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PERSONAS REALES | HISTORIAS REALES | ESPERANZA REAL<br />
ROMPA EL CÍRCULO VICIOSO<br />
FLIP OVER<br />
TO READ IN<br />
ENGLISH<br />
NUNCA DEJE DE ORAR<br />
Una revista en<br />
una misión:<br />
vea página 2<br />
¿Se está<br />
hundiendo en<br />
la oscuridad?<br />
Aférrese a la<br />
Mano de la<br />
Esperanza.<br />
1s Número Número 04 / 20<strong>21</strong> 04 / 20<strong>21</strong>
VICTORIOUS LIVING<br />
LLEVA ESPERANZA A LOS<br />
ENCARCELADOS<br />
Desde 2013, los programas comunitarios de Victorious<br />
Living han influido positivamente en más de un millón<br />
de presos en más de dos mil cárceles. Brindamos:<br />
Testimonios de la vida real del poder transformador<br />
de Jesucristo desde nuestra revista<br />
bilingüe, disponible en cárceles y penitenciarías<br />
en versión impresa y formato digital.<br />
¿Es usted preso que<br />
necesita ánimo?<br />
¡Escríbanos para<br />
hacerse un miembro<br />
importante de<br />
nuestra familia de<br />
Victorious Living!<br />
Discipulado cristiano para los reclusos mediante<br />
correspondencia personal, devocionales, videos<br />
y podcasts.<br />
Contacto con organizaciones nacionales que<br />
proporcionan recursos útiles para presidiarios,<br />
ex presidiarios y sus familias.<br />
Herramientas para programas carcelarios,<br />
para que las iglesias locales puedan cumplir el<br />
mandamiento de Dios, respecto de acordarnos<br />
de quienes están privados de la libertad.<br />
Todo preso que escribe a<br />
nuestro ministerio recibe<br />
correspondencia personal,<br />
devocionales trimestrales,<br />
y una suscripción personal<br />
a nuestra revista.<br />
Escríbanos a:<br />
VL Correspondence<br />
PO Box 2751<br />
Greenville, NC 27836<br />
Lamentablemente, debido a<br />
la gran cantidad de detenidos<br />
temporalmente en comisarías<br />
(no en cárceles), no podemos<br />
mantener correspondencia ni<br />
enviar copias personales de VLMag<br />
a detenidos en comisarías.
NÚMERO 4, OCTUBRE 20<strong>21</strong><br />
CONTENIDO<br />
13s<br />
UN PASO ADELANTE<br />
Acérquese a Dios<br />
POR CARLA OWENS<br />
Lo único que quería Sean era<br />
importarle a alguien. Fue recién cuando<br />
terminó en la cárcel por su propia culpa<br />
que se ocupó de escuchar a Dios y se<br />
dio cuenta de que era mucho más que<br />
un don nadie.<br />
Acepte la ayuda y el consuelo de<br />
quienes lo rodean, y asegúrese de<br />
brindarles lo mismo a ellos.<br />
HISTORIA DE TAPA<br />
17s<br />
Nunca deje de orar<br />
POR ROY A. BORGES<br />
DESTACADOS<br />
18s<br />
Una mano de esperanza en<br />
la oscuridad: la historia de<br />
Jesucristo<br />
POR KRISTI OVERTON JOHNSON<br />
25s<br />
6s<br />
Sesiones individuales de<br />
bienestar para el alma<br />
POR LINDA CUBBEDGE-SMITH<br />
VIDAS<br />
TRANSFORMADAS<br />
Comprométase totalmente<br />
con Dios<br />
POR SEAN INGRAM<br />
10s<br />
14s<br />
Soportar las pruebas<br />
POR JENNIFER MUNSON<br />
Las pruebas de la vida lo pueden hacer<br />
ganar o perder. Escuchar las mentiras<br />
de Satanás en esos momentos lleva a la<br />
derrota. Escuchar al Salvador lleva a la<br />
victoria. Siempre.<br />
No está solo en la lucha<br />
LA HISTORIA DE GREGG STOKES<br />
La vida está llena de momentos difíciles,<br />
pero no tiene por qué atravesarlos solo.<br />
22s<br />
Utilizando la Biblia y su imaginación,<br />
Kristi nos deja entrever lo que pudo<br />
haber sentido Jesús colgando de la<br />
cruz, sacrificando Su propia vida por<br />
nuestra salvación.<br />
Testigo privilegiada<br />
POR DIETRA LOVETT<br />
Aceptar el llamado de Dios para ser<br />
maestra en la cárcel no fue fácil, pero<br />
Dietra encontró bendiciones que no<br />
esperaba tras compartir la luz de<br />
Jesús con sus alumnos.<br />
FOTO CORTESÍA DE HAVEN LIGHT / ARTE DE PORTADA POR YONGSUNG KIM<br />
EN LA TAPA<br />
El tema principal y el<br />
objetivo de la obra<br />
de Yongsung Kim es<br />
difundir la luz y el<br />
amor de Jesucristo. Su<br />
cuadro La mano de<br />
Dios, que aparece en<br />
nuestra tapa, muestra<br />
a Cristo extendiendo<br />
su mano en el agua<br />
para impedir que<br />
Pedro se ahogue. (Ver<br />
Mateo 14:31.) Para el<br />
autor, esta es una de<br />
las situaciones más<br />
impactantes de toda<br />
la Biblia y un ejemplo<br />
perfecto del amor de<br />
Cristo por cada uno<br />
de nosotros.<br />
Gracias, Yongsung,<br />
por permitirnos<br />
compartir tu gloriosa<br />
pintura con nuestros<br />
lectores.<br />
26s<br />
4s<br />
20s<br />
29s<br />
30s<br />
Rompa el círculo vicioso:<br />
No sea uno más<br />
POR GREGG GREEN<br />
Las personas y circunstancias de<br />
su pasado pueden haber hecho de<br />
usted la persona que es hoy, pero<br />
con ayuda de Dios, puede cambiar<br />
su futuro.<br />
EN CADA EDICIÓN<br />
Nota de la Editora<br />
Cuando el camino se pone difícil<br />
Del Padre<br />
Toma mi mano<br />
Profundicemos<br />
Comience sus sesiones individuales<br />
de entrenamiento<br />
Ahora qué/Recursos<br />
Acepté la salvación. ¿Y ahora, qué?<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
3s
NOTA DE LA EDITORA<br />
Cuando el camino<br />
se pone difícil<br />
Si quiere apoyar nuestra revista<br />
y llevar la esperanza de Dios e<br />
influir en la vida de mujeres y<br />
hombres encarcelados, visite<br />
victoriouslivingmagazine.com.<br />
Cada dólar que dona envía una<br />
copia de la revista a una cárcel.<br />
Cada copia influye en muchas<br />
vidas durante años.<br />
Seamos realistas: la vida ha sido<br />
mucho más difícil de lo normal en<br />
el último año y medio, con la pandemia<br />
y todas esas restricciones por la<br />
COVID-19. Estoy segura de que cualquier<br />
persona con la que se cruza tiene por lo<br />
menos una histo ria difícil o imprevista para<br />
contar ocurrida en 2020 o 20<strong>21</strong>. ¿Pero sabe<br />
qué? La vida es más que lo que experimentamos<br />
aquí en la tierra y agradezco que algo<br />
mejor nos espera a quienes creemos en<br />
Jesucristo.<br />
Dios promete que quienes creen en Su<br />
Hijo tendrán vida eterna y dejarán de sufrir<br />
dolor, malestares, muerte, enfermedades,<br />
adicciones, desilusiones, temores<br />
o pérdidas. Pero ¿eso significa que a un<br />
cristiano nunca le van a ocurrir esas cosas<br />
desagradables? No. Vivimos en un mundo<br />
caído, donde prospera el mal. Satanás,<br />
el enemigo de nuestra alma, se esfuerza<br />
mucho por matar, robar y destruir todas las<br />
cosas buenas de las que Dios desea que disfrutemos<br />
(Juan 10:10). Y además están las<br />
dificultades que nos provocamos nosotros<br />
mismos por las decisiones que tomamos.<br />
La lucha es real. Todos lo sabemos. Pero<br />
ser creyente no significa que no vamos a<br />
sufrir; lo que sí significa es que, gracias a Él,<br />
de las tormentas de la vida podemos salir<br />
más fuertes, prudentes y mejor equipados<br />
para consolar a otras personas.<br />
No siempre entiendo los caminos de<br />
Dios, pero sé que Romanos 8:28 es verdad.<br />
Si acudimos a Él, Dios puede y va a<br />
revertir cada dificultad que tengamos para<br />
bien de nosotros. No estamos solos en las<br />
tormentas de la vida, ni estamos derrotados<br />
(Isaías 43:2). Dios está con nosotros, y Él<br />
es más poderoso que cualquier cosa que<br />
debamos enfrentar. Él es el vencedor (Juan<br />
16:33), y Él allana el camino de los justos<br />
(Isaías 26:7).<br />
Eso no significa que el camino será fácil;<br />
pero será posible y pasable. Mientras<br />
se mantenga cerca y confíe en Él, Él le va a<br />
mostrar el camino a tomar (Proverbios 3:5–6).<br />
No hace falta que sepa hacia dónde va o cómo<br />
va a llegar allí: Dios se ocupará de eso. Solo<br />
debe mantenerse cerca del Señor, confiar en<br />
Él y obedecerle.<br />
Confiar y obedecer a veces puede provocar<br />
algo de miedo. Mientras preparaba este número<br />
me sentí impulsada a compartir la experiencia<br />
de Jesús en la cruz narrada en primera<br />
persona, así como Su invitación a acercarse a Él<br />
y entregarle todas nuestras cargas. Suelo escribir<br />
así nuestros artículos: entrevisto a alguien<br />
y escribo la historia tal como me la contaron,<br />
pero en primera persona. Pero escribir este<br />
artículo en primera persona significaba que<br />
estaría escribiendo como el mismísimo Jesús.<br />
Y eso me hizo reflexionar.<br />
Me debatía con esta pregunta: “¿Quién soy yo<br />
para darle voz a mi Señor?”. O sea, ¿qué pasa si<br />
no digo las palabras correctas? ¿o si el formato<br />
ofende a alguien?<br />
Pero la exhortación del Espíritu Santo seguía<br />
allí y entendí que Dios quería que compartiera<br />
las promesas de Su Hijo de una manera muy<br />
personal. Así que, con la ayuda del Espíritu<br />
Santo, la guía de Su Palabra y la revisión de<br />
varios pastores en los que confío, comparto la<br />
invitación de Jesús y Su promesa de esperanza<br />
y futuro para cualquier persona que lo acepte.<br />
Oro para que esta presentación especial anime<br />
su corazón y lo acerque a Aquel que puede<br />
sostenerlo y hacerle atravesar cualquier dificultad.<br />
Que Su promesa de vida suene fuerte y<br />
claro y ponga en usted una dosis de esperanza<br />
que jamás habría imaginado posible.<br />
Amigo, el camino no es demasiado difícil.<br />
Jesús está parado a las puertas de su corazón,<br />
pidiéndole que lo deje entrar. Acéptelo. Él quiere<br />
enderezar su camino hoy.<br />
Kristi Overton Johnson<br />
Editora y Directora Ejecutiva<br />
4s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Con las historias de Victorious<br />
Living, mujeres y hombres que<br />
están entre rejas conocen al<br />
Dios que da otra oportunidad.<br />
Testimonial: Blaine Whitt<br />
FOTO DE JOMARIS LEON-LORENZO<br />
Soy Blaine Whitt, fundador de Xtreme SOULutions,<br />
un programa carcelario de Florida basado en la fe.<br />
En 2019, Victorious Living publicó la historia de James<br />
Floyd, un hombre de nuestro programa. Esto pasó<br />
de boca en boca rápidamente por toda la cárcel y de<br />
pronto este hombre, que había estado esperando su<br />
ejecución desde hacía casi 23 años, estaba sensibilizando<br />
a personas que habían leído su artículo y se<br />
sintieron conmovidas.<br />
Un día, un preso nuevo entró en el centro de datos<br />
donde James trabaja como empleado. Se detuvo y<br />
señaló a James. “Eres tú”, dijo. “¡Eres tú! ¡Tú eres el<br />
hombre!”.<br />
James se puso a la defensiva inmediatamente. Normalmente<br />
no es bueno que un preso reconozca a otro<br />
que conoció en el pasado. Después el hombre le dijo:<br />
“Tú eres el que estaba en el corredor de la muerte.<br />
Estabas en esa revista. Viejo ¡me salvaste la vida!”.<br />
Emocionado, le contó a James que estaba dispuesto<br />
a suicidarse, cuando encontró un número de Victorious<br />
Living sobre su cama y leyó la historia de James.<br />
Al hacerlo, se dio cuenta de que lo que Dios había<br />
hecho por James Floyd, Dios lo podía hacer por él<br />
también. Dios usó la historia de James que apareció<br />
en VL para salvar la vida de este hombre.<br />
Los oficiales también leen Victorious Living, que les<br />
cambia la vida. ¡El alcance de esta revista es sencillamente<br />
increíble!<br />
PATROCINE UNA CÁRCEL DE SU<br />
ESTADO Y CAMBIE VIDAS HOY.<br />
Visite victoriouslivingmagazine.com
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
Comprométase<br />
totalmente<br />
con Dios<br />
CUANDO ERA NIÑO, MI ABUELA ME ENSEÑÓ A DEPOSITAR<br />
mi confianza en Jesucristo para salvarme. Pero confiarle mi vida al<br />
Señor a este lado del Cielo no siempre fue fácil. Es una decisión de<br />
cada día “poner mis preocupaciones en manos de Dios” y confiar<br />
en Su amor por mí cuando la vida parece tan insegura (1 Pedro 5:7).<br />
Incluso ahora estoy pasando por situaciones que permanentemente<br />
me hacen poner mis preocupaciones en Sus manos.<br />
POR SEAN INGRAM<br />
Como muchos, crecí creyendo en Dios. Pero durante años mi falta<br />
de confianza me impedía comprometerme totalmente. Soy buscavidas<br />
por naturaleza, así que mi mentalidad siempre es hacer que las cosas<br />
sucedan. Después de todo, ¿cómo va a cambiar algo si no lo cambio yo?<br />
Pero estar todo el tiempo tratando de tener una vida mejor me llevó<br />
por algunos caminos oscuros y me demostró que no tengo control<br />
sobre nada en este mundo. Nunca lo tuve. Nunca lo tendré.<br />
Mi infancia no fue fácil. Con una madre adicta a las drogas<br />
y un padre preso, a menudo me sentía indeseable e insig nificante.<br />
Lo único que quería era representar algo para alguien.<br />
Si no hubiera sido por el amor y los sacrificios de mi abuela,<br />
no sé dónde estaría... tal vez aún en la cárcel o posiblemente<br />
muerto.<br />
Mi abuela era una gran creyente en Dios, una verdadera mujer<br />
de fe y fortaleza. No importa lo que atravesáramos, ella siempre<br />
creía que Dios nos iba a mostrar el camino, y Él siempre lo hacía.<br />
La abuela me enseñó a confiar en el Señor y en Su Palabra.<br />
“Dios no nos va a abandonar, Sean”, me recordaba. Tuvimos<br />
tantas oportunidades para que nos demostrara su fidelidad y<br />
Él siempre se hizo presente.<br />
Mi abuela y yo vivíamos en Stantonsburg, un pequeño pueblo<br />
en el este de Carolina del Norte que no alimentaba esperanzas<br />
ni sueños. Ella había dejado la escuela en octavo grado para<br />
trabajar en el campo. Más pobres que nosotros, imposible.<br />
La vida en nuestro barrio consistía en sobrevivir día a día. El<br />
mayor sueño que tenía la mayoría de nosotros era terminar la<br />
escuela secundaria y conseguir trabajo en la planta de neumáticos<br />
Firestone.<br />
Así que cuando empezaron a observarme reclutadores de<br />
fútbol universitario de la Universidad Estatal de Carolina del<br />
Norte, estaba seguro de que Dios nos había dado un camino<br />
para salir de la pobreza. “Vamos a salir de aquí, abuela” le prometí,<br />
refiriéndome a nuestra vieja casa de madera en ruinas.<br />
Ni siquiera tuvimos un baño adentro hasta que tuve diez años,<br />
y eso fue en 1987. Estaba decidido a que nuestra vida cambiara<br />
para mejor. Todo lo que necesitaba era una pelota de fútbol<br />
americano en mis manos y la oportunidad de jugar; lo demás<br />
se daría por añadidura.<br />
Mi esperanza de tener una vida mejor quedó destruida<br />
cuando me enteré del Examen de Aptitud Académica (SAT).<br />
Increíble, pero ni a un profesor ni entrenador se le había ocurrido<br />
hablarme sobre la importancia del SAT. Enterarme de<br />
este examen me destrozó el alma. ¿Cómo podría llegar a ir a la<br />
universidad y jugar al fútbol universitario sin el SAT?<br />
Me sentí defraudado y usado por el programa deportivo y la<br />
comunidad. Todo el mundo me había alentado en cada rincón<br />
del campo de fútbol, pero a nadie se le había ocurrido alentarme<br />
en los estudios. El club de apoyo de mi escuela hasta me había<br />
comprado la chaqueta con letras porque sabía que mi abuela<br />
no podía costearla. Ojalá hubieran pagado en cambio para que<br />
me preparara para el SAT.<br />
Dios me dio otra posibilidad de ir a la universidad y jugar<br />
al fútbol, pero estaba muy destruido por dentro como para<br />
aprovecharla. Pensaba que, si yo no le importaba a nadie, no<br />
había motivo alguno para que yo sintiera distinto. Sentía como<br />
que todo en la vida estaba arreglado y que todo estaba en mi<br />
contra. El día que el entrenador llevó a un compañero de equipo<br />
a la universidad en el auto, se apagaron todas mis ilusiones.<br />
En ese momento me rendí y dejé de tener esperanzas en mí.<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS<br />
6s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
Me olvidé de mis sueños, dejé de tener expectativas y no me importó<br />
