Revista Paranoia
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Julio 2021 / Revista Paranoia Página 1
Revista Paranoia / Julio 2021 / Buenos Aires, Argentina
AR$500
www.revistaparanoia.com.ar
UNA REVISTA PARANOICA
SIGMUND FREUD
SURREALISMO
En la pintura, cine,
literatura y escultura.
FREUD, PADRE DEL
SURREALISMO
¿Cómo el psicoanálisis ha
ifluído en el surrealismo?
LA PARTE OSCURA
DE FREUD
Fracaso en la hipnosis.
Experimentos con algunos
estupefacientes.
PSICOANÁLISIS HOY
Críticas y pensamientos.
Nº00198 7
Página 2 Julio 2021 / Revista Paranoia
Julio 2021 / Revista Paranoia
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Editores Generales
Florencia Pulla
Soledad Navarro
Leonardo Villafañe
Sub Editor
Guillermo Pereira
Jefe de Redacción
Walter Brown
Javier Rodríguez Petersen
Editores de sección
Elizabeth Peger
Ariel Cohen
Juan Compte
Andrea del Río
Redacción
Silvana Saldisurri
Carlos Altea
Belén Papa Orfano
Luz De Souza Quintas
Matias Castro
Diseño y Diagramación
Carlos Petruzzi
Carla Azconzabal de Perta
Luis Alberto Brown
Coordinación
Marcelo Conti
Procesamiento de imagen y sonido
Sebastián Salvador
Federico Sichel
Gerente Comercial
Mauro Mattiozzi
Responsable Desarrollo Comercial Multiplataforma
Mariana Sussanich
Katherine Contreras
Nicolas Raffo
Ejecutivos de Cuenta Multiplataforma
Fabiana Grassano
Marina Trociuk
Aixa Barrios
Maria Eugenia Gomez
Flavia Gamalero
04
Bibliografía
12
16
Arte
SIGMUND
FREUD
Psicoanálisis
FREUD PADRE
DEL SURREALISMO
Psicoanálisis
y surrealismo
4
8
12
PRECEDENTES DEL
SURREALISMO
surreal 17
Influencias 18
Las dos vertientes 19
¿A dónde se va
un pensamiento
cuando se olvida?”
20
Pintura
38
DISCIPLINAS
SURREALISTAS
Surrealista
Cine Surrealista
Literatura Surrealista
Escultura Surrealista
21
26
31
35
LA PARTE OSCURA
DE FREUD
Cocaína 39
Fracaso de la hipnosis 42
Contacto Adminstración Comercial
Mercedes Sánchez
Director Periodístico Diario, Revistas y
Suplementos
Hernan de Goñi
Horacio Riggi
Editores de Separatas
Andrea del Río
Laura Mafud
Florencia Pulla
Pablo Ortega
Diseño Editorial 1 Revistas es una entidad académica sin
fines de lucro de nacionalidad argentina, con domicilio
en Avenida Lima 775, C1073 CABA, no inscripta en el
Registro Mercantil de Argentina, sin Tomo ni folio u hoja.
46
¿Ciencia
PSICOANÁLISIS HOY
o pseudo? 47
Fallas 48
Difusión 50
Página 4
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LAS EMOCIONES
INEXPRESADAS
NUNCA MUEREN
“El inconsciente es el círculo más grande que incluye el círculo más pequeño del
consciente; todo consciente tiene su paso preliminar en nuestro inconsciente, mientras
que el inconsciente puede detenerse con este paso y todavía reclamar el pleno valor
como actividad psíquica”, escribió Freud.
Freud, neurólogo de origen judío, es
considerado el padre del psicoanálisis y
es una de las figuras más relevantes del
siglo XX. Sus teorías han dejado una
huella muy importante en el modo en el
que durante décadas se han dado
explicaciones sobre el desarrollo en la
infancia, la personalidad, la memoria, la
sexualidad o la terapia.
igmund Freud, nacido como
Sigismund Schlomo Freud nació
el 6 de Mayo de 1856 en la localidad
de Freiberg (Moravia), ahora
llamada Príbor, situada en la República
Checa. Murió en Londres, el 23 de
Septiembre de 1939 con 83 años.
Debido a los problemas económicos
por los que pasaba su familia, se
mudaron a Viena en 1860. Allí, con 17
años, ingresó en la Universidad para
estudiar Medicina. Durante sus años
en la universidad, el joven Freud tuvo
que enfrentarse al creciente antisemitismo.
En 1881 terminó la carrera
de Medicina. Luego, en el año 1882,
empezó a trabajar como médico en el
Hospital General de Viena. En el 1886
se casó con Martha Bernays y había
empeado a ejercer de manera privada
especializándose en los trastornos
basados en alteraciones en el sistema
nervioso. Sin embargo, pronto había
empeado a interesarse en lo pura y
meramente psicológico. Hacia 1889,
empezó a desarrollar la teoría psicoanalítica.
Uno de los descubrimientos
más importantes de Sigmund es que
las emociones enterradas en la superficie
del subconsciente suben a la
superficie consciente durante los sueños,
y que recordar fragmentos de los
sueños pueden ayudar a destapar las
emociones y los recuerdos que se
encuentran enterrados. Según el psicoanálisis,
es en el inconsciente
donde guardamos los conflictos
internos que, al no ser descubiertos,
es imposible que una persona logre
superar a sus “fantasmas”. Por esta
razón, su práctica se volvió algo innovador
para poder comprender mejor
nuestra mente. Sigmund Freud fue
controvertido hasta el último día de
su vida. En 1938 fue declarado enemigo
del Tercer Reich y tuvo que huir de
Viena y exiliarse en Londres. Sus
libros fueron quemados en público.
Sus cinco hermanas no lograron el
huir y fueron apresadas y llevadas a
los campos de concentración. Allí
murieron asesinadas por los nazis.
Freud aún vivió algunas semanas
más y falleció al poco de comenzar la
Segunda Guerra Mundial.
“
Ser completamente
honesto con uno
mismo es un
buen ejercicio”.
En 1923, se le diagnosticó un cáncer
de paladar por el que fue intervenido
más de 30 veces y le provocó diversas
complicaciones. Sin embargo, él continuó
trabajando sobre algunas de
sus investigaciones. Sigmund Freud
siguió viviendo en Austria a pesar del
auge del nazismo en el año 1933. Su
médico le suministró tres dosis de
morfina y se sumergió, para siempre,
en el mar de su subconsciente.
SIGMUND FREUD
Sigmund Freud ha sido
el padre del pscicoanálisis.
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PSICOANÁLISIS
El psicoanálisis es una teoría que
ha considerado que la historia del
individuo, sobre todo los primeros años,
es esencial para poder comprender el
funcionamiento adulto.
ara Freud, padre del psicoanálisis,
los primeros conflictos
determinan en parte el funcionamiento
adulto. El psicoanálisis
supuso una ruptura con la línea
dominante, al considerar que para
interpretar nuestros actos hay que
considerar un conjunto de mecanismos
inconscientes. El psicoanálisis
no constituye una búsqueda científica
imparcial, sino que es un acto
terapéutico cuyo objetivo es modificar
el comportamiento humano.
Posteriormente se añadió que la elaboración
y extensión de la teoría hace
que el psicoanálisis sea, además de
una técnica terapéutica y de una teoría
auxiliar de la patología, una teoría
del psiquismo humano. El carácter
general de la teoría lo reafirmó cuando
insistió en la identidad de los
contenidos psíquicos de los individuos
neuróticos y sanos: los primeros
fracasan donde los segundos consiguen
resolver los conflictos. La teoría
psicoanalítica basa su información
en tres fuentes de información: la
observación directa, los recuerdos
infantiles y también las interpretaciones.
Esta teoría sostiene que todos los
impulsos instintivos que son reprimidos
por la conciencia permanecen
en el inconsciente y afectan al sujeto.
El inconsciente no es observable por
el paciente: el psicoanalista es quien
debe volver accesibles a los conflictos
inconscientes a través de la interpretación
de los sueños, los actos fallidos
y la asociación libre. El concepto llamado
“asociación libre”, trata de una
técnica que busca que el paciente
exprese durante las sesiones de terapia,
todas sus ideas, sus emociones,
pensamientos e imágenes tal y como
se le presentan, sin restricciones,
modificaciones ni ordenamientos.
Tras esta apertura, el psicoanalista
debe determinar qué factores, dentro
de estas manifestaciones, son las que
reflejan un conflicto inconsciente.
Para entender la teoría del psicoanálisis
debemos entender primero la
relación entre Freud y Breuer. Breuer
fue un médico austriaco, quien descubrió
la relación entre la respiración
y la temperatura corporal. Además de
la relación existente entre el oído y el
equilibrio. Se le considera el creador
del método catártico, precursor del
método de asociación libre empleado
en el psicoanálisis. La relación entre
Freud y Breur empezó en París, donde
Freud se encontraba gracias a una
beca. Allí pasó mucho tiempo al lado
de Jean Charcot, un famoso neurólogo
estudioso del fenómeno hipnótico,
y así fue cómo comenzó su interés en
la sugestión y el estudio de la histeria.
Una vez finalizada la beca, Sigmund
Freud regresó a Viena y compartió las
teorías de Charcot con otros médicos,
pero todos lo rechazaron salvo su
amigo Breuer. Además, Breuer tuvo
un papel importantísimo en la vida de
Freud como figura paterna, aconsejandolo
en los distintos aspectos de la
carrera que compartían, apoyándolo
económicamente para que estableciera
su consultorio como médico
particular, creando el método catártico
y redactandolo con él la obra
inaugural de la historia del psicoanálisis.
Sin darse cuenta, cada uno de
ellos, a su modo, comenzaron a convertirse
en especialistas sobre los
trastornos psíquicos. En la actualidad,
ambos nombres son estudiados y
reconocidos, aunque quizás el de
Freud resuene en el entorno, no debemos
olvidar que la figura de Breuer ha
sido muy importante y significante.
LA MENTE NO
CONSCIENTE
El término inconsciente se utiliza como
adjetivo para calificar un estado que
presenta aquel sujeto que desarrolla
inadvertidamente su comportamiento,
es decir, sin darse cuenta, y que no
depende de su voluntad en realizarlo.
Freud desarrolló un mapa topográfico
de la mente en el que describió las
características de la estructura y el
funcionamiento de la mente. En este
modelo, la mente consciente es solo la
punta del iceberg. En la mente humana
inconsciente es donde descansan
muchos de nuestros impulsos y
deseos primitivos que están mediados
por la preconciencia. Se ha
desarrollado la teoría de que algunos
eventos y deseos causaban tanto
miedo y dolor a sus pacientes, que
permanecían guardados en el oscuro
subconsciente, afectando a la conducta
de una manera negativa, esto
sucedía debido al proceso que llamó
“represión”. En su teoría, da mucha
importancia a la mente inconsciente,
ya que el objetivo del psicoanálisis es
hacer consciente todo lo que está
molestando en el inconsciente.
INSTANCIAS
PSÍQUICAS
Freud desarrolló un modelo de la mente
que estaba compuesto por el ello, el yo y
el superyó, y a este sistema lo llamó el
“aparato psíquico”.
EL ELLO:
El “ello” es una de las instacias psíquicas
que conforman nuestra gran
personalidad. Opera en el nivel
inconsciente, responde al principio
del placer y está compuesto de dos
tipos de instintos biológicos o impulsos
a los que llamó Eros y Thanatos.
El Eros, o instinto de vida, ayuda a los
individuos a sobrevivir; dirige las
actividades básicas que sustentan la
vida como la respiración, la comida o
el sexo. La energía creada por los
impulsos de la vida se conoce como
libido. En contraste, el Thanatos o
instinto de muerte, son una serie de
fuerzas destructivas que están presentes
en todos los seres vivos.
Cuando la energía se dirige hacia
otros, se expresa en agresiones y violencia.
Freud pensaba que el Eros es
más poderoso que el Thanatos, ya que
facilita que el humano sobreviva en
vez de autodestruirse.
EL YO:
El “yo” (o ego) se desarrolla durante la
infancia. Su objetivo es satisfacer las
demandas del “ello” dentro de la
aceptación social. En contraste con el
“ello”, el “yo” sigue el principio de realidad
y opera tanto en el consciente
como en el subconsciente.
EL SUPER-YO:
El “super-yo” (o superego) es el responsable
de asegurar que se siguen
unos estándares morales, por lo que
actúa con el principio de moralidad y
nos motiva a actuar con un comportamiento
socialmente aceptable y
responsable. El “super-yo” puede
hacer a una persona sentirse culpable
por no seguir las normas. Cuando
hay un conflicto entre objetivos del
“ello” y el “super-yo”, el “yo” actúa
como mediador. El “yo” posee mecanismos
de defensa para prevenir la
ansiedad de estos conflictos.
“
La mente consciente
es solo la punta del
iceberg (...)”
Cuando uno nace es todo “ello”, sus
necesidades de alimentación, higiene,
sueño y contacto deben ser
satisfacidas inmediatamente, porque
no posee la capacidad de espera, es
decir, se rige por un principio de placer,
es impaciente. Poco a poco va
aprendiendo a esperar, percibe que
alguien lo alienta, distingue situaciones,
es ese el momento en que surge
el “yo” y a medida que va creciendo
continúa con sus aprendizajes.
Sigmund Freud, quien
descubrió un sector del
pensamiento ajeno a nuestro
propio conocimiento:
lo inconsciente.
PERSONALIDAD
Estos niveles se
superponen, se integran y
de este modo funciona el
psiquismo humano.
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MECANISMOS
DE DEFENSA
Freud nos habla de los mecanismos de
defensa, como las técnicas propias del
inconsciente, que estaban encargadas
de minimizar las consecuencias de
eventos demasiado intensos.
