6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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Toda vez que la mente razona realiza comparaciones entre los términos o juicios contenidos en
las premisas, con el objeto de llegar a la conclusión y demostrar que lo que es verdad en uno de los
términos también lo es en los otros.
Ahora bien, las comparaciones que efectúa el razonamiento pueden hacerse de dos maneras: en
forma global o en forma analítica.
Cuando el razonamiento se lleva a cabo en forma global no se descomponen las premisas, no se
separan las partes del todo para tener en cuenta las cualidades de cada una de esas partes. Este tipo
de comparación no conduce a un razonamiento útil desde el momento que expone a numerosos
errores, lo cual no significa que el producto de un razonamiento global sea siempre falso. En efecto
muchos son los casos en que las premisas son real y exactamente iguales y en que es exacta la
conclusión de que una posee los mismos elementos y caracteres que se observaron en la otra.
Pero para que un razonamiento sea lógico debe sustentarse en una comparación de forma
analítica; el análisis descompone cada uno de los términos e investiga los caracteres y atributos de
las partes constituyentes. De esta manera se tiene la posibilidad de efectuar delicadas sustituciones
entre los términos que comparados en forma global resultan completamente insustituibles. Un
ejemplo muy ilustrativo es el que emplea Roustan en su libro "Lecciones de Psicología". Consiste en
hacer las comparaciones entre la función respiratoria y el fenómeno químico de la combustión.
Considerada en forma global la respiración consiste en una serie de movimientos rítmicos del tórax,
con lo que se verifica la ventilación pulmonar, y la commbus-tión un fenómeno que produce calor,
llamas, humo, etc., y que no aparenta tener ningún punto de contacto con la respiración. Pero se ha
demostrado que el fenómeno fundamental de la respiración consiste en una oxidación y que otro
tanto ocurre con la combustión. Haciendo la comparación analítica verificamos: respiración significa
oxidación; oxidación significa combustión; de donde: respiración significa combustión. Luego el
razonamiento lógico requiere un trabajo analítico que permite hallar un término auxiliar, llamado
término medio, gracias al cual se hace posible una sustitución que de otro modo no es factible. En
el ejemplo citado el término medio sería oxidación.
En el estudio del razonamiento debemos distinguir tres tipos, razonamiento por deducción, por
inducción y por analogía.
1º) Razonamiento por deducción:
Es el razonamiento que acepta como verdadera a una proposición llamada consecuencia, cuando
varias otras proposiciones llamadas principios o premisas también lo son. Son razonamientos por
deducción los razonamientos matemáticos y los silogismos.
2º) Razonamiento por inducción:
Es el razonamiento que afirma una verdad basándose en la observación de un determinado
número de hechos. Se trata de una afirmación de orden general o sea que pasa de los hechos a la
ley. Es el razonamiento empleado en las ciencias experimentales.
3º) Razonamiento por analogía:
Cuando la verdad que se afirma es resultado de observar en uno de los términos caracteres
semejantes a los observados en el otro.
Los dos primeros tipos de razonamiento son analíticos, mientras que el tercero es global.
PENSAMIENTO
El pensamiento es el resultado final de todo el funcionalismo psíquico; es su exponente de mayor
jerarquía; es la expresión de la capacidad y del vigor intelectual de cada individuo.
En esta elevada actividad culminan la selección y el ordenamiento de los conocimientos, que se
orientan de acuerdo con un tema y según una finalidad que da curso a aquélla. El pensamiento
comprueba la adaptación consciente de todos los conocimientos que integran el saber del individuo
al tema que ocupa su conciencia.
Cuando hablamos de un tema queremos significar que en todo pensamiento existe un contenido
que está representado por una idea o conocimiento, el cual ha de ser elaborado para llegar a un fin
determinado. O sea que, además de un contenido, el pensamiento tiene una finalidad que es
alcanzada a través de una serie de juicios y razonamientos en conexión con otros conocimientos
vinculados con el tema o conocimiento central. Por lo tanto para alcanzar su finalidad debe recorrer
las etapas de esas elaboraciones psíquicas de donde, además de un contenido y una finalidad, el
pensamiento tiene un curso. Contenido, finalidad y curso presuponen la existencia de un deseo o de
una intención; con otras palabras, para que el pensamiento culmine es necesario que haya calor
afectivo que ponga en juego una determinada cantidad de energía psíquica voluntaria capaz de regir
la elaboración.
En resumen el pensamiento coherente normal es producto de un trabajo conscientemente
dirigido, durante el cual la atención está concentrada en la actividad de todos los mecanismos
psíquicos.
Ahora bien, el tema que marca la finalidad y el curso del pensamiento es lo que se conoce bajo
la denominación de idea directriz. La idea directriz se destaca del conglomerado de ideas afines por
la carga afectiva determinada por el deseo o intención, que la jerarquiza sobre las restantes que
pasan a ocupar un plano secundario. Debido a ese interés que impregna a la idea directriz se pone
en juego el mecanismo del juicio, que permite .relacionar, comparar y valorar a las diversas
constelaciones asociativas, eliminando unas y utilizando otras mediante una minuciosa selección.
Es así como la idea directriz se convierte en la causa que facilita la elaboración del pensamiento que,
movido por ella, se encauza y progresa hacia su fin. Pero para que esta progresión sea posible se
requiere la participación imprescindible de las constelaciones asociativas, aun cuando éstas se
encuentren supeditadas a la idea principal.
Las constelaciones asociativas están constituidas por un complejo conjunto de ideas vinculadas
generalmente por lazos afectivos y que, por eso mismo, surgen a la conciencia interviniendo en la
progresión del pensamiento. Intervienen también en la integración del pensamiento todos los
acontecimientos del mismo tenor afectivo de la idea directriz, aún los debidos a las causas más