más nada.<br />
No podía entender por qué Dios me mostraba la visión de algo<br />
que podía tener y no dejarme que lo tuviera. Pronto aprendí que<br />
las consecuencias dolorosas sobrevienen cuando uno se rinde<br />
espiritual, mental y físicamente. La desilusión y la desesperación<br />
le dieron paso a la decepción y esas tres “D” me llevaron, en definitiva,<br />
a una vida sin salida.<br />
Después de eso, me costó mucho confiar en el plan de Dios y<br />
serle fiel. Seguía creyendo en Él, aunque no podía evitar preguntarme<br />
si Él creía en mí. Pero mi deseo de progresar y darle a mi<br />
abuela una vida mejor todavía estaba muy latente en el fondo de<br />
mi alma. “¿Ahora qué hago?” me pregunté. “Haz lo que te dije.”<br />
me respondió Dios.<br />
Mi carrera de escritor tomó envión cuando inicié mi propia<br />
editorial a los 19 años. Junté las poesías que había escrito en el secundario<br />
para publicar mi primer libro, “La angustia de un hombre”.<br />
ARRIBA: Sean de<br />
niño con su mamá<br />
(izq.), tío (centro)<br />
y abuela (der.)<br />
delante de su vieja<br />
casa de madera.<br />
IZQUIERDA: Sean<br />
en las calles de<br />
Raleigh, unos<br />
meses antes de ir a<br />
la cárcel.<br />
SENTÍA COMO QUE TODO<br />
EN LA VIDA ESTABA<br />
ARREGLADO Y QUE TODO<br />
ESTABA EN MI CONTRA.<br />
Pensé que me estaba acomodando en el mundo cuando en 2002 la<br />
Sociedad Internacional de Poesía me otorgó el prestigioso premio<br />
internacional Poeta de Mérito en Washington, DC.<br />
Junté todas las monedas que pude para asistir a esa convención.<br />
Dormí en mi auto en el estacionamiento del hotel. Me lavaba los<br />
dientes y me bañaba con una esponja y agua embotellada que<br />
conseguía en la convención. Los demás asistentes no tenían idea<br />
de que estaba durmiendo en el auto. Subía en el ascensor con ellos<br />
y hacía como que iba a mi habitación y después volvía abajo por<br />
las escaleras y a mi auto para pasar la noche.<br />
Recibir ese premio encendió una lucecita de esperanza en mí.<br />
Durante tanto tiempo me había sentido como un don nadie, que<br />
no tenía nada para dar ni ofrecer. Nadie había querido escucharme<br />
nunca. ¿Cómo podía inspirar a alguien?<br />
¿Pero ahora? No podía pasar por alto el hecho de que tenía en<br />
la mano un premio que ponía de manifiesto mi talento para escribir.<br />
Era la prueba de que lo que tenía para decir le importaba a la<br />
gente. El evento me trajo a la memoria un sueño que recibí de Dios<br />
en mi infancia: una visión de mí mismo parado en un escenario<br />
frente a mucha gente. Reían, sonreían y lloraban. ¡Seguro que este<br />
momento iba a cambiarlo todo!<br />
Después volví a casa y tuve que enfrentar la realidad de mi vida.<br />
Otra vez empezó a apagarse la esperanza. Parecía como que cada<br />
vez que estaba por dejar la calle, cada vez que estaba cerca del<br />
éxito por el que había trabajado, algo pasaba que impedía mis<br />
avances o los hacía más lentos. Esta vez no solo se trató de la calle,<br />
sino de mi familia.<br />
Existe un código tácito en la calle, que uno protege a la familia<br />
cueste lo que cueste. El amor y la lealtad siempre han sido una<br />
virtud y una maldición para mí. Hacía años que yo vendía drogas.<br />
Pero un familiar empezó a consumir y a una gente muy poderosa<br />
le faltó dinero. De pronto, era hora de pelear.<br />
En mi mente, tenía dos alternativas: ayudar a conseguir el dinero<br />
necesario para pagar la deuda de mi pariente y que siguiera<br />
vivo, o podía ir a la guerra contra sus enemigos y orar para que<br />
sobreviviéramos. Estábamos contra la pared y era a todo o nada.<br />
Otra vez me volqué a la calle con todo, me descontrolé completamente.<br />
Lo único que importaba era ganar esta batalla. Recién<br />
cuando me encontré sentado en la celda de la cárcel tras ser<br />
arres tado por asalto a un banco a mano armada, me di cuenta de<br />
la persona en la que me había convertido. Sin la distracción que<br />
ofrecía la calle, de pronto me quedé solo con mis pensamientos.<br />
“¡¿Qué diablos hice? ¿Robé un banco?! ¿Cómo llegué aquí? ¡Estaba<br />
planificando la gira de promoción de mi libro!”. Pensamientos<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
7s
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
“DE TODAS LAS COSAS<br />
QUE PASASTE, YO TE<br />
HICE SALIR. TE SALVÉ<br />
CON UN PROPÓSITO<br />
Y AHORA TE VOY A<br />
ESTAR GESTANDO<br />
DURANTE UN TIEMPO.<br />
TE ESTOY REFINANDO,<br />
HACIÉNDOTE SEMEJANTE<br />
A UN DIAMANTE.<br />
CUANDO SALGAS,<br />
SERÁS UNA LUZ Y UN<br />
EJEMPLO PARA LOS<br />
DEMÁS; VAS A HACER<br />
CORRER LA BUENA<br />
NUEVA DE QUE DE LA<br />
MISMA MANERA QUE<br />
TE SALVÉ A TI, VOY A<br />
SALVARLOS A ELLOS”.<br />
como esos inundaron mi mente. Había llegado allí porque me había<br />
volcado totalmente a la calle en vez de volcarme totalmente a Dios.<br />
Un año después de recibir el prestigioso premio de poesía, me<br />
enviaron a la cárcel Butner para cumplir una condena de cinco años.<br />
Tenía 22 años y mentalmente no estaba bien. Me sentía tan cansado de<br />
luchar y tratar de sobrevivir, cansado de no tener un hogar e intentar<br />
hacer algo con mi vida. Encima de eso, mi mamá acababa de morir.<br />
Puede sonar alocado, pero estaba agradecido de darle a mi mente<br />
un descanso del caos que era mi vida. Las cosas se habían puesto tan<br />
feas que pensé que la cárcel iba a ser como unas vacaciones.<br />
Cuando llegué a Butner, me pusieron en confinamiento solitario<br />
los primeros 30 días, porque se habían perdido los papeles durante<br />
mi traslado de la penitenciaría a la cárcel. Dios iba a usar ese tiempo<br />
de aislamiento para llevarme de nuevo la esperanza: de nuevo a Él.<br />
Dios y yo tuvimos muchas conversaciones en ese lugar solitario.<br />
Había hecho tanto esfuerzo por ser alguien, por hacer cosas que me<br />
Volcarse totalmente<br />
a la calle llevó a<br />
Sean a la cárcel.<br />
hicieran feliz. Pero nada había funcionado. No estaba enojado<br />
con Dios por estar preso; tenía suficiente sentido común como<br />
para saber que mis propias decisiones me habían hecho caer<br />
allí. Pero en el fondo de mi corazón, sabía que tenía que haber<br />
algo más que lo que estaba pasando. Seguramente mi vida<br />
debía tener un propósito.<br />
Finalmente pregunté: “Dios ¿qué quieres de mi vida?”.<br />
Plenamente consciente, oí la respuesta de Dios: “De todas las<br />
cosas que pasaste, Yo te hice salir. Te salvé con un propósito y<br />
ahora te voy a estar gestando durante un tiempo. Te estoy refinando,<br />
haciéndote semejante a un diamante. Cuando salgas,<br />
serás una luz y un ejemplo para los demás; vas a hacer correr<br />
la buena nueva de que de la misma manera que te salvé a ti,<br />
voy a salvarlos a ellos”.<br />
No podía imaginarme cómo podía ser una luz para alguien.<br />
Pero entonces el Señor me enseñó que, por compartir mi historia,<br />
los demás encontrarían esperanza en Él. “Simplemente<br />
cuéntales cómo te salvé. Cuéntales sobre todas las cosas que<br />
has pasado y diles que fui Yo quien te sacó adelante. Diles cómo,<br />
en tu peor momento, Yo te puse de pie”.<br />
Después me mostró que me había dado dones y talentos para<br />
inspirar y reconfortar a los demás. Era hora de dedicarme en<br />
serio a usarlos como Él quería. Me aseguró que, si yo utilizaba<br />
esos talentos para Él, me abriría puertas que ninguna persona<br />
podría cerrar y que mis dones me darían un lugar y me pondrían<br />
en presencia de grandes hombres y mujeres.<br />
Con nada por perder, decidí ahí mismo en esa celda que me<br />
8s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
VIDAS TRANSFORMADAS<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS<br />
albergaba entregarme por entero a Dios definitivamente. Al entregarle<br />
cada aspecto de mi vida a Él, me comprometí a usar los dones que me<br />
había dado para glorificar Su nombre, a ser una luz en la oscuridad<br />
y a animar a los desesperanzados, tal como yo había necesitado que<br />
me animaran.<br />
El Espíritu de Dios me reveló que enfrentaría muchos problemas y<br />
desafíos en la cárcel en los días por venir. Pero también me hizo ver<br />
que, si me mantenía fiel, me aferraba a Su Palabra y utilizaba mis<br />
talentos para Su gloria, Él me ayudaría a atravesarlos, para luego<br />
tener un viaje de vida increíble.<br />
Enfrentaba una condena a cinco años y decidí aprovechar mi tiempo<br />
en la cárcel de la mejor manera. A menudo oía: “Sean, no estés<br />
simplemente listo para salir de la cárcel, ¡está preparado!”. Así que,<br />
con la ayuda de Dios, utilicé mi tiempo entre rejas para prepararme<br />
para una nueva vida. No fue fácil y a veces sentía como que Dios<br />
me estaba refinando al calor del fuego más ardiente. Pero al final, Él<br />
me convirtió en un hombre nuevo, cambiando mi manera de pensar<br />
(Romanos 12:2). Cuando uno cambia la mentalidad para bien, cambia<br />
su vida para bien.<br />
En la cárcel, por fin logré entender el valor que tenía para Dios.<br />
Aprendí a quererme a mí mismo y a apreciar a la persona que Él me<br />
había creado para que fuera. Estaba lejos de ser perfecto, pero seguro<br />
de que estaba en el camino correcto. Dios me ayudó a ver que yo era<br />
mucho más que ese don nadie que siempre había creído que era.<br />
Una de las condiciones que me exigió el tribunal fue que viera a un<br />
psicólogo e hiciera un curso de gestión de la ira. Eso desembocó en el<br />
diagnóstico de trastorno bipolar. Por fin logré entender por qué perdía<br />
las esperanzas tan fácilmente y por qué un minuto podía sentirme tan<br />
deprimido que me quería morir y al siguiente, que podía conquistar<br />
el mundo. Conocer este diagnóstico me ayudó a hacer grandes<br />
avances para lograr la salud mental.<br />
Aproveché el tiempo en la cárcel para desarrollar mis dones<br />
como escritor y orador. Publiqué dos libros mientras estaba<br />
entre rejas, escribí obras de teatro, aprendí a tocar el piano y<br />
recité poesía. Antes de estar en la cárcel, había utilizado estos<br />
dones para mi propio beneficio. Luego entendí que tenía que<br />
utilizarlos para inspirar y animar a otras personas y acercarlas<br />
a Dios. Y aprendí que no tenía que ser perfecto para que Él me<br />
utilizara como ejemplo perfecto para ayudar y salvar a otros.<br />
Le agradezco a Dios por el tiempo que pasé en la cárcel.<br />
Irónicamente, ir allí fue lo mejor que me pudo haber pasado;<br />
la cárcel verdaderamente me salvó la vida.<br />
Hoy soy un hombre libre. Tengo el privilegio de animar a<br />
otras personas a descubrir los propósitos que Dios tiene para<br />
su vida a través de distintos ministerios y empresas que Dios<br />
me ha regalado. Cuando conozco a alguien, quiero que vea el<br />
poder y la gracia de Dios en mi vida. Quiero que vea la luz de<br />
Dios en mí. Quiero que sepa que, si Dios lo hizo en mí, también<br />
lo puede hacer en él.<br />
Quiero que usted también lo sepa.<br />
Tal vez esté donde yo estuve; está cansado de luchar. Vive<br />
topándose con obstáculos y lo frustra que la vida mejor parece<br />
que nunca va a ser suya. No pierda la esperanza.<br />
Confíe en que Dios lo ama y tiene un plan perfecto, aunque<br />
usted no lo pueda entender. No depende de usted que las cosas<br />
pasen; Dios lo va a hacer en su nombre. Solo tiene que estar<br />
dispuesto, dejar de lado la frustración y permitirle que Él haga<br />
lo que quiera.<br />
No deje que Satanás le robe sus sueños. No deje que le robe<br />
la alegría, la felicidad, el propósito y los dones. Póngase toda la<br />
armadura de Dios (Efesios 6:11) todos los días. Pelee la buena<br />
batalla de la fe y resista en la carrera hasta el final.<br />
Cuando se comprometa totalmente con Dios, Él va a cumplir<br />
los deseos de su corazón. Siga teniendo fe, aunque las esperanzas<br />
sean pocas y nunca se rinda, por adversa que parezca<br />
la situación (Romanos 4:18).<br />
Dios es fiel y si usted le entrega su vida y confía en Él, Él le<br />
va a mostrar el camino. Manténgase aferrado a su fe y crea que<br />
nada es imposible para Dios. La vida que Él le da va a exceder<br />
totalmente sus expectativas (Efesios 3:20).<br />
Usted es más que sus circunstancias. Usted es más que la<br />
calle. Usted es más que el don nadie que otras personas dicen<br />
que es. Usted es más que sus fracasos y que lo que ve cuando<br />
se mira al espejo.<br />
Usted es más porque el Dios que habita en usted es más. Y<br />
Él es todo lo que usted necesita.<br />
SEAN INGRAM usa el talento que Dios le dio como autor, orador<br />
motivacional, artista de la poesía leída y educador para relacionarse con<br />
los demás, enriquecerlos y sacarlos de la oscuridad para acercarlos a<br />
la luz. Visite seaningram.info si desea contratar a Sean para el próximo<br />
evento de su organización.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
9s
Soportar<br />
las<br />
pruebas<br />
POR JENNIFER MUNSON<br />
Mis hermanas y yo<br />
crecimos en la pobreza.<br />
Como estratega<br />
que soy, se me<br />
ocurrió un plan: yo<br />
iba a ser la hija que<br />
no necesitaba nada de los padres. Por ser<br />
la mayor, ayudaba a cuidar a mis hermanas<br />
y hacía mis tareas de la escuela y del hogar<br />
sin que me lo pidieran. Estaba decidida a<br />
no ser una carga para que mis padres pudieran<br />
concentrarse en cosas más importantes.<br />
(También tenía la esperanza de que<br />
ser independiente y ayudar en la casa me<br />
hiciera conseguir la atención que buscaba<br />
tan desesperadamente). No funcionó.<br />
Mi estrategia llevó a mis padres a creer<br />
que era tímida, pero no era así. Simplemente<br />
creía que en mi vida nada valía lo<br />
suficiente como para merecer su atención.<br />
Por cierto, ni a mis padres ni a nadie más, en<br />
realidad, les importaba lo que yo tenía para<br />
decir o pensaba. Estaba bastante segura<br />
de que nadie me veía, siquiera. El día que<br />
mi papá me empujó a un lado para alzar a<br />
mi hermanita, me convencí de que no me<br />
quería tanto como a ella.<br />
Despreciable. Detestable. Insignifi cante.<br />
Crecí sintiendo eso. Y Satanás trabajó<br />
mucho para fijar estas mentiras en mi sistema<br />
de creencias.<br />
Mis padres se divorciaron cuando tenía<br />
15, y terminé asumiendo un rol parental<br />
mucho más grande aún con mis hermanas<br />
menores. Vivíamos en un pueblo con mucho<br />
delito, drogas y violencia, y tuve que aprender<br />
a sobrevivir. Rápido. Así que se me ocurrió<br />
otra estrategia: me iba a proteger a mí<br />
misma saliendo y haciéndome amiga de las<br />
personas que hacían esas cosas.<br />
Esas personas pronto se convirtieron en<br />
mi familia. Todos veníamos de realidades<br />
similares, así que nunca tenía que sentirme<br />
mal por no tener comida o usar un<br />
saco dentro de la casa porque no teníamos<br />
calefacción. Me sentí aceptada y me dieron<br />
la atención que había deseado toda mi vida.<br />
Como a menudo estaba sola en casa,<br />
mi nueva familia venía y me enseñaba a<br />
vender droga y hacer dinero. También me<br />
enseñaron cómo comportarme en la calle.<br />
Cuando tuve auto, descubrí que mis amigos<br />
me necesitaban aún más. Eso me hizo sentir<br />
bien. Tal vez, si me necesitaban, no me iban<br />
a abandonar.<br />
Y después conocí a un chico y me sentí<br />
halagada porque quería estar conmigo todo<br />
el tiempo. La atención me hacía sentir mejor<br />
aún conmigo misma. Pero la relación<br />
pronto se volvió abusiva: verbal, mental y<br />
físicamente. Estaba mezclando marihuana<br />
con crack y a menudo se ponía violento.<br />
Me golpeaba o me sacaba a empujones del<br />
auto en caminos oscuros, en el medio de<br />
