REVISTA CICPC
EDICION Nº 46
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el proceso de captación, presenté y en
ese primer listado no salí. Me enviaron
para la División Contra Robos y a los
días me llamaron para el BAE y como
a mí me gustaba me fui. En la brigada
estuve 10 años hasta que llegó el momento
de que quería probar otra cosa.
Me fui a la Comisaría Oeste, cuyo jefe
era el comisario Rafael León. Regresé
como a los dos años, y el jefe era el
comisario Marino Guerra, estuve por
espacio de 5 años. Fui para Inteligencia,
en la cual estuve 5 años, luego
regresé y desde entonces estoy aquí.
Llegué aquí como segundo, estaba el
comisario Julio Rivero como coordinador
de Dependencias Especiales y el
inspector jefe Pérez Periche como jefe
del BAE. Este falleció haciendo paracaidismo
y yo asumí la jefatura desde
ese entonces. Estuve en el 2011-2012
2017-2018. Duré 7 meses fuera de la
brigada, salí en septiembre, fui transferido
para Carúpano y posteriormente
esta dirección el 20 de diciembre”.
Explicó que Submarinismo es una
especialidad que debería practicar
todo funcionario que integra la unidad.
“Un francotirador es un especialista no
todo el mundo tiene esa facultad de ser
francotirador, no todo el mundo tiene la
facultad para ser explosivista; son dos
especialidades que son muy diferentes
al submarinista, todo el mundo tiene
que tener la capacidad de ser submarinista,
no podemos tenerle miedo al
agua, todos tenemos que ser rapelistas,
elitacticos y todos tenemos que ser
paracaidistas, son especialidades pero
todos lo tenemos que hacer, porque
todos debemos tener la capacidad de
saltar de un avión si estamos hablando
de funcionarios especiales”. Dijo
que no le gusta hablar de comandos
“porque es un término muy complejo,
yo le digo a los muchachos qué somos
funcionarios especiales capacitados
para cualquier actividad, incluso
salvar vidas”.
Y señaló que “muchas veces me ha
correspondido decir yo no soy ningún
asesino, mándenme a hacer un estudio,
yo soy una persona consciente
que no hablo mucho de ese tema. Yo
estoy aquí por obra y gracia del Espíritu
Santo por una función que me
puso Dios y siempre lo digo: seré jefe
del BAE hasta que Dios quiera. El entrenamiento
que hacemos nosotros
no es para matar es para salvar vidas.
Si hay un rehén hay que neutralizar a
la persona, de la mejor manera Y eso
no significa que yo voy a venir después
a celebrar. De eso no se trata y si todo
salió bien lo celebramos entre nosotros
y aquí lo digo, no tenemos que salir
a la calle para ir a celebrar”. Cuando
hay que llegar a un caso extremo, que
un funcionario del BAE acaba con una
vida.
¿Ustedes tienen a los
expertos para que atiendan
a esa persona cuando llega
aquí para ayudarlo desde el
punto de vista psicológico,
psiquiátrico?
Nosotros en una oportunidad hicimos
un intercambio con los franceses y a
ellos les tocó vivir una situación así,
en la cual uno de sus francotiradores
tuvo que accionar el arma. El funcionario,
lo manifiestan ellos, estuvo mucho
tiempo en reposo, visitas constantes al
psicólogo porque quedó traumado. Los
franceses nos hicieron esa pregunta.
El comisario Julio Rivero dice que el
entrenamiento que hacemos nosotros
cuando estamos en el proceso de captación
y es el primer curso que para
nosotros muy significativo que es curso
de tiro y combate; nos enfocamos
mucho en ver y capacitar al funcionario
desde el punto de vista de analizar y
superar todo ese tipo de cosas y por
eso es que nosotros somos muy exigentes
y al que le corresponde la parte
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