6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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Las elaboraciones intelectuales resultarían sumamente áridas si la afectividad no interviniera,
proporcionándoles el calor necesario para mantener el interés que las hace progresar hasta su
finalidad.
También interviene para condicionar la actividad general del individuo, al extremo que entre el
pensamiento y la acción se interpone siempre lo afectivo moderando o estimulando los actos, es
decir que, en última instancia, la afectividad condiciona la conducta de la personalidad.
De un modo general, el hombre, por sus deseos y sus tendencias naturales, orienta su vida
psíquica en el tono agradable o placentero. Cuando, por vivencias circunstanciales, se produce
desplacer, esa inclinación innata determina, en lo posible, un viraje hacia las situaciones placenteras.
1º) EMOCIONES PRIMARIAS O SIMPLES:
Constituyen la forma más firme y primitiva de reaccionar el individuo en el campo de la
afectividad; están íntimamente ligadas y en directa dependencia del núcleo instintivo-afectivo de la
personalidad. En efecto, responden siempre al instinto de conservación en sus diversas
manifestaciones, siempre alerta para asegurar la perduración del individuo -y de la especie.
Podemos decir que en estas emociones primarias hallamos la respuesta directa del instinto. Ésta es
la razón de la gran brusquedad que las caracteriza y de su intensa repercusión física, ya que el
organismo responde a cada una de ellas con las más variadas manifestaciones en el orden
fisiológico. Por otra parte, en cada una se observa una actitud determinada que caracteriza y motiva
la conducta que asumirá el individuo.
Las emociones simples o primarias son tres: el miedo, la cólera y el amor.
Contenido de los estados afectivos
Los estados afectivos están integrados por las emociones, afectos, sentimientos y pasiones.
Los distintos estados afectivos son modificaciones, de diferente índole e intensidad, en el humor
habitual de una persona; son manifestaciones reactivas del humor provocadas por los más diversos
estímulos externos e internos, físicos y psíquicos.
Emociones
La emoción consiste en un cambio más o menos súbito que se produce en el humor o estado de
ánimo habitual".
Las emociones son motivadas por las más diversas sensaciones que la sensopercepción lleva al
campo de la conciencia, o por las representaciones, imágenes e ideas que surgen a ella en un
momento determinado.
La característica más importante de la emoción es la brusquedad de la reacción que provoca en
el humor, con el agregado de una gran repercusión física y psíquica. De intensidad muy variable
llega, en ocasiones, a motivar y dirigir la conducta que el individuo observará consecutivamente.
En la emoción debemos considerar entonces los siguientes factores:
1) La causa determinante, percepción, representación mnemónica o idea.
2) La repercusión psíquica, que es la emoción misma, que produce la modificación en el estado
de ánimo. 3) La repercusión física u orgánica, que es la que traduce o expresa, en diferentes formas,
esa emoción.
De lo más simple a lo más complejo las emociones se han clasificado en dos grupos: emociones
primarias o simples y emociones secundarias o complejas.
Miedo: Es la respuesta del instinto de conservación del individuo ante los peligros que amenazan
su integridad, tanto sean las agresiones desde el exterior como las perturbaciones somáticas que
producen malestar o dolor. El miedo provoca, en el terreno psíquico, una vivencia muy
característica; el individuo experimenta subjetivamente como un achicamiento, reducción o
contracción de toda su personalidad. Cuando este fenómeno es de gran intensidad puede llegar
hasta el eclipse de la conciencia y la pérdida del conocimiento. Esto último es lo que se conoce bajo
la denominación de reacción catastrófica.
En el orden somático las manifestaciones de la emoción de miedo son muy intensas. Se
comprueba, entre los trastornos mayormente observados, aceleración cardíaca, palpitaciones;
detención o aceleración de los movimientos respiratorios; trastornos vasomotores que se traducen
por palidez en el rostro y sequedad de las mucosas; trastornos gastrointestinales, diarreas;
temblores generalizados. La "huida" es la actitud que corresponde al miedo y que caracteriza la
conducta del individuo dominado por esta emoción, siempre que la intensidad de la misma no
produzca la reacción catastrófica que la inmoviliza.
Cólera: Las manifestaciones de la emoción colérica muestran la reacción del instinto de
conservación ante los peligros que amenazan a los intereses y a la integridad del individuo, que
ataca para defenderse. La cólera produce, en el terreno psíquico, una vivencia completamente
opuesta a la de la emoción de miedo. El individuo experimenta, psíquicamente, una sensación de
expansión, como si se produjera realmente un aumento de volumen de la personalidad.
En el terreno somático la repercusión de la emoción es intensa; se produce aceleración de los
ritmos cardíaco y respiratorio; fenómenos vasomotores, bien manifiestos por una marcada
rubicundez del rostro, en el que se imprime la característica expresión de la ira. Consecutivamente
a la emoción de cólera el individuo asume la actitud del ataque y destrucción.
Amor: Es la emoción sexual que se manifiesta psíquicamente por una vivencia que produce la
sensación de expansión y proyección hacia el exterior o, más exactamente, en pos del objetivo
determinante de la emoción.
Las manifestaciones somáticas son, en general, más atenuadas que en las otras emociones
primarias, pero se tornan particularmente violentas cuando se producen obstáculos a la descarga
motora con que se satisfac-cc el instinto. El instinto de conservación, bregando por la conservación