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HISTOCOMIX "PRAT" Capítulo 2

Histocomix "PRAT" Capítulo 2, La transformación del Hombre, en Líder y Héroe Nacional.

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Investigación, texto e ilustraciones: historiador y profesor Christian Olivares S.<br />

Proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales<br />

©2021, Christian Olivares Salas<br />

©De esta edición:<br />

2021, Fundación “Mar de Chile”<br />

ISBN: 978-956-09365-1-6<br />

Inscripción N°146.479 y N°156.180<br />

Impreso en Quilicura Impresores, Santiago de Chile.<br />

Ejemplar gratuito, prohibida su venta y reproducción total o parcial.<br />

Todos los derechos reservados.


Luego de castigar duramente a Valparaíso, los buques españoles<br />

abandonaron las costas de Chile. La flota chileno-peruana<br />

regresó al puerto chileno. Al mismo tiempo se unieron las<br />

nuevas y flamantes naves de la guerra del Perú:<br />

los poderosos blindados “Huáscar” e “Independencia”.<br />

Son unos<br />

colosos de<br />

acero, mi<br />

Comandante.<br />

Imponentes,<br />

teniente Prat.<br />

En septiembre se produjo un motín a bordo de<br />

la corbeta peruana “Unión”. Rápidamente se<br />

enviaron botes tripulados desde la “Esmeralda”<br />

y la “Covadonga”, con los tenientes Latorre y<br />

Prat, con la misión de sofocar la rebelión.<br />

Prat abordó la nave sin mando.<br />

Señores, vengo a<br />

establecer el orden en esta<br />

nave, así es que les recomiendo<br />

que depongan sus armas.


Tiempo después se avistó a la barca “Thalaba”,<br />

la que traía pertrechos para la escuadra<br />

española. Rápidamente, la “Covadonga” inició<br />

su caza.<br />

Luego de una breve persecución, la<br />

nave fue capturada. Arturo Prat la<br />

abordó, tomando el control.<br />

Finalmente, Prat<br />

pudo reunirse<br />

con su familia.<br />

Hijo mío.<br />

Y al mismo tiempo, el joven oficial<br />

visitó a Carmela Carvajal...<br />

¡Arturo, que<br />

alegría!<br />

Pero<br />

mira cómo has<br />

cambiado. Te<br />

ves realmente<br />

bien.<br />

Hola<br />

mamá .<br />

¿Qué te parece?<br />

Ya parezco un<br />

Comandante. Sólo me<br />

falta una nave como la<br />

“Esmeralda”.<br />

Sé que te gustan las<br />

rosas, así que te he<br />

traído estas.<br />

Están<br />

hermosas.


La carrera naval de<br />

Arturo Prat continuó<br />

durante los próximos<br />

años con una serie de<br />

viajes al archipiélago<br />

de Juan Fernández, al<br />

Estrecho de Magallanes<br />

y a la isla de Pascua,<br />

todos a bordo de la<br />

nueva corbeta de la<br />

Armada: la “O’higgins”.<br />

En noviembre de 1867 se<br />

celebró en el país el<br />

segundo aniversario del<br />

combate de Papudo, y la<br />

familia de Prat se reunió<br />

para homenajearlo a él<br />

y a Luis Uribe.<br />

Felicidades,<br />

muchachos... nuestros<br />

héroes navales.<br />

Ja,ja,ja<br />

Carmela Carvajal entregó<br />

discretamente un presente<br />

a Prat, junto con un sobre<br />

imitando encaje.<br />

Gracias,<br />

Carmelita.


Hacia julio de 1868<br />

llegó la noticia del<br />

violento terremoto<br />

ocurrido en las costas<br />

del sur del Perú, el cual<br />

destruyó la localidad<br />

de Arica. Rápidamente,<br />

zarpó el vapor “Maipú”<br />

con socorros y ayuda.<br />

Entre los oficiales que<br />

partían se encontraba<br />

Arturo Prat.<br />

Al mismo tiempo, el bisoño Teniente de 21 años comenzaba<br />

a demostrar especiales dotes para la defensa legal de<br />

sus semejantes. Así, con verdadera pasión por la justicia,<br />

en octubre de ese año, y ante el Consejo de Guerra<br />

reunido, Prat defendió al ingeniero de la “Covadonga”,<br />

Ricardo Owen, acusado de desobediencia.<br />

...con esto y<br />

las razones que he<br />

tenido el honor de<br />

someter a vuestra<br />

consideración, creo<br />

haber desvanecido toda<br />

idea de culpabilidad que<br />

se pudiera haber<br />

abrigado contra mi<br />

defendido.<br />

Una vez terminada la brillante<br />

intervención, hecha sin herir<br />

a nadie, el Consejo libró de<br />

toda culpa a Owen.<br />

Gracias,<br />

Prat. Estuvo<br />

imbatible.<br />

Felicidades,<br />

señor Owen.<br />

En diciembre las nuevas corbetas “O’higgins”<br />

y “Chacabuco”, junto a la vieja “mancarrona”,<br />

la “Esmeralda”, zarparon hacia el Perú a<br />

repatriar los restos del libertador O’higgins.<br />

Arturo Prat viajaba como<br />

oficial en la “O’higgins”.<br />

Miren, la<br />

“Esmeralda” se<br />

va quedando<br />

atrás.<br />

Mi vieja<br />

capitana.


De regreso a Chile, en<br />

febrero de 1869...<br />

Los oficiales peruanos<br />

nos recibieron de manera muy<br />

amable y guardando un gran<br />

respeto por nuestro almirante<br />

Blanco Encalada.<br />

No era para menos,<br />

Arturo... tenían al<br />

mismísimo “vencedor de<br />

la Covadonga”.<br />

No pudimos<br />

visitar durante mucho<br />

tiempo Lima, pero pude<br />

por ahí acordarme de la<br />

señorita Carvajal,<br />

así que te traje<br />

esto.<br />

Pero Arturo... es un<br />

regalo precioso.<br />

Mira este costurero y...<br />

esta hermosa cruz de<br />

plata.<br />

¿Cómo podría<br />

agradecértelo?<br />

Espera un instante.<br />

Carmela Carvajal<br />

regresó con un<br />

valioso regalo para<br />

Prat: un hermoso<br />

retrato de ella.<br />

Bah, Carmelita, estás<br />

preciosa, igual que<br />

siempre. Lo atesoraré<br />

para toda la vida.<br />

No salgo muy<br />

bien, pero...


