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La crónica es una herramienta que nos
permite evidenciar y documentar la información
necesaria para el estudio de estas
dinámicas. El recorrido inicia en Ciudad
Berna a las 10:08 de la mañana, donde
salimos a pie hasta la hasta la estación
Nariño; el recorrido hasta la estación es
habitual para nosotros, por ende, sabemos
que no existe la sensación de vulnerabilidad
a esta hora, además, la luz del día
ameniza el recorrido haciéndolo más
seguro y concurrido de personas que se
dirigen a sus actividades diarias. Estuvimos
dentro de la estación a las 10:15. Sin
embargo, una vez dentro de la estación, es
evidente la precaución que tienen los
usuarios entre sí; no existe una vecindad,
cada persona va por su parte, con prisa y
pendiente de sus pertenencias. Dentro de
la estación había bastante gente, todas las
puertas estaban dañadas y únicamente
había un bachiller de la policía caminando
a lo largo del espacio velando vagamente
por la seguridad de los usuarios. En el
mismo vagón que teníamos que esperar al
bus, se encontraban bastantes hombres,
mujeres jóvenes, adultos de la tercera
edad y familias.
Una característica común es que todos
parecían ocupados, todos parecían tener
que llegar con urgencia a algún lugar; tal
vez, como un reflejo ante la incomodidad
que representa el uso del Sistema de
Transporte Público. A las 10:21 llega el
bus, no está repleto, pero tampoco hay
sillas (ver imagen B). Entramos y con
nosotros entraron bastantes personas de la
estación, incluyendo un par de artistas con
un bafle. Lo primero que hacen es aclarar
que no son ladrones y no pretenden robarnos,
generando un ambiente tenso, y, tal
vez, el efecto contrario al que buscaban.
Nuevamente todos en el bus parecen
ocupados, la gente mira al frente y evita el
contacto visual con los otros. El bus tarda
en llegar a la siguiente estación cerca de
dos minutos, este tiempo es el que se va a
demorar de estación en estación, y cada
una se percibe con mayor riesgo de ahí en
adelante. Llegamos a Hortua a las 10:23,
se sube aún más gente, dentro del bus
muchas personas no usan el tapabocas,
tampoco existe distanciamiento social, no
demuestran preocupación alguna ante el
COVID. A las 10:25 estamos en Hospital,
se sube más gente. Los cantantes se
mueven al segundo vagón y otro vendedor
aparece en el primero. Las puertas son los
espacios más congestionados tanto en la
estación como dentro del Transmilenio
(ver imagen D). A las 10:27 llegamos a la
estación de Tercer Milenio, en esta estación
se bajan muchas personas y no se
suben tantas, se liberan sillas y hay más
espacio, la espacialidad dentro del bus se
transforma completamente (ver imagen C).
Ahora que el interior del bus está más
despejado empezamos a entender que la
sensación vulnerabilidad no sólo puede
venir desde adentro, sino también desde
Imagen B
Imagen C
Imagen D