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6) Manual de Psiquiatria (Betta, Juan) recortado

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2º) Bradilatia: Trastorno que coincide con la bradipsiquia o disminución del ritmo psíquico y que

consiste en una notoria lentitud en la emisión de las palabras debida al marcado retardo del ritmo

asociativo. Se observa corrientemente en la confusión mental y en las depresiones.

3º) Verbigeración: Consiste en la repetición constante de algunas frases o fragmentos de frases

sin ningún sentido y carentes de toda lógica. Es la consecuencia de trastornos profundos a nivel de

la corteza cerebral propios de los estados demenciales y de las confusiones mentales graves;

también se observa en la esquizofrenia. El síntoma traduce la liberación del automatismo cerebral

por debilitación cortical.

4º) Mutismo: El mutismo o silencio generalmente transitorio, tiene múltiples causas de origen y

en ocasiones escapa a nuestro control; a veces resulta difícil realizar su interpretación o es

completamente inexplicable en sus mecanismos, aunque se presume que sean los inhibitorios.

El mutismo se manifiesta en la esquizofrenia en la que, la mayor parte de las veces, el enfermo

que se halla en negativismo enmudece y se opone en forma sistemática a toda tentativa de

conversación o a toda sugestión para que conteste a las preguntas qué se le formulan. En ese estado

suele permanecer durante días y meses, acompañado o no de todo el séquito de las restantes

manifestaciones catatónicas, hasta que de pronto y sin mediar razones aparentes el enfermo sale

de ese estado por otro lapso más o menos prolongado. El mutismo de los esquizofrénicos no es

susceptible de una amplia y exacta explicación pues no se conoce su verdadero motivo, aunque es

lógico pensar que debe existir una razón de orden interior coincidente con el pensamiento

esquizofrénico, tal como ocurre con otros trastornos propios de esta enfermedad. Estos enfermos

oyen y comprenden totalmente lo que se les dice pero, encerrados en su negativismo y en su

mutismo, es imposible hacerles decir un solo vocablo o expresar mediante la mímica que han

comprendido lo que se les dice; esto es prueba evidente de que el silencio constituye un elemento

más en todo el cortejo sintomático del estado catatónico, trastorno de la voluntad que perturba

entre otros actos el de la palabra hablada.

El mutismo de los melancólicos tiene su origen en el permanente estado de desplacer en que

viven; su dolor y sus problemas los apartan del mundo en el que no encuentran sino motivos de

molestia, disgusto e incomprensión; para aislarse rehuyen toda conversación, procuran no escuchar

y si se ven forzados a contestar lo hacen brevemente o por monosílabos.

Algunos delirantes, por temor a comprometerse y tras cierta reticencia en la que tratan de

ocultar sus ideas, adoptan la decisión de no hablar.

En los oligofrénicos profundos el mutismo, consecuencia de la insuficiencia, se debe a la carencia

o gran pobreza de capital ideativo. En los idiotas se debe a la falta de desarrollo del lenguaje.

E1 mutismo no es siempre resultado de un estado psicopático; no pocas veces es un recurso de

individuos simuladores.

5º) Musitaciones y monólogos: Se dice que un enfermo padece musitaciones cuando murmura

constantemente en voz baja como si hablara quedamente consigo mismo. Es frecuente en los

esquizofrénicos. Cuando lo hace en voz alta, añadiendo gestos y ademanes como si se dirigiese a un

auditorio imaginario, el trastorno se denomina monólogo.

6º) Neologismos: El neologismo consiste en la creación o deformación de una palabra, que sólo

es comprensible para el enfermo pues resulta un absurdo para nuestro lenguaje normal. La creación

del neologismo es, a veces, una necesidad para el enfermo, que explica por su intermedio sus

diversas concepciones delirantes; en otros casos son absurdos y caprichosos, creados en el

momento por asociaciones extrañas de acuerdo con las vivencias que aporta la sensopercepción.

Estos neologismos no tienen arraigo ni reportan ninguna utilidad.

7º) Jergafasia: Trastorno que se manifiesta por la pronunciación continua de palabras que se

suceden sin guardar ninguna ilación lógica, lo que da como consecuencia un lenguaje

completamente incoherente y dislocado. La jergafasia es lo que corrientemente se denomina:

"ensalada de palabras".

8º) Ecolalia: Perturbación que consiste en la repetición involuntaria de una palabra o un

fragmento de una frase dirigida al enfermo en demanda de una respuesta, el cual ante la

imposibilidad de contestar capta uno o varios vocablos y los repite como un eco. Puede no ser

patológica, constituyendo un defecto que se observa en muchas personas normales, que recurren

a esta repetición cuando deben afrontar una situación más o menos delicada y necesitan un lapso

de reflexión previa para la elaboración de la respuesta ajustada.

En condiciones patológicas es frecuente en algunos delirantes, especialmente reticentes, que

por temor de comprometerse se toman el tiempo prudencial para la elaboración de la respuesta.

El médico argentino Dr. Resúa, ha llamado "ecolalia de apoyo" en la confusión mental, a la

repetición que se debe a la falta de comprensión por la obtusión del sensorio.

9º) Estereotipia verbal: Repetición frecuente y anormal de un vocablo que se intercala en la

conversación. Es común en los esquizofrénicos y en los débiles mentales.

Trastornos del lenguaje escrito

Como complemento del examen del enfermo es importante, en psiquiatría detenerse en el

estudio de su escritura. Las perturbaciones de la escritura recaen ya sobre los mecanismos motores

dando lugar a la disgrafia, ya sobre los centros mnemónicos, lo que motiva la amnesia de las

imágenes gráficas de la cual derivan la agrafía y la alexia.

1º) La disgrafia se observa en los casos de parálisis por lesiones de los centros y fibras nerviosas

motoras del miembro superior derecho. Cuan? do esta insuficiencia es incompleta, la disminución

de la capacidad funcional que se produce transmite graves irregularidades en los trazos de la escritura.

Otro tanto ocurre en todos los casos en que se producen temblores, como en el alcoholismo, en

la parálisis general progresiva, en la edad senil, en el bocio exoftálmico.

Asimismo repercuten sobre los caracteres caligráficos los diversos estados afectivos y muy

especialmente las reacciones emocionales; las personas hiperemotivas manifiestan fenómenos de

disgrafia cuando deben realizar un esfuerzo de atención, poner su firma en algún documento de

más o menos trascendencia, por ejemplo.

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