En septiembre de 1869 Prat<br />

es ascendido a Teniente 1°,<br />

siendo destinado a la<br />

“O’higgins”, donde decide<br />

completar sus estudios<br />

preparando con dedicación<br />

las materias para rendir<br />

los exámenes de Bachiller<br />

en Humanidades.<br />

Si quiero cumplir<br />

mi sueño de estudiar la<br />

carrera de Derecho, debo<br />

dar este primer paso.<br />

Así, en agosto de 1871<br />

obtiene su Bachillerato.<br />

Señor Teniente, ha<br />

rendido exitosamente<br />

sus exámenes.<br />

Felicitaciones.<br />

Gracias, señor<br />

profesor.<br />

Lo<br />

lograste,<br />

hijo.<br />

Gracias, gracias.<br />

Ahora sí tengo la<br />

posibilidad de ingresar a<br />

la universidad a estudiar<br />

Derecho.<br />

Bravo,<br />

Arturo.<br />

Arturo Prat es destinado al cuerpo docente de la<br />

Escuela Naval, la que funcionaba en la “Esmeralda”...<br />

Bienvenido,<br />

mi teniente<br />

Prat.<br />

¡Ignacio<br />

Serrano! ¡Qué<br />

alegría verlo,<br />

señor!


En noviembre de ese año, la<br />

“Esmeralda” se trasladó hacia<br />

Mejillones, en el litoral norte,<br />

para defender los intereses de<br />

los ciudadanos chilenos frente<br />

a algunos políticos bolivianos<br />

que causaban disensiones.<br />

Durante esta estación, Prat desempeñó a<br />

bordo el cargo de profesor de Ordenanza<br />

Naval, enseñando a los escasos alumnos<br />

de la Escuela Naval las teorías de Derecho<br />

Público y Administrativo.<br />

En marzo la “Esmeralda” regresó a Valparaíso, donde<br />

el director titular de la Escuela Naval, comandante<br />

Luis Alfredo Lynch, debió ausentarse.<br />

Mi teniente Prat,<br />

lo han nombrado<br />

Comandante de<br />

nuestra...<br />

...“mancarrona”<br />

y director<br />

accidental de la<br />

escuela.<br />

Así es,<br />

Ignacio. Y ya<br />

tengo un<br />

nuevo curso<br />

para tí.<br />

Te he propuesto<br />

como profesor<br />

de Cosmografía<br />

e Hidrografía.<br />

¿Cosmografía?<br />

¡Hombre! Tendré que<br />

repasar mis antiguos<br />

apuntes de la<br />

escuela.<br />

Sin abandonar sus deberes en<br />

la “Esmeralda”, Prat continuó<br />

en su firme propósito de<br />

realizar estudios de Derecho,<br />

solicitando al Consejo<br />

universitario rendir diferentes<br />

exámenes como alumno libre.


Prat soñaba con contraer<br />

matrimonio con Carmela<br />

Carvajal pero, según<br />

parece, su escaso sueldo<br />

era un obstáculo.<br />

Jorge,<br />

no puedo formalizar el<br />

compromiso mientras no<br />

obtenga mi ascenso. No<br />

podría darle a ella una<br />

vida digna .<br />

Con su permiso,<br />

señores Prat y<br />

Montt, pero traigo<br />

importantes noticias.<br />

¿Cómo?<br />

Me estás<br />

bromeando,<br />

Ignacio.<br />

Me acaban de<br />

informar de tu<br />

próximo ascenso, mi<br />

comandante Prat.<br />

No, para nada,<br />

amigo mío. A<br />

mediados de<br />

febrero ya<br />

serás Capitán de<br />

corbeta.<br />

¡Felicidades!<br />

Mira, Arturo. Creo<br />

que ya no tienes<br />

barreras para tu<br />

mayor anhelo<br />

¡Esto es<br />

espectacular!


Sin pérdida de tiempo,<br />

Arturo Prat se<br />

comprometió con el<br />

amor de su vida...<br />

Carmelita,<br />

acompáñame...<br />

camina conmigo el<br />

resto de la vida.<br />

¿Quisieras casarte<br />

con el “vencedor de<br />

la Covadonga”?<br />

Es lo único<br />

que mi alma desea, mi<br />

amor. Ser la esposa de<br />

Arturo Prat. ¡Por<br />

supuesto que sí!<br />

Henchido de alegría, el joven Oficial regresó<br />

a sus quehaceres en la Escuela Naval, pero...<br />

Mi Comandante, acaba<br />

de llegar un mensaje de<br />

su madre. Lo solicita<br />

urgente. Es su padre.<br />

¡¿Mi padre?!<br />

Don Agustín Prat había sufrido un nuevo y definitivo ataque de parálisis. Prat sólo pudo<br />

presenciar su lenta agonía. Con el correr de los días su respiración fue haciéndose<br />

corta y apagada, concluyendo su existencia el<br />

3 de febrero de 1873.


El dolor de la pérdida<br />

de su padre hizo<br />

fortalecer aún más su<br />

convicción de prodigar<br />

cuidados sentimentales<br />

y económicos a su madre.<br />

Carmelita, no<br />

dejaré que mi mamá<br />

se quede sola.<br />

No, Arturo. Ella<br />

nos tendrá y vivirá<br />

con nosotros.<br />

Sobreponiéndose a las<br />

circunstancias, Prat continuó<br />

con sus deberes navales y, al<br />

mismo tiempo, no descuidó sus<br />

exámenes de Derecho.


Y luego de ascendido a Capitán de corbeta<br />

graduado, el 5 de mayo de 1873 Arturo Prat y<br />

Carmela Carvajal contrajeron matrimonio en<br />

la iglesia del Espíritu Santo de Valparaíso, siendo<br />

bendecidos por el presbítero José Francisco Salas.<br />

Quillota y las termas de Cauquenes<br />

acompañaron a los recién casados<br />

en su luna de miel.<br />

De regreso a Valparaíso, el capitán Prat<br />

debió abordar un transporte con destino<br />

a Mejillones, donde se hallaba la<br />

“Esmeralda”.<br />

La estadía en el litoral norte<br />

se hace nostálgica y aburrida.<br />

Sólo el piano del cirujano de<br />

la “Esmeralda” ameniza un poco<br />

las largas estaciones.


