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Revista Aposgran 137

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ACTUALIZACIÓN TÉCNICA

#AposgranEnCasa

Cebada cervecera: parámetros

de recibo y conservación

Autora:

Ing. Industrial Maria Florencia Alle

Supervisora de Calidad de Cebada-

Boortmalt Argentina SAS

E-mail: maria.alle@boortmalt.com

La cebada es la principal materia

prima para la elaboración

de malta y como consecuencia,

es el primer paso fundamental

para la producción de

cerveza. Es larga la cadena de

procesos y muchos los cuidados

que se deben tener sobre

la cebada. En este artículo nos

vamos a enfocar precisamente

en conocer las mejores prácticas

de conservación que nos

permita.

La cebada se siembra sobre fines

de mayo/inicios de junio,

aunque en realidad el proceso

arranca mucho antes, con un

primer paso fundamental que

es la planificación de qué se

va a sembrar. Este cereal tiene

la particularidad de que existen

muchas variedades con diferentes

rindes en campos y resultados

en el proceso de malteo.

Cada cervecería tiene sus variedades

aprobadas por lo cual

se requiere trabajar en conjunto

con los productores para obtener

lo que necesitamos, sin perjuicio

de sus rindes y, por ende,

de su beneficio económico.

Una vez llegado el tiempo de

la cosecha, hay mucho que

preparar y considerar para

poder recibirla, almacenarla

y conservarla incluso hasta 14

meses cuando esté disponible

la siguiente.

Los acopios en los que almacenemos

cebada cervecera

deberían contar en sus instalaciones

con muchos silos de

mediana capacidad para poder

segregarla por variedad y rango

de proteína. Asimismo, deben

tener buenas aireaciones,

sistemas de termometrías, silos

que puedan sellarse para

fumigación con gas, y es muy

deseable contar con sistema

de prelimpieza para eliminar

el polvo, que es muy abundante

en la cebada y no solo favorece

la proliferación de plagas

sino que, además, dificulta la

aireación. En cualquier caso,

sabemos que contar con todas

estas variables no siempre

es posible, por lo que es muy

importante conocer nuestras

posibilidades operativas en

función de determinar la mejor

estrategia de conservación

para las características dadas.

Esta estrategia de conservación

va a determinar la factibilidad

de disponer la cebada

adecuada en el momento que

se requiera para enviar a producción.

Para poder convertirse

en malta, la cebada debe

estar apta para poder germinar

y que eso ocurra determina si

esta ha sido exitosa.

Ahora bien, ¿cuáles serían las

mejores medidas y qué es importante

tener en cuenta?:

- Recibo en acopio: toda buena

conservación empieza con

un recibo meticuloso. Saber

qué tenemos y cómo lo almacenamos

nos llevará a tomar

las mejores decisiones. Los

parámetros de recibo que definen

la descarga del camión

son: proteína entre 9,5%

y 13%, humedad menor a

12,5%, calibre mayor a 80% y

poder germinativo (PG) superior

a 98%.

- Secado: debemos asegurar

que el grano se encuentre a

bajo contenido de humedad

antes de ser almacenado, ya

que es el principal factor que

afecta su calidad y viabilidad

de buena germinación.

En caso de que la mercadería

ingrese húmeda (nunca mayor

a 13,5%), debemos realizar

un proceso de secado, ya

que no es posible conservar

su PG en el tiempo si almacenamos

con focos de humedad.

Hay que tener en cuenta

que la temperatura óptima es

entre 38° y 40° y nunca podrá

ser superior a 45°C. Es

muy difícil realizarlo en estas

condiciones, por eso es fundamental

esperar a realizar la

cosecha cuando esta variable

esté en valores de especificación.

Quizás un mal secado

no implique un bajo valor de

PG en lo inmediato, pero va a

caer sin dudas en el corto plazo,

lo cual es un gran riesgo.

Por esto, es aconsejable estar

siempre en contacto con el

productor o acopiador previo

y saber qué tratamiento realizó

sobre la cebada que nos

está entregando.

- Fumigación: la cebada es

un cereal muy vulnerable a la

infestación de plagas, por lo

cual debemos definir un plan

de fumigación eficiente y monitorear

constantemente, ya

que si la infestación es grande

la pérdida de calidad podría

ser muy significativa no sólo

en el porcentaje de granos picados,

sino, fundamentalmente,

en la pérdida de PG. Para

fumigar, se puede utilizar

fosfina o productos líquidos,

pero es importante asesorarse

16 APOSGRAN, 35 años trabajando con la Agroindustria

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