la nada. A veces me llevaba en el auto a los<br />
complejos de departamentos pobres, me<br />
FOTO DE SCHRACK & CO.<br />
10s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
dejaba encerrada y les pedía a otros adictos<br />
que me vigilaran mientras él iba al departamento<br />
de alguien a drogarse.<br />
Un día, mi mamá me dijo que tenía que<br />
romper con él o irme de casa. Lo elegí a él,<br />
por supuesto. Para mí, ella solo me quería<br />
ahí para hacer de niñera y poder irse a los<br />
bares. No me parecía que yo le importara en<br />
absoluto. Una noche, una llamada telefónica<br />
fijó esta creencia en mi mente.<br />
Estaba en casa, haciendo de niñera,<br />
cuando llamó un hombre que buscaba a<br />
mi mamá. Le dije que había salido con una<br />
amiga. Me preguntó cómo me llamaba y<br />
cuando le dije, respondió: “Ah, eres la<br />
niñera”. Le dije varias veces que era la<br />
hija mayor, a lo que me contestó: “¿Qué?<br />
Ella me dijo que tenía niños pequeños<br />
solamente”. Entonces pasó a sentenciar<br />
que era absurdo que hubiera mentido<br />
sobre mí.<br />
Me imaginé que mi mamá estaba<br />
avergonzada de mí. Si no, ¿porqué iba a<br />
mentir? Me sentí tan rechazada. Rápidamente<br />
Satanás usó los comentarios de ese<br />
hombre para confirmar que yo era despreciable,<br />
indeseable y que no me querían y<br />
tomé muchas decisiones espantosas a raíz<br />
de las mentiras que creía sobre mí misma.<br />
Pasaron varios años hasta que supe que ella<br />
nunca estuvo avergonzada de mí. Había<br />
mentido para ocultar su edad.<br />
Cuando mi novio empezó a apagar los<br />
fósforos en mi cuerpo, pensé: “Por lo menos<br />
quiere estar conmigo”. Estaba tan equivocada.<br />
Había escuchado los murmullos de<br />
Satanás tan seguido que me conformaba<br />
fácilmente con mucho menos de lo que<br />
merecía.<br />
Quedé embarazada, pero mi novio continuó<br />
con los abusos. Ahí fue cuando por<br />
fin dije “basta”. Sabía que si me quedaba<br />
podía perder a mi bebé a manos de su padre.<br />
Terminé esa relación, pero no porque<br />
sentía que valiera la pena proteger mi vida.<br />
Solo la del bebé.<br />
Cuando nació mi hijo, trabajé mucho para<br />
cubrir nuestras necesidades. Pero también<br />
vivía de fiesta los fines de semana, ya que<br />
continuaba con esa sensación de rechazo.<br />
Pasé por una violación, otra relación abusiva<br />
y tuve una enfermedad que a veces me<br />
dejaba paralizada. Era un desastre y tenía<br />
el corazón endurecido.<br />
Fue en esa época que mi mamá le entregó<br />
la vida a Dios. Comenzó a orar por mí y<br />
a hablarme sobre Él, pero eso me exasperaba<br />
y me enojaba. Ya había probado esa cosa<br />
cristiana y sentía que Dios me había fallado<br />
por haberme dado esa vida de porquería.<br />
Pero Dios no me iba a abandonar. Era obvio<br />
que estaba escuchando las oraciones<br />
de mi mamá. Y sentí que Él me llamaba,<br />
buscando mi atención.<br />
Toc. Toc. Toc.<br />
Un día, estaba recostada en el sofá,<br />
Dios ha utilizado cada<br />
prueba difícil para aumentar<br />
mi fortaleza y confianza.<br />
después de que me despidieran de un trabajo<br />
fantástico que me había hecho viajar<br />
a Inglaterra. Rechazada y desilusionada<br />
una vez más, decidí decirle a Dios un par<br />
de cosas. “¡Dios: no me vas a conseguir!”<br />
grité. Me imagino que ese día le habré hecho<br />
revolear los ojos.<br />
Unas semanas después, tomé un libro<br />
que me había dado mi mamá, que se llamaba<br />
Viví para contar la historia, de Joey Perez.<br />
Era sobre alguien que había sido líder de<br />
una banda callejera y capo del narcotráfico<br />
y que ahora estaba predicando en el<br />
gueto. Lo leí, después fui a su sitio web y<br />
miré videos de él predicando. Vi a multitudes<br />
correr al escenario para aceptar a<br />
Jesús. Ver cómo esa gente respondía a la invitación<br />
a conocer a Jesús me hizo recordar<br />
algo que me sucedió cuando era niña.<br />
A los seis años, profesaba la fe en Jesús.<br />
Le dije a mi mamá: “Soy una oveja perdida<br />
y necesito a Jesús. Y quiero ser misionera”.<br />
En esa época, tenía el deseo profundo de<br />
acercar otras ovejas perdidas a Jesús. Pero<br />
después perdí el rumbo.<br />
Todo se me vino a la mente muy rápido.<br />
Me empezó a temblar el cuerpo y desaparecieron<br />
mis deseos mundanos. Fue una<br />
experiencia sobrenatural. Me llenó el poder<br />
del Espíritu Santo, algo desconocido hasta<br />
ese momento.<br />
Eso fue hace diez años y desde ese mo-<br />
mento, nunca se me pasó por la cabeza volver<br />
a mi antiguo estilo de vida. En cambio, busco<br />
conocer a Jesús cada vez más.<br />
Pero eso no significa que la vida haya<br />
sido fácil. En muchos aspectos, ha sido más<br />
desgastante. Parece que lo único que hago es<br />
enfrentarme a una dificultad tras otra.<br />
Hace poco, estaba clamando a Dios por esto<br />
mismo. Entre sollozos, le pregunté: “¿Por qué,<br />
Dios? ¿Por qué tengo que vivir así? ¿Por qué<br />
parece que cada vez que estoy cerca de algo<br />
bueno me arrastran a una situación que duele<br />
más que la anterior?”.<br />
Mientras lloraba, el Señor comenzó a<br />
mostrarme todas las formas en que había<br />
utilizado mis dificultades para aumentar<br />
mi fortaleza y confianza. Me mostró cómo<br />
cada una había aumentado mi capacidad<br />
para ayudar a los demás. Lo hizo cuando<br />
me reveló el significado de un sueño que<br />
había tenido la noche anterior.<br />
En mi sueño, llegaba a un lugar desconocido<br />
que parecía diseñado para la construcción<br />
de equipos. Había mucha gente ahí, incluso<br />
amigos y compañeros de trabajo. Todos estábamos<br />
parados al borde de un barranco que daba<br />
a una garganta angosta y profunda.<br />
El barranco era hermoso y tranquilo, aunque<br />
lleno de misterio. El césped que había a ambos<br />
La oración fervorosa de la abuela de Jennifer la<br />
ayudó a superar 20 años de descontrol. Después,<br />
los cuadernos de oraciones de la abuela motivaron<br />
a Jennifer a empezar a escribir para inspirar a<br />
futuras generaciones.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
11s
¿Sabes? ¿esa cosa que te está pasando?<br />
¿ese valle profundo que estás<br />
enfrentando? Bueno, ¡lo vas a lograr!<br />
FOTO DE SCHRACK & CO.<br />
lados era verde y exuberante y abajo corría un<br />
río calmo y muy largo. Parecía no tener fin.<br />
A ambos lados del barranco había plataformas<br />
con tirolesas. Todos teníamos que agarrar<br />
una tirolesa y después empujar con los pies el<br />
costado del barranco para llegar al otro lado.<br />
Una vez allí, teníamos que trepar por una escalera<br />
hasta la plataforma y repetir el ejercicio.<br />
Ahora, en la vida real, me aterra la altura.<br />
Pero en mi sueño no tenía miedo. Tomé la tirolesa<br />
y arranqué. Al principio, apenas lograba<br />
sostenerme y pensaba que me podía caer. Pero<br />
a medida que me esforzaba más, mi agarre se<br />
volvía más firme y seguro. Con cada tirolesa<br />
aumentaba mi confianza. Tenía prueba de mi<br />
capacidad para llegar al otro lado. Empecé a<br />
usar esa confianza para enseñarles a los otros a<br />
desplazarse. Mis desplazamientos exitosos con<br />
la tirolesa eran prueba de que ellos también<br />
podían lograrlo.<br />
Cuando clamé a Dios, Él me mostró que<br />
cada vez que agarraba la tirolesa y me lanzaba<br />
desde el costado del barranco, tenía más fuerza.<br />
También sentía más energía y confianza.<br />
Cada impulso me daba la fuerza que necesitaba<br />
para el siguiente. No tenía miedo porque<br />
estaba concentrada en el desplazamiento, no<br />
en la profundidad del barranco.<br />
Dios me reveló que en la vida, cada vez que<br />
me negaba a quedarme contemplando mis<br />
problemas y decidía, en cambio, perseverar<br />
en Él, aprendía lecciones invalorables. Que<br />
cuando me negaba a rendirme o dejarme<br />
doblegar por la debilidad o el dolor, conseguía<br />
una mayor fortaleza y confianza. Y<br />
reuní experiencia para ayudar a que otros<br />
lleguen al otro lado de sus barrancos.<br />
Por lo que he vivido, ahora puedo llevar<br />
consuelo a otros y decirles: “¿Sabes? ¿esa<br />
cosa que te está pasando? ¿ese valle profundo<br />
que estás enfrentando? Bueno, ¡lo<br />
vas a lograr!”. Y entonces puedo contarles<br />
mi historia. Soy prueba viviente de que no<br />
hay barranco demasiado grande para Dios.<br />
Nunca les falla a Sus hijos.<br />
Ahora lo sé, pero pasé muchas décadas<br />
pensando que Dios me había abandonado,<br />
como todas las otras personas que hubo en<br />
mi vida. Pero Él no.<br />
Todo el tiempo Dios me estaba ayudando.<br />
Siempre estuvo ahí, al borde de cada barranco,<br />
dándome el valor para agarrarme<br />
de la tirolesa y lanzarme una vez más. Fue<br />
Su fortaleza que me hizo llegar al otro lado.<br />
Y es Su fortaleza que lo va ayudar a usted<br />
también.<br />
Sé que la vida es difícil, pero quisiera<br />
animarlo a que no se enoje o se amargue<br />
por las pruebas que está enfrentando. La amargura<br />
le quita fuerzas. Dios sabe por lo que está<br />
pasando y Él lo va a ayudar. Siga lanzándose.<br />
Siga dando ese paso de fe y vaya hacia delante<br />
con Él.<br />
El salmo 1<strong>21</strong> asegura que Dios lo cuida. Él<br />
impide que los pies resbalen y lo protege de<br />
todo daño. Isaías 40:29–31 promete que Él<br />
lo va a sostener y a darle nuevas fuerzas si<br />
confía en Él.<br />
Cuando esté enfrentando una dificultad, no<br />
se rinda. Diga, en cambio: “Bueno, Dios. Vamos<br />
a tener que lanzarnos para cruzar otro barranco.<br />
Necesito Tu fortaleza y sabiduría. ¿Podrías<br />
enseñarme qué tengo que aprender, por favor?<br />
Y, Señor, permíteme usar mis experiencias<br />
para ayudar a otras personas a atravesar sus<br />
barrancos también”. Y entonces, despegue de<br />
esa cornisa con total confianza.<br />
Tal vez sienta que no lo puede volver a hacer.<br />
Si es así, le sugiero que busque un consejero<br />
espiritual. Me llevó años de trabajo intencional<br />
descubrir mi valor real e identidad en Cristo.<br />
Hice terapia centrada en Cristo, leí muchos<br />
libros sobre rechazo, y pasé mucho tiempo a<br />
solas con Dios. Pero todo valió la pena porque<br />
hoy estoy libre, por fin, de las cadenas del enemigo.<br />
Y estoy decidida a seguir siendo libre.<br />
¿Sabe qué me motiva? El hecho de que<br />
Satanás ya me haya robado tanto. Me niego a<br />
darle un instante más de victoria en mi vida.<br />
Me niego a volver a darle más espacio en mi<br />
corazón y en mi mente. Estoy cansada de escuchar<br />
sus mentiras.<br />
Que esa sea su motivación, también, y luego<br />
comprométase a confiar en Dios, vivir para Él<br />
y representarlo bien en cualquier situación,<br />
por difícil que sea.<br />
Solo usted puede decidir seguir perseverando<br />
con Dios.<br />
JENNIFER MUNSON es la propietaria de Munson<br />
Media y autora de dos libros publicados. Menos cuenta<br />
su historia de descontrol y Esperanza en medio del<br />
sufrimiento es un devocional para 30 días que ayuda a<br />
las personas a vencer las mentiras del enemigo. Para<br />
más detalles, visite JenniferMunson.org.<br />
12s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
UN PASO ADELANTE<br />
Acérquese a Dios<br />
POR CARLA OWENS<br />
FOTO A LA DERECHA DE SALT ON MY LENS<br />
UNO NUNCA SABE ADÓNDE lo va a llevar la vida. En mayo de<br />
2020, me encontré en una situación desconocida de aislamiento y<br />
ansiedad. Estaba trabajando en casa a causa de la pandemia. Estar<br />
lejos de mis compañeros de trabajo, amigos, familiares e incluso de mi<br />
iglesia me estaba afectando. Desde ya, la incertidumbre que reinaba<br />
en el mundo no ayudaba.<br />
Estaba luchando contra la ansiedad y una profunda soledad, y<br />
necesitaba saber que Dios estaba ahí. Así que clamé pidiéndole ayuda.<br />
Nunca fui de los que estudian la Palabra de Dios. Aunque a los 7 años<br />
le pedí a Jesús que fuera mi Salvador, no tenía una relación personal<br />
con Él ni había intentado llegar a conocerlo a través de Su Palabra.<br />
De pronto me di cuenta de que era hora de dejar de repetirme que la<br />
Biblia era demasiado difícil de entender.<br />
Sabía que necesitaba acercarme a Dios, así que me comprometí<br />
a estudiar Su Palabra todos los días. Decidida, dejé de lado las cosas<br />
que siempre me distraían: el iPad, el teléfono, los mensajes, todo. Era<br />
hora de concentrarme en construir mi relación con Dios. Necesitaba<br />
tiempo a solas con Dios de verdad.<br />
Pronto me di cuenta de que cuanto más tiempo le reservaba a Él,<br />
me empezaba a sentir más llena de vida y menos sola. Entregarle mis<br />
preocupaciones me ayudó a estabilizar mis emociones. El Espíritu de<br />
Dios me revelaba nuevas verdades cada día.<br />
Hacía <strong>41</strong> años que era creyente, pero todo lo que tenía para demostrarlo<br />
era mi asistencia fiel a la iglesia. Nunca me detuve a pensar<br />
qué quería Dios que yo fuera o hiciera. Había vivido mi vida para mí<br />
misma. Qué vergüenza que necesité una pandemia mundial para<br />
sacarme de mi conformismo espiritual. Le pedí perdón al Señor.<br />
Con una nueva hambre de Biblia y el descubrimiento renovado<br />
de la bondad de Dios, creció mi fe. Y encontré una resolución que no<br />
tenía. “Señor”, oré, “busca dentro de mí y elimina las distracciones que<br />
impiden que cumpla Tus designios para mi vida. Aleja los obstáculos<br />
que disminuyen mi capacidad de cumplir el propósito que tienes<br />
para mí. Señor, muéstrame el camino que deseas que siga. Quiero<br />
glorificarte. Amén”.<br />
Dicen que hay que tener cuidado con lo que se pide al orar.<br />
Hacía poco que había descubierto a Kristi Overton Johnson en<br />
las redes sociales y sus publicaciones me animaron y ayudaron a<br />
aprender más sobre Dios. También me enteré de esta revista y cómo<br />
repercute en las cárceles. Sentí que Dios me llevaba a comunicarme<br />
con el ministerio y preguntar si podía ofrecerme como voluntaria.<br />
No tenía idea de qué podía hacer para colaborar en su misión de<br />
llevar esperanza a las personas privadas de su libertad, pero sabía que<br />
era donde Dios quería que fuera útil. Me invitaron a participar en un<br />
evento de comunicación llamado Brille y Escriba en una iglesia local.<br />
Victorious Living recibe miles de cartas de personas encarceladas y en<br />
ese evento respondí varias en nombre del ministerio.<br />
La idea de escribir a presidiarios estaba totalmente fuera de mi zona<br />
de confort. Nunca había conocido a alguien que estuviera entre rejas,<br />
pero desde el momento en que escribí mi primera carta, me encantó<br />
el concepto de compartir el amor de Dios con otros por esa vía.<br />
El día después del evento, me puse en contacto con Linda Cubbedge-<br />
Smith, Directora de Comunicaciones de VL, para preguntarle si podía<br />
seguir escribiendo. Me envió varias cartas que esperaban respuesta.<br />
Cuanto más leía y respondía, más crecía dentro de mí el amor de Dios<br />
por quienes están en la cárcel.<br />
Realicé algunas otras tareas como voluntaria en Victorious Living durante<br />
los meses siguientes, pero entonces la Sra. Linda anunció su retiro<br />
y Kristi me ofreció el puesto de directora. ¡Me llevó como un segundo<br />
aceptar la invitación! La Sra. Linda me pasó oficialmente la batuta el 1.°<br />
de julio y me sentí muy honrada y entusiasmada al aceptarla.<br />
Cuando se compromete a acercarse a Dios, Él se acercará a usted<br />
(Santiago 4:8), y Él lo guiará hacia lugares que nunca imaginó, donde<br />
encontrará incontables bendiciones. Él tiene un plan...¡y es bueno!<br />
Dios usó la COVID para guiar a Carla a un puesto en el equipo de Victorious<br />