De esta manera, a través de estos
mecanismos, el individuo es capaz de
funcionar con normalidad. Es una
respuesta del YO, que se defiende
tanto de la excesiva presión del ELLO,
cuando éste reclama la satisfacción
de los impulsos, como del desmesurado
control del SUPER-YO; merced a
ellos, el YO también se protege de la
presencia de diversas experiencias
pasadas de tipo traumático.Los
mecanismos de defensa son modos
incorrectos de resolver el conflicto
psicológico y pueden dar lugar a trastornos
en la mente, la conducta, y en
los casos más extremos a la somatización
del conflicto psicológico y las
disfunciones físicas que lo expresan.
Estos son algunos, entre otros, de los
mecanismos de defensa:
DESPLAZAMIENTO
Se refiere a la redirección de un
impulso (habitualmente una agresión)
hacia una persona o un objeto.
Por ejemplo, alguien que se sienta
frustrado con su jefe y le suelta una
patada a su perro.
REPRESIÓN
Es el mecanismo que Freud descubrió
primero. Hace referencia a que el
YO borra eventos y pensamientos que
serían dolorosos si se mantuvieran
en el nivel consciente.
NEGACIÓN
Es el mecanismo por el cual el sujeto
bloquea eventos externos para que no
formen parte de la conciencia y trata
aspectos evidentes de la realidad
como si no existieran. Por ejemplo,
un fumador que se niega a afrontar
que fumar puede provocar serios
problemas para su salud.
Retrato del psicólogo Sigmund
Freud, en su estudio, ubicado
en Viena, Austria.
INTERPRETACIÓN
DE LOS SUEÑOS
A lo largo de su obra más conocida, La
Interpretación de los Sueños, Freud utiliza
sus propios sueños como ejemplos
para demostrar su teoría sobre la psicología
de los sueños.
Sigmund Freud distinguió entre contenido
manifiesto (lo que se recuerda
del sueño) y contenido latente, el significado
simbólico del sueño (lo que
intenta decir). El primero es superficial
y el segundo se manifiesta a
través del lenguaje de los sueños. El
autor de la “Teoría de la interpretación
de los sueños” menciona que
todos los sueños representan la realización
de un deseo por parte del
soñador, hasta incluso las pesadillas.
Según su teoría, la “censura” de los
sueños produce una distorsión de su
contenido. Así que lo que puede parecer
un conjunto de imágenes solo
soñadas sin sentido, a través del análisis
y de su método “descifrador”,
realmente puede llegar a ser un conjunto
de ideas verdaderamente muy
coherentes.A lo largo de su obra más
conocida, La Interpretación de los
Sueños, Freud utiliza sus propios
sueños como ejemplos para demostrar
su teoría sobre la psicología de
los sueños. Freud distingue entre el
contenido del sueño “manifiesto” o el
sueño experimentado al nivel de la
superficie, y los “pensamientos de
sueño latentes”, no conscientes que
se expresan a través del lenguaje
especial de los sueños. Sigmund
Freud mantiene que todos los sueños
representan la realización de un
deseo por parte del soñador, incluso
los sueños tipo pesadilla. Hay sueños
negativos de deseos, donde lo que
aparece es el incumplimiento de un
deseo. Para esto se dan varias explicaciones,
entre las cuales está la
satisfacción de una tendencia masoquista.
No obstante sigue en pie la
conclusión general de Freud: los sueños
son realizaciones disfrazadas de
deseos reprimidos. Según su teoría,
la “censura” de los sueños produce
una distorsión de su contenido. Así
que lo que puede parecer ser un conjunto
de imágenes soñadas sin
ningún sentido puede, a través del
análisis y del método “descifrador”,
ser demostrado ser un conjunto de
ideas mas coherentes.Así, Freud
logra proponer que el valor del análisis
de los sueños se logra radicar
finalmente en la revelación de la
actividad subconsciente de la mente.
“(...) Cada sueño se
revela como una
formación de
sentido a la que
cabe asignar un
lugar en un lugar
del consciente”.
Este fragmento adaptado de su libro
nos da una idea del eje principal de su
teoría: para Sigmund Freud, los sueños
son una expresión del mundo
subconsciente y que la motivación de
esta actividad onírica es el cumplimiento
de los instintos y deseos que
no se han visto satisfechos en el día.
Es decir, son intentos por parte del
inconsciente de satisfacer y poder
resolver aquello que no se ha llevado a
cabo de manera consciente.
SUBLIMACIÓN
Es similar al desplazamiento, pero el
impulso se canaliza hacia una forma
más aceptable. Una pulsión sexual se
sublima hacia una finalidad no
sexual, apuntando a objetos valorados
socialmente, como la actividad
artística, la actividad física o la investigación
intelectual.
PROYECCIÓN
Hace referencia a los individuos que
atribuyen sus propios pensamientos,
motivos o sentimientos, hacia otra
persona. Las proyecciones más
comunes pueden ser comportamientos
agresivos que provocan un
sentimiento de culpa, y fantasías o
pensamientos sexuales.
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La teoría de interpretación de los sueños
de Freud representa las primeras
teorías de éste con relación a la naturaleza
de la psicología de sueños
inconscientes, la importancia de las
experiencias de la infancia, el lenguaje
“hieroglífico” de los sueños y el
método que él llama psicoanálisis.
Freud considera que todo sueño es
interpretable, es decir, que puede
encontrarse su sentido. La labor de
interpretar no recae sobre todo el
sueño en su conjunto sino que sobre
sus partes componentes basándose
en una especie de libro de los sueños,
donde cada cosa soñada significa tal
otra cosa en forma rígida, sin considerar
la peculiaridad de cada sujeto.
Primero se descompone el relato en
partes, y recién al final de todo este
largo proceso surge la interpretación
global, en la cual se nos revela el sueño
como una realización de deseos.
El sueño no es meramente actividad
somática: es un acabado fenómeno
psíquico de realización de deseos, y
por tanto debe ser incluido en el conjunto
de los actos comprensibles (no
incomprensibles) de nuestra vida
despierta, constituyendo el resultado
de una actividad intelectual altamente
complicada. El deseo aparece
disfrazado en el aspecto manifiesto
del sueño, en lo efectivamente soñado,
es un proceso denominado como
“deformación oníric”. Freud se pregunta
por qué tiene que haber una
deformación, ya que podría haber
ocurrido que el sueño expresara el
deseo en forma directa, sin deformación.
Esta deformación es pura y
meramente intencional y se debe a la
censura que el sujeto ejerce contra la
libre expresión de deseos,en efecto
de encontrarlos censurables por
algún motivo no específico.
“
La interpretación
de los sueños es la
vía regia hacia el
conocimiento de
lo inconsciente”.
Retrato del psicólogo Sigmund
Freud, en su estudio ubicado
en Viena, Austria.
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FREUD, PADRE
DEL SURREALISMO
Cuando se habla de psicología inmediatamente se meciona a Sigmund Freud, la gran
mayoría conocemos las grandes contribuciones que realizó en esta ciencia; sin
embargo, pocos saben lo importante y lo fuerte de su influencia en el mundo del arte;
algunos lo creen el padre del surrealismo.
SURREALISMO
Y LA OBSESIÓN
CON FREUD
En 1900, el neurólogo Freud publicaba
una de las obras más controvertidas y
relevantes de la historia. No sólo del
mundo de la psicología, sino también
del pensamiento contemporáneo:
La interpretación de los sueños.
a interpreción de los sueños fue
una brillante tesis que disputaba
la visión tradicional de los seres
humanos como seres racionales,
introduciendo conceptos tan revolucionarios
como el inconsciente. En
un intento de explicar el mecanismo
oculto de la psique, que estaría influida
irremediablemente por pulsiones
eróticas y agresivas. Unos impulsos
reprimidos en extremo dentro del
contexto de una puritana sociedad
que los había convertido en tabús,
pero que se hacían notar, si bien de
manera disfrazada, en los sueños.
Sus postulados causaron mucho
revuelo, críticas, risas nerviosas y
rechazo contundente. Pero también
asombro, interés y admiración por
parte de muchos círculos intelectuales.
Sin embargo, pocos apoyaron
estas nuevas ideas con entusiasmo
como los primeros integrantes del
surrealismo. Decepcionados por el
evidente mal de la cultura europea,
que se había demostrado capaz de
devorarse a sí misma durante la Primera
Guerra Mundial, buscaban una
nueva manera de pensar, de crear y de
ser en el mundo, alejada de los errores
del pasado y de las limitaciones que
razón conlleva. Y esto es justo lo que
encontraron en las teorías freudianas.
Una visión de la mente humana
que ampliaba su alcance a ámbitos
misteriosos, fascinantes, siniestros y
maravillosos al mismo tiempo. Facetas
que se ocultaban, se revelaban y
se transformaban con la poesía de un
gran sueño. Un terreno inexplorado
donde se pueda conjugar la realidad,
el alma y el arte de una forma nueva,
distinta de la tradicional, libre, como
es la vida. Así es, como este deseo
presente en la teoría del psicoanálisis,
de reencontrar una naturaleza
vital primaria, se hace también visible
en uno de los poemas de André
Bretón, principal teórico y líder del
movimiento surrealista:
Primero la vida como fondo de desdén
A este rostro suficientemente bello
Como el antídoto de esta perfección
que ella pide y teme
La vida ese embuste de Dios
La vida tal un pasaporte virgen
Una pequeña ciudad tal Pont-á-Mousson
Y como todo ya se dijo
Primero la vida
Estrofa extraída del poema “Primero
la vida” de André Breton.
Retrato de Sigmund Freud
realizado en Viena en 1929.
De hecho, el surrealismo no sólo
encuentra inspiración en la doctrina
psicoanalítica para sus teorías, sino
también para sus prácticas. El mismo
Breton nos relata este hecho de la
siguiente manera: “Completamente
ocupado como estaba todavía con
Freud en ese tiempo, y familiar como
yo estaba todavía con sus métodos de
examinación […]. resolví para obtener
de mí mismo lo que nosotros estábamos
intentando obtener de algunos
pacientes, un monólogo hablado tan
rápido posible, sin ninguna intervención
sobre la parte de las facultades
críticas […]. no comprometido por la
menor inhibición.” El escritor aboga
aquí por la expresión espontánea,
inmediata e in-mediada por la razón.
Esto es el automatismo de raigambre
dadaísta, tan popular en los círculos
surrealistas. El inconsciente directamente
plasmado sobre el soporte,
usando nuevas técnicas como el frottage
o la decalcomanía. Para facilitar
la pérdida de control sobre el resultado
final por parte del artista. Pero
había mucho más que esto, según la
psicóloga y escritora Lichi Garland,
Dalí y sus primeros compañeros
“organizaban encuentros experimentales
con el inconsciente, a
través de sueños provocados con
algunos estupefacientes como por
ejemplo la cocaína o la hipnosis”.
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EL RECHAZO
DE FREUD
Grupos surrealistas en
París en el año 1930.
Freud reconocía la importancia del
arte y la labor creadora como una
especie de sublimación de los impulsos
primarios, metamorfoseados en
algo socialmente aceptado y estéticamente
placentero. Sin embargo,
rechazó en continuadas ocasiones la
invitación a asociarse con este movimiento
que lo había convertido en su
santo patrono. Es más, en uno de los
intercambios epistolarios con André
Breton, afirmó lo siguiente: “A pesar
de que recibo tantas pruebas del interés
que usted y sus amigos tienen por
mis investigaciones, yo mismo no soy
capaz de aclararme qué es y qué es lo
quiere el surrealismo. Quizá no estoy
hecho para comprenderlo, yo que
estoy tan alejado del arte”. Se ha
especulado mucho acerca de las
razones de esta frialdad que Freud
mostraba hacia un grupo que lo idolatraba
abiertamente. No obstante, la
más obvia de todas es que el padre del
psicoanálisis tampoco lo tuvo fácil
que sus descubrimientos sea aceptados
dentro del campo de la medicina,
del que orgullosamente formaba parte.
Ya se había causado demasiado
revuelo con su visión de la sexualidad
en una sociedad decididamente puritana
y conservadora, ahora quería
unos postulados que aguantaran y
aporten críticas positivistas.
““Cualquiera que
despierto se
comportara
como lo hiciera en
sueños sería
tomado por loco".
-Sigmund Freud
Fundamentar sus teorías revolucionarias
según las normas de la
comunidad científica, ser respetado
por ésta, y la asociación de un grupo
de artistas que jugaban sin escrúpulos
con lo ridículo y la locura, no lo
ayudaba en absoluto. Algunos de los
surrealistas tampoco se tomaron
bien este rechazo. Era tanta la afición
de los que serían los fundadores del
surrealismo con las teorías freudianas
que André Breton viajó a Viena
para entrevistar a Freud antes de
escribir el Primer Manifiesto Surrealista,
aunque la conversación no fue
muy buena, lo describió como a un
“pequeño hombre viejo y sin estilo,
quien recibe a clientes en una lamentable
oficina digna del vecindario”,
años más tarde y después de tres
intentos, Salvador Dalí también logró
charlar con Sigmund Freud y de igual
forma ha expreado su descontento, lo
llamó “cabeza de caracol” a su peculiar
y especial manera.
Freud retratado por
Salvador Dalí en 1938.
De las vanguardias, el surrealismo ha
sido el movimiento que se enfocó con
mayor intensidad en la psique humana
y en el inconsciente, al tratar de
liberar al hombre de lo racional para
llevarlo a mundos fantásticos que
conectaran al espectador con su interior.
El surrealismo, sin duda, sumó
profundidad al arte y gracias a su
conexión con las enseñanzas de
Freud, nos legaron obras artísticas
que van más allá de algo visualmente
bello. Cada obra surreal nos hace
enfrentarnos a nuestros pensamientos,
desde los más suaves y simples,
hasta los más turbios y complejos.
