Bera NUM5 FINALc
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Las comunidades, las organizaciones y los países han
fallado en explorar suficientemente soluciones sustentables
para hacer frente a los temas de seguridad
alimentaria, pérdida de la biodiversidad y los retos
ambientales. (United Nation, 2013)
Los nuevos desafíos, como el cambio climático, la
sostenibilidad ambiental y los rápidos cambios tecnológicos,
están transformando el sistema alimentario y
plantean interrogantes sobre cómo alimentar a la
creciente población mundial de forma sustentable.
La sustentabilidad es un tema de creciente importancia,
cuyo significado implica la promulgación de prácticas
que cumplan las necesidades de la sociedad mientras
se protegen las bases físicas de nuestra supervivencia
a largo plazo: nuestro ambiente. No podemos tener un
suministro de seguridad alimentaria a menos que
nuestro suministro de comida sea sustentable. (The
Nutrition Source, 2015)
Las dietas sostenibles pueden suponer el consumo de
alimentos que sea respetuoso con el clima y con los
sistemas alimentarios basados igualmente en la nutrición
donde se le de prioridad a alimentos orgánicos,
locales, estacionales, relativamente sin procesar y
basados en plantas. (Burlingame, B., 2012).
En el año 2010, la FAO dirigió un esfuerzo para desarrollar
la siguiente definición consensuada de “dietas
sostenibles”: aquellas dietas con bajo impacto ambiental
que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional
y a vidas saludables para las generaciones
presentes y futuras. Las dietas sostenibles protegen y
respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente
aceptables, accesibles, económicamente
justas y asequibles, son nutricionalmente adecuadas,
seguras y saludables, y optimizan los recursos naturales
y humanos. Aunque elaborada, esta definición refleja
el reconocimiento de que la salud de los seres humanos
no puede dejar de lado la salud de los ecosistemas
(Burlingame et al., 2012).
En el año 2012, la FAO definió a la seguridad alimentaria
como una situación que permite asegurar que todas las
personas tengan en todo momento acceso físico y
económico a los alimentos que necesitan; para ello, se
debe asegurar una producción adecuada de alimentos,
conseguir la máxima estabilidad en sus flujos y garantizar
el acceso a los alimentos disponibles por parte de
quienes lo necesitan. (Morón, C. y Schejtman, A., 2012)
Con estas definiciones, podemos considerar que el
actual sistema agrícola mundial está produciendo
suficientes alimentos para alimentar al planeta, pero el
acceso y el consumo de alimentos suficientes que sean
culturalmente aceptables, asequibles y nutritivos, se
convierte en un desafio. (Council, 2011; McGuire, 2013)
Recientemente, en el año 2019, la Comisión EAT-Lancet
sobre Dietas Saludables y Sistemas Alimentarios
Sostenibles (EAT-Lancet) publicó una nueva dieta de
referencia global. Este patrón de alimentación fue desarrollado
para promover la salud humana mientras se
mantiene dentro de la capacidad de carga ecológica del
planeta. La adopción de este patrón de alimentación,
además de frenar el desperdicio mundial de alimentos
y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos de la
agricultura, podría contribuir a lograr un sistema
alimentario mucho más sostenible para el 2050 (Willet,
2019).
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