Living. De izquierda a derecha: Kristi Overton Johnson, Christina Kimbrel,<br />
Pat Avery y Carla Owens.<br />
CARLA OWENS ama al Señor y busca a diario llegar a conocerlo más íntimamente. Es<br />
la nueva directora del Equipo de Comunicación con las cárceles de Victorious Living.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
13s
LA HISTORIA DE GREGG STOKES<br />
NO ESTÁ<br />
SOLO EN<br />
LA LUCHA<br />
Sé que Dios existe. Me ha demostrado Su presencia,<br />
poder y amor muchas veces a lo largo<br />
de los años. Me ha dado pruebas irrefutables de<br />
que es parte de mi vida y le importa todo lo que<br />
me pasa. Esas pruebas aparecieron de distintas<br />
maneras: circunstancias, relaciones, paz inter<br />
ior y saber muy dentro de mí qué debía hacer.<br />
Le entregué mi vida a Jesús cuando era niño,<br />
en una antigua iglesia bautista de Wilson, Carolina<br />
del Norte. Me había invitado un vecino y<br />
yo oí el mensaje del amor de Dios. Cuando el<br />
predicador hizo una invitación para cualquiera<br />
que quisiera entregar su vida a Jesús, corrí a la<br />
parte de adelante de la iglesia. Aun a esa corta<br />
edad, podía sentir la presencia de Dios. Me recuerdo<br />
parado allí, pensando: “¡Vaya! ¡Dios me<br />
conoce!”. Y también estaba muy entusiasmado<br />
por conocerlo.<br />
Desde aquel día hasta hoy, jamás cuestioné el<br />
amor de Dios por mí, pero no puedo decir que<br />
siempre entendí Sus caminos. He pasado por<br />
algunas experiencias dolorosas y he perdido<br />
muchas cosas preciadas como un brazo, a mis<br />
padres e incluso a mi hijo. Durante diez años mi<br />
familia luchó contra la adicción a las drogas de<br />
mi hijo; lo perdimos cuando tenía 29 años. Pero<br />
aun en ese momento—especialmente en ese<br />
momento—vi cómo trabajaba la mano de Dios.<br />
Siempre me ha dado destellos de esperanza,<br />
recordatorios de Su bondad fiel y Su promesa<br />
de que todo iba a estar bien.<br />
Cuando perdí el brazo, descubrí el poder de<br />
la oración y la paz de Dios. Estaba trabajando<br />
en la planta de empaque de carne de<br />
mi papá cuando mi guante quedó atrapado<br />
en la picadora de carne y arrastró mi brazo<br />
hacia dentro de la máquina. Antes de que me<br />
diera cuenta, había desaparecido la mitad de<br />
mi brazo derecho. El equipo de rescatistas<br />
tardó una hora en llegar al lugar. Mientras<br />
esperaba, lo único que podía hacer era orar:<br />
“Señor, por favor, no me dejes morir”.<br />
Apenas dije esas palabras, desapareció el<br />
dolor y dejé de sangrar. Dios se había presentado<br />
de una manera muy obvia. Pasé<br />
un mes en el hospital después, luchando<br />
contra una infección rebelde. Pero como<br />
confiaba en Él, Dios me dio Su paz, que supera<br />
toda comprensión (Filipenses 4:6–8).<br />
Tenía 14 años nada más, pero sabía que<br />
Dios me había salvado y confiaba en que<br />
me ayudaría a sobreponerme a cualquier<br />
limitación.<br />
Mi papá tenía una lucha más grande<br />
que la mía. Se sentía tan responsable del<br />
accidente. Me visitaba todos los días a la mañana<br />
y a la noche, antes y después del trabajo.<br />
Podía ver el dolor y la angustia pintados en todo<br />
el rostro. Pero todo eso desapareció el día que<br />
le pedí papel y lapicera.<br />
Había pensado que pronto empezaba la escuela.<br />
Las vacaciones de verano estaban llegando<br />
a su fin y yo tenía que entrar a 10.° grado.<br />
Como era diestro y ya no tenía brazo derecho,<br />
sabía que tenía que ocuparme de aprender a<br />
escribir con la mano izquierda. Cuando papá<br />
vio mi determinación y capacidad de adaptarme<br />
a mi nueva situación, supo que yo iba<br />
a estar bien.<br />
No sé por qué, pero nunca miré el brazo<br />
que me faltaba pensando: “Jamás voy a poder<br />
hacer [tal cosa] otra vez”. En cambio, pensaba:<br />
“Vamos a ver qué puedo hacer”. Filipenses 4:13<br />
dice que todo lo puedo hacer por medio de<br />
Cristo, que me da las fuerzas. Así que me dispuse<br />
a ver qué podía hacer con ayuda de Dios.<br />
Esa actitud me dio muchos momentos<br />
victoriosos.<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS<br />
14s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Nunca miré el brazo<br />
que me faltaba<br />
pensando: “Jamás<br />
voy a poder hacer<br />
[tal cosa] otra vez”.<br />
En cambio, pensaba:<br />
“Vamos a ver qué<br />
puedo hacer”.<br />
Pude regresar a la escuela en el otoño,<br />
pero volver a practicar deportes no estaba<br />
en mis planes. Sin embargo, un año después<br />
del accidente, los entrenadores de fútbol<br />
americano de la escuela se acercaron a mí<br />
y me preguntaron si quería probarme. La<br />
idea me entusiasmó y era todo un desafío<br />
para mí.<br />
Mi escuela secundaria tenía un programa<br />
competitivo de fútbol. Sabía que no sería fácil<br />
entrar al equipo, pero estaba dispuesto a<br />
probar. Tuve que poner mucho trabajo fuerte<br />
y determinación, pero me gané un puesto<br />
en el equipo de la escuela como suplente.<br />
Hace poco, con mis compañeros celebramos<br />
los 40 años de egresados. Cada uno de mis compañeros<br />
habló de cómo mi actitud y mi espíritu<br />
perseverante habían influido en su vida. Quedé<br />
totalmente anonadado por sus comentarios.<br />
¡Eran muchachos a los que yo admiraba! Nunca<br />
se me había ocurrido pensar que yo hubiera<br />
sido una influencia positiva para ellos, pero<br />
Dios nos utiliza para estimularnos unos a otros,<br />
aun cuando no lo sepamos. Uno puede estar<br />
haciendo su rutina normal, siendo uno mismo y<br />
haciendo lo que ama y todo el tiempo Dios está<br />
trabajando entre bambalinas de maneras que<br />
no podemos imaginar.<br />
Dios ha utilizado a mucha gente en mi vida.<br />
Usó a mi vecino para llevarme hacia Cristo. Usó<br />
a esos entrenadores para animarme a entrar<br />
en el campo de juego. Después usó a un entusiasta<br />
del esquí acuático llamado Tommy para<br />
animarme a probar ese deporte y allí, por fin,<br />
encontré una plataforma internacional para<br />
hablarles a otras personas sobre el Señor.<br />
Tenía 17 años cuando di un nuevo<br />
paso y empecé a hacer esquí<br />
acuático. Mientras pensaba en la<br />
invitación de Tommy, recordé que<br />
a los 12 años había visto esquiar a un<br />
adolescente amputado. Pensé que, si<br />
ese chico podía esquiar con un solo<br />
brazo, yo también.<br />
Ese fin de semana aprendí a esquiar<br />
con dos esquís e incluso dejé<br />
un esquí y esquié con uno solo.<br />
También intenté levantarme usando<br />
un solo esquí, pero no lo logré.<br />
Me imaginé que necesitaba un esquí<br />
más grande, así que fui al negocio<br />
náutico del lugar y me compré uno.<br />
Así y todo no podía levantarme.<br />
Volví al negocio y compré un guante para<br />
esquí acuático, pero tampoco me sirvió.<br />
El dueño del negocio, Sarvis Bass, se<br />
ocupó de hacerme un mango especial de<br />
esquí que me ayudaría a equilibrar el peso<br />
del cuerpo y me daría estabilidad. Me dio<br />
el mango, me dijo que fuera a practicar y<br />
volviera a verlo cuando hubiera podido cruzar<br />
las dos estelas.<br />
No pasó mucho hasta que volví al negocio,<br />
totalmente seducido por el placer y el desafío<br />
de hacer esquí acuático. Sarvis empezó<br />
a enseñarme las cosas básicas para hacer<br />
un recorrido de eslalon. Me hizo participar<br />
en competencias locales y regionales y continuó<br />
fabricándome elementos especiales<br />
para ayudarme a progresar en el deporte. Ya<br />
hace 45 años de esto, y continúo esquiando.<br />
De hecho, en 2019 representé a los Estados<br />
Unidos en el Campeonato Mundial de Esquí<br />
Acuático Adaptado organizado por la Federación<br />
Internacional de Esquí Acuático<br />
y Wakeboard en Skarnes, Noruega.<br />
Trabajé con Sarvis hasta que me mudé<br />
para ir a la universidad. Allí, en una ciudad<br />
nueva, comencé a trabajar en otro local de<br />
esquí acuático llamado Overton’s. Dios usó<br />
al dueño de esa empresa, Parker Overton,<br />
para que fuera un estímulo para mí, tanto<br />
en el esquí como en la vida.<br />
Estaba trabajando en Overton’s cuando recibí<br />
la noticia de que mi papá había fallecido.<br />
Parker me llamó a su oficina, me abrazó, me<br />
recordó que no estaba solo y me preguntó<br />
cómo podía ayudarme. Nunca olvidaré ese<br />
momento de gracia de Dios que estaba recibiendo.<br />
Fue un gesto sencillo, pero muy poderoso.<br />
Tal como cuando había perdido el brazo, la<br />
presencia y la paz de Dios me ayudaron a enfrentar<br />
la vida sin mi papá. Me reconfortaba<br />
saber que mi papá era creyente en Jesucristo,<br />
porque eso quería decir que iba a estar bien.<br />
Sabía por la Biblia que en el momento que mi<br />
papá murió había entrado en presencia de Dios<br />
para toda la eternidad. Volvería a ver a mi papá.<br />
Todavía me dolía el alma, pero tenía esperanza.<br />
Años más tarde, Dios usó a mi hijo Hunter<br />
para enseñarme muchas cosas, especialmente<br />
respecto de mostrar compasión y perdonar.<br />
Hunter falleció el día después de Acción de Gracias<br />
en 2015. Fue el final de una larga lucha<br />
contra la adicción a las drogas.<br />
Como padre, deseaba desesperadamente<br />
encontrarle solución a la situación de mi hijo. A<br />
menudo me preguntaba: “¿Qué diablos le pasa<br />
a este chico? ¿Por qué no deja la droga y ya?”.<br />
Simplemente no entendía por qué no podía<br />
tomar mejores decisiones. Me sentía frustrado<br />
cada vez que tenía que ir a rehabilitación o a la<br />
cárcel, más enojado y más incapaz de confiar<br />
en él tras cada promesa rota y cada mentira.<br />
Hubo momentos en que quise ponerle una<br />
mano encima a mi hijo. No podía soportar<br />
cuando Hunter le faltaba el respeto a mi esposa,<br />
su mamá. No estaba bien. Una noche, después<br />
de que se dirigiera a ella de muy mala manera,<br />
me ganó el enojo y fui a la carga contra él. Pero<br />
en medio del forcejeo, oí al Espíritu Santo que<br />
me decía: “¿Qué haces? Así, no”. Su voz me detuvo<br />
en seco. Me sentí tan avergonzado.<br />
Fue recién cuando oré: “Dios, ablanda mi<br />
corazón y ábreme los ojos, por favor” que las<br />
cosas cambiaron para mí. No, la vida no fue<br />
más fácil, en absoluto, pero tener el corazón<br />
de Dios y Su perspectiva de la situación me<br />
permitió seguir adelante en paz. Le prometí<br />
al Señor que nunca volvería a ponerle una mano<br />
encima a mi hijo y decidí luchar cada batalla a<br />
la manera de Dios: con amor y paz.<br />
La situación de Hunter empeoró. A veces lo<br />
veíamos caminando por las calles de la ciudad<br />
y ni siquiera reconocíamos a nuestro hijo. Se lo<br />
veía tan vacío. Un día, paré el auto para ver si<br />
era él, y sí. Sentí que el Señor me decía que lo<br />
invitara a casa y le diera de comer. Esa noche,<br />
nos pidió que lo dejáramos en un hotel, para<br />
poder bañarse e ir a rehabilitación. Después<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
15s
de orar, sentí paz por poder ayudarlo otra vez.<br />
El centro de rehabilitación lo rechazó, porque<br />
Hunter todavía tenía drogas en el sistema. Este<br />
rechazo lo llevó a caer vertiginosamente en la<br />
oscuridad de su adicción. Pero un día me llamó<br />
y me rogó que volviera a llevarlo al centro de<br />
rehabilitación.<br />
No me imaginaba que lo aceptarían en el<br />
programa, pero lo fui a buscar. Mientras íbamos<br />
allí en el auto, Hunter lloraba y me empezó<br />
a contar sobre todas las cosas que había<br />
hecho. Me partió el corazón. Le dije que no me<br />
importaba lo que había hecho en el pasado;<br />
lo único importante era cómo iba a seguir en<br />
adelante. Me dolió en el alma cuando me dijo:<br />
“Papá, ¿podrás perdonarme alguna vez?”.<br />
Inmediatamente me vino a la memoria la<br />
historia de Jesús sobre el hijo pródigo y se la<br />
conté. Hunter tenía que saber que no solo yo<br />
lo perdonaría, sino que Dios también. Él nunca<br />
había oído la historia del joven que había dejado<br />
a su familia y derrochado su herencia con lo<br />
que la Biblia llama “una vida desenfrenada”.<br />
Tampoco sabía que cuando el hijo recuperó,<br />
por fin, la sensatez y regresó al hogar, el padre<br />
inmediatamente le dio la bienvenida, lo<br />
perdonó y le devolvió su lugar legítimo como<br />
hijo (Lucas 15:11–32).<br />
Cuando le conté la historia de cómo Dios,<br />
nuestro Padre Celestial, nos da la bienvenida,<br />
nos perdona y restaura nuestra vida cuando<br />
regresamos a Él, vi que a mi hijo lo invadía una<br />
ola de alivio.<br />
Le dije a Hunter que lo perdonaba y lo animé<br />
a hacer las paces con el Señor, a seguir<br />
avanzando con la fortaleza de Dios. Dios no<br />
había abandonado a Hunter a su suerte para<br />
que luchara solo sus batallas; Jesús lo iba<br />
a ayudar. Hunter solo tenía que entregarle<br />
su batalla a Jesús.<br />
Llegamos al centro de rehabilitación y los<br />
terapeutas volvieron a llevarlo para hacer el<br />
test de drogas obligatorio. No lo pasó, pero el<br />
terapeuta lo aceptó de todos modos porque<br />
vio el cambio en la actitud de Hunter. No<br />
sabía lo que acababa de suceder en el auto<br />
cuando nos dirigíamos hacia allí.<br />
Hunter no consumió durante 23 meses<br />
antes, pero volvió a caer en la adicción y a<br />
causa de eso lo retiraron del programa. Mi<br />
esposa Ginny y yo lo fuimos a buscar a la<br />
estación de ómnibus. Notamos que él sentía<br />
que nos había fallado otra vez, pero decidimos<br />
llevarlo a casa; 23 meses de abstinencia<br />
significaban algo para nosotros. Pero<br />
pusimos reglas, como “si consumes, te vas”.<br />
Durante nueve meses tuvimos muchas<br />
conversaciones y momentos fantásticos<br />
con nuestro hijo. Pero justo antes del Día<br />
de Acción de Gracias, en 2015, empezamos<br />
a notar que faltaban cosas en casa. Le preguntamos<br />
a Hunter y él admitió haber empeñado<br />
esas cosas para conseguir dinero y<br />
comprar droga. Le recordamos la regla, y él<br />
nos dijo que entendía, al tiempo que hacía<br />
su maleta y se iba.<br />
Agradezco tanto haber abrazado a mi hijo<br />
esa noche y haberle dicho que lo quería,<br />
porque esa fue la última vez que lo vi con<br />
vida. A Hunter lo atropelló un auto dos<br />
días después, mientras caminaba por la<br />
carretera.<br />
Sufrí la pérdida de mi hijo y a menudo<br />
me pregunté qué más debería haber hecho<br />
La familia Stokes<br />
ha debido enfrentar<br />
muchas batallas. Pero<br />
por ellas han aprendido<br />
que con Dios nunca se<br />
está solo en la lucha.<br />
para ayudarlo. Por suerte, Dios me envió a un<br />
hombre llamado John Paul para reconfortarme.<br />
Era asistente social de la empresa funeraria y<br />
había conocido a Hunter. John Paul, un adicto<br />
en recuperación, me explicó la adicción de una<br />
manera en la que nunca había pensado.<br />
Yo me debatía porque no sabía si Hunter<br />
había elegido a Jesús como su Salvador. No<br />
tenía la seguridad de que volvería a verlo, como<br />
había tenido con mi papá. Pero entonces John<br />
Paul me entregó una cruz de papel que estaba<br />
en el bolsillo de Hunter el día que murió. Tenía<br />
escrita una oración de salvación. Sentí que mi<br />
corazón se fortalecía.<br />
No mucho después, me llamó un terapeuta<br />
del centro de rehabilitación. Me aseguró que<br />
Hunter había aceptado a Jesús como su Señor<br />
y Salvador. Incluso me contó algunas conversaciones<br />
profundas que había tenido con Hunter<br />
sobre el Señor. Dios usó a estos dos hombres<br />
para que me ayudaran a comprender y tener<br />
un cierre.<br />
También usó los testimonios de muchos<br />
de los amigos de Hunter durante el funeral.<br />
Un joven tras otro me habló de cómo Hunter<br />
había sido una fuente de esperanza y ayuda<br />