Sólo al indagar es la manera en la que
podemos entender nuestro interior y
lograr la paz en el exterior. Una alternativa
para obtenerlo es usar siempre
nuestro lado creativo y emocional.
Retrato de Freud (1938),
tinta sobre papel, Museo
Freud de Maresfield Gardens,
Hampstead (U.K.)
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Dutch, 1929, Joan Miró
SURREALISMO:
PRECEDENTES,
VERTIENTES
Cuando pensamos en obras literarias, artísticas, visuales y auditivas, que trascienden la
realidad, que vinculan el mundo de los sueños con el mundo real; que nos transportan a un
mundo imaginario pero que existe, pensado, imaginado, impulsado por una profundidad
única y singular, lejana y extraña a la vez, se hace presente el surrealismo.
ARTE
SURREAL
Este movimiento artístico del siglo XX,
caracterizado por su método original de
creación, tiene como exponentes a
André Breton, Salvador Dalí, Luis
Buñuel, Joan Miró, René Magritte, Max
Ernst, Dorothea Tanning, Jean Arp,
entre muchos otros grandes artistas.
odemos decir que la definición
de arte surrealista es un modelo
que busca inspirar cambios
surrealista con obras conceptuales
sin necesidad de que estas sean figurativas.
Este movimiento empezó en
Francia por lo que el dadaísmo tomo
fue una de sus bases en la década de
1920, se desarrolla como una manera
de poder olvidar la realidad y encontrar
alguna forma de que el artista se
encierre en sí mismo, un impulso
psíquico de lo imaginario y lo irracional.
Surgió como parte del avance de
las vanguardias artísticas que querían
representar ideales diferentes a
los academicistas, rompiendo las
leyes de la pintura tradicional y con
un fin de llamar la atención del
espectador de manera directa, con
imágenes no realistas y en muchos
casos ni siquiera figurativas. Este
estilo de arte intenta encontrar la
inspiración en la mente del artista, es
decir, intenta olvidar todo pensamiento
lógico o racional ya que en
este estilo de arte la realidad no nos
ayuda para poder representar una
nueva obra con una distinta expectativa.
Es por ello por lo que el pintor no
representa temas que hablen de
experiencias pasadas, de objetos, de
cambios, entre otras cosas, su objetivo
es representar la realidad que no
ven los demás, una realidad que está
en el inconsciente o en los sueños.
Es por esto, por lo que el arte surrealista
es uno de los estilos de arte más
difícil de comprender e interpretar.
La poesía fue el inicio del surrealismo
y más tarde se extendió a la
pintura y a la escultura, extendiéndose
a lo político a partir del año 1925,
identificándose con una ideología
comunista. El arte surrealista empezó
con “La interpretación de los
sueños” de Freud en 1901. Las ideas
de Freud al principio no eran bien
consideradas pero poco a poco sus
ideas fueron calando en el imaginario
filosófico y artístico del momento
y los artistas del momento impregnados
de sus teorías, habían empezado
a describir, a dibujar, a pintar o a moldear
ese mundo fuera del ámbito de
la conciencia. Fue André Breton quien
escribió “Manifiesto surrealista” en el
año 1924, según él, ya en la posguerra
se desarrolló un nuevo arte, este era
el que representaba la fantasías y los
sueños de los artistas y no la cruel,
fría, pesimista realidad que se estaba
viviendo en esos momentos.
“
Será surrealista en
arte, todo lo que
apunte a una gran
emancipación
del espíritu”.
- André Bretón
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Julio 2021 / Revista Paranoia
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LAS DOS
VERTIENTES
EL ABSTRACTO
EL FIGURATIVO
PRECEDENTES E
INFLUENCIAS
En esta segunda etapa de las vanguardias
históricas, el dadaísmo y el
surrealismo utilizarán algunas técnicas
y materiales que ya adelantaron los
cubistas, pero con enfoques distintos.
ristan Tzara (1896-1963), uno de
los fundadores del movimiento
Dadá, definió la técnica del
papier collé como un momento revolucionario
en el desarrollo de la
pintura. Algunos dadaístas como
Hans Arp o Kurt Scwitters realizaron
collages que formaban composiciones
abstractas aleatorias, con varios
elementos como papeles pegados o
texturas. Hanna Hoch, Raoul Hausmann,
George Grosz y también John
Heartfield hicieron fotomontajes que
tenían como objetivo atacar el concepto
tradicional burgués de obra de
arte. Los artistas surrealistas también
experimentaron con el collage.
Existe una diferencia notable entre el
automatismo practicado por los
dadaístas y el automatismo propuesto
por Bretón; mientras Dadá era
antipoético, el automatismo surrealista
perseguía la expresión poética.
El automatismo surrealista se basaba
en la teoría de la asociación libre propuesta
por Sigmund Freud en 1892.
A través de las incoherencias expresadas
por el inconsciente sin ninguna
mediación racional, el psicoanálisis
conseguía interpretar los deseos más
reprimidos. El cadáver exquisito era
un juego surrealista mediante el cual
se realizaba una composición colectiva.
Algunas técnicas utilizadas eran
el dibujo, la poesía y también el collage.
En este último, los fragmentos de
imagen operaban como palabras
automáticas. Pero será Max Ernst,
uno de los artistas más importantes
del surrealismo, quien inaugurará un
nuevo género: el collage narrativo.
Entre 1929 y 1934, Ernst publica una
serie de novelas collage que influirán
de forma decisiva en el resto de los
artistas surrealistas. Ernst, a través
de su serie de collages, propone un
nuevo relato que se constituye en una
estructura secuencial que disuelve la
estructura original basada en convenciones
narrativas. Esta ruptura de
las convenciones se lleva a acabo a
través de la negación de lo real, evitar
que existe la racionalidad, descomponiendo
así las reglas de toda lógica.
Max Ernst, además de crear el collage
narrativo, inventa otras técnicas
como el frotagge o el grattage.
Giorgio de Chirico,
Mystery and melancholy
of a street, 1914.
Salvador Dalí , la persistencia
de la memoria, 1931
Conodico por aplicar el automatismo
puro, los artistas inventan universos
puramente figurativos y propios.
sí, en el automatismo las ideas y
las asociaciones de imágenes,
tienen un surgimiento y origen de
forma rápida, espontánea y fluída, no
tomando en cuenta para nada la
coherencia y el sentido. Los representantes
más relevantes son: Masson,
Miró o Klee ya que ellos crean en sus
obras universos figurativos personales
partiendo del automatismo más
puro. Por lo tanto, en el surrealismo
abstracto se hace más énfasis en los
aspectos cromáticos, formales y
estructurales de una obra, sin imitar
modelos o formas naturales. Por lo
que, es un arte más bien subjetivo que
representa formas libres surgidas de
la imaginación del creador. Así con la
abstracción se puede lograr transmitir
diversos tipos de sensaciones, que
pueden ser de agresividad, de calma,
de dinamismo, de reposo, de desorden
o incluso hasta de armonía. En
consecuencia, cuanto más regular,
pulcra, sin errores sea la forma abstracta,
más sensación de estabilidad,
tranquilidad, calma y reposo transmite.
Por el contrario, si la obra es
más irregular tiende a transmitir
sensaciones de desorden, agresividad,
movimiento y de agitación.
Otra característica importante del
surrealismo abstracto es que suele
tender a generar un lenguaje visual
autónomo, dotado de sus propias significaciones.
Este lenguaje se ha
edificado a partir de las experiencias
fauvistas y expresionistas, exaltando
la fuerza del color y convergiendo en
la abstracción lírica o informalismo,
también partiendo de la estructuración
cubista, que configura las
diferentes abstracciones geométricas
y constructivas. Esta corriente
fue trascendental en el surgimiento
del movimiento del expresionismo
abstracto a mediados de los años 40
en EEUU. Algunos de los representantes
más importantes del arte
surrealista abstracto fueron Joan
Miró, André Masson, Marx Ernst
entre otros. En consecuencia, algunos
establecen que el surrealismo
abstracto no solo fue una corriente
artística sino que también fue un
estado de ánimo. Por esta razón dicha
tendencia mantiene sus reminiscencias
en la actualidad debido a que
simbolizó una gran ruptura entre el
espectador y el artista que no se había
visto con tanta presencia antes.
Esta corriente nace en Europa, en
Francia, después de la primera guerra
mundial, siendo uno de sus máximos
representantes Salvador Dalí.
or lo que, no hay más que ver sus
obras para extasiarse con la forma
como Salvador Dalí envuelve al
espectador hasta lograr internarlo en
el inesperado y inconcertante mundo
surreal de sus magníficas pinturas.
En las que dimensiona su mundo
interior y como lo percibe llevándolo
al mundo real. Así, con ese mundo
fantástico recreado en su mente se
trae de vuelta al espectador que está
en el mundo real, a su propio e individual
mundo interior. Así al estudiar
su psiquis los psicólogos y psicoanalistas
afirman que la única forma que
tuvo Salvador Dalí de lidiar con la
separación de su mamá desde el
momento de su nacimiento, fue
recreando ese mundo interior que
solo él podía dilucidar a través de sus
pinturas. En sus pinturas destaca del
surrealismo figurativo, la forma casi
fotográfica de las figuras. Alguno de
los representantes del surrealismo
figurativo más importantes son:
René Magritte, el ya nombrado Salvador
Dalí, Estéfano Viu, Marx Ernst o
Paul Delvaux entre otros.
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LO ONÍRICO EN
LAS DIVERSAS
DISCIPLINAS
El surrealismo gozó de una amplia popularidad durante décadas posteriores,
tanto en Europa como en América, y se manifestó en vertientes diferentes,
algunas de ellas fueron: literarias, plásticas, cinematográficas y escultura.
PINTURA
EXPONENTES
Algunos exponentes del
arte surrealista han sido
Salvador Dalí, Rene
Magritte, Joan Miró, etc.
En surrealismo el artista muestra su
faceta más individual, aunque es
curioso que tiene algo universal,
que todos podemos lograr entender.
e distinguieron dos modos de
hacer arte surrealista: Una que
defendía el automatismo, donde
se encontraban algunos surrealistas
abstractos como Joan Miró y André
Masson, quienes creaban universos
figurativos propios. En el automatismo
las ideas y las asociaciones de
imágenes, surgen de manera rápida,
espontánea, fluida, sin hacer caso
para nada a la coherencia, a la razón
ni al sentido. Y otra que creía que la
figuración naturalista podía ser un
recurso igual de válido. Donde los
artistas surrealistas figurativos
como Salvador Dalí o René Magritte,
se han interesado por lo sucedido en
sueños y el realismo mágico.
/ TÉCNICAS Y MÉTODOS
SURREALISTAS :
-La fotografía, la cinematografía y la
fabricación de objetos (tomadas del
movimiento Dadaísta).
-El Collage y el ensamblaje de objetos
incongruentes (también heredadas
del Dadaísmo, de personajes como
Marcel Duchamp).
-El Forttage (dibujos logrados por el
roce de superficies rugosas contra el
papel o el lienzo).
-Técnica del “Cadáver Exquisito” o la
pintura automática (varios artistas
dibujaban las distintas partes de una
figura o de un texto sin ver el trabajo
del anterior, logrando imágenes interesantes
e ilógicas).
-Automatismo (cualquier forma de
expresión sin control)
-Inspiración en el pensamiento
oculto y prohibido, en el erotismo
descubren realidades oníricas, y el
sexo será tratado de forma impúdica.
-Decalcomanía y Grattage.
-La grafomanía entópica es una técnica
automática surrealista de dibujo
en donde se hacen puntos en las
zonas de impurezas de un papel en
blanco y luego se hacen líneas o curvas
entre los puntos.
-Salpicadura o eclaboussure (en
francés), es una técnica de decoración
poco común, divertida y original,
que sirve para dar texturas sobre una
misma superficie. Para aplicar esta
técnica necesitas cepillos de diferentes
grosores, pinceles o brochas.
IMÁGENES SURREALISTAS:
En las imáges surrealistas suelen
predominar formas abstractas o
figurativas simbólicas que intentan
plasmar las imágenes de la realidad
más profunda del ser humano, el
subconsciente como también el
mundo de los sueños. Algunas de las
temáticas más recurrentes son:
-Aislamiento de los fragmentos anatómicos
humanos.
-Metamorfosis.
-Máquinas fantásticas
-Evocación del caos.
-Representación de autómatas, de
espasmos y de perspectivas vacías.
-Realidades oníricas.
-Universos figurativos propios.
-Imágenes absurdas, incomprensibles,
pueden parecer misteriosas.
-Elementos fantásticos.
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“El gran masturbador” (1929).
Se conserva en Madrid, en el
Museo Reina Sofía.
«El surrealismo soy yo…» Dalí fue quizás
el surrealista más popular y uno de los
máximos exponentes mundiales del
arte contemporáneo. Ya fuera un genio
o un artista estrafalario, actualmente su
legado no pasa inadvertido, no se puede
más que maravillarse con la perfección
técnica y el imaginativo contenido de su
grandioso y peculiar arte.
n 1927 Dalí viaja por primera
vez a París, pero es al año
siguiente cuando se establece
en la capital francesa. Se relaciona
con Pablo Picasso y Joan Miró y, con la
ayuda de este último, se une al grupo
surrealista que lidera el poeta André
Breton. En 1929 expone en la Galería
Goemans y obtiene ya un gran éxito;
las originales imágenes de sus cuadros,
en las que la mayoría de los
objetos se muestran con mucha precisión,
parecen adentrarse en unas
profundidades psíquicas anormales
y revelar un inconsciente alucinatorio
y cruel. Pero André Breton
terminará expulsándolo del movimiento
algunos años después, en una
memorable sesión a la que Dalí apareció
cubierto con una manta y un
termómetro en la boca, queriendo
aparentar ficticiamente estar aquejado
de fiebre y convirtiendo así el
opresivo juicio en una ridícula farsa.
