Bera NUM5 FINALc
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Por otro lado cabe destacar, con relación a la prevención
primaria, que el aceite de pescado disminuye la
saturación de la bilis y potencializa el flujo biliar e inclusive
cuenta con actividad sinergista al asociarse con
fibra para la disminución de niveles séricos de triglicéridos,
los cuales como vimos previamente son un factor
importante de litogénesis (1).
La fibra deberá ser reintroducida de manera progresiva
en bajas cantidades (12) debido a que la producción de
gas podría incrementar el dolor y la distensión en el
postoperatorio. Es de considerar esperar hasta una
semana para la introducción de avena, arroz, quínoa así
como plátano, piña y moras. Alimentos como cebolla,
champiñones, manzanas, melón y duraznos deberán
ser introducidos posteriormente (13). La fibra reduce la
absorción del ácido desoxicólico, el cual incrementa la
capacidad de formación de litos (1).
carbonatadas, sulfatadas y adicionadas con calcio, las
cuales pueden favorecer la formación de litos (13);
debemos considerar que el hecho de no contar con el
reservorio natural no implica necesariamente el riesgo
nulo de desarrollar litos de novo en el resto de la vía
biliar (14).
Finalmente, otros alimentos que deben considerarse en
la prevención primaria son: el café, estudios prospectivos
hallaron una disminución del 40% del riesgo para
desarrollar colelitiasis; vitamina C, su deficiencia se ha
asociado con litiasis vesicular en múltiples estudios;
vitamina E, su suplementación podría reducir el riesgo
de formación de litos en la vía biliar (1).
Entre los alimentos que pueden ayudar a la actividad
hepática principalmente se menciona a la alcachofa;
contrariamente, el alcohol, el chocolate y el azúcar
refinado deberían ser preferentemente eliminados de
la dieta (13).
CONCLUSIONES.
A largo plazo, el manejo posquirúrgico no solamente se
basa en la nutrición. Se debe brindar educación a los
pacientes para concientizarlos acerca del control de
peso basado en la actividad física constante y en una
alimentación balanceada y saludable, de la mano de su
nutriólogo. El plan de alimentación debe incluir comidas
pequeñas y frecuentes, carne baja en grasa, alta cantidad
de fibra tanto soluble como insoluble; es conveniente
evitar azúcares refinados así como bebidas
Los cambios, tanto anatómicos como fisiológicos posteriores
a una cirugía, sea con carácter electivo o de
urgencia, son de gran importancia en el metabolismo
de las personas y presuponen un reto tanto a corto
como a largo plazo en su manejo integral, en el cual el
nutriólogo, como punta de lanza en la prevención
primaria y secundaria, deberá no solamente poseer el
conocimiento necesario sino el criterio suficiente que
es aportado por un empirismo basado en la ciencia
descrita. Los invitamos por tanto, a continuar actualizándose
e incrementando la conciencia del cuidado de
los pacientes posquirúrgicos desde el enfoque nutricion.
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