para ellos, incluso durante sus momentos más<br />
oscuros. Siempre había estado dispuesto a ayudar<br />
a los demás. Sus testimonios fueron tan<br />
reconfortantes para mí.<br />
He aprendido que Dios usa a sus hijos para<br />
que se consuelen y animen entre sí. A veces<br />
somos los que ayudamos, y a veces los que recibimos<br />
ayuda. Ambas cosas son igualmente<br />
importantes, pero depende de nosotros estar<br />
dispuestos a que nos usen para dar y luego a<br />
recibir, cuando nos toca.<br />
¿A quién puede animar hoy? Hasta el gesto<br />
más simple—una sonrisa, un abrazo, una oreja<br />
que escucha—puede marcar una enorme<br />
diferencia. Toda la gente a su alrededor está<br />
pasando por momentos difíciles. ¡Lo necesitan!<br />
Por otra parte ¿es el momento para que reciba<br />
la esperanza y el estímulo que Dios le está<br />
enviando? ¿Quién ha estado a su lado, ofreciéndole<br />
luz? No está solo. Entréguele su lucha a<br />
Jesús y permítale a Él y a los demás ayudarlo<br />
a avanzar.<br />
GREGG STOKES ha experimentado mucha pérdida y dolor, pero la fe inquebrantable<br />
en Dios le ayuda a seguir adelante. Disfruta pasar tiempo con su familia y amigos y tiene<br />
la bendición de usar su pasión por los deportes náuticos como una oportunidad de<br />
representar a Cristo.<br />
16s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
UN PASO ADELANTE<br />
NUNCA DEJE<br />
DE ORAR<br />
POR ROY A. BORGES<br />
CUARENTA Y CINCO AÑOS<br />
en la cárcel por un jean. Bah…un<br />
jean y el guardia de seguridad,<br />
que declaró que lo había atropellado<br />
con el auto a propósito<br />
cuando trataba de escaparme. El<br />
juez convirtió esa acusación en<br />
una condena por robo a mano armada.<br />
Ahora, admito que lo que<br />
hice estaba mal. Pero la condena<br />
parecía totalmente exagerada<br />
para el delito que había cometido.<br />
Si había un Dios, seguramente no<br />
se estaba ocupando de mí.<br />
O así me parecía. Pero no<br />
sabía mucho sobre Dios—ni me<br />
importaba—en esa época.<br />
Conocí a Jesús como mi Señor y<br />
mi Salvador en la cárcel. Entonces<br />
oré fervorosamente para que Él<br />
hiciera que me liberaran. Todos<br />
los días le pedía que estuviera<br />
conmigo y confiaba en que Él me<br />
iba a ayudar. Pero los días fueron<br />
meses y los meses fueron años y<br />
los años fueron décadas. La espera<br />
era insoportable y la vida en la<br />
cárcel era difícil.<br />
Cuestionaba a Dios. No entendía<br />
cuál era Su propósito ni el<br />
plan para mi vida. ¿Por qué me<br />
pasaban tantas cosas desagradables?<br />
¿Por qué no las solucionaba?<br />
¿Por qué no respondía a<br />
mis oraciones? Parecía que a Dios<br />
no le importaba.<br />
A menudo luchaba contra la<br />
decepción. ¿Dios se había olvidado<br />
de mí? A veces hasta me<br />
preguntaba para qué molestarme<br />
en adorarlo. Me sentía abandonado,<br />
incluso cuando estaba con<br />
otros creyentes. Satanás trabajaba<br />
sin descanso, susurrándole mentiras<br />
desalentadoras a mi corazón<br />
lleno de soledad.<br />
Pero la Palabra de Dios me dijo<br />
la verdad: a Dios le importaba todo<br />
lo que tenía que ver con mi vida<br />
y siempre estaba conmigo. Dios<br />
era mi Creador eterno, que todo lo<br />
sabía, todo lo podía, siempre presente<br />
e incomprensible. ¡Era Dios!<br />
Pero también era mi amigo y el<br />
Salvador que me ama, vive dentro<br />
de mí y me asegura que nunca me<br />
va a abandonar. La verdad también<br />
me dijo que el plan de Dios<br />
era perfecto, aunque Sus tiempos<br />
fueran difíciles de entender.<br />
La verdad me recordó que los<br />
patrones de Dios son muy distintos<br />
de los míos y que debía aceptar<br />
los patrones y la autoridad de Dios<br />
y confiar en Su cuidado. Cuando<br />
lo hice, fue más fácil esperar—con<br />
confianza y paciencia—que Él<br />
respondiera a mis oraciones.<br />
Estuve en la cárcel durante más<br />
de treinta años y sé que cada instante<br />
de todo ese tiempo encajaba<br />
en el plan perfecto que Dios tenía<br />
para mí. Me aferraba a la verdad<br />
expresada en Salmo 86:5. Dice:<br />
“¡Oh Señor, eres tan bueno; estás<br />
tan dispuesto a perdonar, tan<br />
lleno de amor inagotable para los<br />
que piden tu ayuda!” (NTV). Este<br />
versículo me permitió recordar<br />
la constante bondad y misericordia<br />
de Dios. También sabía, por<br />
Romanos 8:28, que todo lo que<br />
estaba pasando terminaría siendo<br />
por mi bien, porque Él estaba<br />
conmigo y de mi lado.<br />
No sé qué oración espera que<br />
Dios abrió muchas<br />
puertas para Roy,<br />
incluso presentar sus<br />
artículos en Victorious<br />
Living.<br />
Dios le responda, pero sé que Él<br />
lo está escuchando.<br />
Su respuesta podría no ser la<br />
que está esperando, pero será<br />
la mejor de todas. Tampoco sé<br />
cuánto va a esperar, pero sé que la<br />
res puesta llegará en Su momento<br />
perfecto. Mientras espera, busque<br />
Su verdad.<br />
Las verdades de Dios, que recibimos<br />
en la Biblia, son las cuerdas<br />
de salvación que nos mantienen<br />
concentrados con firmeza en el<br />
caudal de amor y cuidados de<br />
Dios. Que Su verdad le recuerde<br />
todo lo que Él ha hecho por usted<br />
en el pasado. Que lo convenza<br />
de todo lo que hará ahora y en el<br />
futuro. Dios siempre está trabajando,<br />
haciéndonos a imagen de<br />
Su Hijo. Y ser como Jesús bien vale<br />
la espera.<br />
Esperar requiere paciencia y<br />
persistencia. Aprenda a ser como<br />
la viuda mencionada en Lucas 18.<br />
No se dio por vencida. ¡Siguió pidiendo<br />
hasta que el juez le otorgó<br />
lo que quería! Persistencia no es<br />
repetir una y otra vez. Es tener fe<br />
inquebrantable. Es mantenerse<br />
firme y no dejar de creer en Dios<br />
a pesar de todo.<br />
Ya sea que la respuesta esté<br />
a la vista o su situación parezca<br />
desesperante, acérquese siempre<br />
al trono de la gracia de Dios. Encontrará<br />
la ayuda que necesite en<br />
el momento que más la necesite<br />
(Hebreos 4:16). Dios sabe lo que<br />
hace y nunca deja de escucharlo,<br />
así que no deje de orar.<br />
Oré durante muchos años,<br />
pidiéndole a Dios que cambie mi<br />
situación. Pero ahora sé que Dios<br />
estaba usando mi situación para<br />
cambiarme a mí. Aquel que todo<br />
lo sabe, sabía qué era lo mejor<br />
para mí. Ahora puedo entenderlo<br />
y he recibido una bendición tras<br />
otra que lo prueba.<br />
ROY BORGES cumplió una condena de 31 años en el Correccional de Florida, donde<br />
comprendió que necesitaba un Salvador. Mientras estaba preso, Roy ayudaba a<br />
otras personas con sus escritos, de los cuales se han publicado más de 300. Ahora<br />
vive en Tampa, Florida y es parte del equipo de redacción de Victorious Living.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
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17s
Una mano de esperanza en<br />
la oscuridad:<br />
la historia de Jesucristo 1<br />
POR KRISTI OVERTON JOHNSON<br />
Mi cuerpo, que<br />
entrego por ustedes<br />
Fue la noche que me arrestaron.<br />
Hacía bastante tiempo que las autoridades<br />
me buscaban para aprehenderme. Habían<br />
estado muy ocupados reuniéndose y<br />
distorsionando “pruebas” y consiguiendo<br />
testigos. A nadie le importaba saber la verdad;<br />
solo querían borrarme de la escena. Me<br />
temían y me malinterpretaban.<br />
Oré mucho esa noche, rogándole a Dios<br />
que apartara de mí la copa de sufrimiento<br />
que estaba a punto de beber. El plan de Dios iba<br />
a costarme todo, incluso la vida. Sin embargo,<br />
estaba en paz.<br />
Sabía que lo que vendría era necesario. Era<br />
parte de Su plan mayor y por el bien de todas<br />
las personas. Así que encontré el valor para<br />
someter mi voluntad a la Suya y llevar a cabo<br />
ARTE POR YONGSUNG KIM<br />
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el último de los propósitos que tenía para mí.<br />
Sin embargo, los que estaban más cerca<br />
de mí no entendían. No querían aceptar mi<br />
destino. El plan no estaba teniendo el final<br />
que creían que debía tener. Rara vez ocurre.<br />
No podían ver más allá de lo que estaba pasando<br />
porque no conocían el final de la historia.<br />
Pero un día lo conocerían y estarían agradecidos<br />
por el plan. Incluso harían sus propios<br />
sacrificios.<br />
Le rogué a Dios que rodeara con Sus brazos<br />
a mis seres queridos. Necesitaban sentirse<br />
reconfortados por Su presencia y la protección<br />
de Su amor para soportar los días que se<br />
avecinaban. Satanás no perdería ninguna oportunidad<br />
para inundar sus corazones de miedo y<br />
sus mentes de duda. Solo podrían mantenerse<br />
firmes concentrándose en las promesas de Dios<br />
y estando unidos en Su amor. 2<br />
Fue todo un espectáculo cuando los soldados<br />
y guardias llegaron para arrestarme.<br />
Estaban armados y listos para pelear.<br />
Yo no iba a pelear y los que estaban<br />
conmigo, tampoco.<br />
Delante de ellos estaba un amigo<br />
que me había traicionado por<br />
una bolsa de dinero. Sabía dónde<br />
iba a estar yo esa noche porque a<br />
menudo habíamos ido juntos. Era<br />
parte de mi círculo íntimo. Había compartido<br />
todo con él. Sin embargo, su decisión de<br />
traicionarme le costaría caro. No sirve de nada<br />
que un hombre gane el mundo si para hacerlo<br />
pierde el alma. 3<br />
Al resto del grupo la traición de este amigo<br />
lo tomó por sorpresa, pero yo sabía que iba a<br />
pasar. A menudo se dejaba ganar por la codicia.<br />
Lamentablemente, no sería el único que me iba<br />
a traicionar antes de que terminara la noche.<br />
Mi amigo más fiel e íntegro estaba por negar<br />
que me conocía.<br />
La naturaleza humana suele poner el propio<br />
bienestar por sobre la lealtad y la integridad.<br />
Pero ya los había perdonado. No quería soportar<br />
la carga que me dejarían el enojo y el<br />
resentimiento. Los puse a ellos y a todos mis<br />
enemigos en las manos de Dios y confié en que<br />
Él utilizaría sus acciones para Sus propósitos.<br />
Dios no descarta nada: especialmente el dolor,<br />
la decepción y la adversidad. Es Su forma de<br />
actuar: entreteje todo para Su gloria. 4<br />
Los oficiales me hicieron un juicio breve.<br />
No era más que una formalidad. Demasiada<br />
gente quería eliminarme y nada iba a<br />
cambiar el final.<br />
No importaba que yo fuera inocente.<br />
Según los oficiales, yo era culpable del peor<br />
de los delitos. Estaba condenado a muerte y<br />
me iban a torturar con el máximo rigor que<br />
permitía la ley.<br />
Cientos de personas observaban mientras<br />
íbamos al lugar de mi ejecución. Se fueron<br />
juntando más, esperando mis últimos momentos.<br />
Algunos lloraban y lamentaban la<br />
injusticia de lo que me estaba sucediendo.<br />
Pero la mayoría festejaba mi muerte. Aullaban<br />
y gritaban, reían y se burlaban y me<br />
lanzaban insultos. Algunos hasta me escupieron<br />
el rostro. Las llamaradas de odio en<br />
sus ojos eran tan intensas como las llamaradas<br />
de dolor que me recorrían el cuerpo<br />
por los golpes brutales que me dieron. Los<br />
A Dios Padre no lo había espantado<br />
su pecado y a mí tampoco.<br />
Dios no quiere que nadie perezca,<br />
ni siquiera un delincuente.<br />
oficiales incluso hicieron sorteos para ver<br />
quién se quedaba con mi ropa.<br />
Me dolía el corazón por la escena caótica.<br />
“Oh Padre, perdónalos” oré. No tenían idea<br />
de lo que estaban haciendo, en realidad, ni<br />
a quién se lo estaban haciendo.<br />
Después vi a mi querida mamá. Le rodaban<br />
las lágrimas por la cara. Se le notaba<br />
una angustia profunda. Yo podía sentir su<br />
dolor. Dios la había elegido para una tarea<br />
especial, también, y su vida no había sido<br />
fácil. Pocas personas habían entendido el<br />
plan de Dios para ella. Los caminos de Dios<br />
a menudo son difíciles de comprender, pero,<br />
aun así, podemos confiar en Él. De todos<br />
modos, a pesar de las dificultades mi mamá<br />
me amó y se ocupó de mí cada día, tal como<br />
Dios tenía previsto.<br />
Sé que sintió impotencia por no ponerme<br />
a salvo del odio y la injusticia del mundo,<br />
pero ni siquiera su amor podría haberme<br />
salvado de esto. Lo único que cualquiera<br />
podía hacer ahora era confiar en que Dios<br />
pondría las cosas en su lugar. Por supuesto,<br />
sabía que lo haría, pero…estaba tan agradecido<br />
de que Él y mis amigos fieles se ocuparían de<br />
ella cuando yo ya no estuviera.<br />
De pronto, un dolor intenso me recorrió todo<br />
el cuerpo, devolviendo mi mente a la realidad<br />
de mi situación. Los soldados habían atravesado<br />
mis manos y pies con estacas grandes. Esas<br />
estacas y unas sogas ásperas eran lo único que<br />
me mantenía sujeto a esa cruz vieja y tosca.<br />
Bueno, eso y el motivo por el que estaba allí.<br />
Me chorreaba sangre de la frente y se me<br />
metía en los ojos, a causa de la corona de<br />
gruesas espinas que los soldados habían colocado<br />
a presión durante sus juegos previos a<br />
la ejecución. Se me empezó a nublar la vista.<br />
Cada minuto que pasaba, me sentía más débil<br />
y tenía más sed. La cruz estaba resbaladiza<br />
por la sangre que me salía de las manos y los<br />
pies. La gravedad me empujaba hacia abajo y<br />
ya no encontraba las fuerzas para empujar<br />
hacia arriba y contrarrestarla.<br />
Los pulmones se me habían llenado<br />
de líquido y no podía respirar.<br />
Había dos delincuentes colgados de<br />
cruces a mi izquierda y a mi derecha.<br />
Estaban sufriendo el mismo dolor y<br />
oía sus quejidos. Hacía horas que nos<br />
habían colgado ahí. Nuestro tiempo<br />
en la Tierra se estaba acabando.<br />
“Si eres tan poderoso” se burló uno de ellos,<br />
“¿por qué no te bajas de la cruz y te salvas? Y,<br />
ya que estás, nos salvas a nosotros”.<br />
Él no se daba cuenta, pero mi crucifixión era<br />
la única forma en que yo podía salvarlo. Lamentablemente,<br />
su orgullo y sus deseos egoístas le<br />
impedirían recibir el regalo de la salvación por<br />
parte de Dios. A él no le preocupaba su destino<br />
eterno; solo quería salir de la situación en que<br />
estaba en ese momento para poder volver a su<br />
vida sin futuro. No tenía por qué ser así.<br />
El otro delincuente veía las cosas de manera<br />
distinta. “¿No le temes a Dios?” se quejó. “Tú y<br />
yo tenemos lo que nos merecemos por las cosas<br />
que hicimos, pero este hombre no ha hecho<br />
nada malo”. Después me dijo: “Jesús, acuérdate<br />
de mí cuando vayas a tu Reino”.<br />
Él no me pidió que lo bajara de la cruz. En<br />
cambio, me habló con lo único que podía—el<br />
corazón—y me pidió que lo llevara conmigo al<br />
Cielo. En un momento de claridad mental, se<br />
concentró en las cosas por venir y deseó ex-<br />
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Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
19s
perimentar una vida distinta de la que había<br />
llevado. Con sus palabras de fe, de pronto todo<br />
se acomodó para él.<br />
Encontró paz y esperanza en medio de la<br />
dificultad. Sus errores del pasado quedaron<br />
borrados por la sangre que brotaba de mis venas.<br />
Porque él aceptó sus culpas y reconoció mi<br />
inocencia y creyó que yo era el Mesías, el Hijo<br />
de Dios, el Salvador del mundo, ahora tenía la<br />
promesa de vida eterna.<br />
La muerte no fue el fin para él; fue el principio.<br />
Oí que el Cielo se regocijaba cuando este<br />
hombre se arrepintió de su pecado. Estaba tan<br />
agradecido de que el amor de Dios lo hubiera<br />
alcanzado en su hora más aciaga y en un lugar<br />
donde su pecado había quedado expuesto<br />
públicamente. A Dios Padre no lo había espantado<br />
