RevistaAposgran138
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
PROTAGONISTAS
sentido como docente investigadora
estar en condiciones
inferiores a los hombres.
Es probable que haya influido
en ello el hecho de que a lo
largo de mi desarrollo profesional
estuve rodeada de mujeres.
Entré como ayudante
alumna en la Cátedra de Fitopatología,
que estaba a cargo
de la primera mujer profesora
titular de la FAUBA y una de
las primeras ingenieras agrónomas:
Clotilde Jauch. Mi tesis
de grado la dirigió Leonor
Calot, en ese entonces profesora
adjunta de la cátedra,
quien luego fuera además una
gran amiga, honro su memoria
con estas palabras. Mi tesis
de doctorado la dirigieron
Dora Barreto (INTA) y Silvia
López (FCEN). Resumiendo,
no me he sentido limitada por
ser mujer, ver el ejemplo a mi
alrededor de las mujeres que
colaboraron en mi formación,
y el ejemplo en mi propio
núcleo familiar, con una madre
profesional a la par de mi
padre, me hicieron ver como
algo natural que la mujer esté
a la altura de los hombres en
el ámbito académico. Sin embargo,
la repercusión de mi
designación como Decana, ha
puesto en evidencia y me ha
hecho reflexionar acerca de lo
inusual que es que las mujeres
lleguen a esta jerarquía.
-El equipo de gestión también
está compuesto por varias
mujeres, ¿lo ves como
un avance en materia de
acceso a más derechos, que
antes en una Facultad como
Agronomía no ocurría?
-Sin duda. Cuando le propuse
a Adriana Kantolic acompañarme
como Vicedecana fue
porque valoro su inteligencia,
sensibilidad, capacidad
de trabajo, y su respeto a la
diversidad de pensamiento
de los integrantes de nuestra
comunidad, lo cual compartimos
plenamente, así como
la voluntad férrea de hacer
lo mejor por nuestra querida
Facultad. De la misma manera
puedo hablar de los demás
integrantes de mi equipo, sólido,
coherente, cada una y cada
uno descollando en su área de
trabajo, “poniendo el alma”. A
todos ellos les propuse acompañarme
por sus cualidades
y su indudable vocación de
dedicación y servicio a la
comunidad, sin reparar en el
género. No obstante, el hecho
de que le haya propuesto ocupar
la Secretaría Académica a
Adriana Rodríguez suscitó en
su momento algún comentario
aislado referido a que no tendría
apoyo una propuesta en la
que los tres cargos más importantes
los ocuparan mujeres.
Mi respuesta fue simple:
¡Tantas veces los ocuparon
tres hombres!
-¿Cómo ha avanzado la
FAUBA en relación al género
y las violencias sexistas
que se generan en el ámbito
laboral?
-La FAUBA ha ido avanzando,
acompañando los avances
de la UBA que ha hecho
punta en relación a las cuestiones
de género. Diversas
reglamentaciones del Consejo
Superior de los últimos años,
tales como la incorporación
del requisito de la paridad de
género en las listas de candidatos
a consejeros directivos
y superiores, la creación del
protocolo contra la violencia
de género, la obligatoriedad
del curso de género, las declaraciones
en repudio a la
discriminación y los femicidios.
Son avances sumamente
importantes, claro que deben
ir acompañados por un cambio
de actitud no solo de parte
de los hombres sino también
de las mujeres. Tal como ocurre
en la sociedad. Según la
UNESCO los roles de género
son creados por la sociedad y
se aprenden de una generación
a otra. El camino es lento
y difícil. La “Convención
sobre la eliminación de todas
las formas de discriminación
contra la mujer” de las Naciones
Unidas data de 1979, sin
embargo, no se ha progresado
mucho en ese sentido en
más de 40 años. Promover la
igualdad de género y el empoderamiento
de la mujer es uno
de los Objetivos del Milenio
(ONU, 2000), ya que según la
UNESCO la participación total
y equitativa de las mujeres
es vital para asegurar un futuro
sostenible.
-Como decana te tocó atravesar
uno de los momentos
más difíciles para la Universidad,
la pandemia mundial
por Covid-19. ¿De qué manera
se trabajó para sacar a
adelante a la FAUBA?
-Ni bien comenzó el aislamiento
y se cerraron las facultades,
la premisa fue continuar
con las clases, que los
estudiantes no perdieran un
año de formación. Ello requirió
de la organización de las
clases remotas, del esfuerzo
de los docentes y de los estudiantes
para adaptarse a
la nueva modalidad. Hubo
que reglamentar día a día y
adaptarse a las reglamentaciones
del Consejo Superior
que delegaron en decanas y
decanos de las facultades muchas
decisiones de coyuntura.
Nuestro Consejo Directivo
fue uno de los primeros en
retomar el funcionamiento y
ha acompañado las medidas
que permitieron continuar con
la actividad académica. El rol
de la Secretaria Académica
Adriana Rodríguez y del Centro
de Educación a Distancia
fue clave en este tramo y lo sigue
siendo. También lo fue el
APOSGRAN, 35 años trabajando con la Agroindustria
47