crónicas gc. ag-sept 2021

SALUD
& VERANO
AGO-SEP 2021
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¿ NECESITAMOS TOMAR
SUPLEMENTOS DE VITAMINA D?
HOY VAMOS A ABORDAR UN
TEMA DE ACTUALIDAD Y AL
QUE HE ESTADO VINCULADO
DESDE QUE INICIÉ MI TESIS
DOCTORAL HACE CASI 50 AÑOS,
Y SIN EMBARGO TODAVÍA HAY
DUDAS SOBRE SUS ACCIONES Y
NECESIDADES. ME REFIERO A LA
VITAMINA D.
Hoy vamos a abordar un tema de actualidad y al
que he estado vinculado desde que inicié mi tesis
doctoral hace casi 50 años, y sin embargo todavía
hay dudas sobre sus acciones y necesidades. Me
refiero a la Vitamina D.
La vitamina D es tanto un nutriente esencial
como una hormona que tiene una amplia variedad
de efectos biológicos en el cuerpo humano que
son importantes para la salud. La razón por la
que la vitamina D juega un papel tan crucial en
el mantenimiento de la salud se debe en parte al
hecho de que los receptores de vitamina D están
presentes en muchos tejidos y células del cuerpo.
También se sabe que una vez que la vitamina D
se produce en la piel o se obtiene de la dieta, se
somete a pasos de activación secuenciales en el
hígado y en el riñón, y su metabolito no solo regula
el metabolismo del calcio, sino que interactúa
con su receptor en varias células para regular el
crecimiento celular, la producción de insulina
y de renina, modula la función inmunológica,
tiene propiedades neuroprotectoras y mejora la
destrucción de los agentes infecciosos, además,
es importante para el tono vascular y la función
miocárdica. La vitamina D es un nutriente que el
cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos
saludables, el cuerpo solo puede absorber
calcio, el componente principal del hueso, lo que
hace necesaria la presencia de esta vitamina.
La deficiencia de vitamina D es una de las deficiencias
más frecuentes relacionada con la nutrición.
El raquitismo por deficiencia de vitamina D
es una enfermedad ósea grave que se cura cuando
se administra esta vitamina. Esta enfermedad es
más común en los bebés, pero se puede observar
en niños, especialmente en países con recursos
limitados. La deficiencia de vitamina D no sólo
evitará que los niños alcancen su máxima talla
programada genéticamente, sino también los pondrá
en mayor riesgo de tener un pico de densidad
ósea más bajo, así como un mayor riesgo de fracturas
óseas más adelante en la vida.
En el útero, la deficiencia de vitamina D probablemente
no solo aumenta el riesgo de que la
madre tenga preeclampsia (hipertenión grave) y
una cesárea por parto, sino también aumenta el
riesgo de diabetes materna y para el bebé el riesgo
de bajo peso al nacer y de sufrir trastornos de sibilancias
en la infancia. La deficiencia de vitamina
D durante la infancia se cree que puede aumentar
el riesgo de que el niño desarrolle diabetes tipo
I, esclerosis múltiple y enfermedades autoinmunes.
La deficiencia de vitamina D en los adultos
no solo causarán osteopenia y osteoporosis, sino
que también se relaciona con el incremento del
riesgo de muchas enfermedades crónicas graves
que incluyen la hipertensión arterial, la enfermedad
cardiovascular, la diabetes, algunos tipos
de cáncer, ciertas enfermedades neurológicas,
psoriasis, enfermedades infecciosas e incluso el
padecimiento de sobrepeso y obesidad.
A pesar de que la vitamina D puede sintetizarse
a nivel de la piel con la exposición a la luz
solar, esta fuente no es siempre suficiente para
cubrir las necesidades debido al uso de cremas
de protección solar y a la baja exposición durante
el invierno o en el caso de personas enfermas
o mayores, porque salen poco a la calle o no se
exponen al sol. Hasta que no existan recomendaciones
bien equilibradas de protección solar que
aseguren un estado de suficiencia de vitamina D
sin incrementar el riesgo de desarrollar cáncer,
el Comité de Nutrición de la Asociación Española
de Pediatría (2012), concluye que parece adecuada
la suplementación con vitamina D durante el
primer año de vida.
El aporte dietético es fundamental, pero son
pocos los productos que son una fuente natural
de vitamina D, entre los que se encuentran los
pescados grasos (salmón, sardinas, caballas…) y
los huevos, pero existe también un bajo consumo
de estos alimentos, sobre todo de pescado. Para
valorar el estado nutricional de la vitamina D se
deben medir los niveles sanguíneos de 25-hidroxivitamina-D
(25-OH-D) y la Endocrine Society define
como normal a aquellos valores de 25-OH-D ≥ 30
ng/ml e insuficiencia y deficiencia a la presencia
de valores de 25-OH-D situados entre 21-29 ng/dl
e inferiores a 20 ng/ml, respectivamente.
Hay estudios que han constatado que casi la
mitad de la población española presenta déficit de
vitamina D. En ciudades como Valencia, a pesar
de haber una radiación solar suficiente, alrededor
de un 25 % de los niños menores de dos años
tiene niveles de 25-hidroxivitamina D < 30 ng/ml.
A pesar de todas las acciones beneficiosas que se
han descrito para la vitamina D, cuando se hacen
metanalisis combinando los resultados de los ensayos
clínicos publicados, no siempre se encuentran
ventajas cuando se administran suplementos
de la vitamina D. Así por ejemplo con los datos
disponibles hasta ahora, la suplementación con
vitamina D no disminuye la mortalidad general,
ni la mortalidad por causas cardiovasculares, ni
evita el deterioro cognitivo, ni mejora el dolor
crónico y no disminuye la estancia hospitalaria
por COVID. Tampoco está justificado el uso de
suplementos de calcio o vitamina D en adultos
sanos. Sin embargo disminuye el riesgo de mortalidad
por cáncer en un 15 %.
En el próximo número abordaremos las indicaciones
y dosis a la que debe administrarse la
vitamina D. apple
Eduardo Doménech Martínez
Catedrático de Pediatría de la ULL (jubilado)