Revista Institucional de Comfamiliar Risaralda

DESARROLLO EMPRESARIAL
nidense de bebidas y aperitivos, la que produce
y comercializa los famosos “platanitos” de
Natuchips. Al ver a los campesinos tan organizados
y con ganas de crecer y de ofrecer
un mejor producto, pelado y de alta calidad,
establecen una alianza comercial. “Es nuestro
principal aliado. Nos ha permitido dar un valor
agregado al plátano y una estabilidad mayor a
los productores, les garantizamos precio fijo,
venta de todo lo que producen, y lo más importante,
así el precio baje en el mercado a ellos se
les sigue pagando según lo pactado bajo contrato”,
afirma Juliana. Antes, cuando vendían
en plaza y por separado, los precios fluctuaban
bastante, había jornadas buenas, pero otras
no tanto, además cargaban con el peso de la
incertidumbre de cada día. Ahora, unidos bajo
un modelo asociativo, se han convertido en
reguladores del precio del plátano en la zona,
generan empleo, les ha permitido estabilizar los
cultivos y mejorar la calidad de vida del productor
campesino. Con Pepsico van a la fija,
trabajan bajo demanda. Actualmente son 25
asociados y 74 productores afiliados. La asociación
además se ha convertido en la segunda
fuente de empleo, después del Estado, en una
economía bastante golpeada por el desempleo
y la informalidad.
El plátano proviene de las veredas de Belén
de Umbría, pero también de pequeñas asociaciones
de otros municipios como Guática,
Quinchía, Belalcázar y Mistrató. El productor
lleva el plátano directamente en racimos a la
planta donde se pesa, se selecciona y se hace
el registro para su pago el día sábado. De allí
pasa a la zona de producción para su respectivo
pelado. Son cerca de cien manos, todas
mujeres, que transforman ese fruto verde con
cáscara en una almendra lista para ser empacada
y transportada. Hasta 11 plátanos por minuto,
a un ritmo de 33 kilogramos por hora.
Son campesinas, indígenas, desplazadas, con
pocas oportunidades en la vida, con alguna
condición especial, víctimas de la violencia
o con una familia que mantener. “La alianza
con Pepsico nos permitió esa generación de
empleo con inclusión de género, y activar la
economía de muchos hogares del pueblo. En
Belén no abundan las oportunidades laborales,
especialmente para las mujeres. Acá están contratadas
legalmente con todas las prestaciones
y gracias al decreto 2616 no necesitan retirarse
del Sisbén ya que muchas de ellas reciben beneficios
por su condición. ASPLABEL les paga
por demanda, por días o por horas, con base
al salario mínimo”, explica Juliana. El trabajo de
pesaje, carga, eliminación de desechos y empacado
es realizado por 15 operarios, la mayoría
de ellos en procesos de rehabilitación o en
condición vulnerable. Pero la inclusión va más
allá del empleo. La asociación ha construido un
jardín infantil para que las madres que trabajan
allí puedan realizar sus actividades más tranquilas.
“Hay muchas mujeres que no pueden
trabajar porque no hay quien les cuide los hijos
o los tienen que dejar solos. El espacio es para
el cuidado de los niños mientras ellas trabajan.
Que puedan compartir con ellos las horas de
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