Revista Institucional de Comfamiliar Risaralda

EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
y representante estudiantil ante el Consejo Superior de la
Universidad: “Fue un cambio muy brusco. Las directivas tomaron
la decisión muy rápido y tanto los profesores como
los estudiantes no estábamos capacitados con las herramientas
y las plataformas, fue un proceso mutuo y poco a
poco nos fuimos adaptando y aprendiendo. En un principio
fue muy difícil la educación así, y se sumaba todo el estrés
y la intranquilidad que generaba la pandemia, que nos fuéramos
a contagiar, todo eso se transmitía. Pero los docentes
fueron muy pacientes, nos escuchaban, había mucha empatía,
se preocupaban por lo que nos pasaba. Hubo algunos
que inclusive dedicaban parte de su clase para darnos recomendaciones
sobre el manejo del estrés y la ansiedad.
Recuerdo que tuvimos hasta una capacitación
de Bienestar Universitario.
Nunca estuvimos solos en esto,
siempre hubo acompañamiento”.
Espacios de vital importancia
para quienes estudian
y trabajan al tiempo
y tenían que pasar en
promedio 14 horas
frente a la pantalla
para cumplir con las
obligaciones laborales
y las de estudio.
Fue el caso de María
Carolina García,
estudiante de X semestre
de Administración
en Mercadeo
y empleada de La Caja
de Compensación: “en el
momento que nos dijeron
que no podíamos volver fue
un impacto muy grande. No sabíamos
qué hacer. Fueron pasando
los días y la Universidad nos prestó las
herramientas necesarias para continuar, fue
fundamental. Se siente uno muy raro y es complejo.
Uno está en la casa atendiendo las labores del hogar, del
trabajo y también viendo clases, menos mal todo el tiempo
tuvimos a disposición apoyo de psico-orientación”.
Entre tareas, preparadores y clics, de parte y parte, estudiantes
y docentes se sintieron más receptivos y dispuestos
a aportar y a sacar adelante sus respectivos semestres
y cursos. Jessica Alejandra Trejos es ingeniera física de la
UTP y docente de planta en el Instituto Comfamiliar de los
ciclos 4 y 6 en las sedes de Santa Rosa de Cabal y Dosquebradas.
Fue además catedrática durante el primer semestre
de 2020 de la Universidad en el área de matemáticas y física
en diferentes programas. Para ella la situación en ambos casos
fue similar, con las mismas adversidades, complejidades,
pero también retos y oportunidades que se han sabido aprovechar.
“Pudimos apoyarnos muy bien, tuvimos el espacio
para mirar qué herramientas virtuales podíamos usar, cuales
mejoraban el proceso. Ha sido complejo adaptarnos a esta
situación, realidad y contexto virtual, pero lo hemos hecho
y asumido de la mejor manera”, expresó Jessica.
Para todos, sin importar el grado, la carrera o el nivel,
fue un proceso difícil y complejo durante las primeras semanas.
A unos les costaba adecuarse a la plataforma (el nuevo
salón de clases) mientras otros no estaban acostumbrados
a tomar apuntes y presentar ejercicios a través de infinitos
recursos digitales que a diario se encontraban.
También coinciden en que los profesores
fueron muy pacientes y flexibles, supieron
entender a la perfección lo
que estaba pasando, el cambio
inesperado y las diversas
situaciones que podrían
presentarse en cada uno
de sus grupos de trabajo.
Los horarios y
las jornadas se han
cumplido con exactitud,
y nunca ha
faltado el docente
pendiente para una
asesoría extra clase,
resolver una duda o
dar un poco más de
tiempo para las entregas
de los trabajos.
Una construcción paso
a paso y colaborativa de
un nuevo entorno educativo.
Incluso en los asuntos más
prácticos y que en cierta medida
exigen de la presencia física hubo
acuerdos, apoyos mutuos y tolerancia. Las
clases grabadas, por ejemplo, permitían volver una y
otra vez a las explicaciones y los conceptos vistos en cada
sesión o ser un apoyo posterior cuando en el espacio doméstico
de cada uno no había condiciones óptimas para conectarse.
“En mi casa vive bastante gente y además están
mis abuelos. Me conectaba en mi habitación para no hacer
ruido desde tan temprano, o en la sala con el celular. Cuando
mi hermano menor hacía bulla, me tocaba silenciar el micrófono.
Por eso para mí fueron de gran utilidad las clases
grabadas que quedaban en la plataforma, lograba entender
lo que no había sido capaz. O les preguntaba a los profesores
que siempre estaban muy dispuestos. También tenía
encuentros en las tardes - después de las clases - con otros
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