6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado
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méritos de sus semejantes, que actúan en su mismo medio social. Esta sobreestimación desmedida
del "yo" es la expresión más acabada de la avidez enfermiza que embarga a la personalidad.
2) Se destaca también por un intenso sentimiento de amor propio, que se halla en directa
dependencia o, mejor aún, íntimamente ligado a la sobrevaloración. En efecto, toda persona que se
sobreestima es necesariamente orgullosa.
3) El paranoico es muy susceptible. Muestra marcada tendencia a relacionar con su persona
cuanto acontece en su derredor- es excesivamente quisquilloso.
4) Dada su manera de ser y de actuar provoca continuos conflictos. Su idiosincrasia le acarrea
dificultades en el medio en que se desenvuelve, y como se trata de un inadaptado social se procura
eludirlo y evitar su contacto, para alejar las molestias que ocasiona; al final se le excluye y se le aísla.
5) Como corolario, arraiga en el paranoico un "sentimiento de disconformidad" nacido de la
insatisfacción que le produce la disparidad entre lo que íntimamente apetece y lo que la realidad
ambiental le brinda.
6) Marcado sentimiento de desconfianza. Como resultado de la comprobación de que se le evita
y ante la evidencia de que las circunstancias y las personas no le son favorables desconfía de todos
y atribuye a sus semejantes sus desazones e inconvenientes.
7) En definitiva, la personalidad paranoica se caracteriza por su tendencia dominante y
batalladora, por un intenso deseo de luchar por la imposición de sus razones y de dominar en todas
las situaciones de la vida.
Estas personalidades presentan un rico panorama afectivo de predominio displacentero, debido
a que se destacan en ellas los sentimientos egoístas. La sobrevaloración y la gran egolatría son una
prueba de ello y, en su afán de prevalecer, acarrean para sí mismos y para los demás inconvenientes
y situaciones desagradables que culminan en la disconformidad y el temor, convirtiéndose en
permanentes insatisfechos y displacenteros.
3º) PERSONALIDAD CICLOTÍMICA:
La personalidad ciclotímica tiene también como las anteriores, gran difusión en el género
humano; su característica fundamental son las fáciles oscilaciones del tono afectivo y de la actividad.
De acuerdo con los estudios y conclusiones de Kretschmer, a los que ya nos hemos referido, la
personalidad ciclotímica responde, desde el punto de vista somático, a la constitución pícnica,
denominándose a la constitución psicológica tipo cicloide. Estas conclusiones pueden ser aceptadas
de una manera general, pero de ningún modo en forma absoluta. La coincidencia entre la
constitución morfológica y la psicológica no se puede admitir como una regla fija, pues, si bien es
dado observarla en. algunos casos en muchísimos otros tal coincidencia no se produce.
Según Delmás y Boíl las características psicológicas de los ciclotími-cos tienen su origen en la
preponderancia de la disposición actividad.
La personalidad ciclotímica presenta a considerar dos aspectos fundamentales •-de su
constitución: el de la afectividad .y el de la actividad. Ambas sufren alternativas afines con uno y
otro polo del humor, dando lugar a dos posiciones psicológicas opuestas.
Cuando domina el polo alto del humor, el ciclotímico se presenta alegre y optimista;
acostumbramos a decir entonces que está en más. Cuando, por el contrario, domina el polo bajo
del humor, el ciclotímico se manifiesta triste y pesimista, por lo que decimos que está en menos.
Describiremos por separado estos dos tipos opuestos de ciclotímicos.
1º) Ciclotímicos en más: En este polo del humor, la personalidad se presenta eufórica, satisfecha
y optimista. Es comunicativa y de fácil adaptación al ambiente, rápidamente entra en contacto y se
relaciona con las personas que la rodean; el más insignificante motivo da lugar para entablar
conversación y para franquearse con quien sea y en cualquier circunstancia.
Estos ciclotímicos se caracterizan por ser generalmente de buen carácter y bondadosos, siempre
que en la integración de la personalidad no intervengan elementos perversos. Se vuelcan
totalmente hacia el exterior, son extrovertidos, atrayendo siempre la atención de la concurrencia en
fiestas y puntos de reunión, favorecido todo por la franca ecotimia, que es patrimonio de esta
personalidad. Además son receptores de los estados afectivos de las personas que los rodean,
alegrándose o condoliéndose rápida y sinceramente-; por esta causa, también, infunden su estado
de ánimo a los demás, a quienes parece que: contagian su humor.
Considerada la personalidad ciclotímica desde el punto de vista de su actividad, muestra una
marcada hiper actividad e hiperbulia, que se revela en todas sus manifestaciones. El optimismo,
acoplado a la hiperbulia, convierte al ciclotímico en un sujeto emprendedor, afecto a empresas que,
aún difíciles, nunca lo amilanan; no existe para él el fantasma del fracaso. En efecto, frente a
problemas o situaciones serias adopta una actitud práctica y realista, denotando gran vivacidad y
tomando rápidas decisiones, con clara y exacta visión del rumbo a seguir. Todo converge para crear
un sentimiento que prevalece y domina en el ciclotímico, es el sentimiento de triunfo de que habla
Fierre Janet en el maníaco, pero que, en realidad, es un componente de la personalidad psicopática
cuando está en más.
2º) Ciclotímico en menos: Cuando el ciclotímico está en el polo de la depresión y la tristeza, se
muestra con un aspecto completamente opuesto al anterior. Triste, callado y pesimista. Difícilmente
manifiesta alegría; malhumorado, todo se le torna adverso y todo lo contraría.
La personalidad se muestra apagada, deprimida, embargada por el pesimismo, que es
alimentado por vivencias displacenteras, por temores y presentimientos desagradables. Retraído e
introvertido, siempre ensimismado en sus pensamientos, la vida le presenta su faz menos amable.
Todo este cuadro psíquico se complementa con hipoactividad e hipobulia, que se hace bien
manifiesta por la bradipsiquia con que se realizan las elaboraciones mentales. Personalidad poco
emprendedora y temerosa, vive obsesionada con el fracaso porque prevalece el sentimiento catastrófico
que Janet describe en los melancólicos, pero que, en realidad, no es otra cosa que la
exacerbación de lo que ya preexiste en la personalidad, la mayor parte de las veces.
Comprobamos pues, que en la personalidad ciclotímica se encuentran los elementos de dos
estados activo-afectivos opuestos, que oscilan entre la euforia, excitación y optimismo por un lado