El retorno a Valparaíso ya se hace inminente, y<br />

Prat escribe a Carmelita:<br />

“A veces me parece mentira que voy a llegar a<br />

Valparaíso... a arrojarme en tus brazos...<br />

estrecharte contra mi pecho... oprimir tus labios<br />

y... beber y aspirar tu alma en tus ojos”.<br />

Ella responde con una gran noticia.<br />

¡ Dios mío! ¡Voy<br />

a ser papá! ¡Ja,<br />

ja!<br />

Por fin los esposos vuelven a<br />

reunirse en octubre.<br />

Y el 5 de marzo de 1874 nace Carmela de la<br />

Concepción, la primogénita de los Prat Carvajal.<br />

Casi un mes después la pequeña es bautizada<br />

en la parroquia del Espíritu Santo por el<br />

presbítero José Francisco Salas.<br />

La “Esmeralda” debió surcar<br />

una vez más por las aguas<br />

chilenas con destino a<br />

Mejillones. Prat debió partir<br />

con un dejo de preocupación,<br />

ya que su hija se hallaba<br />

enferma. Había nacido frágil<br />

desde un comienzo, debido<br />

a molestias con una<br />

especie de hernia<br />

umbilical, lo que se sumaba a<br />

diarreas y fiebres.


La soledad y la lejanía acompañan a los marinos de la vieja<br />

capitana. Sólo la llegada del correo trae noticias e<br />

informaciones.<br />

Pero para el joven Capitán estas<br />

son poco alentadoras. La salud<br />

de su pequeña, lenta pero<br />

inexorablemente, ha ido<br />

decayendo, aumentando con la<br />

distancia el calvario de los padres.<br />

La inquietud se<br />

está posesionando de mí,<br />

Ignacio. Estando aquí ni<br />

siquiera puedo ver a mi<br />

niña.<br />

¿Y Carmelita,<br />

Arturo?<br />

La pobre se angustia<br />

pensando en que yo puedo<br />

culparla por la enfermedad de<br />

la pequeña. Pero ni por un solo<br />

instante se me ha cruzado ese<br />

pensamiento .<br />

Con un gran esfuerzo, Prat<br />

aparenta en sus cartas a<br />

Carmelita serenidad y<br />

optimismo, tratando de infundir<br />

confianza en el futuro.


Por fin la estación de Prat<br />

en Mejillones concluye.<br />

Ahora sólo debe esperar su<br />

relevo que viene en la<br />

“Abtao”. Mas el buque no<br />

aparece en el horizonte del<br />

litoral nortino.<br />

Tendré que<br />

esperar un día<br />

más.<br />

Su compañera se encuentra<br />

totalmente atribulada, y él<br />

intenta devolverle la<br />

esperanza en una carta el<br />

6 de diciembre: “...ten<br />

paciencia, mi Carmela, que<br />

no hay mal que por bien<br />

no venga, y pronto nos<br />

hallaremos sanos,<br />

reunidos y contentos,<br />

viendo las gracias de<br />

nuestra hijita y<br />

gozando en tus ojos<br />

la incomparable<br />

dulzura de tu alma”.<br />

Después de una maratónica espera, por fin llega la “Abtao”.<br />

Pero trae una carta de Carmela, fechada en 2 de diciembre,<br />

llena de desolación: ”Arturo de mi corazón: nuestro querido<br />

angelito sigue muy mal, muy mal; siento que mi corazón<br />

desfallece de dolor para sostenerle... si te fuera posible<br />

venirte... sería mi único consuelo. No desesperes mi bien, piensa<br />

en tu infeliz Carmela”.<br />

Sin demora, Prat responde:<br />

“Acabo de recibir tu carta,<br />

que me ha partido el<br />

corazón... no desespero,<br />

Dios salvará nuestro<br />

primer hijo, el fruto de<br />

nuestro amor... no tengo<br />

calma para escribirte más.<br />

Dios nos tenga en su<br />

mano”.<br />

El “Abtao” zarpó el 14 de diciembre. Durante la<br />

travesía, Prat recibió una nota de condolencia<br />

de su amigo Juan José Latorre. La esperanza<br />

había muerto en el viaje de regreso.<br />

Había comprendido que la carta escrita por su<br />

mujer le daba a entender la muerte de su hija...


Lleno de tristeza, escribió al pie<br />

de la carta de Carmela:<br />

Los jóvenes esposos debieron<br />

enfrentar la cruel realidad, y<br />

sólo el profundo amor que se<br />

profesaban les permitió salir<br />

adelante.<br />

Nuestra niña<br />

siempre estará en<br />

nuestro<br />

corazón, mi<br />

amor.<br />

Sobreponiéndose a la<br />

adversidad con ánimo,<br />

valor y una gran fuerza<br />

espiritual, Prat continuó<br />

con sus deberes como<br />

Oficial de la Armada y, al<br />

mismo tiempo, con sus<br />

estudios, robándole<br />

horas al sueño durante<br />

noches enteras.<br />

Por fin todo este sacrificio<br />

se vio recompensado con la<br />

obtención del diploma de<br />

Bachiller en Leyes y Ciencias<br />

Políticas.<br />

En enero de 1875, Arturo Prat es<br />

designado para defender a su<br />

amigo de la niñez, el teniente 1°<br />

Luis Uribe, quien se encontraba<br />

recluido en el pontón Thalaba...


Durante el año de 1874 había sido enviada una misión<br />

naval a inspeccionar la construcción en desarrollo<br />

de blindados para la Armada de Chile en Inglaterra.<br />

Encabezaba dicha misión el contralmirante José<br />

Anacleto Goñi. Entre sus<br />

oficiales figuraba como su<br />

ayudante Luis Uribe.<br />

En el Reino Unido conoció a una<br />

joven viuda de apellido Morley,<br />

con quien entabló una relación<br />

seria. Entusiasmado, se dispuso a<br />

solicitar la autorización de Goñi<br />

para contraer matrimonio.<br />

Pero su jefe había recibido<br />

malos informes respecto de<br />

la reputación de la dama en<br />

cuestión.<br />

Teniente Uribe, no<br />

apruebo ni apoyo su<br />

solicitud. Elévela si así lo<br />

desea. Pero le advierto<br />

que haré lo posible<br />

para que no sea<br />

autorizado.<br />

El joven enamorado, no<br />

obstante la negativa de Goñi,<br />

elevó su solicitud. Su superior la<br />

retuvo sin explicar sus razones,<br />

ante lo cual Uribe decidió<br />

contraer matrimonio con la<br />

viuda Morley bajo la ley inglesa.


