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Mensajes Selectos, Tomo 2 - Elena G. de White

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por distraer recursos de la causa de Dios al utilizar su influencia para

conducir a otros por caminos torcidos, en vez de codiciar sueldos más

elevados se humillarían delante de Dios con un arrepentimiento del que no es

necesario arrepentirse. Que se formulen esta pregunta: "'¿Cuánto debes a mi

amo?'. Lucas 16:5. ¿Qué cuenta rendiré por el talento mal utilizado, y por

seguir mis pensamientos no santificados? ¿Qué puedo hacer para borrar los

resultados de mis acciones imprudentes que han limitado tanto los recursos

de la causa?" Si cada persona hubiera desempeñado fielmente su posición de

confianza, hoy no habría escasez de recursos en la tesorería del Señor.

Nuestra relación con la obra de Dios no debe considerarse desde el

punto de vista mercenario: según la estimación del hombre, tanto trabajo

hecho, tanto pago recibido. Cometen un gran error los que suponen que sus

servicios son inapreciables. Si se comprendiera que Dios es fiel a su Palabra,

habría un gran cambio en la valoración del trabajo hecho para el Maestro.

Hay muchas cosas que deberían corregir en ellas mismas aquellas

personas que codician tanto. Alentar deseos egoístas de recompensa

constituye una actitud inadecuada. Este anhelo de sueldos elevados ha

expulsado el amor de Dios de muchos corazones. El orgullo por la posición

que se ocupa constituye un mal profundamente arraigado que ha arruinado a

miles de personas. Sí, decenas de miles de seres humanos que buscaban

ambiciosamente la distinción y la ostentación, se han perdido porque

perdieron de vista los principios. Se valoraron y se compararon unos con

otros. Su intensa ambición por recibir crédito y recompensa ha producido

una disminución en su espiritualidad. Esta es una lección que todos

deberíamos estudiar cuidadosamente para ser amonestados contra la codicia

y la avaricia, contra el orgullo que destruye el amor a Dios y corroe el alma.

Cuando una persona empleada en la obra de Dios rehúsa trabajar por el

sueldo que recibe, cuando rehúsa una suma razonable por sus servicios,

puede ser que reciba lo que pide, pero con frecuencia será a costa de la

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