Entrevista con Cuatro Dioses: Atabey

trascenderse, hablar con los dioses liberadores,
ni transformar la sociedad
por la que ellos creían ser oprimidos.
Y a sea el rock, la música disco, el rap
o lo que lo sustituya, ese refugiarse
colectivamente en el sonido, en el
ritmo, es una forma de unirse detrás de una muralla
sonora que libera del ominoso contacto con el exterior.
En este caso, el sonido es un antisilencio continuado,
que hace las veces de refugio contra otros sonidos
indeseados y protege de la soledad, del silencio, y actúa
como una coraza que aísla del encuentro con la propia
realidad. Dentro de esa búsqueda desesperada, los
Beatles constituyeron el fenómeno musical de proyección
masiva más impresionante y de mayor trascendencia
en las últimas décadas, hecho mensaje en el
grito de paz de John Lennon, en su patético llamado
contra la drogadicción, en su artero asesinato, inducido
tal vez por quienes deseaban que ese alud de sonidos
no despertara a los jóvenes, sino que continuara enajenándolos
hasta el vacío, simbolizado por la inútil
muerte de Jim Morrison. Existe otro tipo de música,
que surte el efecto contrario a la anterior y que se
escucha para encontrarse a sí mismo y para disfrutar
una serie de emociones tanto estéticas como afines a la
esfera intelectiva. Am bas tienen igual validez en la
función que realizan, pero su polarización toca ángulos
opuestos de la conciencia, de la emoción y del intelecto.
Descendimos en silencio. Dentro de mí el choque de
los contrastes se hacía casi insoportable. Comencé a