Al tomar conocimiento<br />

del matrimonio sin el<br />

permiso reglamentario,<br />

Goñi, considerando que<br />

hacía lo correcto,<br />

sancionó con dureza la<br />

falta de Uribe,<br />

despojándolo de su<br />

grado. A esto se sumó<br />

su envío a Chile con<br />

cargo a sus exiguos<br />

haberes, siendo sometido<br />

a Consejo Naval.<br />

El enamorado Teniente<br />

solicitó la ayuda de su<br />

amigo para su defensa.<br />

He estudiado<br />

detenidamente los<br />

antecedentes, Lucho. El<br />

1 abril me presentaré a<br />

defender tu causa ante<br />

el Consejo Naval.<br />

Y así...<br />

Mi defendido,<br />

seguro de la rectitud<br />

de su conducta y de<br />

la honorabilidad de<br />

sus jueces, no quiere<br />

una inmunidad que no<br />

necesita.<br />

Quiere que la<br />

verdad sea<br />

conocida y vuestra<br />

justicia brille.<br />

Señores, el teniente<br />

Uribe, en el uso de su<br />

derecho perfecto,<br />

elevó su solicitud de<br />

matrimonio que le fue<br />

detenida sin causa<br />

legal.<br />

...juzgue<br />

ahora el Consejo si<br />

el teniente Uribe es<br />

culpable de los<br />

acontecimientos que este<br />

proceso evidencia y, no siéndolo,<br />

si tienen alguna excusa los<br />

procedimientos excepcionales<br />

que con él se han<br />

empleado.


Tomando en<br />

cuenta todas las<br />

circunstancias, yo, a nombre<br />

del derecho desconocido, de<br />

la justicia hollada, os pido para<br />

mi defendido, como la única<br />

reparación posible, completa<br />

absolución, libertad y<br />

reposición inmediata<br />

de su empleo.<br />

Con<br />

declaración de<br />

que jamás lo ha<br />

perdido, e igualmente<br />

una declaración que<br />

exprese debérsele<br />

de abono todos los<br />

sueldos desde el<br />

1 de abril de 1874.<br />

La manera sólida y gallarda como presentó<br />

Prat la defensa de Uribe dio resultado, dando<br />

el Consejo su veredicto: la absolución plena.<br />

¡Felicidades,<br />

Lucho!<br />

¡Gracias, mi<br />

amigo! Confiaba<br />

ciegamente en tu<br />

defensa, Arturo.<br />

Prat siguió con la misma<br />

energía sus obligaciones<br />

como segundo Comandante<br />

de la “Esmeralda”, junto con<br />

no disminuir la preparación<br />

de sus exámenes de abogacía.<br />

Apoyándolo en todo<br />

momento se mantuvo<br />

Carmela Carvajal.


Durante sus estudios en la Biblioteca<br />

Nacional, entabló una férrea amistad con<br />

el estudiante de leyes Ernesto Riquelme.<br />

Usted<br />

es increíble, capitán<br />

Prat. No sé de donde<br />

saca energías para<br />

preparar sus exámenes<br />

con tanta dedicación.<br />

Pero el esfuerzo<br />

pasó la cuenta y<br />

Prat enfermó la<br />

última quincena de<br />

mayo de 1875.<br />

Obtuvo licencia y se<br />

mantuvo en reposo<br />

en su hogar,<br />

afectado por<br />

fiebres.<br />

El día 24, la inclemencia del tiempo se posó<br />

sobre Valparaíso y un poderoso temporal se<br />

dejó caer con fuerza, azotando las<br />

embarcaciones que se encontraban en la bahía.<br />

Olas gigantescas empujaron al<br />

vapor “Valdivia” contra la<br />

corbeta “Esmeralda”. La vieja<br />

“mancarrona” cortó su cadena,<br />

quedando a la deriva. Así, la<br />

fuerza del mar la hizo chocar<br />

contra el “Maipú”...<br />

Llegó a bordo de la<br />

nave su comandante,<br />

Luis Alfredo Lynch.<br />

¿Qué pasó con<br />

la maniobra de<br />

fondo?


Las noticias de la posible ida a pique de<br />

la “Esmeralda” llegaron al hogar de<br />

Arturo Prat.<br />

Debo<br />

ir, Carmelita. Es mi<br />

deber como segundo<br />

Comandante de la<br />

nave.<br />

Mi amor,<br />

tengo que<br />

hacerlo. Es lo<br />

correcto.<br />

Pero<br />

Arturo,<br />

estás con<br />

fiebre.<br />

Al llegar al puerto, Prat pudo contemplar<br />

la angustiosa situación...<br />

¡Rayos, la<br />

“Esmeralda”<br />

quebró su bauprés<br />

y su trinquete se<br />

fue abajo!<br />

¡ Necesito<br />

que alguien<br />

me lleve a la<br />

“Esmeralda” !<br />

¡ Naiden lo va a<br />

llevar con esas<br />

tremendas olas<br />

poh jefe !<br />

Bien, iré solo<br />

entonces.<br />

¡`Tá mal de<br />

la cabeza,<br />

ñor!<br />

¡`Ta’ loco,<br />

patrón!<br />

Prat se embarcó en un bote y,<br />

cuando se disponía a remar, un<br />

marino, admirado por su<br />

ejemplo, se le sumó...<br />

¡ Espere,<br />

que yo lo<br />

llevo !<br />

El violento oleaje<br />

impedía a la pequeña<br />

embarcación<br />

aproximarse a la<br />

vieja capitana.


Luchando de manera ardua contra la<br />

tempestad, se logró la varazón en la<br />

playa El Almendral. Rápidamente, y sin<br />

descanso, la tripulación aseguró la nave<br />

mediante firmes cordajes y amarras...<br />

Días después, la vieja<br />

corbeta fue zafada de<br />

las arenas para poder<br />

ser reparada. La nave<br />

no se había querido<br />

hundir; la lucha de Prat<br />

y la tripulación lo<br />

habían impedido.<br />

Es<br />

increíble,<br />

Prat. Su serenidad<br />

ante el peligro<br />

ha sido<br />

providencial.<br />

Así<br />

es, comandante<br />

Lynch. La “Esmeralda”<br />

no merecía irse a pique<br />

o acabar así su vida útil.<br />

Lo felicito una vez más<br />

en su carrera,<br />

Prat.<br />

Gracias, mi<br />

comandante<br />

Williams.<br />

Gracias a Dios se<br />

ha podido salvar<br />

nuestra vieja<br />

“mancarrona”.<br />

La Escuela Naval se trasladó al “Ancud” y<br />

Arturo Prat volvió a la dirección accidental<br />

de la misma, ya que el comandante Lynch fue<br />

sometido a juicio por el accidente de la nave.


