8 Lunes 21 de diciembre de 2020 REPORTE atención EDITOR: David Casco COEDITOR: Juan Martínez <strong>Ángel</strong> <strong>Metropolitano</strong> ATENCIÓN A EXTRANJEROS Los gobiernos municipales de La Paz, Mazatlán, Chapala y San Miguel de Allende, cuentan con programas especiales de a estos grupos residentes. Los Baby Boom Los otros migrantes, cobijados por la buena política mexicana A medida que ha crecido la población de jubilados en Estados Unidos, también en esa proporción se ha visto en aumento el número de migrantes que vienen a residir a México
<strong>Ángel</strong> <strong>Metropolitano</strong> Lunes 21 de diciembre de 2020 9 A los Baby Boom no les preocupa la política antinmigrante de su presidente Donald Trump, ellos están bien amparados por las leyes mexicanas, que no solo les brinda una vida de tranquilidad en cualquiera de los destinos turísticos del país, sino que se les provee seguridad y servicios de calidad. De acuerdo al investigador Omar Lizárraga Morales, de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), el fenómeno migratorio de la generación Baby Boom, es particularmente interesante, pues representa lo opuesto a la migración tradicional, que va del sur al norte, en donde la causa principal del movimiento poblacional, es la pobreza. Decenas radican en San Miguel de Allende MIGRACIÓN A LA INVERSA En el caso de los Baby Boom es a la inversa: el principal motor que empuja a la población de Estados Unidos a emigrar hacia el sur, es la abundancia; “este grupo poblacional está en una edad que les permite gozar del tiempo libre y de los recursos económicos para vivir fuera de su tierra de origen, dada su situación laboral de jubilados”. A medida que ha crecido la población de jubilados en Estados Unidos, también en esa proporción se ha visto en aumento el número de migrantes que vienen a residir, de manera temporal o permanente a México, en donde son mínimos los requisitos oficiales a cubrir para recibir el permiso de residencia. Las colonias de norteamericanos más importantes asentadas en México, donde gozan del privilegio de una atención por parte de las autoridades locales, principalmente en seguridad y servicios urbanos, son las de La Paz, Los Cabos y Loreto, en Baja California Sur; San Miguel de Allende, en Guanajuato; Mazatlán, en Sinaloa, y Ajijic, Chapala, en Jalisco. No existen estadísticas públicas y oficiales que indiquen la cantidad de migrantes norteamericanos asentados temporal o permanentemente en México, pero el doctor Lorenzo Meyer, historiador y politólogo, indica la posibilidad de que el número de estos migrantes llegue a más de un millón de personas. Con base a datos del último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se estima, según el investigador Omar Lizárraga Morales, que la población estadunidense en México podría ser poco más del 0.97 por ciento del total de los habitantes que actualmente registra México. Esta cifra cobra dimensión si se considera el ritmo acelerado con el que ha venido creciendo en los últimos años, en donde se estima que solo en Ajijic, en un periodo de 10 años, el número de residentes norteamericanos creció en una proporción de casi el 581 por ciento. En Los Cabos, el crecimiento sostenido de norteamericanos residentes se ubica en más de un 308 por ciento, en los últimos diez años; en San Miguel de Allende la población migrante norteamericana ha crecido en más de un 47.7 por ciento, en tanto que, en Mazatlán, solo en dos años, los migrantes norteamericanos han crecido en más de un 95 por ciento. MÉXICO, UN PARAÍSO Donna es una migrante que decidió venir a radicar a la Paz, Baja California, alentada por el calor, no solo de las playas, sino de la gente. Aquí –dice– el clima es muy plácido y la gente es muy amable. No ha tenido nunca un solo conflicto por su condición de migrante. No hay autoridad que la moleste, toda la gente con la que trata, es muy amable con ella. Desde hace más de cinco años Donna radica en La Paz, y ocupa la mayor parte de su tiempo en predicar “la palabra de Dios”. Ella es representante de la congregación religiosa Testigos de Jehová, y asegura que la tranquilidad que se vive en esta tierra es propicia para difundir el mensaje de paz escrito en la Biblia. Puede que haya violencia en el país, pero ella no se preocupa por eso. En la zona residencial en donde vive al lado de su esposo, el gobierno municipal de La Paz les ofrece seguridad permanente: una patrulla de la policía local se mantiene en constantes rondines. Fred, es otro de los 22 mil migrantes del norte que han decidido pasar el resto de sus vidas en el clima cálido de La Paz. Es un jubilado que decidió dejar de lado su actividad burocrática para dedicarse a la pesca y a la vida contemplativa. Su pensión de jubilado le garantiza una En México, disfrutan de sus ahorros y pensiones vida holgada en esta parte del país. No habla de política. Dice que es algo que se han prometido a sí mismo. Por eso prefiere hablar del mar, de las ballenas y de los tonos azules que se confunden a la distancia, en donde el mar y el cielo parecer ser uno solo. Califica las playas mexicanas como una bendición de Dios, que en suerte a él hoy le toca disfrutar. Desde que llegó a México, hace más de seis años, no le ha tocado vivir ningún incidente de inseguridad. Lo más cerca que ha estado de la violencia que se vive en México, son las imágenes que a veces transmiten los noticieros de televisión. Reconoce que la autoridad hace bien su trabajo al proporcionar la vigilancia necesaria para todos los habitantes. …Y SÍ, ES UN PARAÍSO El paraíso que ven en México, los migrantes norteamericanos, no solo es por las condiciones de seguridad que se le brinda a esa comunidad por parte de las autoridades locales. De acuerdo Lizárraga Morales, “los principales factores de atracción para los estadounidenses (que se decidan a vivir en México) son el bajo costo de la vida y los bajos impuestos de las propiedades”. Sumado a esas condiciones también destacan los servicios urbanos que ofrecen en todas las localidades donde se asientan las colonias de migrantes norteamericanos, en donde los gobiernos municipales de La Paz, Mazatlán, Chapala y San Miguel de Allende, cuentan con programas especiales de atención a estos grupos residentes. En Chapala, por ejemplo, existe una oficina municipal de atención a la comunidad norteamericana, mientras que, en San Miguel de Allende, la dirección de seguridad pública ha diseñado un programa de atención turística especial para las necesidades de vigilancia de la comunidad estadunidense. ▪