Antes de llegar a París, Dalí realizó su
primera exposición en las Galerías
Dalmau de Barcelona, en 1925 su
obra había transitado por el cubismo
y las corrientes realistas, como en
“Muchacha en la ventana” (1925) o su
primera “Cesta de pan” (1926). Cuando
Salvador Dalí se incorporó al
grupo surrealista, el movimiento
atravesaba momentos de fuertes
contradicciones. La vitalidad y extravagancia
de aquella joven española
resultó decisiva para la renovación
del grupo, del que también por su
parte absorbió energías en la etapa
más apreciada de su obra. En teoría,
sus mejores cuadros fueron el fruto
de la aplicación del llamado “método
paranoico-crítico”, que Dalí definió
como un sistema espontáneo de
conocimiento irracional basado en la
asociación interpretativo-crítica de
los fenómenos delirantes. Tal metodología
propone un alejamiento de la
realidad física en favor de la realidad
mental: gracias a un uso controlado
de la alucinación y del sueño (lo paranoico
o irracional debe someterse a
la lucidez interpretativa o crítica), los
objetos de la vida cotidiana se convierten
en iconos de los deseos y
temores del ser humano. A través de
sus obras y siguiendo las teorías
freudianas, el artista saca a la luz los
aspectos más ocultos de su vida erótica,
sus fantasías y sus deseos.
“
La única
diferencia entre
un loco y Dalí es que
Dalí no está loco”.
Dalí pretendía que sus telas fueran
contempladas como sueños pintados;
sus imágenes de relojes blandos,
miembros hipertróficos sostenidos
por muletas y elefantes de patas zancudas,
por citar algunas de las más
conocidas, son a la vez expresión y
liberación de las obsesiones sexuales
y de la angustia ante la muerte. Probablemente
para Dalí eran menos
relevantes su teorizaciones que el
tono provocador e irónico con que
laexponía. En cualquier caso, la plasmación
de sus obsesiones personales
es el motivo que aglutina la mayor
parte de sus telas en esta etapa, en la
que se sirvió de las técnicas del realismo
ilusionista más convencional
para impactar al público con sus
insólitas visiones, que a menudo aluden
directamente a la sexualidad.
“El gran masturbador” (1929, Museo
Nacional Reina Sofía, Madrid) es una
obra paradigmática de este período.
Una magnífica ilustración del método
es el cuadro titulado “Mercado de
esclavos” con el busto evanescente
de Voltaire (1940, Fundación Reynolds-Morse,
Cleveland), en el que el
rostro del filósofo está constituido
por dos figuras que, simultáneamente,
forman parte del grupo humano
del segundo término. “El enigma sin
fin” (1938, Museo Nacional Reina
Sofía, Madrid) o las múltiples reinterpretaciones
delirantes del famoso
Ángelus de Millet constituyen otros
ejemplos de ese juego de perversión
significativa de la imagen.
La obsesión paranoica de que bajo el
aparente misticismo de la escena
campesina latía la presencia de la
muerte llevó a Dalí a pedir al Louvre
que realizara una radiografía del
cuadro, lo que permitió ver en el
lugar que ocupa la carretilla el contorno
de un ataúd que Millet había
pintado originalmente, confirmando
así su propia intuición paranoica.
Su vida y su obra llegaron a ser la
misma cosa y acabó siendo un showman
obsesionado por promocionarse
a sí mismo. Pintó más de 1500 obras
de arte, fotografías, colaboraciones,
que hoy en día no pueden más que
considerarse y apreciarse como arte.
“Mujer en la ventana” (1925)
Hecho mediante la técnica del
óleo sobre cartón piedra, es
de estilo realista. Se conserva
en en el Museo Reina Sofía.
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“Escalera Cruza el Azul en
Rueda de Fuego” (1953).
Oleo sobre lienzo de lino.
Joan Miró fue pintor, escultor, grabador
y ceramista. Uno de los pioneros del
Surrealismo, caracterizado por su
vertiente más «infantil» y automática.
l 20 de Abril de 1893 en la ciudad
de Barcelona nace Joan Miró,
hijo de Miquel Miró, orfebre y
relojero, y de Dolors Ferá. Acudió al
colegio en la Calle del Regomir en
Barcelona, y comienza desde la
infancia a tomar clases de dibujo.
A los 14 años se matricula en la
Escuela de Comercio de Barcelona, y
al mismo tiempo asiste a la Escuela
Superior de Artes de la Llotja, donde
coincide con Joan Prats, con quien
posteriormente trabará una estrecha
amistad. Además, tiene como profesores
a Modest Urgell y a Josep Pascó.
Al finalizar sus estudios de comercio,
comienza a trabajar como meritorio
contable en el almacén de Dalmau
Oliveres, tienda especializada en
droguería y coloniales. En 1910 participa
por primera vez en una de las
exposiciones de retratos y dibujos,
organizada por el Ayuntamiento de
Barcelona. No consigue adaptarse a
su trabajo, lo que le afecta negativamente
en su estado de ánimo. Con 18
años contrae la fiebre tifoidea. Un
año después decide dedicarse plena y
puramente a la pintura; se matricula
en la Escuela de Arte Francesc Galí, a
la que asiste hasta 1915. Para Joan
Miró el subconsciente era un enorme
campo de juegos, o un juguete muy
parecido a los que tuvo en su infancia.
Con inicios muy eclécticos, el
pintor nació con las vanguardias y en
su primera obra mostró fuertes
influencias del fauvismo, cubismo y
expresionismo, todo con ese enfoque
tan propio y característico que reflejará
en su producción artística.
Pero en París descubre el poder de lo
onírico y decide acabar con los métodos
convencionales de pintura. En
palabras propias quería «matarlos,
asesinarlos». En 1924 firma el Manifiesto
Surrealista e incorpora a su
obra formas infantiles automáticas y
signos caligráficos. Su obra se va volviendo
cada vez más abstracta,más
simple, más infantil. Reduce también
su paleta cromática a colores primarios,
a formas primarias, y esto se ve
también en sus esculturas y cerámicas.
Roba su arte de su infancia, pero
también de la cultura popular, por lo
que hay mucho simbolismo (el pájaro,
las estrellas, la figura femenina, etc)
que refleja su visión ingenua, feliz e
impetuosa frente al mundo. El arraigo
al paisaje de Mont-roig primero y
al de Mallorca después será determinante
en su obra. El vínculo con la
tierra y el interés por los objetos cotidianos
y por la naturaleza serán el
trasfondo de algunas de sus investigaciones
técnicas y formales.
Joan Miró huye del academicismo por
la búsqueda de una obra global y
pura, no adscrita a ningún movimiento
determinado. Contenido en
las formas y en las manifestaciones
públicas, a través del hecho plástico
es donde Miró muestra su rebeldía y
sensibilidad por los acontecimientos
políticos y sociales que lo rodean.
Este contraste de fuerzas lo llevará a
crear un lenguaje único y personalísimo
que lo hace situarse como uno de
los artistas más influyentes del siglo
XX. En 1925 se concreta su primer
encuentro con Breton. Más tarde
colaborará con Max Ernst realizando
los decorados y parte del vestuario
del ballet Romeo and Juliet, por los
Ballets Rusos de Diáguilev.
Dejando de lado su faceta artística,
en 1929 se casa con Pilar Juncosa en
Palma de Mallorca, y el matrimonio
instala su residencia en París. Al año
siguiente forma familia y nace su
única hija Maria Dolors. Comienza a
trabajar con otros medios diferentes
a la pintura como el bajorrelieve y la
escultura. Durante una estancia en
Montroig comienza a trabajar en una
serie de pinturas sobre papel Ingres y
objetos. Se establece en Barcelona,
aunque acude con frecuencia a París.
“
Un cuadro no
se acaba ni se
empieza nunca,
es como el viento:
algo que camina
siempre y
sin descanso”.
En 1936 estalla la guerra civil española
y toma la decisión de quedarse
en París junto a su familia hasta que
finalice la contienda, aunque reside
también posteriomente en Normandía
hasta 1940. Regresa a España tras
el bombardeo del ejército alemán en
la zona donde residía con su familia,
instalándose en Palma de Mallorca.
El 20 de Diciembre de 1982, con 90
años, Joan Miró fallece en Palma de
Mallorca rodeado de su familia.
“La sonrisa de alas
flameantes” (1953).
Oleo sobre lienzo de lino.
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CINE
DIRECTORES
Los directores más
importantes dentro del
surrealismo están, además
de Buñuel, Deluc, Hans
Richter y Man Ray.
LO ONÍRICO
EN EL CINE
El cine surrealista surgió en París en la
década de 1920 con la premisa de
expresar el curioso subconsciente de
una manera poética y supone un nuevo
enfoque totalmente vanguardista de la
teoría y producción cinematográfica.
Esta corriente, muy influenciada
por la teoría freudiana de los
sueños, hacía uso de imágenes
singulares, irracionales y absurdas.
Con ello desafiaron la manera en la
que se representaba la realidad de lo
que sucedía en el cine. En su conexión
con el cine Dadaísta, el cine
surrealista se caracterizaba por el
rechazo de la psicología dramática,
las yuxtaposiciones de imágenes y el
uso de éstas para causar gran impacto
sobre los espectadores. A pesar de
que desde principios de los años 20 se
venían haciendo películas surrealistas,
se considera la primera película
que contaba con todas las características
de la corriente: La Concha y el
Reverendo (1928) de Germaine Dulac
con guión del famoso dramaturgo
Antonin Artaud. Y le siguió Un perro
andaluz (1929) de Luis Buñuel y Salvador
Dalí, considerada la gran obra
maestra del cine surrealista, La edad
de Oro (1930) también de Buñuel con
la colaboración también de Dalí. Dentro
de los directores más importantes
dentro del surrealismo están, además
de Buñuel, Deluc, Hans Richter,
Fernand Léger y Man Ray. Estos tres
importantes y reconocidos directores
provienen de otras disciplinas
comola pintura, la fotografía y
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encontraron en el cine un medio perfecto
para explotar todas las
características del movimiento. En
concreto se considera a Richter precursor
del cine surrealista. Él era
pintor y realizó los filmes Ritmo 21
(1921) y Ritmo 23 (1923) donde relaciona
el cine con el resto de las artes y
experimenta con el color, las texturas,
la forma y el movimiento. El
fotógrafo Man Ray también experimentó
dentro del surrealismo y de
entre todos sus filmes destaca la película
Los misterios del castillo de
dados (1929). Estas películas supusieron
toda una revolución en el cine al
prescindir siempre de las narraciones
y argumentos lineales,
rompiendo la narración lineal y lógica,
convirtiendo al cine en un arte
único e independiente de los demás.
Entre las temáticas más utilizadas
dentro del cine surrealista tenemos:
- La transmisión total de la atmósfera
y de los estados oníricos.
- Crítica de las tradiciones e instituciones
sociales como la religión, la
política, el matrimonio, la familia.
- Fuertes sentimientos de anhelo,
amor y deseo sexual. Lo que André
Breton llamó «amor loco», amour fou.
- El “automatismo Psíquico”, el subconsciente,
lo irracional, el
psicoanálisis, ataca el orden lógico
(critica la racionalidad), el orden estético,
ordenado y el orden moral.
- Las uniones entre secuencias y planos
suelen ser absurdas, los tiempos
y espacios son confusos sin tener una
explicación lógica , para determinar
la temporalidad se utilizan placas.
- Las transiciones entre escenas lo
hacen superponiendo imágenes y la
fundido en negro o transparente.
Estas se dividen en diferentes actos.
- Recurren a la comparación, a lo
simbólico y a lo conceptual (como por
ejemplo la idea del corte).
- La parte más iluminada es el centro
de la escena mientras que los bordes
del plano están oscurecidos.
- El guión rompe con la narración
lineal clásica, es decir el relato audiovisual
no sigue un orden cronológico
ni racional. Se juega con la fantasía
onírica, se plantea el libre ejercicio
del pensamiento. Aparecen las imágenes
insólitas, que carecen de
principios estéticos y morales, expresan
violencia simbólica y/o física y
buscan impactar a los espectadores
desde otro punto de vista.
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El director más importante del cine
surrealista fue el español Luis Buñuel.
Buñuel nació en Calanda en 1900, en el
seno de una familia burguesa.
l director más importante del
cine surrealista fue el español
Luis Buñuel. Buñuel nació en
Calanda en 1900, en el seno de una
familia burguesa. Ya en su etapa de
estudiante fue enviado a Madrid a la
Residencia Libre de Enseñanza donde
conoció a otros artistas como
Salvador Dalí o Federico García Lorca.
Leyó La interpretación de los
sueños en sus años de estudiante lo
que le reveló que en el desván del
subconsciente dormían agazapados
todos nuestros sueños, que no tenía
más que abrir una rendija que la
puerta y dejar que afloren nuestros
deseos más inconfesables. El motivo
por el que utilizó el subconsciente
como fuente de creación artística se
debe a que en nuestros sueños y
ensoñaciones el instinto se halla en
estado puro, libre de las ataduras de
la razón. Como muchos intelectuales
de su generación Buñuel abrazó con
entusiasmo: la revolución freudiana
de la naturaleza de los conflictos
internos. Posteriormente, en la década
de los años 20, se trasladó a París
donde finalmente entró en contacto
directo con el movimiento surrealista.
El estilo del surrealismo de
Buñuel no fue un estilo “artístico” o
abstracto como el de otros directores
surrealistas como Man Ray o Hans
Richter, sino que el director español
era más efectista buscando una liberación
total de la narrativa lineal y
lógica, la esfera consciente y la subconsciente
tienen casi la misma
consistencia anímica. Buñuel, a lo
largo de su trayectoria cinematográfica,
también llego a crear películas
más convencionales, comunes, pero
donde las yuxtaposiciones entre lo
real y el mundo de los sueños eran
algo continuo siempre. Sus filmes
critican continuamente convenciones
sociales burguesas y religiosas (el
catolicismo). Y se caracterizan por
mostrar imágenes muy violentas y
crueles que impactan directamente
sobre los espectadores y despiertan
los miedos más básicos y ocultos que
todos tenemos en lo más profundo
de nuestro subconsciente.