Mientras, Prat desempeña interinamente los cargos<br />

de Lynch, le guarda con resolución sus espaldas y<br />

elogia su jefatura, apoyándolo y defendiéndolo<br />

en forma abierta y decidida.<br />

El director<br />

Lynch ha<br />

impulsado con<br />

entusiasmo en<br />

todo momento<br />

la...<br />

...mantención y<br />

mejoramiento<br />

académico de la<br />

Escuela Naval.<br />

Finalmente, el resultado del<br />

juicio contra Lynch le<br />

resulta favorable, evitando<br />

ser sancionado.<br />

Bienvenido, mi<br />

Comandante.<br />

Por esos mismos días, Prat asiste a la graduación<br />

como guardiamarina de Ernesto Riquelme, aquel<br />

estudiante de leyes que, inspirado por la potente<br />

personalidad de Prat, ingresara a la Escuela Naval.<br />

Felicidades,<br />

guardiamarina Riquelme.<br />

Sus notas han sido<br />

sobresalientes.<br />

No te preocupes,<br />

Riquelme, que siempre<br />

me pondré delante<br />

de mi comandante<br />

Prat...<br />

Gracias, mi<br />

Comandante.<br />

Usted ha sido un<br />

gran ejemplo.<br />

...por si le disparan,<br />

y si el golpe no se<br />

lo dan en la cabeza,<br />

la bala me matará a<br />

mi primero.<br />

¡Ja,ja,ja!


La amistad con el futuro<br />

presidente de la Républica,<br />

Jorge Montt, era casi de<br />

hermanos. El carisma de Prat<br />

acogía amistosamente la timidez<br />

de su compañero de armas.<br />

Jorge, Carmelita me ha<br />

informado que Leonor Frederick<br />

ha aceptado recibirte en una visita<br />

en casa de sus padres.<br />

¿Y qué voy a decir,<br />

Arturo? Cuando estoy<br />

frente a ella no me sale<br />

ni una sola palabra<br />

cuerda.<br />

Vamos,<br />

hombre, ánimo y valor.<br />

Mantén la calma y más que<br />

nada sé tu mismo. No<br />

uses máscaras de<br />

ningún tipo.<br />

El idilio, siempre “piloteado” por<br />

Carmela de Prat, tendría un feliz<br />

final con el futuro matrimonio de<br />

los Montt Frederick.<br />

La carrera de Prat por titularse como abogado llegó<br />

a su meta el 31 de julio de 1876, día en que debía<br />

presentarse a la Corte Suprema a rendir su examen.<br />

Pero...<br />

Señor, lamento<br />

informarle que hoy la<br />

Corte ha decidido no<br />

escuchar exámenes. Deberá<br />

regresar en otra<br />

oportunidad.<br />

No puede ser,<br />

yo estaba citado<br />

para hoy día y<br />

no soy de<br />

Santiago.<br />

Debo rendir el<br />

examen hoy. Por<br />

favor, insisto en<br />

que me reciba el<br />

Presidente del<br />

tribunal.


Fue recibido por<br />

el presidente de<br />

la Corte, el exmandatario<br />

Manuel Montt.<br />

Por razones<br />

de mi cargo como<br />

Subdirector de la Escuela<br />

Naval, la disposición de<br />

tiempo que tengo es<br />

severamente<br />

limitada.<br />

Le ruego<br />

a usted me<br />

permita rendir<br />

hoy mi<br />

examen.<br />

Capitán Prat, su petición<br />

es totalmente razonable.<br />

Puede entrar a rendir usted<br />

su examen. Yo dispondré lo<br />

pertinente.<br />

Aliviado y agradecido,, el joven<br />

Oficial se dirigió a la sala...<br />

Señor, tenga usted<br />

a bien entregarme su<br />

espada. Recuerde que<br />

nadie puede entrar<br />

armado a la sala de<br />

la Corte.<br />

¡Ah, es<br />

verdad, tiene<br />

usted razón!<br />

Aquí la<br />

tiene,<br />

señor.


Prat rindió su examen<br />

reglamentario y obtuvo<br />

finalmente su ansiado título<br />

de abogado, demostrando<br />

una excelente preparación y<br />

sólido criterio jurídico, lo<br />

que le permitió ser aprobado<br />

por unanimidad.<br />

De esta manera, coronaba<br />

exitosamente sus esfuerzos,<br />

constituyéndose en el primer<br />

Oficial de marina abogado.<br />

No me canso de<br />

dar gracias a<br />

Dios, Arturo.<br />

Todo esto es el<br />

premio a tu<br />

esfuerzo.


Estableció su estudio en el edificio del Banco Consolidado, en Valparaíso, junto<br />

a la oficina del abogado Joaquín Larraín. Al mismo tiempo, luego que la Escuela<br />

Naval fuera clausurada, Prat fue nombrado ayudante de la Gobernación Marítima<br />

de Valparaíso, en donde se aprovecharon sus conocimientos jurídicos y así, en<br />

un corto pero fructífero tiempo, cooperó estrechamente en la reorganización<br />

del ámbito jurídico y judicial de la Armada.<br />

Pero la vocación naval de Prat era inmensa, y Carmela Carvajal,<br />

que tenía esperanzas de que su esposo dejará la Armada para<br />

dedicarse a la abogacía, se vio frustrada.<br />

Pero el sacrificio<br />

será mayor Arturo.<br />

Llegar a ser abogado y<br />

marinero demanda un<br />

mayor empeño.<br />

La idea de abandonar<br />

la Marina me es antipática,<br />

Carmelita. Sólo empujado<br />

por poderosas razones me<br />

decidiría a hacerlo.<br />

Arturo.


