6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
a esto que las ideas presentan características personales, a la manera de un sello impreso por la
capacidad mental del individuo.
La idea es pues la esencia misma del conocimiento, porque expresa el mayor o menor grado de
pureza y perfección del mismo. Este grado de pureza está en relación con la calidad de los juicios y
razonamientos previos a su comprensión y adaptación. Sintetizando el concepto de idea diremos:
"La idea es el conocimiento que se tiene de los seres, de las cosas y de los fenómenos del mundo
objetivo y del mundo de valores".
Capital ideativo:
El capital ideativo está representado por el conjunto de ideas o conceptos adquiridos en el
transcurso de la existencia. La cantidad y la calidad de las ideas que lo forman se halla en directa
dependencia de la capacidad intelectual. El cumuló de ideas que constituyen el capital ideativo de
una persona normal, teniendo en cuenta un orden jerárquico, se halla colocado entre los polos
extremos: el de las ideas concretas y el de las ideas abstractas. Entre ambos extremos tiene lugar
toda la actividad del pensamiento humano.
Consideraremos, a continuación, las diversas formas por las que se integra el conocimiento
humano partiendo de diferentes orígenes.
1º) Ideas concretas: Las ideas concretas tienen su frente de origen en el sensorio. Se refieren al
conocimiento, captado por los sentidos, de todo lo que pertenece al mundo exterior objetivo,
animado é inanimado, raciona) e irracional.
El conocimiento concreto, que es el primero que adquiere el hombre en el transcurso de su
existencia, nace de la relación y contacto directo con el mundo de los objetos y de los seres. Esa
relación, observación y contacto directo entre sujeto y objeto, fuente del primer conocimiento,
constituye el paso inicial en la evolución ontogenética del pensamiento.
Todo aquello que el sensorio capta por la observación del mundo exterior objetivo es registrado
en la conciencia, dando lugar a la formación de ideas que determinan la individualización de las
cosas y de los seres; en la misma forma se adquiere el conocimiento de lo que ocurre en el propio
mundo interior y que la cenestesia se encarga de informar a la conciencia.
Estas ideas concretas se elaboran mediante la formación de una imagen, anímica del objetivo
percibido. Dicha imagen, en lo sucesivo, favorece la representación mental del objeto en la
conciencia, cuando las circunstancias del acontecer psíquico así lo requieran; y también hace posible
su rápido reconocimiento en el caso de captarse el mismo objetivo en un nuevo acto perceptivo,
desde el momento que la memoria ya ha fijado la primitiva imagen sensoperceptiva.
Mediante el acopio del conocimiento concreto se realiza el reconocimiento del mundo exterior
y del mundo interno, lo que permite la noción de unidad individual, perteneciente al mundo externo
pero diferente de él y de las cosas que en él existen.
El pensamiento que se construye con las ideas imágenes, se conoce con el nombre de
pensamiento por imágenes o pensamiento sensoperceptivo. El pensamiento concreto es propio de
todos los seres en las primeras etapas de su evolución, de los pueblos primitivos y salvajes y de las
personas de precario desarrollo mental por carencia de capacidad.
Debemos tener en cuenta que, si bien lo concreto pertenece a la forma primitiva del
conocimiento, no quiere esto decir que el hombre evolucionado no posea un bagaje considerable
de ideas concretas, puesto que son las que constituyen la base para la concepción del mundo
exterior.
2º) Ideas símbolos: La evolución de las ideas se logra mediante el paso de la individualización de
la imagen anímica a la generalización por la formación de una imagen genérica.
Consideremos varias cosas u objetos pertenecientes al mismo género pero desiguales entre sí;
por ejemplo sillas de diferentes formas, tamaños y materiales de construcción. En presencia de los
caracteres genéricos comunes, el individuo recurre, para su individualización, al análisis de las
cualidades y propiedades de cada una, de donde surge la noción de silla con asiento cuadrado, silla
con asiento redondo, silla de madera, silla de hierro, silla alta, silla baja, etc. Posteriormente y por
síntesis se hace la abstracción de las cualidades que son comunes a todas las sillas, formándose una
nueva imagen, la genérica, que las involucra a todas sin determinar a ninguna en particular.
La imagen genérica nos aleja de la representación tangible del objeto; ya no se trata de la imagen
anímica inmediata a su percepción, sino de una imagen mediata resultante de una elaboración
mental, y que, en parte, nos aleja de la objetivación directa.
Las imágenes genéricas se hacen cada vez más generales, es decir más abstractas, con lo que
aumentan paulatinamente las distancias entre el sujeto y el objeto. Por lo tanto, a medida que las
ideas se jerarquizan se alejan de lo concreto y sensoperceptivo, aun cuando en su génesis la
participación del sensorio es activa e indispensable. Es en esta etapa evolutiva del conocimiento
humano, cuando se hace necesaria la creación de símbolos, que favorecen en gran manera la
transición' de la imagen anímica a la imagen genérica.
El símbolo constituye un signo o señal por medio del cual se hace posible la representación de
las ideas. Es resultado del convencionalismo humano, que nace de la vida de relación y de la
convivencia de los hombres en sociedades. El símbolo representa algo así como la cristalización o
materialización de una idea que se plasma en él, quedando convertido en su soporte y en su figura.
Los símbolos pueden ser: 1º) Visuales: son los símbolos del lenguaje escrito, los gestos que
traducen el lenguaje mímico, así como todo tipo de señales de carácter convencional que hacen
posibles las comunicaciones entre los hombres. 2°) Auditivos: son las palabras del lenguaje hablado,
los ruidos, silbidos y sonidos convencionales que se han establecido con el mismo fin.
Mediante la imagen genérica o simbólica, no se forma en la mente la representación de un objeto
determinado, la silla por ejemplo, sino una imagen sin límites precisos que comprende a todos los
tipos de sillas. La imagen real del objeto resulta indefinida, borrosa, aún más, alejada, fuera de
nuestro alcance, intangible.
Las ideas símbolos marcan una etapa decisiva en el tránsito de los conocimientos, desde lo
concreto a lo prelógico y lo abstracto. Los símbolos constituyen los elementos indispensables e
insustituibles para toda psique evolucionada. Cuanto mayor sea el caudal psíquico mayor será la