su pecado y a mí tampoco. Dios no quiere<br />
que nadie perezca, ni siquiera un delincuente.<br />
¿Sabe? Bajé del cielo para salvar a personas<br />
como él. Personas que han cometido errores<br />
graves y se han desviado del camino del bien.<br />
Personas a las que el mundo odia y quiere eliminar.<br />
Personas que se sienten inferiores, que no<br />
tienen esperanza para su futuro.<br />
Dios lo amaba a él (y al resto del mundo) tanto<br />
que me envió a mí, Su único hijo, a morir. 5 Con<br />
mi vida, yo pagué el castigo por su pecado: Yo<br />
era el sacrificio perfecto que se necesitaba, el<br />
Cordero Inmaculado. Era un precio que jamás<br />
podrían pagar, porque el precio del pecado es<br />
la muerte. 6 Pero Dios dispuso que todo el que<br />
invoque mi nombre con fe será salvado. Gracias<br />
a mí, ahora pueden experimentar la luz,<br />
el orden y la sanación en sus vidas oscuras,<br />
caóticas y maltrechas.<br />
Miré al hombre abatido que estaba a mi lado.<br />
“Hoy” le prometí, “vas a estar conmigo en el<br />
Paraíso”.<br />
Nuestra conversación terminó cuando<br />
de pronto el lugar quedó envuelto en oscuridad.<br />
Era pleno mediodía, pero la Tierra<br />
se puso tan oscura como si fuera de noche.<br />
Durante las tres horas siguientes estuve colgado<br />
allí agonizando mientras el pecado del<br />
mundo entero caía directamente sobre mis<br />
hombros. Se desató sobre mí toda la ira de<br />
Dios. Estaba destrozado, tal como lo había<br />
anticipado el profeta Isaías. 7<br />
Pero me quedé allí. Sabía que era el plan<br />
de Dios, 8 y soporté el dolor en la cruz por el<br />
gozo de saber que otros serían salvados. 9<br />
Aunque eso no lo hizo más fácil.<br />
El peso del pecado del mundo y la agonía<br />
de mi corazón nubló mis sentidos y ocultó la<br />
verdad del amor de Dios. Ya no podía sentir<br />
la presencia de Dios.<br />
“Padre mío” grité. “¿Por qué me has abandonado?”.<br />
Estaba solo. Sin embargo, incluso<br />
en ese lugar de total oscuridad, confiaba en<br />
lo que sabía que era verdad a la luz del día:<br />
el amor de Dios nunca me iba a abandonar.<br />
“¡Está hecho!” grité lo más fuerte que pude.<br />
Mi tarea en la Tierra había finalizado.<br />
Había sido obediente y seguí el camino;<br />
había entregado mi vida voluntariamente.<br />
Ya no quedaban obstáculos de ningún tipo,<br />
no era necesario hacer nada más, no más<br />
condena a muerte por el pecado. Yo había<br />
abierto el camino—el único camino—para<br />
que toda la humanidad llegara a Dios. Mi<br />
sacrificio había cumplido todas Sus exigencias<br />
definitivamente. Mi cuerpo, mi sangre,<br />
los entregué por todos voluntariamente. 10<br />
Para todos los demás, todo parecía desesperante<br />
en ese momento, pero yo sabía que<br />
llegaría la mañana. Siempre llega.<br />
Yo, Jesús, la Luz del Mundo, iba a resucitar.<br />
Jesús, la Luz<br />
del Mundo<br />
¡Vaya, amigos! Estoy tan feliz de que la<br />
ejecución de Jesús no haya sido el final<br />
de la historia, ni para Él ni para nosotros.<br />
La Biblia nos dice que tres días después,<br />
Él se levantó de esa tumba completamente<br />
vivo, completamente Dios y<br />
com pletamente hombre. Al hacerlo, Jesús<br />
probó Su divinidad, venció a la muerte y<br />
destruyó cada obra de Satanás, nuestro<br />
enemigo. 11<br />
¿Sabe qué es lo que más me gusta de<br />
la historia de redención de Dios? Que la<br />
Luz del Mundo regresó junto a quienes<br />
amaba. Si hubiera sido yo a la que castigaron,<br />
escupieron y clavaron en una cruz las<br />
personas a las que había venido a salvar,<br />
habría salido disparada a mi hogar y mi<br />
trono en el Cielo.<br />
Pero Jesús no. Se quedó en la tierra<br />
otros 40 días para alentar a Sus amigos,<br />
incluso a los que lo habían negado, abandonado<br />
y dudado de Él. 12 Él les confirmó<br />
Su amor y les recordó la verdad. Y antes<br />
de irse, prometió enviar un Consolador—<br />
el Espíritu Santo—para guiarlos y protegerlos.<br />
13 Los seguidores de Jesús jamás<br />
volverían a estar solos.<br />
Y nosotros, tampoco. Su Espíritu está<br />
aquí, fortaleciéndonos y haciendo que<br />
cumplamos Su voluntad y para transformarnos<br />
a Su imagen. No hay lugar al que<br />
podamos ir donde Su mano de esperanza<br />
y Su corazón de luz no nos vayan a encontrar.<br />
14<br />
TOMA MI MANO<br />
HIJO MÍO: NO IMPORTA QUIÉN ERES, no importa qué has hecho,<br />
no importa dónde estás, no es demasiado tarde. Te amo y quiero<br />
tener una relación contigo. 1<br />
Tal vez te sientas como la oveja negra de la familia, que te han<br />
dejado de lado. Pensar en ti tal vez haga enojar a todo el mundo.<br />
Pero eres valioso para Mí y nunca te voy a descartar. Yo uso las<br />
cosas que el mundo arroja a un lado. 2<br />
No estás solo, hijo. Te veo y estoy contigo. Y te quiero. Mira. ¿Ves?<br />
Mi mano llega a tu oscuridad. Tómala y deja que Yo te guíe hacia<br />
la luz. 3<br />
No hay lugar donde Mi amor no pueda encontrarte. No hay<br />
pecado, ni público ni privado, que la sangre derramada por Mi Hijo<br />
no vaya a quitarte. Acércate y acepta el sacrificio de Mi Hijo. Sé<br />
una persona nueva. Sé una persona sana. 4<br />
20s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
Amigo, Dios nos ama tanto que, a través de<br />
Jesús, se hizo de carne y hueso para poder identificarse<br />
con nosotros en todos los aspectos.<br />
Entiende nuestro dolor porque Jesús debió<br />
enfrentar todo tipo de cosas desagradables en<br />
esta tierra: humillación, rechazo, persecución,<br />
abandono, tentaciones, penurias, hambre y sed,<br />
la muerte…y la lista es interminable. Él quiere<br />
poner Su mano en nuestro dolor para salvarnos. 15<br />
De hecho, Él está tratando de llegar a usted en<br />
este preciso momento: pero usted debe tomar<br />
Su mano. Como el hombre que estaba en la cruz,<br />
debe invocarlo con los labios y acercarse a Él<br />
con el corazón. Sí, así de simple. Romanos 10:9<br />
amor y Su sangre nos limpian.<br />
Muchos artistas han<br />
intentado capturar el<br />
aspecto humano de<br />
Jesucristo. Esta obra de<br />
arte, creada por Bill Coyne,<br />
está inspirada en la película<br />
de Mel Gibson La Pasión<br />
de Cristo. Cortesía de la<br />
familia Coyne.<br />
dice: “Si declaras abiertamente<br />
que Jesús es el<br />
Señor y crees en tu corazón<br />
que Dios lo levantó<br />
de los muertos, serás<br />
salvo”. En el momento<br />
que reconocemos nuestro<br />
pecado y la necesidad<br />
de que Jesús sea nuestro<br />
Salvador, Dios alcan-<br />
za nuestra oscuridad y<br />
nos salva. No tenemos<br />
que hacer nada para ganar<br />
Su amor. Ni siquiera<br />
tene mos que estar limpios<br />
previamente. Su<br />
Cuando Dios lo mira, no ve “un ladrón en<br />
una cruz”. Él ve a alguien que vale la mismísima<br />
vida de Su Hijo. Usted es el motivo por<br />
el que vino Jesús. Usted es el motivo por el<br />
que Él se quedó en esa cruz y sufrió una<br />
muerte brutal. Aunque usted fuera pecador,<br />
Jesús murió por usted. ¿No le parece<br />
fantástico que Dios haya salvado a ese hombre<br />
que estaba colgando de una cruz, con su<br />
pecado totalmente expuesto? Hay esperanza<br />
para todos los que acepten a Jesús. 16<br />
Satanás ha trabajado horas extra para<br />
mantenerlo alejado de la luz y la vida que<br />
se encuentra en Cristo. Él reconoce su potencial<br />
y conoce el poder y la seguridad que Dios le da<br />
a través de Su Hijo. Es por eso que lo ha atacado<br />
desde que nació y ha tratado de convencerlo de<br />
que Dios no lo ama o que usted no le importa,<br />
o que Él no existe.<br />
Pero Satanás es un mentiroso: Juan 8:44 lo<br />
llama el padre de la mentira. No permita que<br />
él lo mantenga en la oscuridad. No sea como el<br />
hombre de la otra cruz, que prefirió morir enojado,<br />
resentido y solo. Su destino fue la oscuridad<br />
eterna porque rechazó el regalo de la vida eterna<br />
que le ofrecía la Luz del Mundo.<br />
Elija la vida. Tome la mano de esperanza de<br />
Dios. Deje atrás su oscuridad y acérquese hoy<br />
a la Luz de Cristo.<br />
Pero tal vez haya tomado esa decisión hace<br />
mucho. Quizás tomó Su mano, pero después los<br />
problemas del mundo y los deseos de su corazón<br />
lo apartaron del camino. ¿Es demasiado tarde<br />
para usted? ¿Llegó demasiado lejos? ¡No! Así y<br />
todo, Dios aún lo ama. Así y todo, Jesús murió<br />
en la cruz por usted. Vuelva y agárrese fuerte<br />
otra vez. Nunca es demasiado tarde para volver<br />
a Aquel que jamás dejará de amarlo. 17<br />
KRISTI OVERTON JOHNSON estimula y da herramientas<br />
a las personas para que logren la victoria<br />
median te sus historias, conferencias y el ministerio<br />
carcelario. Para más información, visite kojministries.org.<br />
1<br />
Lea usted mismo los relatos bíblicos completos<br />
del arresto y crucifixión de Jesús aquí: Mateo<br />
26:36–27:66; Marcos 14:32–15:47; Lucas 22:39–23:56;<br />
y Juan 18:1–19:42. 2 Juan 17:6–36. 3 Mateo 26:13–15;<br />
Marcos 8:36. 4 Rom. 8:28. 5 Juan 3:16. 6 Rom. 6:23. 7 Isa.<br />
53:6–10. 8 Hechos 2:23. 9 Hebreos 12:2. 10 Lucas 22:19.<br />
11<br />
1 Juan 3:8. 12 Marcos 16:14; Lucas 24:33–37; Juan<br />
20:11–31; Hechos 1:3. 13 Juan 14:26. 14 Deut. 31:8; Salmo<br />
139:7–12. 15 1 Pedro 5:7; Heb. 2:18, 4:15. 16 Rom. 3:23, 5:8;<br />
2 Cor. 5:14–<strong>21</strong>; 1 Ped. 1:3–6. 17 Isa. 55:1; Mateo 11:28–29;<br />
Juan 8:12, 14:6; Rom. 12:2; Efe. 4:30.<br />
DEL PADRE<br />
Te salvaré cuando me lo pidas. No significa que las cosas serán<br />
fáciles. Pero en Mí, puedes tener una vida fructífera y con propósito.<br />
Y nunca tendrás que vivir un día alejado de Mi presencia. 5<br />
No todos entenderán o compartirán tu decisión de venir a Mí.<br />
Hasta podrían llegar a abandonarte familiares y amigos, como<br />
hicieron con Mi Hijo. Pero no dejes que la aprobación del hombre<br />
te impida recibir el regalo de la vida. Todo lo que dejes atrás<br />
por Mí se te devolverá multiplicado por cien. Te lo prometo. 6<br />
Con el tiempo, otras personas verán la esperanza que hay en ti<br />
y vendrán a Mí. Serás la prueba de Mi misericordia que el mundo<br />
podrá ver. 7 Entonces ven, hijo. Te estoy esperando.<br />
1<br />
Jer. 31:3; Rom. 8:38–39. 2 Isa. <strong>41</strong>:9–10; Lucas 15. 3 Salmo 73:23; Isa. <strong>41</strong>:11–13,<br />
43:1–5; Jer. 1:8. 4 2 Cor. 5:17. 5 Juan 15:5, 16:33; 1 Juan 4:4. 6 Mateo 6:33, 16:25;<br />
Apocalipsis 12:11. 7 Mateo 5:16; Juan 1:5; Efe. 5:8; 1 Ped. 2:9.<br />
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Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
<strong>21</strong>s
BY DIETRA LOVETT<br />
TESTIGO<br />
PRIVILEGIADA<br />
Ustedes son la luz del<br />
mundo. Una ciudad en<br />
lo alto de una colina no<br />
puede esconderse. Ni<br />
se enciende una lámpara<br />
para cubrirla con<br />
un cajón. Por el contrario,<br />
se pone en la repisa para que alumbre<br />
a todos los que están en la casa. Hagan brillar<br />
su luz delante de todos, para que ellos puedan<br />
ver las buenas obras de ustedes y alaben al<br />
Padre que está en el cielo” (Mateo 5:14–16 NVI).<br />
Dios me llamó para ser luz como maestra en<br />
una cárcel. Me sentí bastante reacia a aceptar.<br />
Ya había trabajado en el Correccional de<br />
Florida a los treinta y algún años, y la experiencia<br />
no había sido la mejor. La cárcel es verdaderamente<br />
un lugar donde chocan el cielo<br />
y la infierno. Es una comunidad en sí misma<br />
donde la oscuridad intenta dominar y reinar.<br />
Por ese motivo, creo que los desafíos de<br />
enseñar entre rejas son muchísimos más<br />
que los de enseñar en cualquier otro lado.<br />
Ser maestra en el sistema carcelario es<br />
complicado. En oportunidades el lugar estuvo<br />
aislado durante días, semanas e incluso<br />
meses y no podía ver a mis alumnos. Cuando<br />
por fin podían volver a clase, se habían<br />
olvidado casi todo lo aprendido. Parecía que<br />
siempre estábamos empezando de cero.<br />
La primera vez que trabajé allí, enseñé<br />
durante 18 meses antes de dejar el<br />
sis tema. Pero 15 años después, en 2013,<br />
sentí que Dios me llamaba para volver. Le<br />
pregunté por qué y me dijo que la primera<br />
vez no había cumplido la misión. No había<br />
aprovechado el tiempo que pasé allí para<br />
ser una luz en la oscuridad. Solo iba a cumplir<br />
mis obligaciones como maestra.<br />
“Ve allí”, me dijo, “y haz lo que te dije que<br />
hicieras la primera vez. Te he dado voz; ahora<br />
ve y úsala para Mi gloria”.<br />
Me gustaría poder decir que fui obediente<br />
y volví corriendo a atravesar los portones de<br />
la cárcel, pero no fue así. Como tantos otros<br />
hijos de Dios, soy tonta. Y le di todo tipo de<br />
excusas de por qué no podía ni debía regresar a<br />
la cárcel. Pero, así como Dios se negó a aceptar<br />
las excusas de Moisés en Éxodo 3 y 4, tampoco<br />
aceptó las mías.<br />
Seguí discutiendo con Él y poco después<br />
parecía que Dios me estaba dando una buena<br />
paliza: perdí mi tranquilidad, no podía dormir<br />
y estaba inquieta. Pasaban las semanas y finalmente<br />
mi esposo me dijo: “Dietra, tienes que<br />
hacer lo que te está pidiendo Dios. Vas a estar<br />
bien. Él te acompañará”.<br />
El 28 de febrero de 2013, por fin dejé mis excusas<br />
de lado y acepté un puesto en el Correccional<br />
de Florida como maestra en escuela<br />
22s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
FOTO DE DEAR DEE PHOTOGRAPHY<br />
de Título 1. Mi tarea era enseñar lectura,<br />
matemática y lenguaje a reclusos menores<br />
de 22 años. Los ocho años siguientes<br />
resultaron ser los años más gratificantes<br />
de mi vida.<br />
Comencé a trabajar el día de graduación<br />
y asistí a la ceremonia en que varios presos<br />
recibían el diploma de la escuela secundaria.<br />
Estaba maravillada. Los oradores,<br />
cantantes, músicos—todos ellos reclusos—<br />
eran tan talentosos. Le agradecí a Dios por<br />
permitirme ser testigo de tanta excelencia<br />
tras los muros de esa cárcel.<br />
Pero entrar al salón de clases fue todo<br />
un desafío. Muchos de esos hombres no<br />
querían tener nada que ver con la escuela.<br />
No habían ido a la escuela cuando andaban<br />
en la calle, decían, y por cierto no iban a<br />
ir ahora. Pero Título 1 es un programa<br />
gubernamental obligatorio para todos los<br />
reclusos menores de 22 años.<br />
Iba a ser una tarea difícil. Pasó<br />
más o menos una semana has-<br />
cansado de esa vida y decidido a no volver<br />
a ella. Y fue fiel a su palabra, además. Con<br />
esfuerzo pasó de su nivel de sexto grado a<br />
la escuela secundaria.<br />
Después de su liberación, la mamá llamó<br />
a la institución para agradecerme. Me<br />
dijo que su hijo no era la misma persona<br />
que había ido a la cárcel. Le dije que todo el<br />
crédito era de Dios; Él solo había producido<br />
el cambio en su hijo. Hoy ese joven tiene su<br />
diploma de secundaria, un buen empleo,<br />
está casado y le va muy bien. ¡Dios es tan<br />
increíble!<br />
Ese día no solo fue un punto de inflexión<br />
para ese joven. También lo fue para mí. Comencé<br />
a llevar Biblias y formé un grupo de<br />
devocionales y oración en mi clase. Pronto<br />
tuve 20 o más muchachos que se reunían todos<br />
los días en mi salón para orar y leer devocionales.<br />
Orábamos juntos y llorábamos<br />
cuando Dios aparecía y dejaba su huella.<br />
anotar retiros y devoluciones. No lograba tener<br />
revistas en ese estante; tal era la demanda.<br />
Se me ocurrió una regla por la que todo aquel<br />
que retirara la revista tendría que compartir<br />
su historia también. Quería estimular a los<br />
muchachos para que lean, pero también para<br />
que se expresen en forma verbal y escrita. Cicatrizaron<br />
