6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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CAPÍTULO II
ETIOLOGÍA DE LAS ENFERMEDADES MENTALES
El estudio de la etiología de las enfermedades mentales fue tarea harto difícil a través de la
evolución histórica de la Psiquiatría, que recién a partir de mediados del siglo XIX abandona la
demonología y la taumaturgia para adentrarse en una era de franca evolución científica. En el siglo
pasado se encaró el estudio prolijo y detenido de numerosos factores que, directa o indirectamente,
pueden desencadenar o preparar el terreno para una psicopatía.
Esos numerosos factores etiológicos de orden general se han reunido en dos grandes grupos:
exógenos y endógenos.
Otro tóxico peligroso es el plomo, que produce la intoxicación saturnina. El saturnismo obra
en forma directa provocando numerosas alteraciones somáticas, inclusive en el sistema nervioso
con repercusión psíquica; no permanecen ajenas tampoco las glándulas genitales y el plasma
germinal por lo que, en forma indirecta, determina distrofias y predisposiciones.
El mercurio, el fósforo, el arsénico y los alcaloides en general, son otros tantos tóxicos que
pueden actuar directa o indirectamente.
La frecuencia de las intoxicaciones por el óxido de carbono y sus peligrosas consecuencias, lo
señalan como uno de los tóxicos más temibles. Este tóxico se fija a la hemoglobina formando una
combinación difícil de disociar, la carboxihemoglobina, que reduce el aporte de oxígeno a los
tejidos. La anoxia hiere de muerte a la célula nerviosa, tal es la gravedad de esta intoxicación.
Después del estado confusional, si el enfermo no muere, puede quedar psíquicamente debilitado
por destrucción de determinadas neuronas. Cuando el óxido de carbono afecta al recién nacido
la destrucción neuronal produce, según su intensidad, diferentes grados de insuficiencia del
desarrollo, y más grave aún es cuando el tóxico obra sobre la madre en el período de la gestación.
Factores exógenos
Se consideran factores exógenos todas aquellas causas procedentes desde el exterior y que,
actuando en forma directa o indirecta, pueden determinar el estado de enfermedad psíquica.
Obran en forma indirecta por modificaciones en el plasma germinal transmitiendo a la
descendencia malformaciones, distrofias y predisposiciones diversas, y en forma directa sobre el
individuo mismo, provocando modificaciones y alteraciones somáticas más o menos graves.
1º) Causas tóxicas:
El alcohol ocupa, entre los tóxicos externos, el puesto de vanguardia, porque provoca una notoria
disminución de las resistencias a nivel de las glándulas genitales, recayendo sobre los genes y
alterando el plasma germinal. Para algunos autores estas alteraciones son mucho más marcadas
cuando la intoxicación alcohólica obra en el momento de la concepción; otros, que no admiten esta
opinión, responsabilizan a la intoxicación alcohólica crónica con todas las alteraciones y
estigmatologías físicas, entre las que se contarían las germinales. De una u otra manera, estas
alteraciones de los genes convierten al alcohol en responsable de numerosas oligofrenias y de gran
cantidad de epilepsias.
En forma directa, produce en el individuo alteraciones que lo predisponen a las más diversas
psicosis, desde los estados distímicos hasta la demencia pasando por los delirios y los estados
confusionales. También el alcohol puede obrar desfavorablemente sobre el individuo durante la
gestación, debido a los excesos alcohólicos cometidos por la madre; la acción en este caso sería
directa pues el tóxico pasa a través de la corriente circulatoria.
2º) Causas infecciosas:
De una manera general, las enfermedades infecciosas constituyen importantes factores
etiológicos de las enfermedades mentales. Obran tanto en forma directa como indirecta, a través
de las modificaciones que determinan en el plasma germinal. Consideraremos algunas de las más
importantes desde el punto de vista de la etiología psiquiátrica.
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que parece obrar por intermedio de sus toxinas
sobre los genes, con predilección en la madre, determinando una gran fragilidad constitucional
en la descendencia y favoreciendo las distrofias cerebrales. La consecuencia de la defectuosa
organización cerebral es la oligofrenia. Las toxinas tuberculosas pueden obrar también en forma
directa, provocando estados de confusión oniroide especialmente en períodos avanzados de la
enfermedad.
La sífilis, que actúa en forma directa e indirecta, es factor etiológico importante de las
enfermedades mentales. Directamente es la causa de la parálisis general progresiva.
Indirectamente, dadas las alteraciones que condiciona en el plasma germinal, es causante de
numerosas oligofrenias y predisposiciones diversas en la descendencia.
La rubéola de la madre, por alteraciones germinales, puede causar oligofrenias en los hijos.
Ciertas enfermedades infecciosas que, por su localización y por su naturaleza, ejercen una
acción directa sobre el cerebro, dejan graves secuelas. Así ocurre con las meningitis, encefalitis
y meningoencefalitis; sus consecuencias son los estados psicóticos post-encefalíticos y las