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6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado

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destrucciones neuronales que determinan el déficit psíquico expresado, en el adulto, por la

debilitación psíquica y, en el niño, por una detención del desarrollo.

Finalmente hay que recordar que, entre los factores etiológicos de la confusión mental, figuran

las enfermedades infecciosas acompañadas de fiebres altas y prolongadas; entre ellas el paludismo,

la neumonía, la fiebre tifoidea, las infecciones urinarias, etc., suman además la acción nociva de las

toxinas microbianas.

3º) Causas por enfermedades generales:

No sólo las enfermedades infecciosas son capaces de alterar e introducir modificaciones en el

plasma germinal; también tienen especial importancia las llamadas enfermedades metabólicas o de

la nutrición: gota, diabetes y las avitaminosis en general, sobre todo la carencia de vitamina B 1;

asimismo son de importancia las enfermedades endocrinas, especialmente las que conciernen a las

glándulas tiroides, hipófisis y ovario.

Las disfunciones de las glándulas de secreción interna repercuten sobre la psique. En efecto, son

notorios: 1- gran inestabilidad psíquica que acarrea el hipertiroidismo, el infantilismo mental

hipofisario y genital, los trastornos psíquicos por afecciones suprarrenales como ocurre en la

enfermedad de Addison y, con mayor frecuencia, las disendocrinias provocan la disfunción

neurovegetativa predisponiendo o creando el clima propicio a las neurosis.

Algo semejante es lo que ocurre con las circulares de cordón. Además en las distocias de parto

hay que tener en cuenta los traumatismos producidos por los fórceps cuando es aplicado por

poco hábiles.

En la etiología de los trastornos mentales es importante tener en cuenta todas las formas de

traumatismos craneales, especialmente las producidas en la infancia; caídas y golpes en el cráneo

que causan lesiones más o menos graves con consecuencias inmediatas: conmoción cerebral con

confusión, mental; y consecuencias mediatas: epilepsia debida a espinas irritativas por fractura

de la tabla ósea.

Otros traumatismos y accidentes somáticos no craneales, cuyas secuelas son impotencias

funcionales diversas o desfiguraciones del rostro, pueden desencadenar trastornos psíquicos

graves, estados depresivos, neurosis, modificaciones del carácter, etc.

5º) Causas nutritivas:

Las deficiencias nutritivas también repercuten sobre la psique, pues al alterar el metabolismo

general provocan sufrimiento del tejido nervioso: las avitaminosis y en especial la carencia de

vitamina B 1 tienen gran importancia en la infancia, edad de la vida en que no es raro que determinen

deficiencias en el desarrollo cerebral.

4°) Causas traumáticas:

Los traumatismos como causa determinante de enfermedades mentales pueden incidir sobre el

individuo en diferentes épocas de la vida, desde la gestación hasta la edad adulta. Los accidentes

que pueda sufrir la madre, tales como caídas o golpes en el vientre y ciertos medios terapéuticos,

como la radioterapia abdominal por ejemplo, recaen directamente sobre el feto y perturban su

evolución.

Las anomalías del parto provocan numerosos accidentes capaces de producir traumas en el

cerebro del niño. La mayoría de los partos laboriosos y prolongados suelen repercutir más o menos

intensamente sobre el feto, cuya cabeza se encuentra sometida a presiones considerables en la

cavidad pelviana y el cerebro expuesto a ser lesionado en forma directa y a sufrir las consecuencias

de los trastornos circulatorios, que producen fenómenos de asfixia del tejido nervioso, el cual, por

otra parte, es susceptible de ser destruido por pequeñas hemorragias capilares debidas a los

aumentos de la tensión intracraneal.

6º) Causas psíquicas:

En este grupo deben incluirse todos los traumas psíquicos y morales a que se hallan expuestos

los individuos en el transcurso de la existencia. Los traumas psíquicos obran en múltiples formas

que dependen de las circunstancias y de las personas. El grado de repercusión que el trauma

moral produce está en directa dependencia de la sensibilidad de cada uno, por lo tanto es

variable de un individuo a otro; algunos sufren intensamente por causas de escasa trascendencia,

otros sólo claudican ante circunstancias graves, y otros caen vencidos cuando coinciden diversos

y sucesivos traumas morales, como si se tratase de un estado de fatiga y de sobresaturación

psíquica. La mayor parte de las veces estos factores de orden psíquico determinan estados

neuróticos, aunque en algunas circunstancias, tratándose de personalidades psicopáticas,

predispuestas, pueden producirse estados psicóticos reactivos.

7º) Causas ambientales:

No se puede restar importancia a los factores ambientales que, en unas personas más que en

otras pueden tener una repercusión desfavorable sobre todo en aquellas psiques con cierta

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