RevistaAposgran 140

ACTUALIZACIÓN TÉCNICA
durante el verano y parte del
otoño (junio a noviembre)
del año 2015 y 2016, en una
cooperativa de agricultores de
la región central de Kansas,
EE. UU. En esta cooperativa
se conectó el equipo de refrigeración
a un silo metálico
con 1,350 toneladas métricas
(t) de trigo duro de invierno
recién cosechado y con un
contenido de humedad (CH)
menor del 13% (Figura X).
Dentro de este silo también
se conectaron cables de temperatura
(TSGC Inc., Spirit
Lake, Iowa) para monitorear
las condiciones dentro
del silo durante y después
del periodo de refrigeración.
Adicionalmente, se colocaron
trampas de insectos dentro de
la masa de granos, bioensayos
(contenedores plásticos
con un número conocido de
insectos para estimar el crecimiento
poblacional) y se
tomaron muestras de granos
periódicamente a diferentes
profundidades del silo con la
ayuda de una sonda neumática
(Seedburo Eq., Des Plaines,
Illinois), para monitorear
la calidad del trigo durante el
almacenamiento.
A modo de comparación, también
se colocaron cables de
temperatura y se realizaron
los mismos muestreos del silo
refrigerado en otro de los silos
de trigo de la cooperativa, el
cual fue manejado de la forma
habitual por la administración
de la cooperativa utilizando
aireación natural.
Figura 1. Temperatura de trigo almacenado durante el año 2015 en el silo refrigerado y silo con
aireación natural (silo control) en cooperativa de la región central de Kansas, EE. UU.
El primer año de análisis (año
2015), se inició la prueba de
refrigeración a la mitad de
agosto (dato inicial no se
muestra en la figura debido a
problemas con la instalación
de los cables de temperatura),
con el trigo a una temperatura
de aproximadamente 28°C.
Luego de 175 horas de refrigeración,
y lidiando con temperaturas
ambientales máximas
de hasta 37°C, la temperatura
promedio del trigo disminuyó
a 17°C, sin mayor variación
durante el resto de la temporada
de almacenamiento (Figura
1). Por el contrario, el silo en
el que se aplicó la aireación
natural (silo control) se mantuvo
por arriba de los 20°C
durante todo el verano y hasta
finales del otoño (noviembre),
cuando la menor temperatura
ambiental y el movimiento
de trigo fuera del silo ayudó
a disminuir la temperatura del
grano (Figura 1).
La dificultad para disminuir
la temperatura del trigo en
los primeros meses de almacenamiento
por debajo de un
nivel considerado seguro para
el almacenamiento seguro (<
20°C) utilizando aireación natural,
provocó un mayor crecimiento
de las poblaciones
de insectos en el silo control,
comparado con el silo refrigerado,
de acuerdo con las trampas
perforadas (Storgard, Trece
Inc., Oklahoma) colocadas
dentro de la masa de granos
de ambos silos (Tabla 1).
Los datos de los bioensayos,
los cuales consistían en recipientes
plásticos colocados
dentro de la masa de granos
que contenían un número conocido
de insectos adultos del
barrenador menor de los granos
(Rhyzopertha dominica) y
el gorgojo castaño de la harina
(Tribolium castaneum), confirmaron
los resultados de las
trampas perforadas, ya que las
poblaciones de estos insectos
prácticamente se mantuvieron
inalteradas en el silo refrigerado
mientras que el número
APOSGRAN, más de 36 años trabajando con la Agroindustria
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