Mi<br />

amor, tengo la<br />

convicción de<br />

que...<br />

No<br />

tengo ninguna mezquina<br />

ambición, ni los honores ni la<br />

gloria me arrastran, pero creo que<br />

puedo servir a mi país tanto del<br />

uno como del otro modo.<br />

...puedo hacer<br />

las dos cosas:<br />

marino y<br />

abogado.<br />

Por eso<br />

te quiero<br />

tanto.<br />

Y el 11 de septiembre de 1876<br />

la alegría volvió a llenar<br />

el hogar de los Prat<br />

Carvajal con el nacimiento<br />

de su segunda hija, Blanca<br />

Estela.<br />

Casi un año después, Prat recibía<br />

los galones de capitán de fragata,<br />

junto a sus amigos Jorge Montt<br />

y Juan José Latorre.


Un gran amigo suyo, quien<br />

recién contrajera<br />

matrimonio, es destinado<br />

a la “O’higgins” para zarpar<br />

a Punta Arenas a defender<br />

de los insurrectos al<br />

Gobernador Dublé Almeyda.<br />

Así es, Arturo.<br />

Tendré que partir de<br />

inmediato, dejando<br />

sola a la pobre de mi<br />

esposa. Imagínate,<br />

recién casados...<br />

Creo tener la<br />

solución. Yo me<br />

ofreceré para<br />

sustituirte.<br />

No, no podría<br />

aceptar tu ofrecimiento,<br />

mi amigo. Te lo<br />

agradezco sinceramente,<br />

pero la obligación<br />

es mía.<br />

A motu propio, Prat se ofrece solidariamente<br />

a reemplazarlo en el mando, recurriendo ante<br />

el Comandante General de Marina.<br />

Yo puedo<br />

ir. Es lo<br />

correcto.<br />

Capitán Prat,<br />

las órdenes<br />

ya han sido<br />

despachadas.


Durante 1878 interviene<br />

ante las autoridades,<br />

tratando de lograr un<br />

mejoramiento de grado<br />

de dos compañeros<br />

i n j u s t a m e n t e<br />

postergados.<br />

Uribe y Garrao<br />

son los únicos oficiales<br />

de nuestro curso que<br />

permanecen, creo, desde<br />

hace 10 años, en el<br />

rango de Tenientes.<br />

Es necesario<br />

influir para el<br />

ascenso de<br />

ambos oficiales.<br />

Sin<br />

el veinticinco por<br />

ciento, sin gratificación<br />

de mesa y con mujer e hijos<br />

ya puede Ud. calcular qué<br />

penurias no pasarán, cuando<br />

las pasa uno estando en<br />

mejor condición.<br />

En junio de ese mismo año, se hace el ánimo<br />

y el tiempo para desempeñarse gratuitamente<br />

como profesor en la escuela nocturna para<br />

adultos “Benjamín Franklyn” de Valparaíso.


¿Cómo se hace<br />

el tiempo para<br />

todo lo que hace,<br />

Capitán?<br />

Profesor,<br />

marino,<br />

abogado.<br />

Realmente<br />

agradezco su<br />

tiempo.<br />

Soy yo quien le<br />

agradece por<br />

aceptar mi<br />

ofrecimiento.<br />

No podía<br />

restarme a la<br />

obra que usted<br />

ha emprendido,<br />

señor director.<br />

Ésta tiene una<br />

humilde apariencia,<br />

pero puede ser de<br />

vastos resultados<br />

para el porvenir.<br />

Para mí es un<br />

honor alistarse<br />

bajo la bandera<br />

de la instrucción.<br />

Por esos días, la situación limítrofe de Chile con<br />

la Argentina pasaba por una verdadera crisis,<br />

debido a la disputa territorial por la Patagonia<br />

y el Estrecho de Magallanes.<br />

La necesidad de información era urgente, y al no<br />

existir legación chilena en Buenos Aires, se hizo<br />

necesario el envío de una persona capacitada hacia<br />

el país trasandino. Así, el 5 de noviembre de 1878<br />

Arturo Prat debió viajar hacia Santiago para<br />

reunirse con el canciller Alejandro Fierro...<br />

Comandante, los<br />

últimos incidentes en<br />

cuestión de límites con<br />

Argentina hacen<br />

necesaria una delicada<br />

misión en Uruguay.<br />

Necesitamos observar<br />

desde allí atentamente las<br />

medidas que nuestro<br />

vecino tome con respecto<br />

de la escuadra o el<br />

ejército.


Luego de recibir instrucciones detalladas y los viáticos<br />

indispensables, Prat estuvo listo para retirarse...<br />

Quizás sea una buena idea<br />

presentarse como abogado<br />

y escritor. Además, le<br />

sugiero que adopte una<br />

falsa identidad,<br />

Comandante.<br />

Hemos<br />

recibido de sus<br />

superiores las<br />

mejores referencias y<br />

el consejo de<br />

designarlo a usted para<br />

que realice esta misión,<br />

trasladándose a la<br />

brevedad a<br />

Montevideo.<br />

Iré donde se me ordene,<br />

señor Fierro; pero aquí<br />

como allá deseo ser siempre<br />

Arturo Prat Chacón.<br />

Haciendo una pequeña pausa<br />

antes de embarcarse, Prat se<br />

despidió de su familia. Carmela<br />

estaba próxima a dar a luz al<br />

tercer hijo del matrimonio.<br />

Tengo la esperanza<br />

de regresar antes del<br />

alumbramiento, mi amor.<br />

No<br />

te preocupes,<br />

tu madre y mi<br />

hermano estarán<br />

cerca de mí. Todo<br />

saldra bien,<br />

Arturo.<br />

Ojalá se<br />

parezca a tí,<br />

Carmelita.<br />

Yo pido porque<br />

sea igual a su<br />

padre, en todo.<br />

Me encantaría<br />

que tuviera el<br />

nombre de algún<br />

héroe famoso de<br />

la antigüedad.<br />

Espartano,<br />

quizás, o tal vez<br />

el del héroe de<br />

Troya, Héctor.


El día 6 de noviembre zarpaba con dirección<br />

a Punta Arenas, llevando consigo 386 libras<br />

esterlinas para gastos. Prat partía en medio<br />

de una ola de rumores sobre la posible<br />

captura, por parte de los argentinos, de la<br />

cañonera chilena “Magallanes”.<br />

Pero al llegar a la austral ciudad pudo<br />

observar como la “Magallanes” descansaba<br />

tranquilamente en la bahía sureña.<br />

Allí se reunió con el comandante<br />

de la nave: su amigo Jorge Montt.<br />

Pensé no encontrarlo<br />

aquí, señor Capitán. La<br />

prensa dice que usted<br />

fue apresado.<br />

Será un<br />

agrado,<br />

Jorge.<br />

Ja, ja.<br />

No tenía idea.<br />

¿Podrás almorzar<br />

en la cámara del<br />

comandante...<br />

...de la<br />

“apresada”<br />

“Magallanes” antes<br />

de proseguir tu<br />

viaje?<br />

Prat continuó su viaje y el 18 de noviembre<br />

llegó a Uruguay, alojándose en el hotel<br />

De la Paz. Comenzó a realizar sus primeros<br />

contactos, introduciéndose pausadamente<br />

en la sociedad de Montevideo, leyendo y<br />

revisando con mucha atención periódicos<br />

argentinos, uruguayos y chilenos.


