Bilintx, bertsoak eta bizitza - Euskaltzaindia

Tanta afición le tomó "Kanpaña" a la
equitación en mulo, que se habituó a utilizar
la montura en toda ocasión y lUfiar,
Una tarde, "Bilintx" con "Pikolin" y otros
cuantos, saboreaban en paz una refiular sidra
en el caserío "Santa Teresa ", situado, como
ya se ha dicho, en el alto de Ixturin. "Bilintx"
(cuya vida, por lo que se advierte, no debió
transcurrir tan dolorosa como escriben sus
biógrafos), reunía a los primores de su vena
poética una reconocida pericia culinaria. Su
especialidad era la preparacibn del "arraigorri".
Aquella tarde, precisamente, "tenía"
"arraifiorri" en Santa Teresa la cuadril/a de
"Bilintx" .
El poeta, en el interior, atendía al último
hervor de la cazuela, con el aliño del artista
que da los últimos toques a una composición,
cuando los camaradas de fuera divisaron con
asombro, por la parte de "Pintore", la recia
fifiura del amifio "Kanpaña" montado sobre
el no menos recio mulo, que se acercaba camino
de la sidrería. Lo nuevo y extravagante del
caso fite al instante comunicado a "Bilintx".
- Aizak, ¡! ... Domingo Kanpaña mando gañian!
(¡Oye .. .! ¡Domingo Kanpaña en mulo!)
Bizcarrondo asomb a la portalada con las
manos pringadas.
- Bota akiyok bertso bat, Indalexio!
(¡Echale un verso, lndalecio!)
En aquel momento llega ha Domingo, y
"Bilintx", de en medio del corro,frente al rústico
grupo ecuestre jamás visto en sidrería,
soltb de súhito, a mulo y jinete, los diez versos
inmortales de su sátira famosa:
Mando baten gañian
Domingo Kanpaña,
ez dijoa utsikan
asto orren gaña;
azpian dijoana
mandua da, baña,
gañekua ere bada
azpikua aña:
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mando baten gañian
bestia, alajaña!
La crónica de "Pikolin" referida por
Otefiui es escueta. Termina aquí. Nada dice
del efecto causado en el sujeto de la poesía y
en el auditorio por la improvisación de
Bizcarrondo. Podemos conjeturarlo, sin emhargo,
mirando a la pieza e inwfiinándonos
los personajes y el ambiente. No aclara, pues,
si el cahallero "Kanpaña", a pie o montado,
respondió a la acometida. Respecto de esto
hastará recoger, para consifinarla sin más garantías,
la versión popular que dice que
Domingo respondiil, y que lo hizo en verso,
por no ser menos, en los términos que siguen:
Indalexio,Indalexio,
Indalexio Moko,
uste al dek, uste al dek
ez autala joko?
A lo que lndalecio, herido a su vez en lo
sensihle de su defecto .físico, replicó contundentemente,
apeándose ya de toda gala poética:
Berriz esaten baidak
Indalexio "Moko",
ezurrak autsi arte
ez aut nik lagako.
Es de creer que la cosa no pasó a mayores.
Que Dominfio Kanpaña se apearía del mulo;
que "Bilintx", por su parte, descendería del
Parnaso y que, juntos con "Pikolin" y demás
alegres compadres, pasarían a rodear la humeante
cazuela de los "arraifiorris".
l. Don Enrique Otegui, de la antigua casa "Argintxiki"
de la calle Mayor.