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Memoria y Orgullo marplatense

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Con la llegada de la familia Peralta

Ramos y, potenciado con la llegada

de los Luro, el paisaje mudó rápidamente

de su rústica crisálida a una

elegante villa balnearia que a"oró de

estas tierras indómitas como una

mariposa, llena de elegancia y

sofisticación. Pronto se fue poblando

de los primeros moradores, los

auténticos marplatenses. Esos

emigrantes que vinieron a traer

oficios calificados, educación y

urbanidad a estas costas para dar

servicio al funcionamiento de la

refinada sociedad que la habitaba

estivalmente. Mar del Plata, por

entonces era el re"ejo de un país

pujante, de lo que parecía una

República desprendida del bloque

europeo pero con ese componente

viril y pujante de lo americano. Lo

mejor de dos mundos. La economía

era "oreciente y una nueva clase

media se elevaba. Entre ellos, la

historia de mi propia familia, italianos

con estudios pero sin un centavo.

Con las manos llenas de trabajo, la

cabeza llena de ideas y el corazón

lleno de esperanza. Argentinos

adoptivos, primero por esa esperanza

y luego por agradecimiento y amor.

Muy pocos volvieron al viejo continente

cuando este mejoró de nuevo

sus condiciones de vida.

A mitad de siglo, de nuevo el paisaje

se modificó. Un nuevo movimiento

político, proveniente de las más altas

esferas del ejército argentino se

divorcia de su propia cuna social y

comienza una guerra enemistado con

las clases sociales altas afectando no

Club de Pesca, década del 30.

solo a la realidad nacional sino al

paisaje de la villa. Pero no fue el

peronismo sino el sindicalismo quien

logra el cometido de popularizar este

paraje coqueto y abrirlo a las masas

de afiliados. El problema claramente

no fue ese sino la falta de planificación.

Nuevamente Mar del Plata se

demuele y reconstruye sobre sí

misma no ya como una mariposa que

hace su metamorfosis final sino como

un reptil que muda de piel. Desaparecen

los jardines y llegan las moles en

su lugar, como si el territorio no fuera

lo suficientemente grande para que

conviviesen todos juntos pero en

áreas diferentes. El Código de

Ordenamiento Territorial (más

conocido como COT) se vuelve un

pergamino violado sistemáticamente

por los alcaldes de turno con una

visión tan corta como cortos fueron

sus períodos de gobierno. Un suspiro

en la historia. Pero un suspiro que

para siempre nos dejó sin el derecho

de apreciar una casona histórica, un

árbol centenario o, lo que es más

grave, un hito del paisaje cultural. El

progreso se disfrazó de topadora y

los marplatenses nos quedamos sin el

orgullo de nuestra dorada historia.

Quien es marplatense sabe de qué

hablo.

Dicen que las ciudades son la

construcción colectiva más grande de

la humanidad, y que cualquier ciudad

sin construcciones nuevas es una

ciudad muerta. Pero, ¿qué clase de

ciudad queremos construir? ¿una

donde a nadie le importe el otro? esa

ciudad se parecería un poco a

algunas partes de la nuestra, donde

solo se persigue un capricho personal

sin importar el bien común. Pongamos

de ejemplo la costa: a las 4 o 5

de la tarde hay playas que se quedan

sin sol por el provecho visual de unos

pocos. Habiendo kilómetros de costa

es poco inteligente erigir moles de

sombra frente a nuestro recurso

principal de turismo. Pero es mucho

más fácil sacar provecho de lo que

hicieron otros que desarrollar nuevas

áreas de calidad para la expansión

urbana. Recordemos que Playa

Grande, antes de ser el santo grial del

desarrollo inmobiliario fue un

páramo. Y se desarrolló como

respuesta de calidad a la expansión

popular de la Bristol. Si hoy Playa

Grande está completa, ¿no es mejor

desarrollar hacia el sur del faro o

hacia el norte de Camet nuevas áreas

de calidad inmobiliaria? Claro, es

riesgoso y hoy ya nadie corre riesgos

como antes. Vamos a lo seguro.

Entonces ¿no debería ser el Estado

Municipal quien diera las garantías

para que no fuera riesgosa la promoción

de nuevos desarrollos urbanos?

¿o va a ser siempre un espectador de

la vida y un aprovechador de las

ganancias de los privados? ¿Ese es el

estado presente que queremos?

CENTRAL

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