muchas heridas cuando empezaron<br />
a compartir sus experiencias de vida y cómo<br />
habían terminado en la cárcel. Les recordaba<br />
que había historias de vida similares en Victorious<br />
Living y los animaba diciéndoles que<br />
lo que Dios había hecho por los autores de los<br />
artículos, también podía hacerlo por ellos.<br />
Enseñar a estos muchachos y ver cómo actuaba<br />
Dios no evitó que sufriera. Un lunes a la<br />
mañana cuando entré a trabajar me enteré de<br />
un asesinato en la cárcel. Se me fue el alma a<br />
los pies. Cuando me dijeron quién había muerto,<br />
dejé escapar un grito. Eso, por supuesto,<br />
hizo que los oficiales vinieran corriendo. No<br />
se demuestra esa clase de emoción<br />
en la cárcel, sobre todo si uno es<br />
ta que empezaron las miradas,<br />
los murmullos y el teatro que<br />
habían dicho que podía esperar.<br />
Enfrenté mucha resistencia,<br />
pero seguí orando y con la fortaleza<br />
de Dios mantuve la mía.<br />
No pasó mucho tiempo hasta que<br />
pude ver pruebas de que Jesús<br />
estaba tomando el control de la<br />
situación.<br />
Un día vi a un joven escribiéndole una<br />
carta a la madre. Me sorprendió porque<br />
no eran muchas las personas que todavía<br />
escri bían cartas. Al lunes siguiente vino<br />
a mi clase. “Sé que usted es una mujer de<br />
Dios” me dijo, “y le conté a mi mamá sobre<br />
usted este fin de semana”. ¡Había estado escribiendo<br />
sobre mí! Y después me preguntó<br />
qué tenía que hacer para que Dios lo salvara.<br />
Le respondí: “¿Crees en el Señor Jesucristo<br />
que sufrió, derramó su sangre y<br />
murió por tus pecados?”. Me dijo que sí y<br />
allí mismo, en mi salón de clases, oró para<br />
recibir a Jesús como su Salvador. Era tan<br />
evidente la presencia del Espíritu Santo.<br />
Le dije al joven que su vida tendría un giro<br />
positivo. Me contó que había estado en una<br />
banda callejera. Su tarea en la banda era pelear<br />
y golpear a la gente. Admitió que estaba<br />
TIENES QUE HACER LO<br />
QUE TE ESTÁ PIDIENDO<br />
DIOS. VAS A ESTAR BIEN.<br />
ÉL TE ACOMPAÑARÁ.<br />
empleado. Pero lloré hasta que no<br />
me quedaron lágrimas.<br />
Joshua había sido mi alumno e<br />
iba a rendir los exámenes para el<br />
Diploma de Educación General.<br />
Era tan vivaz y alegre. Siempre venía<br />
a clase dispuesto a trabajar. Todavía<br />
puedo ver su rostro sonriente. Tantos<br />
reclusos y empleados vinieron<br />
Era tan obvio que estaba transitando por los a mi oficina para darme sus condolencias.<br />
corazones de esos hombres y que me había Sabían cuánto quería a Joshua: solían llamarlo<br />
encomendado una tarea. Estaba decidida el preferido de la maestra.<br />
a hacer todo lo que estuviera a mi alcance El ambiente empezó a enrarecerse en la<br />
para atraer más almas hacia Jesús.<br />
cárcel, y sentí que tenía que hacer algo para<br />
Un día, el director de la cárcel vino a mi levantar el ánimo. Me comuniqué con un amigo<br />
salón. Se había enterado de lo que estaba y lo invité a que viniera a hablar. John (no es su<br />
haciendo y me pidió detalles. Así lo hice y nombre real) era creyente y había estado preso.<br />
empezamos a compartir nuestras experiencias<br />
cristianas. Agradecí al Señor que muchísimo. Más de 300 reclusos asistieron al<br />
Desde que quedó en libertad, Dios lo bendijo<br />
un hombre tan piadoso estuviera al frente evento en la capilla y 15 hombres entregaron<br />
de nuestro establecimiento.<br />
su vida al Señor ese día. ¡Grité y alabé a Dios<br />
Un día, un joven me trajo una revista Victorious<br />
Living para que la leyera. Cuando los oraciones; no permitió que la muerte de Joshua<br />
hasta el cansancio! Había respondido a mis<br />
alumnos salieron, la miré y no pude dejarla. fuera en vano.<br />
Pregunté si alguien más tenía números anteriores<br />
de Victorious Living, y pedí que, si para atacarme y poner en riesgo mi vida. Este<br />
A los pocos días, Satanás utilizó a un alumno<br />
los tenían, por favor me los trajeran. Puse alumno había cometido un asesinato y me dijo<br />
todos los números en un estante cerca de claramente lo que me iba a hacer. Pero yo no<br />
la puerta de la clase y diseñé una hoja para tenía miedo. Estaba cumpliendo una tarea para<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
23s
Dios. Estaba donde Él me había enviado, así me animaron a menudo cuando sentía que<br />
que sabía que podía confiar en que me protegería.<br />
No sé dónde está ese joven ahora, pero También recuerdo a un joven muy inteli-<br />
quería abandonar.<br />
oro para que Dios haya tocado su corazón y gente, David, que tenía muchas cualidades<br />
salvado su alma.<br />
de liderazgo. A menudo le hablaba, le decía<br />
Durante mi época de maestra, tantos hombres<br />
dejaron una marca en mi vida, pero hay var por la presión de sus pares. David<br />
que fuera él mismo, en vez de dejarse lle-<br />
me<br />
NO SE CANSEN DE HACER EL BIEN,<br />
PORQUE A SU DEBIDO TIEMPO,<br />
COSECHARÁN SU RECOMPENSA Gálatas 6:9<br />
varios que sobresalen. Uno es Ray, condenado escuchó, puso todo su empeño y obtuvo su<br />
a 50 años por robo. Ray era un líder de nuestro diploma de la escuela secundaria. Volvió<br />
grupo de oración y devocionales y un verdadero<br />
testimonio de la bondad de Dios. Entró a la condenado le otorgó la libertad en forma<br />
al tribunal y el mismo juez que lo había<br />
cárcel a los 25 años y ahora va por la mitad de la inmediata. Cuando salía de la cárcel, se detuvo<br />
en mi salón de clase para agradecerme.<br />
condena. Gracias a Ray supe que, si bien no soy<br />
perfecta, Dios me estaba utilizando de manera Oro para que continúe por el buen camino.<br />
perfecta en la misión que tenía para mí.<br />
Hay tantos otros. A veces era como una<br />
Otro es Wayne, un hombre de 65 años con madre, abuela, tía o hermana para estos<br />
una condena a cinco años. Es un inmenso hombre<br />
de Dios que busca seguir progresando a fermera o predicadora. Cualquiera fuera<br />
hombres. Otros era psicóloga, médica, en-<br />
pesar de estar perdiendo la vista. Ray y Wayne el rol, me aseguraba de darles un lugar se-<br />
guro y tranquilo, donde se sintieran valorados<br />
y queridos. Le agradezco a Dios por elegirme<br />
para ser Su cántaro de amor y esperanza trabajando<br />
como maestra durante todos esos años.<br />
Si fue mi alumno, oro para que se sienta<br />
incentivado. ¡Dios lo utilizó para dejar una<br />
huella en mi vida! Mantenga la cabeza en alto<br />
y los ojos en Él, no en sus circunstancias. Dios<br />
tiene un plan, así que siga orando, creyendo<br />
y recibiendo todo lo que Él quiera darle. Siga<br />
trabajando fuerte. Las manos ociosas son el<br />
taller del demonio. Estudie, inscríbase en programas<br />
y perfecciónese para la gloria de Dios.<br />
En realidad, eso va para todo el mundo.<br />
A los que trabajan en el sistema carcelario,<br />
también quiero animarlos. Sé que los desafíos<br />
que enfrentan son únicos. Aun así, recuerden:<br />
Dios puede usarlos para cambiar el clima de la<br />
cárcel a través de las vidas a las que llegan. No<br />
se cansen de hacer el bien, porque a su debido<br />
tiempo, cosecharán su recompensa (Gálatas<br />
6:9). Dios ve su esfuerzo.<br />
Las reglas dificultan entablar una relación<br />
con los reclusos; a veces hasta está prohibido.<br />
Durante años me llamaron la “amante de<br />
los reclusos”. ¿Pero no es amar a las personas<br />
lo que Dios nos pide que hagamos? Nada<br />
debería impedirnos mostrar respeto y tratar<br />
a los hombres y mujeres encarcelados como<br />
Dios manda. Creo que el respeto que muestren<br />
les será devuelto con creces por los hombres<br />
y mujeres que ustedes supervisan.<br />
Por último, si está leyendo mi historia y no<br />
entra en ninguna de estas categorías, permítame<br />
animarlo también. Dios les pide a<br />
todos los creyentes que lleven luz al mundo<br />
en tinieblas, que sean testigos privilegiados<br />
de la bondad de Dios. A veces el camino es fácil,<br />
pero a veces nos invita a lugares difíciles<br />
y tormentosos como la cárcel.<br />
No importa dónde sea la misión ¡vaya! No<br />
tenga miedo. Si Dios lo está enviando, Él va a<br />
abrir puertas y a brindarle todo lo que necesita<br />
y más aún. Además, lo va a proteger. No se<br />
pierda lo que Dios le tiene preparado.<br />
No hay nada como vivir una aventura<br />
con Dios.<br />
DIETRA LOVETT se desempeñó como maestra,<br />
ministra, madre, abuela, escritora y mentora de vida en<br />
el Correccional de Florida durante 10 años. En marzo<br />
de 2018, le otorgaron el premio a la Maestra del Año de<br />
Título 1 en el Correccional de Florida.<br />
FOTO DE DEAR DEE PHOTOGRAPHY<br />
24s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
STEPPING UN PASO FORWARD ADELANTE<br />
Sesiones<br />
individuales<br />
de bienestar<br />
para el alma<br />
POR LINDA CUBBEDGE-SMITH<br />
HACÍA MÁS DE 18 MESES desde que me había<br />
caído de mi caballo, lastimándome el manguito rotador.<br />
Me habían operado y fui a kinesiología. Pero<br />
para volver a montar a caballo, sabía que tenía que<br />
recuperar fuerza en brazos y piernas. El gimnasio era<br />
la respuesta, así que me anoté en clases individuales.<br />
Una mañana le estaba contando a Jesús sobre mis<br />
sesiones individuales de entrenamiento. ¡Habían sido<br />
divertidas! Como suelo hacer, empecé a escribir mis<br />
pensamientos, al tiempo que le agradecía. Estaba<br />
sumamente agradecida por la posibilidad que había<br />
tenido de bajar un cambio y pasar más tiempo con Él.<br />
Estudiar la Biblia con total libertad, sin estar presionada<br />
por otras obligaciones había hecho que ese tiempo<br />
juntos más prolongado fuera más hermoso que nunca.<br />
Mientras reflexionaba, Dios me habló sobre el tiempo<br />
que pasamos juntos y me enseñó que era como las<br />
sesiones individuales con mi entrenador del gimnasio.<br />
Me dijo: “Nuestro gimnasio te da clases individuales<br />
para el alma. Robustece los músculos de la fe, que te<br />
permiten tener mayor confianza en lo más profundo<br />
del corazón. Y esa confianza hace que crezca tu<br />
resistencia, de modo que lo que era difícil se vuelve<br />
más fácil”.<br />
Mi decisión de ir al gimnasio fue como mi decisión<br />
de pasar tiempo con mi Padre Celestial. Cuando estamos<br />
juntos, la Palabra de Dios me hace ir más allá y me<br />
desafía en la misma medida que me estimula. Entonces<br />
se agrandan los músculos de mi fe y se fortalecen.<br />
Durante mucho tiempo no supe que podía tener<br />
una relación tan íntima y maravillosa con el Creador<br />
del universo. ¿Por qué iba a detenerse a prestarme<br />
atención? ¿Qué tenía yo para ofrecerle a Él?<br />
Pero empecé a escribir en un diario mis alabanzas<br />
a Dios y de pronto me di cuenta de que la poderosa<br />
presencia de Dios estaba conmigo. Mi lapicera arrancaba<br />
y las palabras brotaban de mi corazón. Tenían<br />
vida: ¡no eran solo tinta en una página!<br />
Cuanto más escribía esas palabras de agradecimiento<br />
y volcaba en el papel las promesas de Dios, sintiendo cada una de ellas<br />
como personales, más se agrandaban mis músculos de la fe. Y al ponerme de pie,<br />
estaba lista para enfrentar cualquier cosa que se me presentara.<br />
Esa experiencia me cambió la forma de ver a mi Padre Celestial. Entendí realmente<br />
que Él es bueno, amable y amoroso, mucho más de lo que había imaginado<br />
hasta entonces. Sentí que estaba complacido con mi alma cuando yo expresaba<br />
mi adoración por Él. Cuando volcaba en el papel mis temores, necesidades y sufrimientos<br />
¡era como si Él estuviera allí mismo junto a mí! Por supuesto. Estaba y<br />
sigue estando.<br />
Dios me asegura que nunca estoy sola. Está conmigo y dentro de mí. Me ve, me<br />
oye, me guía y me provee de todo lo que necesito (Salmo 23). Salmo 139:7–10 dice<br />
que nunca puedo huir de Su presencia. Su bondad y misericordia me seguirán<br />
Dios me asegura<br />
que nunca estoy<br />
sola. Está conmigo<br />
y dentro de mí.<br />
todos los días de mi vida (Salmo 23:6).<br />
He escrito todas estas promesas y cada una<br />
de ellas ha aumentado mi fe y me ha permitido<br />
enfrentar las dificultades de la vida. Pasar<br />
tiempo a solas con Dios, escribir en un diario<br />
mis pensamientos y Sus respuestas ha sido<br />
una experiencia fantástica.<br />
Me encanta leer mis diarios anteriores. Tienen tantas pruebas del amor fiel de<br />
Dios y de Sus momentos perfectos, tantas oraciones respondidas, heridas cicatrizadas<br />
y necesidades cubiertas. Es innegable que Él me ama y me cuida.<br />
Si todavía no lo está haciendo ¿por qué no empieza sus propias sesiones individuales<br />
con el Señor? ¡Son gratis! Y Él siempre está disponible. Tome una Biblia,<br />
papel y lapicera. Busque un lugar apartado y ponga un horario para encontrarse<br />
con el Señor. Nunca lamentará el tiempo que le dedique a esas sesiones. Y no pasará<br />
mucho tiempo hasta que sus músculos de la fe crezcan tanto que todos lo noten.<br />
¡Vaya a la página 29s para comenzar su sesión gratuita hoy mismo!<br />
LINDA CUBBEDGE-SMITH fue la Directora del equipo de comunicación de Victorious Living, que<br />
presta servicio comunitario para las cárceles, desde 2014 hasta junio de 20<strong>21</strong>. Está escribiendo un<br />
libro sobre la bondad de Dios y continúa siendo una apasionada por guiar a otros hacia Él.<br />
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Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
25s
ROMPA EL CÍRCULO VICIOSO:<br />
No sea<br />
uno más<br />
POR GREGG GREEN<br />
Yo podría ser uno más. Sin embargo, por gracia de Dios,<br />
me he convertido en otro. Usted también puede.<br />
Soy el resultado de una noche de sexo casual. Mis padres<br />
tenían diecinueve años; los dos buscaban escapar de<br />
entornos familiares asfixiantes y no estaban preparados<br />
para ser padres en lo más mínimo. Su matrimonio no<br />
duró mucho. Mamá obtuvo mi custodia y nos mudamos<br />
a California.<br />
Los hombres entraban y salían de nuestra vida porque<br />
mamá intentaba, sin éxito, llenar el vacío que tenía. Las<br />
situaciones, el abuso y la adicción fueron de mal en peor.<br />
Cuando yo tenía cinco años, ella se bajó un frasco de<br />
pastillas, tratando de suicidarse. Me mandaron a Illinois<br />
para vivir con mi papá, que había vuelto a casarse.<br />
A las dos semanas, su esposa dijo que no iba a criar al<br />
hijo de otra mujer. Me llevaron al umbral de una casa y<br />
me dejaron allí. Nunca voy a olvidar el pánico que sentí<br />
al estar parado ahí solo, con miedo a golpear la puerta,<br />
sin saber qué o quién estaba del otro lado.<br />
Tras pasar por dos hogares de acogida volví a reunirme<br />
con mi mamá, que había finalizado la rehabilitación, pero<br />
no era la misma. Estaba dominada por la ira y la amargura<br />
y me culpaba a mí por lo que le había pasado en la vida.<br />
Vivir en la pobreza con una madre que tenía poca<br />
capacidad para hacer algo más que sobrevivir fue un<br />
desafío. Me daba un par de zapatos por año y ropa regalada.<br />
Me cortaba el pelo ella misma en nuestra casa<br />
llena de moho.<br />
Además de la pobreza, estaba la presencia constante<br />
de su iracunda sed de venganza. Quería a mi mamá, pero<br />
tenía miedo de sus palabras absurdas, llenas de odio y<br />
los golpes de sus manos furiosas. Pero, sobre todo, tenía<br />
miedo de que se suicidara.<br />
Se casó por tercera vez cuando yo tenía ocho años y<br />
nos mudamos a Texas. Mi padrastro trabajaba en un<br />
aserradero y durante un tiempo, la vida parecía normal.<br />
Pero poco después volvieron los viejos tiempos.<br />
Cuando yo tenía 14, mi mamá intentó quitarse la<br />
vida otra vez y la pusieron en tratamiento psiquiátrico.<br />
