25.11.2020 Views

6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

1°) ALTERACIONES DEL PRIMER PERÍODO DEL ACTO VOLUNTARIO: (deseos y decisiones. Conación)

Pueden ser de dos órdenes: cuantitativas y cualitativas.

A) Alteraciones cuantitativas:

1) Abulia: Consiste en la falta absoluta de voluntad; en la carencia de deseos y de decisiones; la

afectividad deja de ser fuente de deseos, el pensamiento se apaga y la voluntad se inhibe.

La psicopatología estudia diversos tipos de abulia, en todos los cuales se manifiesta un trastorno

global y marcado de la psique. Al margen de esta abulia patológica debe considerarse la que se

llamó: abulia constitucional, propia de personas que llegan al mundo insuficientemente dotadas de

deseos y reacciones volitivas.

Entre las abulias patológicas más frecuentes figuran:

La abulia neurasténica, que no se origina en la falta de deseos sino en la imposibilidad de llegar

a las decisiones. Tras una serie de titubeos y dudas, la decisión no se concreta porque una resistencia

invencible que angustia al enfermo impide la ejecución del acto.

La abulia de los esquizofrénicos: la gran indiferencia afectiva en que se encuentran sumidos estos

enfermos produce carencia de deseos e intenciones. En las ocasiones en que el deseo surge y tiene

suficiente intensidad la acción llega a realizarse, por cuanto no existe ningún impedimento a nivel

de los mecanismos motores ejecutivos.

La abulia de los melancólicos presenta una característica muy peculiar. Estos enfermos, cuya

exaltación afectiva desplacentera es muy grande, sienten los deseos y las tendencias que impulsan

a la ejecución de determinados actos. A veces, los estímulos suelen ser numerosos y a menudo

requeridos por necesidades indispensables para la vida y el mantenimiento de la estabilidad del

individuo y del hogar; sin embargo, ese impulso muere a poco de nacer porque se le opone un

intenso sentimiento de impotencia e incapacidad que impide llegar a la decisión y a la ejecución La

abulia de los catátanicos: En estos enfermos los mecanismos motores se hallan requeridos por

tendencias opuestas que se neutralizan, como ocurre en los casos de negativismo. Toda tentativa

de acción, tanto espontánea como sugerida, engendra automáticamente la tendencia al acto contrario;

vale decir que la abulia catatónica implica una manifestación de ambivalencia (quiero y no

quiero).

2) Hipobulia: Consiste en una disminución de la actividad voluntaria; en realidad es un grado

menor que la abulia, por lo que corrientemente se la incluye en esta última. Se manifiesta en los

mismos enfermos que hemos considerado en la abulia.

3) Hiperbulia: Es el aumento de la actividad voluntaria y su consecuencia es una mayor eficacia y

rendimiento en las acciones. Así considerada, la hiperbulia es perfectamente normal y de ella

resultan individuos emprendedores, luchadores, capaces de lograr más fácilmente que otros los

objetivos que se proponen; se dice que son de voluntad inquebrantable, decididos, o de carácter

fuerte.

La hiperbulia sólo se adentra en el terreno de lo patológico cuando engendra actos que son

inadecuados a las normas de la convivencia social Se observa corrientemente en la excitación

maníaca y en todas las formas de excitación psicomotriz, en las que se manifiesta sin dirección por

falta de atención voluntaria. La hallamos en muchos delirantes, que acusados por sus ideas de

justicia y de reivindicaciones llegan a la ejecución de actos antisociales y a veces francamente

delictuosos.

B) Alteraciones cualitativas:

"Alteraciones de la primera etapa: de Elaboración".

1) Impulsos: Ya hemos dicho que en el núcleo instintivo-afectivo es donde se originan los deseos,

tendencias y emociones que constituyen los elementos básicos que generan los actos voluntarios.

En condiciones normales y en personas bien evolucionadas todos estos elementos primarios que

concurren a integrar, un acto son sometidos a una serie de elaboraciones por parte de la

inteligencia, cuyas inhibiciones suavizan las primitivas reacciones y conduce a una decisión la cual

permite la ejecución del acto voluntario y perfectamente controlado.

Pero fuera de este mecanismo normal, respondiendo a diversas circunstancias de orden

patológico, se produce una intensa reactivación de las fuerzas instintivas que llevan a la ejecución

irrefrenable de algunos actos en forma violenta y que escapan a todo control cortical. Estos actos

descontrolados son los que se conocen bajo la denominación de impulsos.

En consecuencia el impulso es la manera de responder del instinto, obedeciendo a los deseos y

tendencias que en él tienen origen. El impulso anula la posibilidad de llegar a una decisión por

cuanto la inteligencia no participa para determinarla; todo queda reducido a la primera parte del

acto voluntario pues se produce una respuesta súbita y descontrolada del deseo instintivo. Es por

esto que el impulso se ha comparado a un acto en cortocircuito, porque se efectúa sin participación

de la fase consciente y voluntaria. Los actos impulsivos están al servicio de los resortes instintivos

para asegurar la conservación del individuo y de la especie; estos impulsos que responden al instinto

son perfectamente normales.

Independientemente de los impulsos normales deben considerarse los impulsos patológicos,

cuyas respuestas llevan el sello que señala el carácter mórbido y desviado de la normalidad, desde

el momento que no condicen con las apetencias naturales y con las tendencias con que

normalmente el instinto satisface sus objetivos. Esas desviaciones o impulsos mórbidos se observan

en todas y cada una de las formas de manifestación del instinto: a) en el instinto de nutrición: la

pica, la coprofagia, etc.; b) en el instinto sexual: el masoquismo, la homosexualidad, el fetichismo,

etc.; c) en el instinto gregario: el homicidio, la cleptomanía, la piromanía, etc.

2) Compulsiones: La compulsión es un estado patológico que resulta de la oposición de dos

fuerzas contrarias. Por un lado el deseo o tendencia que origina un impulso morboso que pugna por

desencadenarse; por otro lado, el control que el individuo ejerce sobre el acto, oponiéndose y resistiéndose

tenazmente a su ejecución mediante enérgicas inhibiciones. Esta lucha de fuerzas en pugna

genera un estado de angustia intensa, tal como es dado observar en las neurosis obsesivas.

Los actos obsesivos se desencadenan en forma automática, impulsiva, a pesar de la oposición

enérgica del enfermo. Esta resistencia y la imposibilidad de inhibir el acto, por su imposición

obsesiva a la conciencia, angustian al paciente temeroso de llegar a su ejecución. Para eludir esta

posibilidad, descarga la tensión psíquica y aminora la angustia recurriendo a la ejecución de- actos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!