Prosiguió con su misión, dirigiéndose dos veces a<br />

Buenos Aires, en donde pudo visitar la Casa Rosada,<br />

llegando incluso a conocer al presidente<br />

argentino Avellaneda. De igual forma, reunió<br />

importantes datos militares y navales referentes<br />

a un posible conflicto bélico con Chile, informando<br />

a su Gobierno y a su jefe y amigo, el almirante<br />

Juan Williams Rebolledo.<br />

Por esos días nacía en Chile el que sería el único<br />

hijo varón de Prat.<br />

Es igual a<br />

Arturo, Carmelita.<br />

¿Has pensado en su<br />

nombre?<br />

Su<br />

padre quería<br />

que lo llamara<br />

como el antiguo<br />

héroe de la Ilíada,<br />

Héctor.<br />

Pero he<br />

decidido<br />

bautizarlo<br />

como Arturo<br />

Héctor.<br />

El 6 de enero de<br />

1879 Prat recibió<br />

la “feliz nueva”,<br />

llenándose de<br />

júbilo.


El día 28 le llegaba la autorización para regresar a Chile, y así emprendió<br />

el retorno. Volvía con claras ideas en lo referente a un posible conflicto<br />

con Argentina. El gobierno trasandino estaba dispuesto a la guerra,<br />

pero no contaba con suficiente preparación, a lo cual se sumaba la<br />

excelente calidad de los marinos chilenos.<br />

Pero, repentinamente, los vientos de guerra cesaron en los mares australes,<br />

trasladándose a las desérticas costas nortinas de Chile. Bolivia había quebrantado<br />

el tratado de 1874 al aumentar los impuestos que se cobraban a las industrias<br />

chilenas de la zona. Éstas, al no pagar, fueron embargadas y llamadas a remate.<br />

Chile alistó su escuadra, la que zarpó<br />

hacia Antofagasta llevando tropas<br />

que desembarcaron el 14 de febrero,<br />

tomando posesión del puerto y<br />

revindicándolo a nuestra soberanía.<br />

Tal acción precipitó la declaración de<br />

guerra por parte de Bolivia.<br />

Por otra parte, el Perú, unido por un tratado<br />

de alianza secreto a los bolivianos, preparaba<br />

su escuadra y movilizaba su ejército.


Ese mismo 14, Prat<br />

arribó a Valparaíso.<br />

El vapor en el cual arribaba Arturo Prat de su misión<br />

a La Plata ingresó en la bahía de Valparaíso lentamente.<br />

El marino chileno pudo observar que las naves de la<br />

escuadra habían salido casi en su totalidad, a excepción<br />

de la “Covadonga” y la corbeta “Chacabuco”.


Mi viejita.<br />

El transporte acarició la superficie de la rada pasando junto a la vieja y querida “Esmeralda”,<br />

la cual estaba anclada como pontón y desarmada, apuntando su reliquia de proa hacia el norte.<br />

Pronto, Prat pudo reunirse<br />

con sus seres queridos,<br />

estrechándolos en un<br />

abrazo emocionado.<br />

¡Blanquita!<br />

¿Cómo está<br />

mi niñita?<br />

¡Papitooo!


Te eché<br />

tanto de<br />

menos, mi<br />

amor.<br />

Arturo.<br />

¡ Y aquí está el<br />

pequeño Arturo<br />

Héctor !<br />

Bienvenido,<br />

hijo.<br />

Mamá.<br />

¿Qué sucedió?<br />

¿Dónde está la<br />

Escuadra?<br />

Zarpó hace<br />

algunos días<br />

llevando tropas. El<br />

país se encuentra a<br />

las puertas de la<br />

guerra.<br />

¿Guerra?<br />

Pero si las<br />

relaciones con<br />

Argentina se han<br />

distendido un<br />

poco.<br />

No, Arturo. Nos<br />

hallamos al borde<br />

de la guerra con<br />

Bolivia.<br />

Sus compañeros habían zarpado hacia la zona de<br />

conflicto, y se rumoreaba en el ambiente que el Perú<br />

intervendría como aliado de los bolivianos.


El día 16 de febrero, Prat<br />

despachaba un informe final<br />

de su misión en Montevideo<br />

al Ministerio, al que<br />

acompañó con una sobria y<br />

detallada cuenta de sus<br />

gastos, devolviendo 170 de<br />

las 386 libras recibidas para<br />

sus mantenimiento.<br />

Días después era destinado a la ayudantía de<br />

la Comandancia de Marina, bajo las órdenes<br />

de Eulogio Altamirano, quien también se<br />

desempeñaba como intendente de Valparaíso.<br />

La escalada hacia el conflicto<br />

con los vecinos del norte<br />

avanzaba inexorable, y<br />

pronto fue necesario armar<br />

la vieja corbeta “Esmeralda”.<br />

Luis Uribe, cuasihermano de Prat, es trasbordado<br />

desde el vapor “Toltén” a la vieja capitana, quien<br />

comienza de inmediato el enganche de voluntarios.<br />

Tenemos que<br />

llenar los cupos<br />

de la tripulación<br />

a la brevedad.<br />

La popularidad y prestigio de la nave, junto<br />

al cariño de la población, lograron<br />

completar la dotación en apenas 3 días,<br />

y el 28 de febrero Manuel Thomson era<br />

designado Comandante de la Esmeralda.<br />

Muy bien, señores.<br />

Debemos completar<br />

los preparativos de<br />

la nave antes de<br />

una semana.


