br />

se corregía con lentes para ver de lejos. Si bien, hoy seguimos indicando lentes a los niños miopes,<br />

podemos además intervenir para evitar que la miopía avance. Esto es porque a partir de 2005 se descubrió<br />

que si los niños estaban dos o más horas al aire libre, casi todos los días, desarrollaban menos<br />

miopía.<br />

Este descubrimiento del equipo australiano dirigido por Ian Morgan* fue confirmado por sucesivos<br />

trabajos una y otra vez. Y, en animales que se vuelven miopes, se pudo averiguar que la dopamina se<br />

activa con la luz y frena la aparición de la miopía. Estos hallazgos hicieron que desde 2010 se pudiera<br />

empezar a prevenir la miopía, como se ha dicho, tan solo con incluir dos horas de actividades al aire<br />

libre en los colegios de Taiwán, por una política pública dictada desde el Ministerio.<br />

Mientras tanto durante la primera década de 2000, el hecho de leer también fue confirmado como la<br />

segunda causa de que aparezca miopía. La lectura podría estar produciendo miopía por dos causas,<br />

primero por un desenfoque que se produce al leer, y segundo por el hecho de que se leen letras negras<br />

en fondo blanco. Hoy se están probando anteojos o lentes de contacto que modifican el desenfoque<br />

durante la lectura, y en Alemania Frank Schaeffer, en su laboratorio de Tübingen está haciendo ensayos<br />

con personas que leen con contraste invertido (letras blancas en fondo negro). Ambos mecanismos<br />

podrían detener el avance de la miopía, aunque queda mucho por hacer en ese sentido.<br />

<strong>LA</strong> MEJOR PREPARACIÓN PARA <strong>EL</strong> MUNDO ONLINE ES <strong>EL</strong> MUNDO OFFLINE<br />

La tecnología actual nos permite comunicarnos, aprender, trabajar y navegar en diferentes plataformas,<br />

por tal motivo su uso debe ser responsable si pretendemos cuidar nuestra salud visual. La cantidad de<br />

horas en línea creció exponencialmente y por tal motivo los casos de consulta debidas a problemas<br />

oculares por el uso intensivo de pantallas han aumentado durante la pandemia de COVID-19. Así es que<br />

hoy hablamos del síndrome visual informático caracterizado por fatiga ocular, irritación conjuntival, ojo


seco, visión borrosa, visión doble, cefaleas, mareos, vértigo, dolor de cuello, espalda, hombros, brazos y<br />

manos.<br />

Estos síntomas deben llevarnos a revisar nuestra postura frente a los dispositivos electrónicos y a realizar<br />

un control oftalmológico general. Es recomendable internalizar dos reglas para nuestra vida cotidiana,<br />

una de ellas es la “20-20-20” donde cada 20 minutos de uso de la tecnología debemos descansar 20<br />

segundos mirando a lo lejos 6 metros o 20 pies, y haciendo consciente nuestro parpadeo. La segunda<br />

regla útil es la “30-40-50”, esto es que debemos colocar a 30 cm el móvil, a 40 cm la tablet y a 50 cm<br />

la notebook o el monitor de la computadora.<br />

Se estima que el uso prolongado en visión cercana podría favorecer el desarrollo de miopía en los niños y<br />

así llegaríamos a una nueva pandemia, por tal motivo la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil<br />

(SAOI) recomienda que en los niños de 0 a 2 años se debe evitar el uso de pantallas y dispositivos<br />

electrónicos; de los 2 a los 5 años se les debe limitar su uso a 1 hora por día; mientras que a los mayores<br />

a 6 años se les debe establecer límites de exposición. Por otra parte, todos debemos evitar el uso de<br />

pantallas 2 horas antes de dormir para respetar nuestro ritmo circadiano, ya que este ciclo natural de<br />

cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas se ve<br />

afectado por la luz y la oscuridad.<br />

Insistimos: para los niños recomendamos menos horas de pantallas y más actividad al aire libre. Protejamos<br />

educando a los más pequeños y seamos responsables del cuidado de nuestro cuerpo. La salud<br />

visual es nuestra gran herramienta.<br />

* Nota ampliatoria<br />

Los drásticos incrementos de la prevalencia de la miopía en Asia Oriental no pueden deberse a cambios<br />

genéticos, sino que tienen que ser resultado de cambios ambientales o sociales. Entonces, la carga<br />

hereditaria no desempeña un papel tan importante como se pensaba. «La miopía, considerada históricamente<br />

un trastorno sobre todo genético, es, en realidad, una enfermedad determinada socialmente»,<br />

afirma Ian Morgan, uno de los autores de esta nota de divulgación.<br />

Morgan y sus colegas propusieron que era probable que cualquier efecto protector del tiempo pasado al<br />

aire libre estuviera mediado por el estímulo de la luz brillante para liberar el transmisor dopamina en la<br />

retina. Se sabe que la luz estimula la liberación de la dopamina, y los fármacos que imitan sus efectos<br />

reducen el crecimiento ocular. Morgan fue uno de los directores del fundacional Estudio de Miopía de<br />

Sydney. Como parte de ese estudio, Kathryn Rose, de la Universidad de Sydney, desarrolló un cuestionario<br />

exhaustivo para determinar con mayor precisión cuánto tiempo pasan los niños en los interiores y<br />

cuánto al aire libre, y qué tipos de actividades realizan en ambos entornos. Morgan sostiene que su<br />

hipótesis se fundamenta en trabajos que demuestran que los animales experimentales criados en<br />

condiciones que normalmente conducen a la miopía, pero a los que se expone a luces brillantes, no<br />

desarrollan miopía.<br />

Además, se ha demostrado que los medicamentos que bloquean la dopamina también bloquean el<br />

efecto protector de la luz.<br />

Carolina Picotti es médica oftalmóloga del Centro Médico Lisandro de la Torre de la ciudad de Villa María, Córdoba,<br />

Argentina.<br />

Victoria Sánchez es médica oftalmóloga de la Clínica de Ojos Reyes-Giobellina y del Instituto Oulton, ambos de la<br />

ciudad de Córdoba, Argentina.<br />

Leonardo Fernández Irigaray es médico oftalmólogo, jefe del Servicio de Estrabismo en la Clínica de ojos Dr. Nano,<br />

provincia de Buenos Aires y secretario general del Consejo Latinoamericano de Estrabismo (C<strong>LA</strong><strong>DE</strong>).<br />

Ian G. Morgan es investigador de la Research School of Biology, de la Universidad Nacional Australiana, Canberra,<br />

Australia y del Zhongshan Ophthalmic Center, Universidad Sun Yat-sen, Guangzhou, República Popular China.<br />

Rafael Iribarren es médico oftalmólogo de Dres. Iribarren y asociados, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.<br />

Fuente: Carolina Picotti, Carolina; Sanchez, Victoria; Fernández Irigaray, Leonardo; Morgan, Ian G.; Iribarren,<br />

Rafael. Myopia progression in children during COVID-19 home confinement in Argentina. Oftalmol Clin Exp,2021;<br />

14(3): 156-161.

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