“
La realidad,
sin imaginación,
es la mitad
de la realidad”.
Imágenes de insectos, cuerpos en
descomposición, amputaciones,
manipulaciones de partes delicadas
del cuerpo humano. De esta forma se
logra convertir en el cineasta más
representativo e influyente del
Surrealismo. Su semejante influencia
e importancia dentro de la
historia del cine llega a estar a la
altura de los más grandes directores.
“Un Perro Andaluz” (1929),
fue un cortometraje de
origen franco-español mudo,
escrito, producido, dirigido e
interpretado por Luis Buñuel.
UN PERRO
ANDALUZ
Un perro andaluz es inconcebible
sin el conocimiento de
Freud. Buñuel conocía bien el
lenguaje racionalizado del inconsciente
y la lógica del sueño. Aca se
justifica la abundancia de lecturas
psicoanalíticas que tratan de descodificar
el filme desde su creación.
Efectivamente, todo en la película
escapa de la lógica. El guión, escrito
en seis días, plasmaba las primeras
imágenes que les venían a la mente a
los dos jóvenes. En la película se combina
la estética del surrealismo con
algunos descubrimientos freudianos.
Respondía al principio básico de esta
escuela, que define al surrealismo
como “un automatismo psíquico,
inconsciente, capaz de devolver a la
mente sus funciones auténticas, fuera
de cualquier control ejercido por la
razón, la moral o la estética.” La película
no es la descripción de un sueño.
Al revés: el entorno y los personajes
son realistas. La diferencia fundamental
con otras películas consiste
en que los personajes actúan movidos
por impulsos que, en su origen
primero, se confunden con los más
irracionales, que a su vez son los propios
de la poesía. En ocasiones, los
personajes reaccionan de forma
enigmática, en la medida en que un
complejo psíquico–patológico puede
resultar enigmático. Como consecuencia
de la difusión de los trabajos
de Freud, cuando Buñuel hace Un
perro andaluz, se sabe que lo que se
expresa en los sueños es lo inconfesable.
En esta película, Buñuel recrea
un mundo onírico en el que emerge lo
inconfesable: instintos asesinos del
hombre, la violencia de su sexualidad,
su ambigüedad, etc. Freud había
estudiado el alcance que tenían los
actos fallidos, en apariencia casuales,
como síntomas del psiquismo.
Buñuel aplicó en su cine efectos
parecidos, encomendando a los gestos
aparentemente más inocuos la
manifestación de impulsos individuales
que denotan el psiquismo
profundo. Era capaz de erotizar la
pantalla o de transmitir pulsiones a
través de movimientos muy simples.
Gracias a esos gestos se tiende un
puente entre los intangibles flujos
subliminales y su concreta materialización
en gestos y objetos. Por ello no
resulta extraño que Buñuel y Dalí
recurrieron a ellos para visualizar
esa profunda conexión entre los
automatismos físicos y los psíquicos.
Con la diferencia en que el pintor tendía
a plasmarlos de una manera
estática, a diferencia del cineasta,
que los sorprendía en movimiento.
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LA EDAD DE ORO
“...La Edad de Oro es la única película
que filmé en un estado de euforia,
entusiasmo y fiebre destructora. Quería
atacar a los representantes del
“orden” y ridiculizar sus principios
“eternos”. Con toda intención quise
provocar un escándalo con este filme.
Jamás volví a tener el entusiasmo que
me poseyó entonces, como tampoco
tuve otra vez la oportunidad de expresarme
con tal libertad. Fue esa época
la que produjo en mí ese estado de ánimo.
No me sentía solo: todo el grupo de
surrealistas estaba detrás de mí.”
“
En La edad de oro
me propuse ofender
al público, porque
eso me parecía
necesario en
esa época”.
Se trataba, sobre todo, de una película
de un amor loco, de un impulso
irresistible que, en cualquier circunstancia,
va a empujar el uno hacia
el otro, un hombre y una mujer que
nunca pueden llegar a unirse.
El argumento es una secuencia de
moral y estética surrealistas. En torno
a los dos protagonistas, un hombre
y una mujer, se despliega un conflicto
de cualquier sociedad humana, un
conflicto entre el amor y cualquier
otro sentimiento, ya sea religioso,
patriótico o humanitario. También en
este caso el entorno y los personajes
son realistas, pero aquí están movidos
por el egoísmo que impregna
cualquier actitud amorosa, desde la
exclusión al control. El instinto
sexual y el sentido de la muerte forman
la sustancia verdadera de la
película. Es un film romántico, realizado
en pleno frenesí surrealista.
Es el film más violento, descriptivo y
destructivo de Buñuel, en el clima
surrealista de aquellos años, en que
se atacaba cualquier institución
social por cualquier medio capaz de
producir un enorme escándalo.
El amor erótico, “l’amour fou” de los
surrealistas, es el símbolo de todas
las liberaciones. Todo lo que pueda
interponerse en este camino es atacado:
la religión, los arzobispos, los
militares, los burgueses, las ancianas,
los mutilados, la guerra, los
niños, inesperado de Un perro andaluz.
Quizá le preocupó la posibilidad
de asimilación que se ejerce sobre las
vanguardias artísticas. De aquí que
en su segunda película, se asegurará
de que el filo de su navaja barbera
cortará toda posibilidad de asimilación.
El tajo, esta vez, no iba dirigido
contra un ojo de mujer, sino contra
los “pilares” de la sociedad burguesa:
familia, patria, religión y ejército,
entre otros. Pinchazo de conciencias y
sentimientos, Buñuel irrumpió para
siempre en el compendio de la milenaria
cultura de la Humanidad con
su primera obra, y con la segunda se
reservó una parte de pastel que nadie
podrá quitarle jamás, ya que es diferente
a todo lo antes visto, es todavía
considerada inolvidable, insuperable.
LITERATURA
MENTE DEL ESCRITOR
El surrealismo literario
trata de mezclar la realidad
con la ficción. Presenta
elementos oníricos
(sueños), hechos que solo
pueden pasar en la mente
del escritor.
LO ONÍRICO
LITERARIO
«Automatismo psíquico puro medio por
el cual se intenta expresar por escrito
verbalmente, o de cualquier otro modo,
el funcionamiento del pensamiento.
Es un dictado del pensamiento, sin la
intervención reguladora de la razón,
ajeno a toda preocupación estética o
moral». André Breton, en un fragmento
de Manifeste du Surréalisme, 1924.
a literatura surrealista apostó
por una radical renovación del
lenguaje literario y aportó nuevas
técnicas de composición basadas
en el automatismo psíquico puro,
como el cadáver exquisito. En la literatura,
el automatismo psíquico
implica la asociación de palabras e
ideas aparentemente inconexas.
Al ponerlas en relación, el subconsciente
se activa por medio de la gran
imaginación y el flujo del pensamiento
espontáneo hasta encontrar un
sentido, ya sea de lado consciente o
inconsciente. Asimismo, los poetas
surrealistas utilizaron recursos
visuales para potenciar la capacidad
expresiva del lenguaje y desafiar los
límites entre palabra e imagen. Por
ejemplo, los poetas crearon a los
poemas-objetos, una composición
que combina la palabra escrita con
algunos objetos intervenidos.
“(...)No tengo tiempo
de respirar
soy un destino
la construcción
solar me ha retenido
hasta ahora
Y ahora sólo
tengo que
dejarme morir”.
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ragmático, ingenioso y revolucionario,
André Breton
(1896-1966) engendró la semilla
de un nuevo orden artístico al redactar
en 1924 su obra el Manifeste du
Surréalisme. Obra en la que estipuló
los principios de un arte reaccionario
en contra de “la razón demasiado
razonada”, el racionalismo y el positivismo
filosófico. El poeta, filósofo y
escritor nacido en Tinchebray, Francia,
es considerado el padre del
surrealismo por su entera dedicación
práctica y teórica para reconocer la
libertad espiritual y subconsciente
de la creación. Dicha ideología fue
descrita por el autor como: “Automatismo
psíquico puro a través del cual
nos proponíamos expresar por escrito
o de cualquier otra manera el
verdadero mecanismo del pensamiento”.
Asimismo subrayó que se
trataba de un dictado del pensamiento
alejado a cualquier control ejercido
por la razón y alejado de cualquier
preocupación estética o moral. Sus
lecturas de Freud influenciaron tanto
su pensamiento que se ve reflejado
en sus escritos base del surrealismo.
Por ejemplo, comenzó a practicar la
escritura automática, una propuesta
de Freud respecto a escribir en forma
libre sobre algunos temas estéticos,
morales y también racionales.
“
Estoy plenamente
dispuesto a
reconocer que los
locos son, en cierta
medida, víctimas
de su imaginación”.
“Queda la locura, la locura que solemos
recluir, como muy bien se ha
dicho. Esta locura o la otra... Todos
sabemos que los locos son internados
en méritos de un reducido número de
actos reprobables, y que, en la ausencia
de estos actos, su libertad (y la
parte visible de su libertad) no sería
puesta en tela de juicio. Estoy plenamente
dispuesto a reconocer que los
locos son, en cierta medida, víctimas
de su imaginación, en el sentido que
ésta le induce quebrantar ciertas
reglas, reglas cuya transgresión define
la calidad de loco, lo cual todo ser
humano ha de procurar saber por su
propio bien.” Fragmento extraído de
la obra “Manifiesto Surrealista”.
El Manifiesto del surrealismo, más adelante
conocido como primer manifiesto
del surrealismo es un texto publicado el
15 de Octubre en 1924 por el artista
André Breton.
Tres Manifiestos surrealistas fueron
emitidos entre 1924 y 1929. Dos fueron
escritos por André Breton, quien
también redactó un tercer manifiesto
surrealista que nunca se publicó.
Uno fue escrito por Yvan Goll (1924).
En 1924 se dió a conocer el primer
Manifiesto Surrealista, donde se precisaba
el intento de los surrealistas
para salir de los rígidos esquemas de
la razón y de la observación realista
de los hechos para buscar significados
ulteriores y vínculos más
auténticos con las profundidades del
yo. Apoyándose en los descubrimientos
freudianos, se tendió a examinar
el mundo de los sueños, el proyecto
de una reconstrucción integral de la
personalidad. Este fue el texto que
dió origen a esta forma de pensamiento
como una corriente literaria
y artística. André Breton fue uno de
sus principales postulados en ejercer
el libre pensamiento expresado a través
de manifestaciones artísticas,
que no preocupen el intelecto sino
todo lo que no se razona y no tiene
logica que existe en las personas.
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l surrealismo creció rápidamente,
abarcando a las artes
plásticas, pero siempre bajo el
mandato de Breton, quien redactó los
siguientes documentos del grupo: El
surrealismo y la pintura (1928) y el
Segundo manifiesto del surrealismo
(1929). Los años treinta son los de
mayor expansión del movimiento,
que llegó a captar a los más importantes
escritores y artistas que
entonces vivían en París, y que provenían
de diversas partes del mundo,
incluyendo al español Salvador Dalí y
al peruano César Moro, con quien
Breton tuvo una fuerte amistad.
Siempre al mando del movimiento,
Breton intentó integrar el grupo a la
militancia comunista, esto fue lo que
ha producido el primer gran cisma
del surrealismo. Mientras tanto, su
obra literaria se superaba notoriamente
con los poemarios Claro de
tierra (1923) y Pez soluble (1924), y
especialmente con la novela Nadja
(1928) considerada su obra maestra y
uno de los libros claves de la literatura
francesa de su tiempo. Nadja es
una especie de relato autobiográfico,
en el que el autor cuenta sus experiencias
en los hospitales, pero
centrándose en la paciente llamada
Nadja, una joven que padece de locura
y que vive inmersa “en un mundo
de misterios, oscuridad, signos y
milagros”, según comentó José Carlos
Mariátegui poco tiempo después de
la publicación de dicha novela.
Plenamente involucrado en los avatares
de la política, Breton se vio
obligado a exiliarse en América. Llegó
a México en 1937, donde redactó
junto con León Trotski el Manifiesto
por un arte revolucionario independiente;
después pasó temporadas en
Martinica, Santo Domingo y Nueva
York, donde permaneció durante el
desarrolla de la Segunda Guerra
Mundial. Regresó a París en 1946, a
asumir nuevamente la dirección del
movimiento surrealista (ya integrado
por una nueva generación de escritores
y artistas) a través de la revista Le
Surrealisme Même. Y en ello trabajó
hasta su muerte, el 28 de septiembre
de 1966. Sin lugar a duda su mayor
legado es el surrealismo, uno de los
grandes puntos de inflexión dentro
de la historia de la literatura y el arte.
“El Manifiesto del surrealismo”
(Manifeste du surréalisme)
por Andre Breton.
ESCULTURA
ESCULTURA
El azar, en forma de soplo o
de pequeño impulso, las
mueve y crea una nueva
obra cada vez, que se desarrolla
en el espacio
TERCERA
DIMENSIÓN
SURREAL
El surrealismo era un movimiento
fundamentalmente literario, y hasta un
poco más tarde no produciría grandes
resultados en las artes plásticas.
urge un concepto fundamental,
el automatismo, basado en una
suerte de dictado mágico, procedente
del inconsciente, gracias al
cual surgían poemas, ensayos, etc, y
que más tarde sería recogido principalmente
por pintores y escultores. Si
bien la metodología del surrealismo
dictado del inconsciente, automatismo
onírico, la explotación de lo
inopinado, etc, encuentra un punto
de aplicación apropiado en la pintura
y en la literatura, seguramente no se
adapta tan bien a la actividad trabajosa
a la que no escapa ningún tipo de
escultura, ni siquiera la más imaginativa.
