Entrevista con Cuatro Dioses: Atabey

* simple deidad taina. Es posible que por
la vía del sonido, del verbo, de la
|j arm onía, de la m elodía y del riímo,
logrem os conocer a una A ta b e y
/ l descendiente del lejano Sirio, o a una
fuerza en la que se sinteticen los conocimientos,
la sensibilidad y la ternura, que en haz
indisoluble engendran el amor.
Estas últimas palabras me hacen sonreír. Digo a Turey
que me parece un tanto romántica su manifestación y
que, a través de sus palabras, compruebo que mientras
uno se halla bajo la órbita, dentro del influjo de Atabey,
queda dominado por sus subyugantes emanaciones.
El, con gesto adusto, me insta a que le pregunte lo que
más anhelo saber en ese momento. Le respondo sin
demora.
-D eseo conocer si en el pasado remoto las iniciaciones
se efectuaban de la misma manera o sí existían ritos
más complejos.
La visión que tengo de aquella cascada presidida por
Atabey, va convirtiéndose en un escenario de la antigua
Qrecia, y raros sonidos llenan el espacio con
profundas modulaciones, porque al decir de Turey:
-H ierofantes era el nombre que recibían en Qrecia los
sacerdotes del templo de Ceres Eleusina. A ellos
los titulaban Maestros de Nociones Recónditas y eran
los llamados a dirigir las ceremonias de iniciación y a
guardar los misterios sagrados. Otras escuelas íníciátícas
de mayor antigüedad aplicaban el concepto de la
sagrada trilogía: ritmo, melodía, armonía, de forma tal