crónicas gc. ag-sept 2021

REPORTAJE
& LA GRACIOSA
AGO-SEP 2021
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EL SOMBRERO
GRACIOSERO
TAN ÚNICO COMO
IMPRESCINDIBLE
DE UNAS MANOS ARTESANAS NACE EL QUE ES, SIN DUDA, UNO DE LOS GRANDES SÍMBOLOS DE LA ISLA DE LA GRACIOSA,
NOS REFERIMOS AL SOMBRERO GRACIOSERO. HABLAR DEL SOMBRERO GRACIOSERO ES REFERIRNOS A UN COMPLEMENTO
TRADICIONAL QUE HA PASADO DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN PARA LLEGAR HASTA HOY
Se dice que este elemento ha estado siempre en
las manos de las mujeres de la Isla y que quién visita
este territorio se enamora de esta prenda básica
para combatir la constante exposición al sol.
La calidad de sus materiales y la maestría en su
elaboración, hace que estemos hablando de un elemento
que nos puede acompañar toda la vida.
Con paciencia y dedicación, la tradición requiere
del trenzado de palmito. Para su elaboración, se
calcula que son necesarias más de veinte brazas de
empleita y la historia cuenta que el palmi-
to que se utiliza para la elaboración
de este sombrero, se arranca por el
día de San Juan y que se cortan
las guías y se dejan al sol varios
días hasta que se decoloran y se
quedan blancas.
Asimismo, la manipulación de
la fibra requiere que esté un poco
húmeda, al igual que el clima. El
trenzado de la empleita es la base
de su elaboración y el sombrero
comienza a montarse por el
centro de su copa.
El sombrero varía en función
de si es para hombre
o para mujer. Si es de mujer,
su ala es más ancha y
su copa más baja. Ambos
llevan una cinta que culmi-
na en un lazo. Si es para él, el
lazo acaba en el lado izquierdo y si
es para ella, a la derecha. Para proteger
la frente también se cose un trozo
de tela en el interior. Y para evitar que
salga volando, lleva incorporadas dos ti-
ras de tela que se enlazan a la altura del cuello.
Si viajas a La Graciosa entenderás que se trata
de un elemento fundamental que forma parte del
paisaje de la isla, protege del sol en horas de trabajo
pero también acompaña en los momentos más
festivos.
Su origen es muy antiguo y tal y como relata y
muestra la historiadora Arminda Arteta en la exposición
Sombrera. Homenaje a la mujer rural y
costera de Lanzarote: “esta prenda ha pro-
tegido históricamente a la mujer del sol pero también
ha sumergido su rostro en la sombra perdiendo
incluso su identidad". De ahí la necesidad de
exposiciones como ésta que han permitido reflexionar
e indagar sobre las distintas labores y el papel
de las mujeres de Lanzarote y La Graciosa. Y es
que su labor ha sido crucial más allá del ámbito
doméstico.
Exposiciones como ésta atestiguan su presencia
en la agricultura, en la búsqueda de agua y leña
para cocinar , el cuidado de los animales, la siembra
y recogida de la cosecha y así un largo etcétera.
Una labor tan crucial como invisible que
muchas veces quedaba oculta tras la
sombra de su sombrera. Hoy este
tipo de exposiciones buscan hacer
justicia a su figura en la
sociedad y la supervivencia
isleña.
La elaboración de estos
sombreros no ha
sido concebido como
un oficio en sí mismo
pero sí como un complemento
a la economía
familiar. Hoy en
día, más allá de su valor
económico, su verdadero
valor reside en el
saber de su elaboración y
en garantizar que el conocimiento
de esta técnica y el interés
por la misma recaiga en las
manos de las futuras generaciones.
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María Doménech