Sin lugar a dudas, esta es la
razón por la que surrealistas empezaron
siendo únicamente imitadores
dadaístas del ready made. Pero, a
pesar de todo, hubo muchos pintores
surrealistas que, como hemos visto,
no desdeñaron las tres dimensiones.
Casi todos los pintores surrealistas
hicieron alguna escultura como el
polifacético Ernst que realizó obras
en yeso o bronce como Edipo rey
(1934), Espárragos lunares (1935) y
Miró que combinaba cuerda, alambres
y chapas de metal (Pájaro lunar,
1968). Pero el surrealismo se encuentra
en la raíz de una obra que pesará
más que las precedentes en el futuro
de las formas esculpidas: la de Jean
Arp (Estrasburgo, 1887-París, 1966).
Tras su etapa Dada donde había
hecho relieves coloreados, pasó al
Surrealismo realizando, en piedra y
bronce, composiciones exentas con
formas ovaladas, irresulares y curvas
imitando a la Concreción humana.
Evolucionó posteriormente hacia la
conocida abstracción geométrica.
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Escultura de Jean Arp
The Redlist
Esquizofrenia franco-prusiana hasta en
su nombre: De Hans Arp cuando Alsacia
era alemana pasó a llamarse Jean Arp
cuando fue recuperada por los
franceses en la Gran Guerra.
ividido, estudió arte en ambas
naciones (en París y Weimar)
hasta que en 1915 decidió ir a
Suiza, que era una mezcla de los dos
países y además un lugar cómodamente
neutral. Allí en Zúrich montó
el movimiento Dadá, considerado
como su comienzo. Su mayor herramienta
casi siempre fue el yeso, que
después se transfería a piedra o al
bronce. Su arte mezcla las técnicas
surrealistas del automatismo y las
imágenes oníricas con el concepto
dadaísta de azar, dando un lugar a
sus características formas orgánicas,
conocidas como la escultura
biomórfica. Con ellas, el dadaísta Arp
afirmaba algo muy sensato: lo orgánico
es el principio formativo de la
realidad. Y si lo pensamos, nada más
abstracto que lo orgánico, por lo que
sus características formas amorfas
fueron de las primeras en deslizarse
por los terrenos casi vírgenes del arte
abstracto, y después serían imitadas
hasta la saciedad por él mismo.
Como buen dadaísta, Arp jugueteó
con la idea de azar. Suyas fueron técnicas
como cortar papeles de colores
y lanzarlos al aire dejándolos caer
para que la composición resultante
fuera del todo arbitraria. Pero Arp, no
veía caos en el azar como otros de sus
colegas. Más bien, él consideraba al
azar como una especie de ley de la
naturaleza. Sus primeros collages
reflejan una simplicidad y un rigor
que colocan en el centro el tratamiento
de la forma, en tanto que los
títulos de sus trabajos, de carácter
caprichoso y poético, continúan la
tradición del dadaísmo y del surrealismo.
Asimismo, su manera no
convencional, con amplios espacios
para el azar y la intuición, y sus procesos
creativos, constantemente
renovados y desarrollados a partir de
la situación, corresponden en buena
medida a las concepciones surrealistas.
Otro de los aspectos de su obra de
inspiración surrealista fue el interés
mostrado por la metamorfosis del
cuerpo femenino, que dio lugar a
esculturas que recordaban las formas
blandas, con posibilidades
aparentemente ilimitadas de cambio,
desarrolladas por Picasso o Miró a
principios de la década de 1930. Un
ejemplo es Escultura concreta, de
1934, que recoge las formas sensuales
de algún torso femenino en un
tronco con cabeza y con muñones
redondeados. Las figuras, que presentan
un desarrollo aparentemente
análogo al natural, pueden contemplarse
como concreciones de orden
orgánico y corporal. Concebidas sin
superficie sobre la cual alzarse, pueden
ser vistas desde diferentes
perspectivas. No hay un arriba y abajo,
un delante y detrás claros, lo cual
subraya el carácter de evolución que
tiene la escultura. Para Arp, esta conformación
sucesiva, a la que el llamó
concrétion, era un proceso natural
frente al cual la elección de una forma
a través del arte se aleja de la
naturaleza en cuanto acto humano.
Escultura concreta es parte de un
tratamiento continuado de este tema
en la obra de Arp. Una de las primeras
muestras de esta serie es el
relieve Configuración de 1927/1928,
que reproduce el cuerpo femenino
reducido a los hombros, el talle, las
caderas y el comienzo de las piernas.
El ombligo, colocado en su punto preciso,
que para Arp es símbolo de vida
y de fecundidad, constituye el elemento
decisivo de la representación.
Falta en el relieve Mujer ánfora, obra
de 1929, que sitúa un cuerpo femenino
pequeño delante de un río de color
rojo. El caudal encarnado se ensancha
en la zona de aplicación de la
pequeña forma plástica y se convierte
en un remanso amplio que puede
interpretarse como un espacio de
reposo femenino , en el fluir de la
vida y también como el vientre de
una embarazada que da cobijo a un
embrión. En ambos casos se trata de
ideas de Arp que se ven presentes a lo
largo de todas sus obras pertenecientes
al surrealismo, pero más
específicamente, en las esculturas.
“
La esencia de una
escultura debe
entrar de puntillas,
tan clara como las
huellas de animales
en la nieve”.
A partir de 1930 se centra en la escultura
biomórfica (inspiradas en las
formas de la naturaleza y el azar).
Mezcla las técnicas surrealistas del
automatismo y las imágenes oníricas
con el concepto dadaísta de azar,dando
lugar a sus características formas
orgánicas, conocidas como escultura
biomórfica. La naturaleza es lo más
parecido que existe a la abstracción.
Predominio de líneas curvas, ausencia
de aristas, utiliza el bronce y el
mármol, se recrea en lo humano.
Pero Arp, no veía caos en el azar
como otros de sus colegas. Más bien,
consideraba al azar como una especie
de ley de la naturaleza.
Jean Arp en con su
escultura bioformista
Algunas de las temáticas en las que
se basa el artista son:
- Trabaja todo tipo de materiales:
escayola, granito, bronce y aluminio
en esculturas, la mayoría de pequeño
formato; relieves en madera; crea
obras con recortes de papel. Es un
buen dibujante, grabador y litógrafo.
- Utilizó una paleta de colores muy
limitada: blanco, gris y negro.
- En su estilo predominan: composiciones
arbitrarias, ejecutadas al azar
(lanzaba recortes de papel y según
caían los dejaba / orden del azar),
collages tridimensionales, líneas
curvas, sinuosas, sin aristas y con
formas abstractas. Establece equilibrios
entre vacíos y volúmenes.
- Sus obras escultóricas recuerdan a
las formas que se encuentran en la
naturaleza, él las denominó “esculturas
biomórficas”, aludiendo a la
relación que establecía entre la pura
creatividad artística y las formas que
surgen en la naturaleza. Son obras en
bronce, metal, o piedra. Hace dos
tipos de esculturas, las puramente
abstractas y las que nos evocan formas
humanas simplificadas. Primero
hace las obras, y después las titula
para limitar la intervención de la
mente consciente en la creación.
- Rebeldía, la capacidad de negación,
la irracionalidad, el inconformismo y
la subversión contra el orden.
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LA PARTE
MÁS OSCURA
Una de las primeras contribuciones de Sigmund Freud en Medicina fue la
proposición de utilizar la cocaína con fines terapéuticos. En 1884, publicó el
artículo Über Coca (sobre la coca), en el que profundizaba sobre dicha droga.
USO DE LA
COCAÍNA
Freud creía que la cocaína podía servir
como tratamiento del asma, migrañas,
estimulante mental e, incluso, como
cura de la adicción a la morfina.
ucho antes de que la cocaína
se convirtiera en la droga de
moda en las discotecas de los
años setenta, Sigmund Freud, el
padre del psicoanálisis, ya era un
consumidor. Cada vez que iba a una
fiesta tenía por costumbre ponerse
su mejor pinta y esnifar unos cuantos
gramos “para destrabar la lengua”,
según le escribió a su prometida en
una carta de 1886. Sin embargo, lo
que al principio parecía algo inocente
pero con el tiempo pasó a ser una
adicción. Freud consignó su experiencia
con el polvo blanco en una
obra titulada Über Coca, es ahora
cuando salen a la luz esta oscura
faceta que vivió durante doce años.
Estos secretos están reunidos en An
Anatomy of Addiction (Anatomía de
la adicción), un libro de Markel, profesor
de la Universidad de Michigan,
que cuenta cómo el médico austriaco
se rindió a los encantos de la cocaína
porque creyó que era el elíxir de la
vida. Aunque el hilo conductor del
texto es su historia, el autor aprovecha
para hacer un recorrido por los
orígenes de la sustancia, que llegó a
ser comercializada en Europa y Estados
Unidos, mucho antes de que
fuera ilegal. Posteriormente, el oftalmólogo
austríaco Carl Koller publicó
los resultados de las investigaciones
que había realizado Sigmund Freud y
obtuvo grandes éxitos en algunas
intervenciones oftalmológicas.
Los exploradores que visitaron Sudamerica
a principios del siglo XIX
llevaron a sus países natales las hojas
de coca que vieron mascar a los indígenas,
porque querían descubrir cuál
era el ingrediente mágico que los
hacía resistentes al cansancio y al
hambre. Químicos de todas partes
del mundo hicieron ensayos con la
planta hasta que finalmente, alrededor
del 1860, lograron aislar el
alcaloide de la cocaína, responsable
de estimular el sistema nervioso.
Fue entonces cuando Freud decidió
dedicarse a estudiar los usos terapéuticos
de esta droga en su afán por
ganar prestigio entre la comunidad
científica de Viena. Investigaciones
previas habían demostrado erróneamente
que podía curar la adicción a la
morfina (era común en la mayoría de
las casas porque se usaba para aliviar
los dolores) y por eso, empezó a tratar
con este polvo blanco a un amigo que
sufría una dolencia crónica. Luego, él
mismo la probó, lo cautivó su efectividad
de poder evitar la ansiedad y
aumentar el deseo sexual. Freud se
implicó al máximo en el caso de su
amigo, tratando su adicción a la morfina
con cocaína, estaba convencido
de que su terapia no era tan simple
como la de sustituir una droga por
otra, sino que el uso de la cocaína en
el paciente sólo era provisional y que
no duraría más que el tiempo del tratamiento,
pero Freud estuvo en
desacierto. Tras un año de prescripción,
no sólo Fleischl-Marxow se hizo
cocainómano, sino que recayó en la
adicción a la morfina. No pudo superarlo
y murió en 1891 con 44 años de
edad. Según lo escrito por Freud en
1885, la cocaína no sólo se mitigaba el
cansancio y la depresión sino que
también acabaría con el síndrome de
abstinencia por la morfina.
Sigmund Freud en su estudio, 1937.
Fotografía tomada por la
Princesa Marie Bonaparte
COCAÍNA
Para Freud, la cocaína, en
tanto objeto farmacológico,
era un analgésico por su
potencial acción sobre el
dolor profundo y tendría
un marcado interés en
sus propiedades.
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De pie en la acera de La Haya,
Países Bajos, 1920.
EL ANCLAJE
CON LAS
TOXICOMANÍAS
ESCRITOS SOBRE
LA COCAÍNA
Estos escritos revelan
cómo el padre del
psicoanálisis se convirtió
en consumidor habitual del
peligroso polvo blanco.
Freud prepsicoanalítico buscaba curar
médicamente a sus pacientes. Más
tarde, su deseo fue curar a través del
psicoanálisis sin requerir de un
objeto farmacéutico.
Los estudios de Freud sobre la cocaína
planteaban una aproximación
interesante hacia lo que fue luego la
psicofarmacología. Su búsqueda de
un objeto/droga/químico capaz de
actuar sobre cuestiones psíquicas
hace de este contexto algo más que
solo un anecdótico desvío temporal.
Freud presenta una genuina búsqueda
de reconocimiento profesional,
pero también de aquella sustancia
capaz de impactar en un sujeto más a
un nivel analgésico (actuando sobre
quejas psíquicas) que anestésico
(adormecer localmente lo somático)
como hiciera Koller aplicando cocaína
para las cirugías oculares.
Recordemos que Sigmund Freud en
sus ensayos hace referencia explícitamente
que esta sustancia despliega
sus efectos con mayor potencia y visibilidad
en personas fatigadas, que se
encuentran en una condición de agobio.
La noción de un objeto/droga con
una función subyacente para cuestiones
psíquicas adquirió un profuso
valor para el desarrollo de la psicoterapia
y fue retomada por Freud en la
etapa inicial del psicoanálisis, refiriéndose
así a los mecanismos
propios de la represión, señalando
que un dolor mental “puede ser vencido
exclusivamente por la acción de
una droga o la influencia de una distracción
psíquica”. La idea de una
cesación sobre el dolor psíquico por
medio del uso de sustancias se transforma
en un guiño al alotrión y la
búsqueda, en ese entonces, de un fármaco
capaz de transformarse en una
cura para cuestiones internas. Esto
es definido como una cancelación
tóxica del dolor que regularía la
homeostasis de un aparato psíquico.