Prat y Uribe se reunen<br />

antes de que este último<br />

zarpara al norte.<br />

¿Ya está todo<br />

dispuesto en la<br />

“Esmeralda”,<br />

Lucho?<br />

La pobre<br />

viejita ya no está para estas<br />

lides, ha echado raíces en su<br />

fondeadero, figúrate que sus<br />

calderos están parchados ya<br />

no sé cuántas veces.<br />

Así es, mi<br />

amigo. Incluso<br />

mi comandante<br />

Thomson subió a<br />

bordo cuerdas y<br />

ganchos para<br />

abordaje.<br />

Así, el 8 de marzo la vieja corbeta<br />

zarpó con rumbo norte en convoy<br />

con la “Chacabuco”, siendo<br />

despedida con emoción por la<br />

población porteña que la estimaba<br />

por su heroica historia naval.<br />

Prat fue uno de los que<br />

se acercó al muelle.<br />

El marino regresó a su trabajo tras un escritorio. La<br />

desazón era completa. Sus amigos y compañeros<br />

zarpaban a la zona de guerra y él se quedaba en<br />

tierra. Así se lo hizo saber a su amigo Darío Risopatrón.<br />

He decidido<br />

dejar el uniforme y<br />

vestirme de civil. Siento<br />

vergüenza de mi,<br />

mientras mis amigos<br />

parten a la guerra, yo<br />

quedarme.


Carmela trató de animarlo.<br />

Por el momento<br />

no hay nada que hacer<br />

en el mar. Cuando<br />

lo haya, ten la<br />

seguridad<br />

que te tocará tu turno.<br />

Ahora, en ninguna<br />

parte puedes estar<br />

mejor que aquí.<br />

La inquietud de Prat cesó cuando<br />

el ministro Rafael Sotomayor lo<br />

solicitó como su secretario.<br />

Zarpará junto conmigo<br />

hacia Antofagasta,<br />

capitán Prat,<br />

y allí nos embarcaremos<br />

en el “Blanco Encalada”<br />

para hacer la campaña<br />

junto al almirante<br />

Williams.<br />

A su orden,<br />

señor<br />

Sotomayor.<br />

El 26 de marzo, Arturo Prat se<br />

hizo retratar en la calle san Juan<br />

de Dios (hoy Condell) N o 41<br />

En la noche del 28...<br />

Sales estupendo,<br />

Arturo.<br />

Gracias, mi<br />

amor.


Aunque el zarpar<br />

hacia donde está la Escuadra<br />

me anima, la verdad es que es<br />

una angustia dejarte sola y<br />

con los niños enfermos,<br />

Carmelita.<br />

No debes<br />

preocuparte, amor.<br />

Estaremos bien, y<br />

verás que los niños<br />

mejorarán.<br />

Estoy<br />

seguro que la<br />

separación será<br />

breve.<br />

El viaje del señor<br />

Sotomayor no durará mucho<br />

y yo volveré con él, ya que<br />

no tengo ningún mando. Por<br />

lo que se ve mi lugar está en<br />

la Auditoría.<br />

A la mañana siguiente zarpaba junto al ministro en<br />

el vapor "Bolivia". El 2 de abril fondearon en<br />

Antofagasta, en donde se encontraba reunida la<br />

Escuadra chilena.<br />

Allí los esperaba el<br />

legendario héroe de la<br />

guerra contra España y<br />

amigo de Arturo Prat, el<br />

ahora almirante Juan<br />

Williams Rebolledo. Se<br />

encontraba enfermo,<br />

sufriendo mucho por el<br />

pesado sacrificio de sus<br />

labores. Pero, al mismo<br />

tiempo, contaba con la<br />

confianza y el respaldo<br />

popular, sumada a la<br />

lealtad a toda prueba de<br />

sus subordinados.


Sin demora, Sotomayor y Prat abordaron<br />

el “Blanco”, reuniéndose con Williams.<br />

El gobierno<br />

cree que el ataque inmediato<br />

a la escuadra peruana que se<br />

encuentra fondeada en El<br />

Callao sería una sorpresa y<br />

un golpe letal a los aliados,<br />

señor Almirante.<br />

Lamento informarle,<br />

señor Ministro, que en<br />

las actuales condiciones<br />

en que se<br />

encuentra nuestra<br />

escuadra se me hace<br />

imposible seguir ese<br />

plan ideado por el<br />

gobierno.<br />

La mayoría de<br />

nuestras naves están en<br />

reparaciones,<br />

manteniendo sólo un<br />

andar mínimo al que se<br />

requiere para un ataque<br />

de esa envergadura.<br />

A lo que se suma que<br />

no poseemos buques<br />

carboneros propios<br />

sólo contamos con el<br />

vapor “Matías<br />

Cousiño”.<br />

Tengo en mente otro plan:<br />

hostilizar los puertos peruanos<br />

de Tarapacá, bloqueando<br />

Iquique, impidiendo su<br />

fortificación y la salida de<br />

guano y salitre, principales<br />

recursos ecónomicos<br />

del Perú.<br />

Así, éste se<br />

verá asfixiado y,<br />

por ende,<br />

obligado a sacar a<br />

su escuadra de sus<br />

fortificaciones<br />

en El...<br />

Sotomayor no pudo vencer la resistencia de<br />

Williams y, así, la escuadra zarpó en la madrugada<br />

del 4 de abril hacia el puerto peruano de Iquique.<br />

...Callao, en<br />

donde nosotros<br />

la enfrentaremos<br />

en mar abierto.


Al amanecer del 5, mismo día en que<br />

Chile declaraba la guerra a los aliados<br />

Perú y Bolivia, la escuadra apareció<br />

frente a la bahía iquiqueña, llenando<br />

de nerviosismo a sus habitantes.<br />

Williams llamó<br />

a Prat.<br />

Comandante,<br />

usted será el encargado<br />

de notificar a las<br />

autoridades del puerto el<br />

bloqueo.<br />

Es una misión<br />

peligrosa,<br />

Capitán.<br />

Lo tengo<br />

claro, señor<br />

Ministro.<br />

A su orden,<br />

mi Almirante.<br />

Mi amigo,<br />

también deberá<br />

usted verificar si<br />

el puerto<br />

se está<br />

fortificando.<br />

Así lo haré,<br />

señor.<br />

Llevando el pliego de la notificación y su<br />

espada envainada, Prat fue conducido por un<br />

bote del “Blanco” hacia la costa iquiqueña.


La playa era custodiada por 1.300<br />

soldados parapetados tras sacos de arena.<br />

Una muchedumbre inmensa esperaba al<br />

marino chileno.<br />

Prat avanzó, con total<br />

compostura y cortesía,<br />

entre medio del gentío<br />

peruano expectante.


Continuará

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