25.11.2020 Views

6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CLASIFICACIÓN DE LAS IDEAS DELIRANTES:

En primer lugar, teniendo en cuenta su "significación", las ideas delirantes se clasifican en

verosímiles e inverosímiles.

1º) Las ideas delirantes verosímiles son las que encierran un significado natural, evidente y

probable y cuyo tema se halla comprendido, por lo tanto, entre las cosas que pueden ser o suceder

y que pueden probarse. Un enfermo afirma que es perseguido por ciertas personas; otro asegura

que es objeto de infidelidad conyugal: ambos están dentro del orden de las cosas que pueden

acontecer y que pueden estar sujetas a comprobación.

2º) Las ideas delirantes inverosímiles en cambio, encierran un significado absurdo, imposible de

observarse o producirse dentro de la normalidad. Un enfermo dice ser "el rey de la República

Argentina"; otro manifiesta que "no tiene corazón".

Teniendo en cuenta la carga afectiva y el humor que despiertan y mantienen en el individuo, las

ideas delirantes son placenteras o displacenteras.

1º) Las ideas delirantes placenteras son las que determinan un humor agradable, satisfacción,

euforia y optimismo.

Son de esta naturaleza: las ideas megalómanas; el sujeto que se tiene por poderoso o adinerado

se siente eufórico y satisfecho, b) Las ideas místicas; despiertan el mismo humor cuando, por sus

concepciones, el enfermo se cree un elegido, ungido de poderes sobrenaturales, o un enviado para

el cumplimiento de una misión celeste, cuando no es la encarnación de un santo o un ser divino.

Algunas veces las ideas místicas pueden provocar desplacer, especialmente cuando están vinculadas

con el infierno y con las entidades demoníacas, c) Las ideas eróticas; producen humor placentero

cuando el enfermo se complace en pensar y tiene el íntimo convencimiento de que es amado

irresistiblemente; humor que se torna displacentero ante las dificultades que se oponen a la

culminación de amores imposibles, d) Las ideas palignósticas; cuyas concepciones de vida eterna,

muertes y reencarnaciones sucesivas halagan el humor y la vanidad pues la generalidad de las veces

los enfermos sostienen que, en las vidas pasadas, encarnaron a personajes importantes de la

historia de la humanidad.

Tanto las ideas místicas como las eróticas y las palignósticas tienen una raíz megalómana, que se

traduce por el firme convencimiento del paciente de ser irresistible en el amor, de estar investido

de poderes divinos j de sentirse la encarnación de destacadas figuras históricas.

2º) Las idas delirantes displacenteras son las que dan lugar a un humor desagradable, a estados

depresivos o de disgusto y hasta exaltación colérica.

Son las: a) Ideas hipocondríacas, que hallamos en los delirios hipocondríacos y que originan

sensaciones de malestares y afecciones inexistentes referidas a los más variados órganos y aparatos

de la economía. b i Ideas melancólicas, propias de los estados de gran depresión y tristeza que

embargan a los melancólicos; son ideas de impotencia, de ruina, de autoculpabilidad, de indignidad

y de suicidio, c) Ideas de perjuicio; el enfermo que se cree afectado, pospuesto o perjudicado tiene

un humor displacentero y un marcado disgusto, d) Ideas <de persecución, de igual naturaleza que

las anteriores, e) Ideas reivindicatorias; el enfermo injustamente perjudicado sufre y se afana por

ser reivindicado del abuso o arbitrariedad de que fue objeto, f) Ideas de celos; todo celoso vive en

un permanente desplacer, temeroso de la infidelidad y del engaño que lo conducen a ideas de

perjuicio y persecución.

2º) Ideas obsesivas

La idea obsesiva es una idea errónea, cuyo error, a diferencia de lo que ocurre con la idea

delirante, es reconocido por el enfermo, quien comprende su carácter netamente patológico. Vale

decir que, la idea obsesiva, si bien entorpece la marcha normal de las elaboraciones psíquicas, no

es el producto de un juicio desviado desde el momento que éste reconoce el error; por esta razón

la conducta no es condicionada por la idea, o sólo lo es en forma parcial.

El enfermo percibe y conoce el origen de la idea obsesiva, que refiere a lo más íntimo de su ser,

desde donde surge para imponerse a la conciencia, adquiriendo en ella un carácter de firme

persistencia. Se ha dicho que: "las obsesiones como trastorno intelectual constituyen estados

secundarios a las alteraciones de las esferas afectiva y activa".

La idea obsesiva tiene su origen en el núcleo instintivo-afectivo de la personalidad, en el que se

gestan las tendencias, deseos y temores que determinan las reacciones emocionales primarias.

La formación de ideas de esta naturaleza requiere la existencia de una predisposición

constitucional que determina una personalidad psicopática, inmadura en su evolución, frágil,

insegura, plagada de dudas y temores y de gran inestabilidad del equilibrio activo-afectivo.

Son siempre los temores y, por ende, la .emoción de miedo, los que embargan la psique de estos

enfermos. De allí emana el intenso potencial afectivo que carga la idea y que al mismo tiempo obra

selectivamente sobre la voluntad, a la que inhibe en forma parcial. Como consecuencia se establece

una lucha estéril; en efecto, reconociendo el enfermo lo patológico de sus concepciones trata de

rechazarlas, pero, debido a la poderosa carga afectiva y a la precaria voluntad para resistirlas, las

ideas arraigan firme y persistentemente. Nacen entonces los estados compulsivos, que determinan

la ansiedad y la angustia que hacen presa del enfermo. Esa lucha es estéril por lo despareja, puesto

que hay una relación inversa entre la intensidad de la carga afectiva de la idea y la capacidad de 1

voluntad para rechazarla cuanto mayor sea el potencial afectivo menor será la voluntad disponible

para oponerse a la idea. Por lo tanto, ésta no desaparece de la conciencia, a pesar de que el juicio

reconozca su carácter patológico.

El saldo es un estado displacentero, en el cual se mezclan desasosiego, incertidumbre,

perplejidad, preocupación, hasta culminar en la angustia y la ansiedad. La angustia agrava la

situación, pues se trata de una nueva emoción que determina una sobrecarga afectiva, por lo que

la idea es intensamente reforzada a medida que aumenta la impotencia para rechazarla.

Concluyendo con una definición diremos: "La idea obsesiva es una idea patológica que perturba

el pensamiento pero que no desvía el juicio; nace del núcleo afectivo-instintivo y sobrecargando su

potencial con la angustia arraiga en forma persistente en la conciencia".

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!