6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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3º) ANTECEDENTES DE LA ENFERMEDAD ACTUAL:
Con respecto a la enfermedad que aqueja actualmente al individuo interesa conocer:
1) Cuándo comenzó; fecha lo más aproximada posible2) Cómo comenzó, cuáles fueron los
primeros síntomas; cuáles llamaron más la atención de los allegados.
3) Cómo evolucionó la enfermedad desde su comienzo hasta el momento actual; aparición de
nuevos síntomas o modificaciones y desaparición de los ya existentes.
4) Alternativas; las remisiones y recrudecimientos de la enfermedad.
5) Qué tratamientos han sido indicados y realizados hasta la fecha de la investigación que se
inicia.
6) Qué repercusión general ha tenido el proceso y especialmente sobre la conducta del enfermo.
ESTUDIO DEL ENFERMO MISMO
El estudio del enfermo para ser completo debe abarcar los siguientes exámenes,
1) Examen psíquico.
2) Examen clínico general.
3) Examen neurológico.
4) Exámenes complementarios: radiología, laboratorio, electroencefalografía,
neumoencefalografía.
Dedicaremos preferente atención al examen psíquico, que comprende el estudio del hábito
externo y el interrogatorio.
Hábito externo
Este estudio se efectúa por medio de la "inspección", que debe ser minuciosa pues es capaz de
revelar datos de interés diagnóstico o, por lo menos, de orientación para el interrogatorio posterior.
1º) Indumentaria y porte del enfermo:
Interesa observar detenidamente la presentación del enfermo. En efecto; si el estudio de los
antecedentes personales nos ha puesto de manifiesto una personalidad con una determinada
constitución psicológica, en la actualidad la vestimenta y la presentación pueden demostrarnos una
modificación o una exacerbación de todas las tendencias naturales. En muchas ocasiones tales
modificaciones o exacerbaciones son tan notorias que bastan por sí solas para insinuar un
diagnóstico. Aún dentro de la uniformidad de la ropa que es de uso corriente en los
establecimientos hospitalarios se destacan ciertos pacientes por lo extraño o extravagante de su
indumentaria o de sus accesorios.
1) Algunos enfermos se distinguen fácilmente porque ostentan sobre su ropa, en forma bien
visible y a manera de condecoraciones, distintos accesorios a los que adjudican el valor de
medallas. Esto nos permite, en primera instancia, una apreciación del estado del juicio, el que
evidencia graves trastornos y traduce la existencia de un "delirio megalómano".
2) Otros enfermos llaman la atención por la extravagancia en el vestir, el empleo de género
de colores vivos y bruscos contrastes, el aditamento de adornos extraños cuya finalidad es
ponerlos en evidencia y atraer las miradas de los demás. Estos enfermos son los extrovertidos,
los que rápidamente toman contacto con el medio; son los hipomaníacos y maníacos.
3) Ciertos enfermos revelan un esmero exagerado en el vestir, cuidan celosamente los
menores detalles de su indumentaria temerosos de que cualquier descuido sea en desmedro de
su persona. Paralelamente adoptan aires de suficiencia que traducen un sentimiento de
sobrevaloración; se sobrestiman, se consideran muy superiores a sus semejantes; así está configurada
la personalidad paranoica.
4) No son raros los enfermos sucios, cuyas ropas en pésimas condiciones de higiene y en
desorden revelan total despreocupación por el aseo y cuidado personales; es dado observar este
abandono aun en sujetos cuyos antecedentes los presentan como pulcros. Todos aquellos casos
en que hay un déficit de la autocrítica, como ocurre con los frenasténicos, der mentes y confusos,
presentan esta característica.
2º) Aspecto psíquico del enfermo:
Teniendo siempre en cuenta la importancia de la inspección, nos detendremos
cuidadosamente en la observación del aspecto psíquico del 'individuo sometido a examen. Es
esta observación la que nos permitirá captar el estado del psiquismo y el tono afectivo y los
sentimientos prevalecientes en ese momento.
1) Enfermo excitado: La excitación debe ser considerada desde un doble punto de vista: el
psíquico y el motriz.
Desde el punto de vista psíquico, es en la expresión del rostro donde mejor se verá reflejado
el estado espiritual del enfermo. En efecto, la facie traduce, por intermedio de la mímica, los
estados de ánimo que el sujeto experimenta. La expresión más frecuente del excitado es la de
alegría, que revela estados placenteros y de franco optimismo tal como ocurre con los
hipomaníacos y maníacos. Estos mismos enfermos, cuando su excitación crece bajo el influjo de
vivencias displacenteras, reflejan en su rostro la cólera o la ira; la facie traduce agresividad o
expresa una mueca de desprecio.
Considerado el aspecto excitado desde el punto de vista motriz se verán, en concomitancia
con lo que el rostro refleja, enfermos inquietos, en continua actividad motriz, logorréicos,
impelidos a descargar su energía psíquica transformada en actividad motriz. Cuando la excitación