En esta máquina del tiempo es posible
observar que el tránsito de Freud
por el estudio de la cocaína, pese a ser
hito un tanto velado y poco abordado,
fue algo más que un tropiezo para
transformarse en el abandono necesario
de una cura médica para los
síntomas psíquicos y dar paso al
encuentro de la cura psicológica y el
nacimiento del psicoanálisis. En
dicho sentido, este episodio de la
cocaína reclama por reconocimiento
y valía toda vez que su lectura profunda
permite observarlo más como
una antesala a su búsqueda en la cura
por la palabra que un mero accidente
o traspié en su trayectoria. La revisión
de estos eventos en la vida de
Freud deja en evidencia, por un lado,
su interés remoto por el uso y efectos
de las drogas antes del desarrollo de
sus aportes más importantes y reconocidos,
y, por otro lado, su relación
en el tiempo con sustancias que perdurarán
hasta su muerte. Esto queda
de manifiesto al considerar que el
uso de cocaína se mantiene en Freud
hasta 1892 aproximadamente y desde
entonces aumentaría su consumo de
tabaco, que acabaría pasándole factura
en Londres a sus 83 años de vida,
cuando, previo a cuando su médico,
pone término a su vida luego de tres
inyecciones de otra droga: morfina.
“
La recomendación
de la cocaína que
hice en 1885 me
trajo también serios
reproches. Un
amigo muerto (...)”
““El estudio de la
cocaína fue una
distracción que
estaba ansioso
por concluir”.
Sigmund Freud estaba muy entusiasmado
con el experimento y creía que
había encontrado la fórmula que lo
haría célebre. “No importaba cuál
fuera la razón, calmar una migraña,
un dolor de estómago, un ataque de
sinusitis o un episodio melancólico,
Sigmund siguió consumiendo cocaína”,
escribe Markel en el libro.
Ya a comienzos del siglo XX existían
muchos adictos cuyos excesos con el
poderoso alcaloide se mantuvieron a
la sombra gracias a sus supuestas
propiedades curativas. “No debió ser
fácil llevar una doble vida, siendo un
médico distinguido en público y, al
mismo tiempo, un consumidor de
cocaína que sufre el abuso en privado”,
reconoce Markel. El escritor
escocés Sir Arthur Conan Doyle formaba
parte de ese grupo y, aunque
nunca habló abiertamente de la droga,
dio pistas de su hábito en sus
relatos. A medida que la droga era
estigmatizada, los gobiernos incrementaban
sus controles. Años
después de que Freud logró hacerse a
un nombre, enfrentó un sinnúmero
de críticas por la costumbre que
adquirió cuando apenas empezaba
su carrera. Ha habido todo un debate
alrededor de la influencia que el polvo
blanco tuvo sobre su obra, pero la
mayoría de los expertos coinciden en
que su período más brillante llegó
después de que pudo abandonarla.
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PRECEDENTES E
INFLUENCIAS
PRUEBA CON
LA HIPNOSIS
Giorgio de Chirico,
Mystery and melancholy
of a street, 1914.
El fracaso del hipnotizador Freud: viaje
a los orígenes del psicoanálisis, cómo
comenenzó en esta etapa extraña y no
tan conocida públicamente.
El 18 de febrero de 1880 la policía
vienesa cerró sorpresivamente
el espectáculo más exitoso y
masivo que se había visto en la capital
del Imperio Austrohúngaro en
mucho tiempo. El Ringtheater, el
nuevo teatro de ópera cómica de la
ciudad, venía colgando el cartel de
completo desde que días antes, el 3 de
febrero, una monumental tangana
convulsionara las habitualmente
tranquilas butacas ocupadas por
damas con miriñaque y caballeros
con frac y sombreros de copa. Todo
sucedió durante la actuación de la
super estrella danesa Carl Hansen.
¿Su oficio? Era un hipnotizador.
Los hipnotizadores “teatrales”, aquellos
que te duermen sobre el
escenario para hacerte ladrar como
un perro, son hoy bien conocidos por
sus intervenciones televisivas, e
incluso andan algo pasados de moda,
pero en aquellos tiempos resultaban
una irresistible novedad. De hecho,
Hansen llegaba a Viena precedido
por una fama tremenda tras su gira
triunfal por Alemania. Y Viena era el
centro mundial de la ciencia médica a
dónde acudían estudiantes de toda
Europa para formarse en anatomía
patológica, fisiología y neurología.
Pero el establishment médico del
lugar se hallaba dividido entre los que
-mayoritarios y forjados en la tradición
del mesmerismo- consideraban
el hipnotismo como un procedimiento
científico para acceder y dominar
la psique del paciente, y quienes
-minoritarios- lo tachaban de superchería.
Uno de estos últimos, el
profesor Herinrich Fischer de la Politécnica,
logró colarse en la actuación
para, en mitad de la misma, empezar
a gritar: “¡Señor Hansen, no es usted
más que un vil estafador!”
Una guerra civil de insultos, gritos y
pataleos estalló entonces en el teatro
entre partidarios y detractores de
Hansen hasta que la policía intervino
y tuvo que cerrarlo. Las siguientes
jornadas el Ringtheater agotó las
entradas hasta que, después de una
declaración de la Facultad de Medicina
vienesa sobre “los grandes riesgos
mortíferos” de la hipnosis, las fuerzas
de orden público clausuraron definitivamente
este espectáculo.
Durante aquellos días en los que los
supuestos poderes de Hansen fueron
la comidilla en la ciudad, un joven
ayudante de investigación del Instituo
de Psicología advertía por carta a
un amigo contra el célebre hipnotizador:
“Confío en que mantengas tu
espíritu escéptico y que no te olvides
de que ‘maravilloso’ es una exclamación
de ignorancia, y no el merecido
reconocimiento de un milagro”.
Aquel joven médico de la carta era el
mismísimo Sigmund Freud. Y sin
embargo, pocos años después,
encontramos a Freud ejerciendo precisamente
como hipnotizador con el
fin de curar la “histeria” de sus
pacientes con escasos, cuando no
desagradables, resultados. Lo cuenta
el filósofo e historiador Mikkel
Borch-Jacobsen en su extensa y
excelente introducción a la antología
de textos sobre la hipnosis de Freud,
muchos de ellos inéditos, que acaba
de publicar la editorial Ariel. Nos
encontramos ante un momento decisivo
porque la vía truncada de la
hipnosis abrirá un segundo camino a
una de las teorías más influyentes de
la historia, el psicoanálisis.
“
Negar mediante la
energía los males
de los que se queja
el paciente”.
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¿PEQUEÑOS
ÉXITOS O
DECEPCIÓN?
Otoño de 1892. El doctor Freud es ya
un ferviente converso de la hipnosis
tras sus experiencias con el médico
vienés Josef Breuer y, sobre todo, con
el insigne profesor Jean-Marie Charcot
en su hospital para histéricas - “el
baile de las locas”- de la Salpêtrière de
París. De regreso a Viena, nos informa
de su primera paciente en dos
artículos titulados ‘Un caso de curación
mediante la hipnosis’. Ella tiene
entre 20 y 30 años y asegura que la
trata desde hace tiempo de una histeria
ocasional. “Aunque Sigmund se
esfuerza mucho por disimular la identidad
de esa paciente y por darnos
pistas falsas”, escribe Borch-Jacobsen
en su introducción, “todo nos lleva a
pensar que está hablando de su propia
esposa, Martha Bernays”.
Freud probó en dos ocasiones a hipnotizar
a su mujer para “curarla” de
su aversión -dolor, nervios, vómitos e
insomnio- a amamantar a los tres
primeros hijos de la pareja. El método
consistía en dormir a la paciente, buscar
sus recuerdos traumáticos y luego
borrarlos. La primera vez la cosa no
funciona y Martha se niega a continuar.
La segunda, sin embargo, ella
se recupera y se ve obligada a reconocer
que la hipnosis le ha ayudado. “No
hay otro caso, en toda su carrera, en
que Freud relate un éxito terapéutico
tan incontestable, y resulta ser un caso
de curación por la hipnosis”.
Aquellos años Freud da cuenta de sus
“éxitos pequeños” con la hipnosis
pero lo cierto es que, según Borch-Jacobsen,
los resultados fueron muy
“decepcionantes”. La señora Fanny
Moser nunca se librará totalmente de
sus fobias y angustias, Mathilde
Schleicher acabará siendo internada
pese al tratamiento hipnótico, y Pauline
Silberstein se arrojará desde lo
alto del edificio donde el propio terapeuta
tiene su consulta, lo que lo
obligará por cierto -tras aparecer la
noticia en todos los diarios- a mudarse.
Pero el incidente definitivo que
hará a Freud desistir de una vez de la
hipnosis lo protagonizaron Anna y
Elise, “las señoras Gomperz”.
LAS SEÑORAS
GOMPERZ
Los Gomperz eran una de las familias
más eminentes de Europa, una larga
saga de príncipes y financieros con
tres siglos de historia. La rama vienesa
se enriqueció con el tabaco y la
banca y reina en la ciudad desde principios
del XIX emparentada con otras
grandes familias judías. Los protagonistas
de nuestra historia son
Theodor Gomperz,un prominente
filólogo clásico, filósofo e historiador
y, sobre todo, su mujer Elise Gomperz
y su sobrina, la baronesa Anna von
Lieben, ambas víctimas de una vieja
maldición familiar, la “neuropatía”,
las dos pacientes del doctor Freud.
Freud comienza entonces a hipnotizarlas
para curar sus agudas crisis
nerviosas al borde del brote psicótico.
Con Anna lo intenta agotadoramente
durante años, dos sesiones al día, vive
pendiente de sus crisis y caprichos.
Durante los trances hipnóticos salen
a la luz cientos de traumas, temores,
vergüenzas, angustias, pecadillos
sexuales, casi todos ellos originados
en la infancia. “La búsqueda psicoanalítica
de los traumas infantiles”,
anota Borch-Jacobsen, “ nació de la
increíble memoria de Anna von Lieben”.
Pero ni la hipnosis ni la morfina,
que el buen doctor le administra
generosamente, funcionan. Anna
nunca se restablecerá. Tampoco Elise
Gomperz que recaerá una y otra vez
en su hiperestesia. ¿Por qué? Freud
confiesa que no consigue sumergir a
sus pacientes en “un sonambulismo
profundo con amnesia posthipnótica”.
Las histéricas no quieren curarse.
El poder de la sugestión, pues él es
consciente de que tal es su único
poder, parece ser de una naturaleza
diferente a la de la influencia hipnótica.
La disociación de la conciencia
entre lo aceptado y lo reprimimido no
parece funcionar como un simple
efecto mecánico, la disociación es
“querida”, es una “voluntad de reprimir”.
Así que no vale con borrar el
trauma. Al contrario. Hay que sacarlo
a la luz para lograr la curación por
completo, sino nunca se podrán
sanar. Con los años, Freud abandonó
el método de la hipnosis y pasó al de
la catarsis, después al de la asociación
libre, fundamento del
psicoanálisis.
“
Las histéricas no
quieren curarse, no
se sumergen por
completo en el
sonambulismo”.
FINALMENTE,
EL ABANDONO
“Me daba vergüenza (le dijo la mujer a
Freud) ver que una cosa como la hipnosis
obtenía resultados allá donde mi
fuerza de voluntad se mostraba impotente”.
La alternancia de éxitos y
fracasos en la hipnosis lleva a adoptar
un nuevo mecanismo psíquico.
Freud se va dando cuenta a través del
tiempo y del desarrollo de algunos
casos que la hipnosis llega a ser
muchas veces una curación temporal
por así decirlo, pues al no llegarse a
conocer realmente la génesis del síntoma,
es decir, lo reprimido en el
inconsciente del ser humano, esto va
generando que a través del tiempo
que este pueda volver a resurgir ya
que al ser un propósito inhibido se
conserva como una voluntad contraria
que se irá desarrollando, es decir,
como si se tratase de un fantasma del
cual aún no se tiene ni idea, por lo
tanto el autor se propone firmemente
a encontrar un enfoque en otro punto
de vista que permitiese desarrollar el
origen de la sintomatología para así
aceptarla, lo cual llevaría a eliminar
aquel propósito inhibido al exteriorizarlo,
dándole un sentido, que podrá
desarrollar la cura al pasar el tiempo.
Retrato de Sigmund Freud y
su esposa, Martha Bernays
Ilustración Mesmer’s Tub,
magnetismo animal, s XVIII
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Julio 2021 / Revista Paranoia
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PSICOANÁLISIS:
ACTUALIDAD
Sigmund Freud abandonara la investigación neurológica para desarrollar su
psicoterapia, el método adquirió tal notoriedad que se convirtió en un ingrediente de la
cultura popular occidental. ¿Existen pruebas científicas que avalen el psicoanálisis?
¿O es sólo una pseudociencia, incluso entre las más académicas de todas ellas?
¿CIENCIA
O PSEUDO?
El enfoque de Freud fue considerado
innovador en su época, y de forma
evidente ha impregnado la evolución
posterior de la psicopatología.
esde su nacimiento las teorías
freudianas fueron objeto de
críticas por parte de figuras de
renombre como el neurocientífico
Santiago Ramón y Cajal. A partir de
1919 el filósofo de la ciencia Karl
Popper, hasta entonces un entusiasta
del psicoanálisis, comenzó a objetar
que los psicoanalistas eran siempre
capaces de explicar los síntomas de
sus pacientes a posteriori mediante
sus teorías, pero que estas no elaboraban
predicciones sujetas a una
comprobación experimental, algo que
sí hacían las propuestas netamente
científicas como la relatividad.
La imposibilidad de falsación llevó a
Popper a definir el psicoanálisis como
una pseudociencia, comparable a la
astrología. A lo largo de los años, la
validez científica de esta disciplina
ha sido descalificada por personajes
prominentes como por ejemplo el
psicólogo Steven Pinker, el lingüista
Noam Chomsky, el biólogo evolutivo
Stephen Jay Gould o el físico Richard
Feynman. Entre los críticos que han
diseccionado con mayor extensión y
profundidad las carencias del psicoanálisis
se encuentran los filósofos
Adolf Grünbaum y Frank Cioffi o el
psicólogo Malcolm Macmillan. Uno
de los citados detractores del psicoanálisis
es el profesor emérito de la
Universidad de California en Berkeley
Frederick Crews. Su reciente
obra Freud: The Making of an Illusion
(Metropolitan Books, 2017). Para
Crews, hoy aún se mantiene el principal
argumento que Popper comenzó
a gestar hace un siglo y que desarrolló
en su libro Conjectures and
Refutations (1963): Las proposiciones
de cualquier teoría científica deben
ser refutables por pruebas en contra,
pero las del psicoanálisis no lo son.
