Revista Summa
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de manera desproporcionada. Las estadísticas
revelan una agudización de la pobreza en la población
femenina, aumentos en los índices de violencia
intrafamiliar y mayor probabilidad de que
pierdan sus empleos y de que no puedan volver a
ellos cuando la enfermedad se controle. Además,
en promedio, las mujeres ya realizaban tres veces
más tareas no remuneradas en el hogar que los
hombres (4,1 horas diarias vs. 1,7 horas, en promedio),
carga que creció por el cierre de escuelas
y guarderías, la reducida disponibilidad de ayuda
externa, el teletrabajo y la mayor convivencia de
toda la familia en la casa, más la responsabilidad
de asumir el cuidado de los miembros enfermos y
adultos mayores.
Paradójicamente, también está comprobado que
la plena incorporación al trabajo de las mujeres
contribuye a la erradicación de la pobreza, que
cuando el número de mujeres ocupadas aumenta
las economías crecen y que con ellas la eficiencia
de las empresas se eleva.
“Esa es la mejor vía para reinventar economías
más fuertes y estables; sociedades más inclusivas,
justas y democráticas; y empresas más rentables,
atractivas y con mejor reputación”, sostiene Alice
Shackelford, coordinadora residente del Sistema
de las Naciones Unidas en Honduras.
LAS MUJERES
REPRESENTAN EL
40% DE LA FUERZA
LABORAL MUNDIAL,
SIN EMBARGO, EL 48%
DE SU POTENCIAL
PRODUCTIVO NO SE
UTILIZA, COMPARADO
CON EL 22% DE LOS
HOMBRES. 2
Mujeres en la gestión
empresarial de América Central
(Casos de Costa Rica, El Salvador y Panamá)
Las mujeres están creando empresas a mayor
ritmo que los hombres y contribuyendo así, de
manera significativa, al crecimiento económico.
Sin embargo, suelen ser compañías más pequeñas
que las de los hombres y operan en sectores
menos rentables o de menor escala.
La proporción de empresas propiedad de mujeres
ha aumentado casi 60% de la década de 1990 a la
actualidad: de 13,9% a 24,5%.
Las mujeres son propietarias del 22,3% de las
empresas de Costa Rica, del 29% de las de El
Salvador y del 22,4% de las de Panamá.
Las mujeres emprendedoras tienen un nivel de
educación más alto que los hombres en Costa Rica
y Panamá y similar en El Salvador.
En El Salvador, la mayor brecha de beneficios
entre hombres y mujeres se encuentra en las
empresas medianas, donde las mujeres ganan solo
el 16,2% de lo que perciben los hombres. Además,
los empresarios logran mejores resultados que las
empresarias en todos los sectores, excepto en la
construcción y el suministro de electricidad, gas
y agua, donde los de ellas son “significativamente
superiores”.
En Costa Rica, en promedio, las mujeres se
benefician más que los hombres de la educación.
Cada año de educación adicional se asocia con un
aumento medio de casi el 6% en sus beneficios
por hora. Además, las empresas veteranas (más
de nueve años en el mercado) gestionadas por
mujeres más educadas son igual de rentables o
incluso significativamente más rentables que las
de los hombres.
En Panamá, los beneficios mensuales medios de
los hombres trabajadores por cuenta propia y
empleadores superan los de las mujeres en más
del 78% y 40%, respectivamente.
Los principales factores por los que las mujeres
establecen su propia empresa son: precarias
condiciones económicas, falta de perspectivas de
desarrollo profesional en las empresas y ausencia
de oportunidades de empleos bien remunerados.
FUENTE: INFORME DE LA OFICINA DE ACTIVIDADES PARA LOS
EMPLEADORES DE LA OIT, DICIEMBRE DE 2019.
Edición 322 91