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Ángel Metropolitano 263

CDMX Y Edomex están en alerta máxima por el Covid-19

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<strong>Ángel</strong> <strong>Metropolitano</strong> Lunes 21 de diciembre de 2020 27<br />

por su tamaño, considerada la última obra<br />

maestra del pintor cretense que vivió gran<br />

parte de su vida en España. El destino de esta<br />

pintura era precisamente su tumba en el convento<br />

de Santo Domingo el Antiguo de Toledo,<br />

donde el pintor recibió su primer encargo<br />

al llegar a España en 1575.<br />

Se trata de una escena nocturna desarrollada<br />

en un espacio estrecho e irregular, una<br />

especie de gruta en torno a la que se cobijan<br />

María con su recién nacido sobre el regazo,<br />

San José y tres pastores que evidencian la intensa<br />

devoción del momento.<br />

LA ADORACIÓN DE LOS REYES<br />

MAGOS, DE RUBENS<br />

El Museo del Prado conserva una de las obras<br />

maestras de Pedro Pablo Rubens (Siegen, Alemania<br />

1577- Amberes, Bélgica 1640), La Adoración<br />

de los Reyes Magos, realizada en torno a<br />

1609 por encargo del Ayuntamiento de Amberes<br />

tras pasar unos años en Italia. Una obra<br />

que exhala pasión y dramatismo por los cuatro<br />

costados, en la que el autor parece sintetizar<br />

todo lo aprendido en Italia.<br />

La monumentalidad de sus proporciones<br />

se acentúa con esa disposición majestuosa<br />

de los personajes que convergen en el Niño, situado<br />

en el lateral izquierdo, punto central de<br />

la obra y única fuente de luz de la escena que<br />

se irradia a los rostros de la Virgen y los Magos.<br />

LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS,<br />

DE VELÁZQUEZ<br />

El genio del barroco español Diego Velázquez<br />

(Sevilla 1599- Madrid 1660) representó La Adoración<br />

de los Magos durante sus años de juventud<br />

en Sevilla, en la que confluyen el naturalismo<br />

propio de aquella etapa, con elementos biográficos<br />

aportados tras el hallazgo de un autorretrato<br />

del pintor Francisco Pacheco, maestro<br />

La restauradora Almudena Sánchez, junto a La Anunciación, de Fra Angélico<br />

del genio sevillano y después su suegro, que ha<br />

permitido –en opinión de sus biógrafos– reconocer<br />

a éste en la figura de Melchor, por lo que<br />

es presumible pensar que su esposa, Juana, y<br />

su hija Francisca, de pocos meses, sirvieran de<br />

modelos para la Virgen y el Niño.<br />

Destaca la variedad de tipos y actitudes<br />

humanas representadas o la variada gama<br />

cromática que, aunque abundante en ocres<br />

y oscuros, propios de esta primera etapa, ya<br />

anticipa los rojos, blancos y azules.<br />

LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES,<br />

DE ZURBARÁN<br />

El extremeño Francisco de Zurbarán (Fuente<br />

de Cantos, Badajoz 1598- Madrid 1664) otro<br />

de los grandes del barroco español, recurre<br />

al naturalismo tenebrista para pintar La<br />

Adoración de los Pastores, una escena llena<br />

de solemne intimidad. Todos los personajes<br />

están envueltos de una majestad, de una<br />

dignidad que no contradice su condición<br />

humilde. Destaca, sin embargo, la figura de la<br />

pastorcilla que ofrece una cesta de huevos,<br />

un personaje realista que contrasta frente a<br />

la idealización de los principales.<br />

Las figuras están dotadas de un volumen<br />

casi tangible, gracias a los efectos lumínicos<br />

aplicados sobre ellas. Para recrear la noche en<br />

la que nació Jesús, el autor crea un ambiente<br />

oscuro y misterioso.<br />

LAS DOS ADORACIONES, DE MAÍNO<br />

Para terminar, La Adoración de los Pastores<br />

del fraile dominico Juan Bautista Maíno (Pastrana,<br />

1569- Madrid 1649), uno de los grandes<br />

de la pintura española del siglo XVII pero también<br />

uno de los más desconocidos debido a la<br />

tardía identificación de sus obras.<br />

“Una corriente que interpreta de forma<br />

magnífica y personal y de la que deriva esa<br />

rotundidad de volúmenes, esa monumentalidad<br />

escultórica de sus figuras, donde los<br />

ángeles más que ángeles parecen chicos de<br />

la calle y los pastores, hombres curtidos y<br />

desaliñados, que recuerdan a los del maestro<br />

italiano”, resume la conservadora e historiadora<br />

del arte, Leticia Ruiz. ▪<br />

Adoración de los Magos, de Juan Bautista Maíno,<br />

pintado entre 1611/13<br />

La obra Adoración de los Magos (1619) del español<br />

Diego Velázquez<br />

La Adoración de los Reyes Magos, pintada por<br />

Pedro Pablo Rubens

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