6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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Si el enfermo ha contestado satisfactoriamente a esta pregunta debemos inquirir la fecha de
nacimiento, lo que nos informará acerca: 'a) de la exactitud del primer dato; b) del estado de la
memoria del sujeto; c) de su grado de instrucción, pues no saberla puede ser un índice de su escasa
escasa preparación dada la cual ha restado importancia a ese dato de identidad.
3) Estado civil; fecha de matrimonio: Siguiendo con el examen autopsíquico indagaremos sobre
el estado civil. De formular la pregunta con esas palabras nos sorprenderán algunos enfermos que
por su insuficiente instrucción ignoran el significado de estado civil; se interrogará, en ese caso,
diciendo: casado, soltero o viudo.
Cuando el sujeto es casado investigaremos la fecha, de matrimonio. Este dato tiene importancia
porque nos revela el estado de la memoria puesto que, en condiciones normales, es muy difícil que
una persona olvide hechos que marcaron acontecimientos trascendentales de su vida; en caso
contrario debe pensarse en un déficit de esa función.
4) Familia: cónyuge, hijos, padres, hermanos: En un paso más adelantado del interrogatorio
trataremos de obtener informes sobre la familia. Si el sujeto es casado, se presentará acerca del
cónyuge, de los hijos y de sus respectivas edades y fecha de nacimiento o de defunción; si es soltero,
se hará la misma investigación acerca de los padres y de los hermanos.
5) Profesión, salarios, escolaridad: Asume importancia el conocimiento de la profesión u
ocupación del enfermo, desde que algunas actividades producen intoxicaciones de diversa índole y
ciertas profesiones favorecen el hábito de drogas heroicas, como ocurre con los médicos y los farmacéuticos.
Además, el trabajo que el individuo realiza nos informará sobre el grado de capacidad
que posee; algunos sólo están capacitados para efectuar los trabajos más rudimentarios. Asimismo
interesa conocer los medios de subsistencia, los salarios o la situación económica para formarnos
una idea de la manera de vivir y las posibilidades ambientales en que actúa la persona que
investigamos; sus sinsabores y preocupaciones de orden material, los desvelos relacionados con la
responsabilidad que significa la carga de la familia, etc.
Para completar este conocimiento será necesario saber el grado de escolaridad que posee:
instrucción primaria, secundaria o universitaria. Cuando la escolaridad es precaria se impone
indagar qué circunstancias impidieron que fuera más vasta, lo que interesa no sólo para poder aquilatar
la capacidad intelectual, sino porque en muchas oportunidades nos permitirá apreciar una
debilitación del nivel intelectual debida a un trastorno deficitario, como ocurre en la demencia.
Cuando manifiesta dudas debemos ayudarlo con el interrogatorio comenzando por lo más
fácil; se le preguntará cuál es el año, luego el mes, el día de la semana, la fecha y la hora. Importa
también interrogar sobre la estación del año, ya que algunos individuos, cuya sensibilidad se halla
más o menos embotada, no experimentan ni frío ni calor, como ocurre con los frenasténicos y
con algunos dementes.
Si deseamos asegurar aún más acerca de la orientación en el tiempo, podemos preguntar al
enfermo que está internado en qué fecha ingresó y cuándo desea egresar del hospital.
2º) Orientación en el espacio: Ante todo es necesario establecer la diferencia entre
orientación en el espacio propiamente dicha y orientación en el lugar.
a) La orientación en el espacio propiamente dicha es la noción de distancia, de altura, de
espesor, de anchura, de magnitud, de capacidad, que nos permite ubicar con exactitud los
objetos en el mundo exterior y vincularlos con nuestro mundo interno. La orientación espacial
se altera en los estados tóxicos y en algunos esquizofrénicos.
b) La orientación en el lugar, consiste en el reconocimiento del lugar en que el enfermo se
encuentra o haya estado, mediante el auxilio de la memoria de evocación y de reconocimiento.
Con este fin comenzaremos por averiguar cuál es su procedencia, de dónde viene, cuál es su
domicilio exacto, ciudad, calle, barrio; cuál es el lugar en que se encuentra en ese momento,
calle, número y barrio.
Terminadas estas dos primeras partes del interrogatorio arribaremos a las siguientes
conclusiones: 1º) Cuando el enfermo está orientado auto y alopsíquicamente está globalmente
orientado; por consiguiente es un enfermo lúcido. 2º) Cuando está desorientado auto y
alopsíquicamente está globalmente desorientado; es por consiguiente un enfermo no lúcido. 3º)
Cuando está orientado en un sentido y desorientado en el otro está parcialmente orientado y,
por ende, parcialmente lúcido. En este último caso debemos especificar cuál es la desorientación
que el enfermo padece: desorientado en el tiempo e desorientado en el espacio.
De lo dicho inferimos que un enfermo está lúcido cuando conserva normal su atención, su
sensopercepción y su memoria.
2 a PARTE: ORIENTACIÓN ALOPSÍQUICA
La segunda parte del interrogatorio trata de establecer si el enfermo se orienta en el ambiente.
Comprende la orientación en el tiempo y la orientación en el espacio.
1º) Orientación en el tiempo: Como primer paso debemos averiguar si conoce la fecha del día. Si
contesta correctamente no hay por qué insistir; en ocasiones algunos llegan a indicar hasta la hora
aproximada. Cuando se trata de enfermos que hace mucho tiempo que están internados, y no
tienen oportunidad de tener diarios y almanaques, puede suceder que no sepan exactamente la
fecha pero que tengan una idea aproximada, con lo que demuestran que se orientan en el tiempo.
3 a PARTE: CONCIENCIA DE SITUACIÓN
Para saber si el enfermo tiene conciencia de situación hay que hacerle preguntas referentes
al momento en que se está actuando. Así por ejemplo: ¿qué hace usted aquí?, ¿quiénes son las
personas que se hallan a su alrededor?, ¿qué hacen?
4 a PARTE: CONCIENCIA DE ENFERMEDAD:
También llamada: conciencia de situación específica o especializada. Para saber si el sujeto se
considera o no enfermo la pregunta adecuada será: ¿está Ud. enfermo? Si contesta