Mi padrastro y ella se divorciaron, y volví a mudarme<br />
a California con él. Lamentablemente, él no era mucho<br />
mejor que ella.<br />
Un año antes de terminar el secundario, me mudé<br />
solo. Puse buena cara y mis amigos envidiaban lo que<br />
creían era mi libertad. Pero los padres me veían como<br />
lo que era: un chico pobre, sin familia, que de algún<br />
modo había logrado evadir el sistema.<br />
Estaba lleno de ira, inseguridad y frustración. Todos<br />
los demás tenían tanto más que yo y estaban tanto<br />
más adelantados que yo. ¿Por qué era tan difícil mi<br />
vida? ¿Qué problema tenía?<br />
Había trabajado el doble para conseguir lo que<br />
tenía, que no era mucho. Y a pesar de todo lo que me<br />
esforzara trabajando, nunca progresaba. Deseaba<br />
lo que tenían los demás y la injusticia de toda la situación<br />
me amargaba. Las posibilidades y segundas<br />
oportunidades eran muy escasas y sabía que no podía<br />
equivocarme.<br />
Si solo alguien notara cuánto trabajaba y me diera<br />
una oportunidad: la oportunidad de convertirme en<br />
alguien.<br />
Todo cambió una noche cuando se me resbaló un<br />
frasco de mermelada de las manos y se hizo trizas en<br />
el suelo. Era todo lo que me quedaba para comer. Me<br />
dejé caer al piso, sintiéndome roto en mil pedazos<br />
y me di cuenta de que no podía seguir viviendo así.<br />
Desesperado, guardé mis cosas en el auto, dejé California<br />
y me mudé a Washington, donde no conocía<br />
un alma. Tenía un objetivo: entrar a la universidad.<br />
No me importaba cuál; estaba preparado para hacer<br />
cualquier cosa para que me aceptaran.<br />
Una universidad cristiana de Spokane, Washington,<br />
me dio la oportunidad; pero me sentí como pez<br />
fuera del agua más que nunca. No era cristiano, no<br />
26s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
FOTO DE GERI SIMPKINS<br />
venía de una familia de clase media o alta, ni tenía una beca. A<br />
diferencia de los demás, yo trabajaba todo el día. También salía<br />
a divertirme y no iba a la iglesia. Mis compañeros me miraban<br />
por encima del hombro, porque yo era tan distinto. Para ser<br />
honesto, yo también los miraba por encima del hombro, porque<br />
los consideraba arrogantes y malcriados.<br />
A mediados del primer año, un día me emborraché tanto<br />
que no podía manejar. A la mañana siguiente estaba sentado<br />
en el auto recuperándome, cuando se me ocurrió que el<br />
hecho de que estuviera tan enojado con Dios era prueba de que<br />
debía creer en Él. Siempre sostuve que no, pero ¿cómo podía<br />
estar enojado con alguien si no creía en esa persona?<br />
A ese descubrimiento le siguió otro: si iba a admitir que Dios<br />
existía, más me valía de algún modo vivir como si así fuera.<br />
La fe tenía sus exigencias. Ese año, cuando volví tras el receso<br />
navideño, decidí especializarme en religión para poder aprender<br />
más sobre Dios.<br />
Pero ya promediando el segundo año, empecé a despertarme<br />
en medio de una furia terrible, queriendo destrozar todo lo que<br />
tenía cerca. Era tan incontrolable que a menudo me quedaba<br />
en la cama hasta despertarme de mejor humor.<br />
Fui a ver a un psicoanalista. Para ser honesto, fue horrible.<br />
El psicoanalista me hizo revolver todos los recuerdos malos de<br />
mi infancia que tanto me había costado olvidar. Pero al hacerlo,<br />
aprendí muchas cosas que pusieron mi vida en un camino<br />
distinto.<br />
Para empezar, aprendí que el sufrimiento de los demás es tan<br />
real y doloroso para los demás como el mío lo es para mí. Mi<br />
naturaleza humana quería medir el sufrimiento en una escala.<br />
Pero como nunca había experimentado el de otra persona, no<br />
podía decir que el mío fuera peor. El sufrimiento es sufrimiento.<br />
Y duele, sea quien sea.<br />
Segundo, aprendí que llevaba el ADN y la conformación<br />
genética de mis padres, me gustara o no. A causa de eso, sería<br />
como mis padres en algunos aspectos. Antes del psicoanálisis,<br />
había intentado desesperadamente no parecerme a ellos en<br />
nada. Sentía resentimiento hacia mis padres, pero veía rasgos<br />
de ellos en mí todo el tiempo y eso me aterraba, y además, me<br />
enojaba.<br />
Mi psicoanalista me ayudó a cambiar mi foco: de tener miedo<br />
a ser como mis padres a convertirme en la mejor versión de<br />
ellos. Mi objetivo era llegar a ser la versión redimida de mis<br />
padres; ser la persona que, por el motivo que fuera, ellos nunca<br />
habían sido.<br />
Después, aprendí cómo había afectado mi vida la falta de<br />
un padre. Siempre me había dicho a mí mismo que no me importaba<br />
no tener padre, pero sí. La verdad es que nunca había<br />
superado que me dejaran abandonado en ese umbral a los<br />
cinco años. A partir de ese momento, me sentí despreciable<br />
e insignificante y me preguntaba constantemente qué tenía<br />
como para que no pudieran quererme.<br />
O sea, a mis amigos no los abandonaron los padres ¿y a mí? No<br />
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Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
27s
LOS CÍRCULOS VICIOSOS NO SE ROMPEN A MENOS QUE<br />
PERSONAS COMO USTED O COMO YO NOS OCUPEMOS<br />
DE HACER EL COMPLEJO TRABAJO DE ROMPERLOS.<br />
solo me había dejado mi padre, sino que volvió a casarse<br />
y tiene hijos que están con él. Es una herida que quizás<br />
nunca vaya a comprender ni a cicatrizar por completo.<br />
Por la falta de padre, siempre viví con temor e inseguro<br />
de mí mismo, sintiendo que todo el mundo me juzgaba.<br />
Creía que estaba destinado al fracaso. Y sabía que cuando<br />
fracasara, no habría nadie que me ayudara a levantar.<br />
Mi psicoanalista me ayudó a reflexionar sobre mi sufrimiento<br />
y a procesar el dolor. Hacerlo me dio una dosis<br />
de control sobre mi futuro. Antes de hacer psicoanálisis,<br />
estaba dominado por las emociones. Me dejaba llevar<br />
por el dolor y la ira y culpaba a todo el mundo por las<br />
circunstancias de mi vida.<br />
Pero aprendí que solo yo tengo el control del rumbo<br />
que mi vida va a tomar. Mis padres y los mundos en los<br />
que vivían pueden haber determinado mi pasado, pero<br />
yo manejo mi futuro: o puedo hacerlo, si eso elijo.<br />
No tengo por qué seguir los pasos de mis padres, ni<br />
tengo que sucumbir a la depresión o la ira. No tengo que<br />
vivir con amargura. No, puedo forjar mi propio futuro y<br />
al hacerlo, cambiar el camino para mis hijos. Depende de<br />
mí romper los interminables círculos viciosos de abuso,<br />
adicción, abandono y pobreza. Solo necesito tener el<br />
valor de hacerlo.<br />
Por último, aprendí el valor de la comunidad. Durante<br />
los dos últimos años en la universidad, hice un grupo<br />
de amigos que se tomaron el tiempo para conocerme,<br />
aceptarme, quererme y plantearme desafíos para que me<br />
superara. Y me hacían sentir responsable. Oraban por mí,<br />
me invitaban a cenar y me mostraban cómo funcionan<br />
las familias sanas. Estuvieron a mi lado cuando yo me<br />
esforcé por cambiar mi futuro.<br />
No sé si lo habría logrado sin ellos. Esos amigos me dieron<br />
esperanza cuando estaba flaqueando, valor cuando<br />
me faltaba y compañía cuando me sentía totalmente solo.<br />
Fueron las manos y los pies de Cristo y me brindaron luz<br />
cuando todo a mi alrededor era oscuridad.<br />
Soy una creación única de Dios. Génesis 1:26 dice<br />
que estoy hecho a imagen y semejanza de Dios. ¡Dios<br />
se tomó el tiempo de hacerme con Sus propias manos<br />
de manera única! Eso significa que lo reconozca o no mi<br />
familia, lo reconozcan o no quienes me rodean, y lo crea<br />
yo firmemente o no…soy valioso. Tengo valor. Y tengo un<br />
propósito para mi futuro.<br />
Cuando supe eso, me esforcé por mantener esa<br />
sensación de ser valioso bien presente en mi mente.<br />
Empecé a vivir con vistas a un futuro como hombre de<br />
Dios: una decisión, un paso a la vez. Estaba decidido a aprender<br />
de mis errores del pasado para no repetirlos. Aprendí a<br />
detectar los círculos viciosos de la vida para poder romperlos.<br />
Decidí que era hora de poner fin a las excusas y dejar<br />
de culpar a otros por la forma en que se había dado mi vida.<br />
Era hora de ejercer un dominio positivo y de hacerme cargo<br />
de mis acciones.<br />
Y con la ayuda y paciencia de Dios, ocurrió todo eso. Mi<br />
vida se encaminó hacia el futuro que Dios siempre había<br />
tenido previsto.<br />
Hoy tengo 47 años. Mi vida ha tenido más idas y vueltas<br />
que las que puedo contar. Fui el primero de mi familia en<br />
ir a la universidad y después realicé estudios de posgrado…<br />
dos veces. Estuve en el ejército, me ordené como ministro<br />
y actualmente manejo una empresa exitosa con mi esposa.<br />
Hace 13 años que estamos felizmente casados. Tenemos<br />
cuatro hijos hermosos y sus vidas son totalmente distintas de<br />
la mía a su edad. No tienen ni idea de las privaciones que pasé<br />
ni lo triste que puede ser este mundo. Les hemos brindado<br />
refugio y seguridad. Me siento muy feliz sabiendo que he creado<br />
para ellos un futuro mejor que el que me dieron a mí. Mis<br />
hijos no van a estar atados a las circunstancias de mi crianza.<br />
No fue fácil. Los fantasmas del pasado—el miedo, la duda,<br />
la inseguridad, la ira, la sensación de ser insignificante o no<br />
valer nada—a veces vuelven a aparecer, pero ya no dejo que<br />
se apoderen de mí.<br />
Con la ayuda de Dios, los empujo a un lado y me reto a dar<br />
otro paso adelante para tomar esa próxima decisión correcta.<br />
Lo hago por mí. Lo hago por Dios. Y lo hago por mis hijos,<br />
porque quiero que su mundo sea mejor de lo que lo fue el<br />
mío. Quiero que sean puros. Quiero que se sientan valorados,<br />
amados y apreciados. Quiero que sepan que pueden hacer<br />
cualquier cosa que se propongan.<br />
Y lo hago porque los círculos viciosos no se rompen a<br />
menos que personas como usted o como yo nos ocupemos<br />
de hacer el complejo trabajo de romperlos. ¡El cambio<br />
empieza con nosotros!<br />
GREGG GREEN<br />
es un ministro<br />
ordenado que<br />
tiene pasión por<br />
el ministerio,<br />
el servicio, el<br />
compañerismo y<br />
la buena comida.<br />
Él y su esposa son<br />
dueños de una<br />
panadería familiar<br />
que manejan ellos<br />
mismos.<br />
FOTO DE GERI SIMPKINS<br />
28s Número 04 / 20<strong>21</strong> VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM
PROFUNDICEMOS:<br />
Comience sus sesiones individuales de entrenamiento<br />
Todos los pasajes bíblicos mencionados son de la Nueva Traducción Viviente.<br />
El artículo de Linda Cubbedge-Smith “Sesiones<br />
individuales de bienestar para el alma” (pág.<br />
25s), nos invita a encontrarnos a diario con<br />
Dios para fortalecer nuestros músculos de la fe.<br />
Leer pasajes bíblicos es un ejercicio para<br />
la mente y el corazón. ¿Cómo? Le damos una<br />
lista de versículos para que empiece. Léalos, de<br />
a uno por vez. Hágalo despacio; dese tiempo.<br />
Anote cada uno y al hacerlo, sienta que son<br />
personales. Luego cuéntele a Dios sobre lo que<br />
ha leído. Escriba sus pensamientos y preguntas<br />
en un diario y escuche Su respuesta. Ésta<br />
es la lista:<br />
Salmo 91<br />
Salmo 103<br />
Isaías 40:28–31<br />
Isaías <strong>41</strong>:10<br />
Mateo 1:18–23<br />
Mateo 4:23–25<br />
Mateo 6:5–15<br />
Mateo 11:28<br />
Juan 3:16–17<br />
Juan 10:14–18<br />
Hechos 10:38<br />
Efesios 3:14–<strong>21</strong><br />
Colosenses 3:12–17<br />
1 Pedro 1:3–9<br />
2 Pedro 1:3–4<br />
2 Pedro 3:9<br />
Apocalipsis 22:20–<strong>21</strong><br />
Empecemos leyendo Mateo 11:28 juntos:<br />
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados<br />
y agobiados, y yo les daré descanso”.<br />
Anote el versículo en su diario o cuaderno.<br />
Después, agradézcale a Dios Su promesa.<br />
Puede escribir algo así como: “Jesús,<br />
acepto Tu invitación a descansar. Dices que<br />
pueden ir todos los que están cansados. Bueno,<br />
estoy cansado y agobiado, así que aquí estoy.<br />
Gracias por Tu promesa de descanso”.<br />
Ahora, háblele a Dios. Quizá tenga preguntas<br />
o dudas. Podría decirle: “Dios, no sé qué<br />
quiere decir descanso y ni siquiera estoy seguro<br />
de cómo puedo ir a Ti, pero lo estoy haciendo<br />
lo mejor que puedo. He intentado de todo para<br />
llenar este vacío dentro de mí y estoy extenuado.<br />
Entonces vengo porque tengo fe y creo que<br />
existes y que lo que dices es verdad”.<br />
Al meditar sobre estos versículos y hablarle<br />
a Dios sobre ellos, su fe va a aumentar. No tema<br />
recurrir a otras personas que estén seguras<br />
de su fe para que le ayuden a comenzar a fortalecer<br />
los músculos de la fe y a prepararse<br />
para las pruebas más desafiantes de la vida.<br />
¿Listo para entrenar? ¡Vamos!<br />
¿NECESITA DESCANSO?<br />
“Vengan a mí todos ustedes que<br />
están cansados y agobiados, y yo<br />
les daré descanso.” –Mateo 11:28<br />
Jared Emerson, Artist, jaredemerson.com<br />
¿Necesita descanso? ¿Paz? ¿Libertad? ¿Perdón? ¿Restauración?<br />
Clame a Jesús, acéptelo como su Salvador, y será hecho completo.<br />
Ore: “Jesús, te invito a mi vida. Confieso que soy un pecador y<br />
necesito un Salvador. Gracias por perdonar mis pecados y por<br />
hacerme de nuevo. Gracias por sacrificar tu vida por mí para que yo<br />
pueda tener una nueva vida en ti. Recibo, por fe, el perdón de mis<br />
pecados. Toma mi vida, mi pasado y mi futuro. Guía mis pasos y<br />
habla a mi corazón, Señor. Úsame, Dios. Amén.”<br />
Queremos saber de su decisión y ayudarlo a crecer en su fe.<br />
Escriba a: PO Box 2751, Greenville, NC 27836.<br />
VICTORIOUSLIVINGMAGAZINE.COM<br />
Número 04 / 20<strong>21</strong><br />
29s
¿AHORA QUE?<br />
Acepté la salvación de Dios. ¿Y ahora, qué?<br />
TAL VEZ DESPUÉS DE LEER las historias en esta revista, haya entregado su vida a Jesús.<br />
¡Felicitaciones! Acaba de tomar la decisión más importante de su vida. Pero quizás se esté<br />
preguntando ¿y ahora, qué? Estas son cinco formas de asegurarnos el crecimiento espiritual.<br />
Tenga presente que la vida cristiana es una experiencia que nos transforma para siempre.<br />
1. ORE. Cuéntele todo a Dios y espere Su respuesta. No necesita palabras rebuscadas, solo<br />
un corazón sincero.<br />
2. ESTUDIE LA BIBLIA. La Palabra de Dios tiene todas las instrucciones que necesitamos<br />
en la vida. Ingrese a un estudio bíblico y descubra algo nuevo cada día. Vea recursos<br />
gratuitos al pie.<br />
3. BAUTÍCESE. Aunque el bautismo no es una exigencia para la salvación, la Biblia nos dice<br />
claramente que debemos ser bautizados en agua tras aceptar la salvación. El bautismo<br />
simboliza la muerte al pecado y vivir una vida nueva en Jesucristo (Romanos 6:4). Por las<br />
restricciones que hay en las cárceles, puede que resulte difícil la inmersión en agua, así<br />
que use la creatividad y deje que el Espíritu Santo le revele cómo puede cumplir este acto<br />
de obediencia hasta que la inmersión sea posible.<br />
4. BUSQUE UNA COMUNIDAD CRISTIANA. Únase a una congregación local de<br />
seguidores de Cristo. Si el encarcelamiento le dificulta ir a una iglesia, comparta con otros<br />
creyentes lo mejor que pueda. Le van a ayudar a mantenerse firme y a ser responsable.<br />
5. CUÉNTELE A ALGUIEN. Háblele de su decisión de seguir a Cristo y explíquele lo que Él<br />
hizo por usted. Y después ¡cuéntenos! Nos encantaría que lo comparta con nosotros.<br />
RECURSOS<br />
A continuación dejamos distintas opciones de material cristiano gratuito al que pueden tener<br />
acceso reclusos y capellanes que hablen inglés o español. Pónganse en contacto con las direcciones indicadas<br />
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