Revista Institucional de Comfamiliar Risaralda

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LA TAPERÍA
TRADICIÓN ESPAÑOLA EN PEREIRA
De paellas con entregas a domicilio, a restaurante especializado en tapas. Un lugar que
nació en medio de la pandemia. Mientras otros cerraban su negocio, una pareja de esposos
sacó adelante su emprendimiento contra todo pronóstico y consejo.
Juan David Casas es pereirano y empezó a cocinar desde
que era un adolescente. Después de trabajar un buen tiempo
en España en el sector gastronómico regresó a su ciudad con
la firme intención de continuar explorando el mundo de la cocina:
‘‘queríamos traer lo que habíamos aprendido y vivido allá’’.
Junto a su esposa se embarcó en distintos proyectos, pero la
mayor dificultad siempre resultaba ser lo económico, no había
capital para empezar. Finalmente en el año 2013 lograron montar
un negocio de comidas para todo tipo de eventos, después
surgió la idea de preparar conservas caseras: mermeladas y
embutidos. Pero querían crecer más, proyectar en otros ámbitos
todas las ideas que se les ocurría.
Buscaron ayuda financiera, y entre papeles, visitas y
cursos, encontraron a Comfamiliar Risaralda. ‘‘Fue muy importante
porque nos brindó mucha confianza y seguridad
sobre nuestro proyecto’’, expresa Juan. ‘‘¿Saben lo que tienen
que hacer?’’, preguntó la asesora.‘‘Nosotros solo sabemos
cocinar y manejar algo de redes sociales’’, respondieron
Juan y su esposa. ‘‘En Comfamiliar nos brindaron todas
las herramientas; nos presentaron muchos contactos, nos
enseñaron cómo movernos en cada plano y diseñar nuestro
plan de negocio’’. Hace tres años finalizó la asesoría de
Coomfamiliar, pero nunca se han olvidado de ellos, pues
todavía se comunican con Juan para preguntarle cómo va
todo, qué tal el nuevo negocio.
Con todos los parámetros claros sobre cómo empezar
-contabilidad, publicidad, asentamiento de clientes, manejo de
redes sociales, estrategias, contactos-, lo único que faltaba era
capital para empezar. Pasó un tiempo para aclarar las ideas, y en
2019 tomaron la decisión de vender su vivienda para montar
un restaurante. La familia se opuso: ‘‘¿cómo vas a vender tu
casa para un proyecto que no sabes si va a funcionar?’’, cuestionaban.‘‘Nadie
sabe, hay que arriesgarse en la vida y tenerse
confianza’’ , recuerda Juan.
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