6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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transformación). En la misma forma se producen los sentimientos de muerte y- de resurrección y de
transformación del mundo circundante. Las neotimias constituyen sentimientos totalmente
extraños, que escapan a la órbita de la afectividad normal y señalan graves alteraciones en la
estructuración íntima de la personalidad.
CATATIMIA:
Se llama catatimia a un estado de intenso colorido afectivo que, en determinados momentos,
impregna a la personalidad y embarga la psique con marcado predominio sobre el campo de la
esfera intelectual. La corriente afectiva interfiere las elaboraciones intelectuales, a la que comunica
un matiz particular de acuerdo con las vivencias del momento.
Debido a dicha interferencia afectiva el individuo efectúa una apreciación subjetiva deformada
de la realidad objetiva, que la percepción aporta a la conciencia, así como de todas las elaboraciones
mentales. Esto se debe a que la afectividad falsea los juicios que participan de todas las
elaboraciones psíquicas; la catatimia provoca una verdadera desviación del juicio a favor de esa
corriente afectiva, que lo inhibe para una correcta comparación y ponderación de las cosas. Luego,
toda determinación surgida de un juicio catatímico adolece de falta de solidez y veracidad,
conduciendo a graves errores. Por la interferencia catatímica las madres ven a sus niños corno los
mejores entre otros muchos; en este caso el amor maternal provoca una franca obtusión del juicio.
2º) Síndrome de depresión psicomotriz:
El enfermo deprimido está sumido en un humor triste; una inmensa tristeza, que a menudo no
sabe a qué atribuir, embarga su ser. Este estado de ánimo es inconmovible, ni aun los estímulos y
las situaciones que antes constituían un motivo de alegría "pueden modificarlo. Como consecuencia
aparece toda la gama de pensamientos de tonalidad triste y desplacen-tera: sentimientos de
impotencia, de cambio y de transformación de la personalidad (neotimias), de angustia y de
ansiedad.
3º) Síndrome delirante:
En el síndrome delirante existe notoria hipertimia provocada por los acontecimientos que, en
una u otra forma, tienen relación con el tema de la concepción delirante, que siempre es defendido
con gran vigor. En el caso de los delirios paranoicos predominan los sentimientos de orgullo y de
sobrevaloración, que son inherentes a la personalidad; también es notorio el sentimiento de
desconfianza desde que estos enfermos siempre se creen perjudicados y perseguidos; asimismo
revelan una gran susceptibilidad en todas aquellas circunstancias en que se suponen aludidos o
creen percibir referencias a sus personas. La exaltación afectiva de los delirantes se exagera en
forma extraordinaria cada vez que se contradicen sus ideas y aseveraciones pudiendo, en los
paroxismos, llegar hasta la agresión.
Estado de la afectividad en los diferentes síndromes
4º) Síndrome esquizofrénico:
1º) Síndrome de excitación psicomotriz:
En el síndrome de excitación psicomotriz existe, desde el punto de vista cuantitativo, una
marcada hipertimia, llamando especialmente la atención una gran labilidad afectiva que hace oscilar
el humor desde el estado placentero con alegría y euforia hasta un estado displacentero con cólera
y furor.
Generalmente estos enfermos son optimistas, emprendedores, eufóricos; pero dada la gran
inestabilidad del humor la euforia, al influjo de causas a menudo insignificantes, es fácilmente
sustituida por el enojo y la cólera. La gran exaltación afectiva provoca una ligera inhibición cortical,
que determina la liberación de la vida" afectiva primaria próxima al plano instintivo de donde surge
en forma predominante la emoción sexual. Por esta razón vemos a estos enfermos actuar, gesticular
y hablar de manera vehemente, aludiendo en una u otra forma al sexo opuesto. También es
frecuente observar en los excitados, en un terreno displacentero la ironía, la burla y el desprecio
que subiendo de tono pueden culminar en la agresividad.
Es frecuente oír decir que la esquizofrenia se caracteriza por la hipoafectividad. Esto es evidente
y constituye una de las manifestaciones que contribuyen a dar formas nítidas y definitivas a este
cuadro; sin embargo es necesario efectuar algunas consideraciones al respecto. Dicha hipoafectividad
es real para todo cuanto se relacione con el mundo exterior y con el ambiente social,
pero no lo es en lo que se refiere a las alternativas- de la vida interior del esquizofrénico. En efecto,
las vivencias afectivas desplacenteras son intensas y numerosas, especialmente aquellas que se
originan en las graves perturbaciones de la cenestesia o en los trastornos del pensamiento, de
donde surgen los sentimientos de cambio de la personalidad (despersonalización), los sentimientos
de la pérdida del autodominio, de la individualidad y de la independencia, con la impresión de ser
dirigidos en sus pensamientos y en sus actos (neotimias), y los sentimientos de extrañeza y de
perplejidad consiguientes, que convierten a estos enfermos en asociales y antisociales, hoscos,
retraídos, irritables, desconfiados, desconectados y aislados del medio en que viven.
5º) Síndrome confusional:
En los estados de confusión mental existe un grado más o menos pronunciado de actividad
psíquica de donde, en ocasiones, resulta difícil la investigación de la afectividad. La hipotimia es muy
marcada en el estado confusional estuporoso. Cuando la confusión mental es leve el enfermo,
desorientado, experimenta sentimientos de extrañeza, perplejidad y asombro, que se reflejan en la
expresión del rostro.