“Ninguna evidencia puede refutarlas
porque no conllevan ninguna consecuencia
comprobable”, resume Crews
a OpenMind. “Como resultado, no
puede haber un perfeccionamiento
pulcro del psicoanálisis como una
ciencia”, añade. Lo cual no impidió
que algunos defensores del psicoanálisis
busquen tender puentes entre
el método de Freud y la ciencia.
CERRADA Y
DOGMÁTICA
Una de las principales críticas al psicoanálisis
ha sido, según algunos
autores, el carácter cerrado y excesivamente
dogmático de esta corriente,
lo que desde el comienzo provocó
encontronazos entre Freud y algunos
de sus colaboradores más próximos,
como Otto Rank o Eugen Bleuler; este
último comparó el movimiento con
una comunidad religiosa. “La difamación
de los críticos y los rivales, un
mal hábito que fue practicado generosamente
por el propio Freud, se
convierte en el sustituto rutinario del
diálogo empírico”, señala Crews.
Como parte de esta huida del ámbito
científico, el psicoanálisis ha buscado
refugio en las humanidades, un
ámbito en el que no está obligado a
responder a exigencias empíricas.
Según apunta a OpenMind el psicoanalista
Siegfried Zepf graduado de la
Universidad de Saarland (Alemania):
“
El psicoanálisis no es
una ciencia natural,
sino una ciencia
hermenéutica”.
Es decir, que interpreta fenómenos,
no testa hipótesis empíricamente.
Sin embargo, numerosos expertos
opinan que este alejamiento de la
ciencia no sirve para una disciplina
que hoy aspira a competir con tratamientos
científicamente validados
como la terapia cognitivo-conductual,
que según Paris es actualmente
la psicoterapia más influyente, y que
hereda del psicoanálisis su formato
dialogado, pero prescindiendo de las
teorías freudianas. En el mundo del
siglo XXI, el psicoanálisis “solo puede
sobrevivir si está dispuesto a desmantelar
su estructura como una
disciplina separada para regresar a la
academia y a la ciencia clínica”.
Entonces, ¿De dónde sacó Freud su
teoría? Observaciones, experiencia,
intuición… En resumen, la voz del
experto. Esto no fue una teoría, incluso
en la ciencia a veces se olvida esta
definición. Por ejemplo, no debería
hablarse de la teoría de cuerdas, o de
la de los universos paralelos, porque
no lo son. Y tampoco lo es el psicoanálisis.
Es una especulación, una
ocurrencia, incluso un conjunto de
hipótesis; pero no de hipótesis científicas,
dado que no pueden testarse.
E psicoanálisis no ha sido ni mucho
menos la única propuesta en el campo
de la psicología que pasa por ser
científica sin serlo realmente.
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Freud con su perro Topsy.
FALLAS
EN LA TEORÍA
El psicoanálisis ha sido cuestionado
desde distintos ámbitos y desde
distintas disciplinas.
EN EL MÉTODO
INTERPRETATIVO
Crear significados no es descubrir
causas. Wittgenstein propone el
siguiente contraejemplo: si lanzo
objetos sobre la mesa y hago asociaciones,
también voy a encontrar
interpretaciones coherentes, pero no
serán estas las causas de la ubicación
de cada objeto. Descubrir causas
requiere un testeo en donde se manipulen
sistemáticamente los eventos.
El método interpretativo no hace tal
manipulación sino que genera significados
nuevos y los supone causales.
La interpretación se basa en relaciones
semánticas o fonéticas, y es tan
versátil que permite encontrar siempre
casos confirmatorios.
El problema del sesgo confirmatorio.
Se tiende a prestar más atención a los
datos favorables a las propias creencias,
y a ignorar los datos contrarios.
El analista descarta las asociaciones
contrarias a su teoría como “resistencias”,
e induce asociaciones que serán
consistentes con su teoría mediante
preguntas tendenciosas. Gracias al
sesgo confirmatorio, cada autor confirma
sus propios prejuicios teóricos:
la sexualidad y la muerte en Freud,
los anhelos de espiritualidad en Carl
Gustav Jung, las fantasías de pechos y
penes en Melanie Klein, los juegos de
palabras en Jaques Lacan.
El problema de la sugestión. La sugestión
es la influencia del analista sobre
el paciente, mediante preguntas tendenciosas
y gestos de aprobación o
desaprobación. ¿Cómo sabemos si el
analista hace interpretaciones
correctas o si sólo persuade exitosamente
a su paciente con algunas
interpretaciones erróneas? Aún si el
paciente se convence y la interpretación
puede ser incorrecta, y aún
siendo incorrecta, puede tener efectos.
Dado que los estudios de caso no
controlan este problema, el psicoanálisis
aún no ha demostrado ser
más que una simple sugestión.
Inconsciente freudiano y represión.
No hay evidencia a favor de estos
conceptos fundamentales para la
teoría psicoanalítica. Sí hay evidencia
de conductas que la persona no
detecta y de causas que se ignoran.
La autoobservación tiene límites, y
usualmente se desconocen los factores
que controlan la conducta.
Complejo de Edipo, y conceptos relacionados,
con la sexualidad, la
muerte, la castración y la envidia del
pene. En principio, Freud definió al
Complejo de Edipo como el deseo
sexual hacia el progenitor del sexo
opuesto, y el deseo de muerte del progenitor
del mismo sexo (percibido
como un rival). Su período central
ocurriría entre los 3 y 5 años. Freud lo
consideraba universal, y en base a
este concepto intentaba explicar el
origen de la moral, las neurosis y las
características de género, etc.
A) Ausencia de evidencia. Para formular
la tesis del Edipo, Freud no
observó a los niños, sino que especuló
a partir de los recuerdos de los
pacientes adultos, cuando una metodología
de observación directa es
preferible a la especulación en base a
recuerdos. La evidencia de la psicología
infantil muestra que pueden
existir diversos grados de afecto y
rivalidad, pero normalmente no existen
ni deseos sexuales ni deseos de
muerte. B) Falacia de ambigüedad:
Las hipótesis tienen una doble existencia,
hay un sentido literal para
hacer afirmaciones rotundas y llamativas,
y otro sentido amplio y
metafórico que evita la refutación. El
complejo de Edipo en sentido literal
es un deseo incestuoso y un deseo de
muerte, mientras que en sentido
amplio es un conjunto de conceptos,
tales como el amor, el odio o los celos
que permiten describir cualquier
relación humana. C) Apelación a lo
latente. Es la estrategia de considerar
que si un hecho parece contradecir la
teoría, en realidad “encubre” otro
hecho más profundo que lo está apoyando.
Freud interpreta las pesadillas
donde muere un ser querido (aparentemente
contrarias a su teoría) como
la satisfacción de un deseo inconsciente
de que esa persona fallezca, o
como un autocastigo por otro deseo
que se encuentra en el inconsciente.
EN JUSTIFICAR EL
TRATAMIENTO
Problemas de la observación clínica
La observación clínica no constituye
evidencia probatoria, porque no permite
eliminar las hipótesis rivales.
Un caso confirmatorio no es una evidencia:
un curandero también podría
mencionar muchas experiencias
confirmatorias, pero esas experiencias
podrían ser explicadas mediante
hipótesis rivales. Lo mismo ocurre
con las experiencias confirmatorias
que encuentra un analista. ¿Cómo
sabemos si el tratamiento es mejor o
peor que su ausencia, o que un tratamiento
alternativo? Sabemos que las
mejorías pueden explicarse por el
paso del tiempo, por el efecto placebo,
o por factores inespecíficos como la
empatía o la atención. ¿Cómo sabemos
que, si hay mejoría, es a causa del
tratamiento, y no debido al mero paso
del tiempo, o al efecto placebo?
¿Cómo sabemos si la mejoría es temporaria
o duradera? ¿Cómo sabemos
si la evaluación de la mejoría es
correcta? No hay estudios rigurosos
de éxitos y fracasos del psicoanálisis,
en relación a tratamientos alternativos
y a la ausencia de tratamiento.
Los resultados de Freud no apoyan la
eficacia. Cuando existen datos posteriores,
esos datos indican que los
pacientes conservaron sus síntomas
Apelación a la resistencia: Es un subtipo
de falacia ad hominem. Si el
paciente no acepta la interpretación,
el analista lo considera una resistencia,
y a menudo le asigna valor
confirmatorio. Los analistas utilizan
la misma estrategia para desechar
las críticas, acusando a la exigencia
de evidencia controlada (pensamiento
crítico) como “la forma moderna de
la resistencia”. En “Resistencias al Psicoanálisis”
(1925) Freud desestima las
objeciones al considerarlas causadas
por una hostilidad latente de los opositores
hacia el psicoanálisis.
El problema de las remisiones espontáneas:
Eysenck calculó que 2/3 de
pacientes tienen mejoría espontánea
después de 2 años. En cálculos posteriores,
se considera que esa cierta
proporción puede variar según el tipo
de trastorno y la presencia de factores
no especificados anteriormente.
Desinterés por los resultados. Los
analistas suelen desestimar la remoción
del síntoma en busca de un
supuesto cambio profundo, pero no
hay evidencia de que logren ni una
cosa ni la otra. Los tratamientos son
largos y costosos, y no hay razones
para considerarlos preferibles a otros
tratamientos que sí poseen la evidencia
de los resultados.
Sesgo confirmatorio en la evaluación
de resultados: el analista tiende a
considerar que si el paciente mejora
es gracias a la teoría, y si no mejora es
por sus resistencias. Cuando Freud
(en 1937) enumera posibles explicaciones
de los fracasos, sólo toma en
cuenta variables del paciente (necesidad
de castigo, fuerza de los traumas,
fijación libidinal), y en ningún
momento evalúa la posibilidad de
fallas en el tratamiento. La hipótesis
rival obvia, que el psicoanálisis no ha
eliminado, es que los fracasos se
deben a rasgos del tratamiento, y que
las mejorías pueden explicarse por
factores ajenos al tratamiento (efecto
placebo o factores inespecíficos).
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Julio 2021 / Revista Paranoia
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PSICOANÁLISIS
Algunos defensores del
psicoanálisis busquen tender
puentes entre el método de
Freud y la ciencia.
¿ POR QUÉ
TIENE TAL
DIFUSIÓN?
En la Argentina, muchos consideran
sinónimos los términos “psicoanalista”
y “psicólogo”. Aún hoy, la Universidad
de Buenos Aires sigue siendo hegemónicamente
psicoanalítica. En EEUU, un
40% de terapeutas sigue utilizando la
Interpretación de sueños.
Desconocimiento de hipótesis rivales.
El psicoanálisis se sostiene gracias a
la falta de información del público
respecto a la psicología científica. En
la Universidad de Buenos Aires, se
escatima enormemente la formación
en otras teorías rivales.
Divulgación atractiva. Los estudios
de caso pueden leerse como una búsqueda
detectivesca para develar las
profundidades de la mente. Del mismo
modo que ocurre en otras
pseudociencias, un testimonio anecdótico
suele ser más persuasivo que
un estudio estadístico. La fascinación
por revelar sentidos ocultos es uno de
los rasgos que comparte con muchas
otras prácticas interpretativas ( como
por ejemplo, la astrología, oniromancia,
lectura de la borra del té).
El mismo sistema de creencias contiene
falacias que generan una
inmunización de las críticas: Ya
vimos algunos ejemplos: apelación a
lo latente, apelación a las resistencias,
falacias de ambigüedad, falacias
de autoridad. Otros casos son las falacias
ad hominem (”para criticar hay
haberse analizado”, ”exigir evidencia
es ser positivista”), falacias non
sequitur (“la hostilidad de tanta gente
demuestra que es cierto”, “la duración
del tratamiento demuestra que es
más profundo”), la reversión de la
carga de la prueba (“los críticos deben
demostrar la falsedad de la teoría y la
ineficacia del tratamiento”).
Culto a la persona (Freud, Lacan):
Ocurre cuando la adhesión se basa
más en la confianza en el proponente
que en la evaluación de los méritos de
la tesis. Un fenómeno llamativo es la
aceptación de una tesis antes de su
comprensión ( sucede con frases de
Lacan que no tienen interpretación
consensuada, como “el inconsciente
se estructura como un lenguaje”). El
culto a la persona se manifiesta en
falacias de autoridad, y por ciertos
mitos históricos (el mito del precursor
original y el mito del mártir de la
verdad toman importancia).
En resumen, en el psicoanálisis lo
valioso no es nuevo y lo nuevo no es
valioso. Lo propiamente psicoanalítico
carece casi por completo de valor
científico. Si la razón es, como dice
Russell, el intento de averiguar la verdad
en lugar de probar que lo que
deseamos es cierto, entonces las
fallas del psicoanálisis son ejemplos
de fallas en la racionalidad. Esta es
una cuestión más básica que la cuestión
de la cientificidad: ¿hay buenas
razones para adoptar el psicoanálisis
como método de investigación, como
tratamiento o como teoría?
En el mundo actual del siglo XXI, se
considera que el psicoanálisis “solo
puede sobrevivir si está dispuesto a
desmantelar su estructura como disciplina
separada para regresar a la
academia y a la ciencia clínica”. Este
alejamiento de las ciencias que tiene
el psicoanálisis no sirve más.
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Julio 2021 / Revista Paranoia
Alumnas:
Laia Acuña y Natalia Lo Faro
Año 2021
Diseño Editorial I
Trabajo práctico final
Profesores:
Rodrigo Fino y Ximena García