6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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graves carga la tensión emocional hasta llegar al grado de exaltación afectiva que perturba el juicio
y desencadena el estado alucinatorio.
Las alucinaciones cenestésicas se vinculan a los diversos aparatos y órganos de la economía; los
hipocondríacos y neuróticos se quejan de sofocación, disnea, palpitaciones, dolores viscerales
vagos, imprecisos en sus caracteres y localizaciones. Los melancólicos suelen presentar trastornos
cenestésicos más graves; desde la absurda manifestación de que sus órganos son de piedra por
ejemplo, o desde la afirmación de la inexistencia de algunos de ellos en sus organismos, llegan
paulatinamente hasta a negar la propia existencia (delirio nihilista).
Las alucinaciones cenestésicas son más groseras aún en los esquizofrénicos de cuyos profundos
trastornos de la personalidad son prueba evidente. Estos enfermos experimentan las más extrañas
sensaciones; ya un animal raro se instala en alguno de sus órganos, ya son cuchillos los que
atraviesan el corazón o los pulmones, ya se realizan en lo íntimo de su ser movimientos y bailotees
extravagantes.
3º) Alucinaciones cinéticas:
Los enfermos así alucinados experimentan la sensación de que se imprime los más variados
movimientos a sus miembros o, parcial o totalmente, a su cuerpo; no es raro que manifiesten que
reciben golpes y empellones o que se los mantiene suspendidos en el aire. La mayor parte de las
veces este tipo de alucinaciones se observa en los delirios oníricos tóxicos e infecciosos; muy a
menudo en el delirium tremens. Las alucinaciones cinéticas también suelen manifestarse en los
delirios crónicos, especialmente en los de tipo persecutorio, y en algunas personalidades
psicopáticas como los histéricos y los neuróticos.
3º) PSEUDOALUCINACIONES:
La pseudoalucinación es, por sobre todo, la representación psíquica de imágenes intuitivas o
eidéticas que surgen en forma súbita en el campo de la conciencia. El sujeto tiene perfecta noción
de su origen y formación intrapsíquica, pero un estado de ánimo especial, desencadenado por poderosas
corrientes afectivas, hace que a continuación le dé extrayección y la proyecte al campo
sensoperceptivo.
La pseudoalucinación, por su origen intuitivo, está sujeta a la influencia de la voluntad, de
acuerdo con lo que sugiera el contenido del pensamiento. Por esta razón tiene mayor vivacidad
como representación, identificada en su formación, desde el primer momento, con el pensamiento;
sólo secundariamente y en menor escala es relacionada con la sensopercepción. Esto la diferencia
con la alucinación verdadera, cuya elaboración intrapsíquica pasa inadvertida para el sujeto; éste
tiene la certeza de su procedencia exterior pues el sensorio es el primero en ser impresionado; en
segundo término se informa la conciencia.
4º) ALUCINACIONES PSÍQUICAS:
Tampoco son verdaderas alucinaciones por cuanto, para serlo, les falta la exteriorización; se
limitan a una intensa representación de la cual el enfermo tiene clara conciencia de que carece de
realidad objetiva y de que se produce de su cerebro, bajo la forma de palabras o de pensamientos
que le imparten órdenes y lo dirigen. Estas alucinaciones psíquicas dan margen a los delirios de
influencias en los esquizofrénicos, que perciben directamente en el interior de su cerebro que éste
y su pensamiento son dirigidos desde el exterior por extrañas influencias de terceros. La alucinación
psíquica difiere de la alucinación y de la pseudoalucinación por la falta absoluta de participación
sensorial.
5º) ALUCINOSIS:
Consiste en un estado persistente, con la característica de que no despierta ninguna
interpretación delirante. En efecto, el individuo reconoce el carácter patológico del fenómeno,
aceptando a las alucinaciones como lo que son y 'no como realidades, es decir que las reconoce
como consecuencia de una determinada perturbación. La alucinosis se debe, en última instancia, al
automatismo cerebral desencadenado por diversas circunstancias, tóxicas, infecciosas, febriles,
traumáticas, etc., a nivel de los centros perceptivos (mnemónicos), que rodean a los centros
sensoriales correspondientes.
6º) ALUCINACIONES VERBOMOTORAS:
Séglas dio esta denominación a una forma particular de alucinación, por la que el enfermo
experimenta la sensación de que por su intermedio están hablando otras personas que harían uso
de sus cuerdas vocales, labios y lengua; estos órganos serían impulsados a articular las palabras y su
discurso sería dirigido por extraños. Más que una verdadera alucinación, que muchos incluyen en el
grupo de las cinéticas, es una perturbación del pensamiento, propia de los estados patológicos con
graves trastornos de la personalidad como ocurre en la esquizofrenia.
7º) alucinación hipnagógica:
Es un tipo especial de alucinación que se observa en aquellos estados en que se produce un
enturbamiento de la lucidez de la conciencia. Se registra en las personas normales al conciliar el
sueño o en el momento de despertar. En condiciones patológicas puede manifestarse en el
surmenage, agotamiento físico y psíquico, en los neurópatas y, en ocasiones, en el comienzo de la
esquizofrenia.
La pseudoalucinación recibe también el nombre de alucinación psíquica, esta segunda
denominación no es admitida por algunos autores por considerar que es un trastorno perceptivo
que debe tratarse aisladamente.